1
Marcos 5.19; Hechos 10.42,43
A casa vete y cuenta allĆ
que Cristo te salvó;
que tus amigos vean en ti
lo que Ćl por gracia obró.
c
A casa vete y vean en ti
que Dios te hizo bien,
y puede ser que los de allĆ
lo buscarƔn tambiƩn.
A casa vete y cuenta allĆ
que Cristo comprendió
tu gran necesidad, y asĆ
su sangre derramó.
Ve, cuenta a los de en derredor
que Ćl satisfarĆ”
sus almas, puesto que en su amor
la cruz sufrido ha.
Ve, cuenta a los de mƔs allƔ
que en Cristo hay perdón,
y que Ćl a todos salvarĆ”,
si quieren salvación.
2
Juan 7.37, 14.3, 5.40, 17.24
A Jesucristo ven sin tardar,
que entre nosotros hoy Ćl estĆ”;
y te convida con dulce afƔn,
tierno diciendo: «Ven».
c
”Oh cuÔn grata nuestra reunión!
cuando al fin en celestial mansión
con Ćl estemos en comunión,
gozando eterno bien.
Piensa que Ćl sólo puede colmar
tu triste pecho de gozo y paz;
y porque anhela tu bienestar,
vuelve a decirte: «Ven».
Su voz escucha sin vacilar,
y grato acepta lo que hoy te da.
Tal vez maƱana no habrƔ lugar;
no te detengas, ven.
3
Apocalipsis 4.1, 21.4, 22.5
A la tierra marchamos
do viven los santos
en gozo y gloria y honra inmortal.
Y tĆŗ, que sin Dios corres
presto a la muerte,
oh di: ¿Quieres ir al Edén celestial?
c
ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir?
ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir?
Oh di: ¿Quieres ir al Edén celestial?
En ese paĆs ni dolor ni gemido
jamƔs en sus prados cabida tendrƔn.
Y tĆŗ que te sientes del mal oprimido,
oh di: ¿Quieres ir al Edén celestial?
AllĆ” no hay pobreza; poseen los salvos
inmensas riquezas con Cristo JesĆŗs.
AllĆ” no hay enfermos,
estƔn todos sanos.
Oh di: ¿Quieres ir al Edén celestial?
Ven, pues, con nosotros.
JesĆŗs es la puerta,
y franca la entrada al cielo te da;
al reino de Dios, a su gloria eterna.
Oh di: ¿Quieres ir al Edén celestial?
4
Apocalipsis 3.20; Salmo 22.26; Proverbios 1.28
A tu puerta Cristo estĆ”. Ćbrele.
Si tĆŗ le abres, entrarĆ”. Ćbrele.
Tu pecado quitarĆ”,
luz y paz derramarĆ”,
dĆa alegre te serĆ”. Ćbrele.
Ćbrele, oh pecador. Ćbrele.
Abre ahora al Salvador. Ćbrele.
Te ofrece salvación,
del pecado el perdón.
SaciarĆ” tu corazón. Ćbrele.
Ā”Oh! no le hagas esperar. Ćbrele.
Tal vez pronto marcharĆ”. Ćbrele.
”Qué dolor después tendrÔs,
cuando en vano clamarƔs,
y perdido te hallarĆ”s! Ćbrele.
5
2 Timoteo 1.12; 2 Corintios 5.1; Salmo 17.15
Al cielo voy, al cielo voy,
yo confĆo en JesĆŗs.
Ćl me salvó, Ćl me salvó;
por mĆ Ćl ha muerto en la cruz.
Yo te verƩ, mi Salvador,
yo te verƩ a Ti, SeƱor,
en dulce luz y resplandor,
yo te verƩ, mi Salvador.
Al cielo voy, al cielo voy,
yo confĆo en JesĆŗs.
Ćl me salvó, Ćl me salvó;
por mĆ Ćl ha muerto en la cruz.
Tu pura sangre carmesĆ
la culpa vil borró de mĆ;
y gozarĆ© ventura allĆ.
Yo te verƩ, mi Salvador.
Al cielo voy, al cielo voy,
yo confĆo en JesĆŗs.
Ćl me salvó, Ćl me salvó;
por mĆ Ćl ha muerto en la cruz.
Feliz aquel que en Ti confió
y Salvador te proclamó.
En Ti tambiƩn espero yo;
yo te verƩ, mi Salvador.
6
Romanos 6.23, 8.32; Colosenses 2.9
Al mundo impĆo Dios amó,
perdido en su maldad,
y a gran precio le salvó,
de buena voluntad.
c
”Oh qué amor! ”qué inmenso amor!
No hay otro amor asĆ;
Dios desde el cielo al Salvador
mandó a morir por mĆ.
Y ahora es mĆo por la fe
el don de Dios, JesĆŗs.
Mi redención por sangre fue,
la sangre de la cruz.
La gloriosa plenitud
de la Divinidad
en Cristo estĆ”; por su virtud
me da la santidad.
AliƩntate, oh alma fiel,
pues Cristo te darĆ”
felicidad aquĆ con Ćl,
y gloria eterna allĆ”.
7
Lucas 4.18, 7.13; IsaĆas 61.1; Juan 1.18
Al pobre hoy se pueden dar
noticias del amor
con que JesĆŗs le ha de colmar
de bienes y favor.
Pues en su santo corazón
alberga tierna compasión
del pobre en su dolor,
del pobre en su dolor.
Al ciego vista quiere dar
que pueda a Cristo ver;
por sus caminos siempre andar
y gozo en Ćl tener.
Mirar la gloria de su faz
y conocer su dulce paz,
sin nunca mƔs temer,
sin nunca mƔs temer.
A los que encadenados van
con grillos del error,
enseƱa —sueltos de SatĆ”n—
que Cristo es su SeƱor.
En Cristo el alma suelta es
y goza libertad despuƩs,
sirviendo al Salvador,
sirviendo al Salvador.
El quebrantado corazón
en Cristo encontrarĆ”
mayor que humana compasión;
Dios, Padre le serĆ”.
Pues en Jesús se reveló
el mismo Dios que nos amó,
y que nos amarĆ”,
y que nos amarĆ”.
8
ZacarĆas 13.1; Salmo 51.7; IsaĆas 1.18
”Alabado el gran manantial
que de sangre Dios nos mostró!
”Alabado el Rey que murió;
su pasión nos libra del mal!
Lejos del redil de mi dueƱo,
vime pecador, perdido y vil.
El Cordero sangre vertió;
me limpia sólo este raudal.
c
SĆ© que sólo asĆ
me emblanquecerƩ.
LÔvame en tu sangre, Jesús,
y nĆvea blancura tendrĆ©.
La punzante insignia llevó;
en la cruz dejó de vivir.
Grandes males quiso sufrir;
no en vano Cristo sufrió.
Al gran manantial conducido,
que de mi maldad ha sido fin,
«LÔvame» le pude decir,
y nĆvea blancura me dio.
Padre, de Ti lejos vaguƩ;
extraviose mi corazón.
Como grana mis culpas son;
no con agua limpio serƩ.
A tu fuente magna acudĆ;
tu promesa creo, oh JesĆŗs;
la eficaz virtud de tu don,
la nĆvea blancura me dĆ©.
9
1 Juan 2.1; IsaĆas 48.18; Apocalipsis 7.14, 21.4,25; Juan 14.2
AllĆ” en la gloria, delante del gran trono,
JesĆŗs, mi abogado, intercede por mĆ.
Mi causa en sus manos siempre prevalece,
tambiĆ©n abogado serĆ” Ćl para ti.
c
Ven, pues, a JesĆŗs;
ven, pues, a JesĆŗs;
la misma ventura en Ćl hay para ti.
Una paz tengo, profunda como un rĆo,
que nace de Cristo, su bendito autor.
Comprola muriendo en el triste Calvario;
tambiƩn para ti es el don de su amor.
Blancos vestidos yo tengo, que en la sangre
lavƩ del herido Cordero de Dios.
De todo pecado me limpia Jesucristo;
también por su cruz tienes tú salvación.
Una morada yo tengo que me aguarda,
por Ćl preparada en la casa de Dios.
AllƔ no hay mƔs noche, ni angustia, ni llanto;
tambiĆ©n tĆŗ entrarĆ”s si de Ćl vas en pos.
10
GƔlatas 2.20; Mateo 7.13; Apocalipsis 4.1
AllĆ la puerta abierta estĆ”,
su luz es refulgente;
la cruz fulgura mƔs allƔ,
seƱal de amor ferviente.
c
Ā”Oh cuĆ”nto me amas, Cristo, asĆ
que te entregaste TĆŗ por mĆ!
Por mĆ, por mĆ,
y quiero entrar por Ti.
Y los que buscan salvación,
la entrada franca tienen.
No hay pobres, ricos, ni nación
para los que a ella vienen.
Pasado el rĆo mĆ”s allĆ”,
en la feraz pradera,
la paga de la cruz estĆ”:
eterna primavera.
11
Ćxodo 19.12,16; Salmo 51.4; Romanos 7.12
Andaba yo en males mil,
absorto en la vida vil,
muy lejos del SeƱor.
La voz oĆ del SinaĆ
clamando a gritos hacia mĆ:
«Que muera el pecador».
Ā”Ay! Ā”ay! de mĆ, que pecador,
he obrado contra mi SeƱor
y su ira beberƩ.
Con truenos ya la Ley decĆa
que muerta estĆ” el alma mĆa;
sin duda morirƩ.
Angustia asà me atormentó,
mas Cristo por allà pasó
y viome con amor.
Ā«Ven, alma triste, ven a mĆĀ»,
me dijo Ćl, y recibĆ
al tierno Salvador.
La justa Ley me condenó;
mas Cristo ya me libertó,
sufriendo allĆ en la cruz.
Con gozo siempre cantarƩ,
de eternas penas escapƩ
por viva fe en JesĆŗs.
12
Mateo 27.22, 6.24; Hechos 17.31
Ante Pilato JesĆŗs estĆ”;
todos los suyos se fueron ya.
Pregunta se oye, y ¿qué serÔ?
¿Qué harÔs tú con Cristo?
c
¿Qué harÔs tú con Cristo?
No puedes ser neutral;
pronto tendrƔs que decirte:
ĀæConmigo quĆ© harĆ” Ćl?
Aun hoy a prueba estĆ” JesĆŗs;
puedes negarle, dejar la luz;
fiel puedes ser y tomar tu cruz.
¿Qué harÔs tú con Cristo?
ĀæA Cristo quieres tĆŗ rechazar,
como Pilato y ser neutral?
ĀæQuieres tus culpas a Ćl contar?
¿Qué harÔs tú con Cristo?
Cristo, te tomo por Salvador;
te reconozco por mi SeƱor.
Digo, gozƔndome en tu amor:
«Ahora soy de Cristo».
13
Mateo 22.10; Lucas 14.22, 13.25
AĆŗn hay lugar —escucha pecador—
en el banquete eterno del SeƱor.
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
Entra al festĆn, que muchos gozan ya,
y allĆ JesĆŗs un sitio te darĆ”.
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
AĆŗn hay lugar, la puerta franca estĆ”;
mas entra pronto, que a cerrarse va.
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
Ćngeles mil te dicen con amor:
«Entra a gozar la gloria del Señor».
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
Pronto, tal vez hoy mismo, morirƔs.
Pasa al banquete, o tarde clamarƔs:
«”Ay, me perdĆ! No hay sitio para mĆĀ».
14
Lucas 15.2; Romanos 8.3; 1 Timoteo 1.15
Bienvenida da JesĆŗs
(crƩelo, pobre pecador)
al que, en busca de la luz,
vague ciego y con temor.
c
Volveremos a cantar:
Cristo salva al pecador.
Claro hacedlo resonar:
Cristo salva al pecador.
Ven. Con Ćl descansarĆ”s.
Ejercita en Ćl la fe.
De tus males sanarƔs;
a JesĆŗs tu amigo ve.
Hazlo, porque asà dirÔs:
«Ya no me condenaré.
Ya la Ley no pide mƔs;
la cumplió Jesús, lo sé».
Recibirte prometió;
date prisa en acudir.
Necesitas, como yo,
vida que Ćl te harĆ” vivir.
15
Hechos 10.38; IsaĆas 12.5; Salmo 126.3
CantarƩ a Cristo por su gran amor,
cómo vino para ser mi Salvador.
”Tan humilde fue el lugar
en el pueblo de JudĆ”,
donde Cristo vino por amor de mĆ!
c
Es sin igual en su infinito amor,
pues en la cruz allĆ,
su vida dio por mĆ.
Yo cantarĆ© su dulce nombre, sĆ;
”oh Salvador eterno! loores doy a Ti.
CantarƩ a Cristo, quien en humildad
obró siempre la divina voluntad.
Los enfermos Ćl sanó,
a los muertos levantó,
a los pobres Ćl colmó por su bondad.
CantarĆ© a Cristo, quien murió por mĆ;
contarĆ© lo que Ćl ha hecho para mĆ.
Mis pecados Ćl llevó,
mi perdón y paz compró;
siempre cantarĆ© su dulce nombre, sĆ.
16
Apocalipsis 21.27; 1 Juan 1.9; Juan 10.9
Cargado estoy de males y pesar;
miro hacia el cielo y quiero allĆ entrar.
Aunque no puede en Ʃl caber el mal,
alguien me llama al reino celestial.
Tan vil soy yo, ¿quién puede hacerme entrar
al santo ambiente del divino hogar?
Āæal brillo estar del trono eterno allĆ?
Dice una voz: Ā«Entrar podrĆ”s por mĆĀ».
Por mƔs que anhelo libre estar del mal,
menos parezco al gran Original.
Mas desde el cielo suena nueva aquĆ:
Ā«Tu mal confiesa, libre estĆ”s por mĆĀ».
La voz celeste es la del Salvador;
es Ćl quien hace entrar al pecador.
Jesús es quien su sangre derramó;
del mal me libra, pues por mà murió.
SĆ, TĆŗ por mĆ respondes, oh SeƱor;
TĆŗ me ganaste el cielo, Salvador.
Tus sufrimientos danme entrada allĆ;
yo por tu muerte vida tengo aquĆ.
Ninguna ofrenda traigo, mi SeƱor,
con que reconocer tu grande amor.
Indigno soy, ”haz que mi gratitud
pruebe de tu perdón la plenitud!
17
IsaĆas 4.6, 32.2; Marcos 4.37, 6.51
CariƱoso Salvador,
huyo de la tempestad
a tu seno protector,
fiƔndome de tu bondad.
Cúbreme, Jesús Señor,
de las olas del turbión;
hasta el puerto, oh Redentor,
guĆa TĆŗ mi embarcación.
Otro asilo ninguno hay;
indefenso acudo a Ti.
Mi necesidad me trae,
porque mi peligro vi.
Solamente en Ti, SeƱor,
tengo yo consuelo y luz.
Vengo lleno de temor
a tus pies, Señor Jesús.
Cristo, Salvador, en Ti
sólo puedo yo confiar.
Ā”Oh! protĆ©geme a mĆ
en el turbulento mar,
hasta que la tempestad
de la vida terrenal
cese con tranquilidad
en el puerto celestial.
18
Romanos 4.7, 5.1, 8.1
¿Cómo puede el pecador
su perdón aquà saber?
¿Cómo puede el Salvador
esto hacerle comprender?
El que siente la verdad
en su propio corazón
dice con seguridad:
«Dios me ha dado el perdón».
Quien confĆa que JesĆŗs
por su redención murió,
que Ćl su sangre en la cruz
por salvarle derramó,
halla por la fe solaz,
gozo y divino amor,
y en su alma tiene paz,
santa paz en el SeƱor.
19
JeremĆas 8.20; Romanos 14.12; Amós 4.12
¿Cómo puedes pecar
sin temor contra Dios,
echando en olvido su amor?
¿Cómo puedes vivir rechazando la voz
de Cristo, tu buen Salvador?
c
El verano acabó, la cosecha pasó,
y tenemos que ir y la cuenta rendir
delante del trono de Dios.
¿Cómo puedes pensar
que al infierno tĆŗ vas,
sin estremecerte de horror,
sin pedir a tu Dios
mientras tengas lugar
que tenga de ti compasión?
Cuando acabe el verano
y llegue la mies,
la muerte vendrĆ” con su hoz,
y tendrƔs que dar cuenta
ante Cristo, tu juez;
entonces no habrÔ salvación.
Cuando Dios haya puesto
su trono de luz,
llamƔndote a su tribunal,
y buscares en vano refugio en JesĆŗs,
”qué espanto y terror sentirÔs!
20
Mateo 11.28; Lucas 5.8; Juan 7.37
Con voz benigna te llama JesĆŗs,
invitación de puro amor.
¿Por qué le dejas en vano llamar?
¿Sordo serÔs, pecador?
c
Hoy te convida; hoy te convida;
voz bendecida,
benigna convĆdate hoy.
A los cansados convida JesĆŗs;
con compasión mira el dolor.
TrƔele tu carga, te bendecirƔ,
te ayudarĆ” el Salvador.
Siempre aguardando contempla a JesĆŗs:
”tanto esperar! ”con tanto amor!
Hasta sus plantas ven, mĆsero, y trae
tu tentación, tu dolor.
21
Apocalipsis 1.5; Salmo 16.11
ConfĆo yo en Cristo,
quien en la cruz murió.
Por esa muerte listo,
al cielo viajo yo.
Con sangre tan valiosa
lavó mis culpas Ćl;
la derramó copiosa
mi Salvador tan fiel.
Me cubre su justicia
de plena perfección.
Eres, JesĆŗs, delicia,
eres mi salvación.
JesĆŗs, en Ti descanso,
reposo TĆŗ me das;
con calma ahora avanzo
al cielo donde estƔs.
A disfrutar invitas
contigo, mi SeƱor,
delicias infinitas
y celestial amor.
Espero yo mirarte,
oir tu dulce voz.
Espero yo cantarte,
mi Salvador y Dios.
22
Hebreos 4.16; IsaĆas 55.1; Mateo 5.17
Creed, pecadores, JesĆŗs salvarĆ”.
Dejad vuestras dudas
al trono de gracia;
venid confiados, JesĆŗs salvarĆ”.
JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”.
Venid confiados, JesĆŗs salvarĆ”.
Venid los sedientos, JesĆŗs salvarĆ”.
Venid a la fuente,
tomad de las aguas,
tomad libremente, JesĆŗs salvarĆ”.
JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”.
Tomad libremente, JesĆŗs salvarĆ”.
Confiad en su sangre, JesĆŗs salvarĆ”.
La cruz ha vencido;
su muerte en ella
la Ley ha cumplido; JesĆŗs salvarĆ”.
JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”.
La Ley ha cumplido; JesĆŗs salvarĆ”.
23
Romanos 5.6; 1 Corintios 6.20; Hebreos 7.25; Salmo 27.8,9
Cristo, en Ti confĆo, salvación me das.
Sin Ti estoy perdido, no merezco mƔs.
Pero TĆŗ viniste mi alma a rescatar,
para que en la gloria yo pudiera entrar.
c
En tu amor confiando buscarƩ tu faz,
porque en tu presencia tengo gran solaz.
DueƱo de mi vida, amante Salvador,
ya me encuentro cautivado por tu amor.
Cristo, a Ti te alabo, ya no mueres mƔs;
has resucitado y en la gloria estƔs.
TĆŗ por mĆ intercedes ante el trono allĆ,
y me guardas cada dĆa junto a Ti.
Cristo, a Ti te espero, vienes pronto ya.
Fiel es tu promesa; sĆ, se cumplirĆ”.
EstarƩ contigo, semejante a Ti,
y alabanzas gratas cantarĆ© yo allĆ.
24
JosuĆ© 20.3; IsaĆas 4.6; Hebreos 6.18; Efesios 2.8; Salmo 32.5 al 7
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sólo a Ti.
Sólo tu gracia me salva, Señor;
gloria a Ti, sólo a Ti.
Tu sangre preciosa vertida por mĆ
me da tan segura morada en Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sólo a Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sólo a Ti.
Me haces justicia con gracia y amor;
gloria a Ti, sólo a Ti.
La duda me hacĆa vivir en el mal,
ahora es cambiada en fe espiritual.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sólo a Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
vengo a Ti, sólo a Ti.
Has padecido, salvĆ”ndome asĆ;
gloria a Ti, sólo a Ti.
AfĆ”n infinito, y todo por mĆ;
por eso, Dios santo, dirĆjome a Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sólo a Ti.
25
Efesios 1.7; 1 Pedro 1.19; Hebreos 9.22; Romanos 3.25, 5.9
Cristo su preciosa sangre
en el Calvario dio;
por nosotros pecadores
la vertió.
Con su sangre tan preciosa
hizo redención;
y por eso Dios te brinda
el perdón.
Es la sangre tan preciosa
del buen Salvador
lo que quita los pecados
y el temor.
Sin la sangre es imposible
que haya remisión;
por las obras no se alcanza
salvación.
26
NĆŗmeros 2.2; Salmo 20.5; Apocalipsis 5.9
Con valor inmenso despleguemos hoy
la bandera de la cruz,
la verdad del evangelio, el honor
del soldado de JesĆŗs.
c
Adelante, adelante
en pos de nuestro Salvador.
Nos da gozo y paz nuestro Rey;
adelante con valor.
Prediquemos siempre lo que dice Dios
de la sangre del SeƱor,
cómo limpia del pecado al mortal
y le compra salvación.
En el mundo proclamemos con fervor
esta historia de la cruz.
Bendigamos sin cesar al Redentor,
quien nos trajo paz y luz.
En el cielo nuestro cƔntico serƔ
alabanzas a JesĆŗs.
Nuestro corazón allà rebosarÔ
de amor y gratitud.
27
Salmos 32, 51 y 34; 1 Timoteo 1.13,14
”CuÔn bendito es el hombre
perdonado por JesĆŗs,
con el corazón lavado
en la sangre de la cruz!
SĆ, es bienaventurado
al que Dios no contarĆ”
ni engaƱo ni pecado,
mas su gracia le darĆ”.
Triste, envuelto en el silencio,
mis pecados escondĆ.
”Qué pesares de conciencia,
quĆ© miserias padecĆ!
Mas por fin desesperado,
descubrà mi aflicción;
mis pecados confesando,
en Jesús busqué perdón.
Escuchó Ćl mis clamores,
mis pecados perdonó,
y de todas mis angustias,
compasivo, me libró.
”Gloria a Ti, Señor eterno,
adorable Salvador!
”Gloria a Ti en las alturas,
Dios de vida, Dios de amor!
28
Mateo 11.28; Proverbios 18.24; Hebreos 9.26
Ā”CuĆ”n dulce en los oĆdos
del triste pecador
la voz de Cristo suena,
su amante Salvador!
«Ven, alma trabajada
de penas y dolor;
descarga en mĆ tus culpas,
tu angustia y tu temorĀ».
c
Ven, sĆ, ven a mĆ. Ven, sĆ, ven a mĆ.
Alma atribulada, ven, sĆ, ven a mĆ.
Ven, sĆ, ven a mĆ. Ven, sĆ, ven a mĆ.
Alma atribulada, ven, sĆ, ven a mĆ.
ĀæDeseas un amigo
eternamente fiel,
sostƩn en tus flaquezas,
autor de todo bien?
Acude, pues, a Cristo,
y en Ćl encontrarĆ”s
perdón, descanso y gozo,
amor y dulce paz.
SĆ, Cristo es el camino,
la vida y la verdad,
el solo sacrificio
que expĆa la maldad;
el solo sacerdote,
el solo mediador.
Cristo, sĆ, sólo Cristo
es nuestro Salvador.
29
Hebreos 9.27; Hechos 10.42; Amós 4.12
Cuando llegues a morir,
cuando dejes de vivir,
y entres en la eternidad,
¿cómo entonces te hallarÔs?
Pronto el Juez se sentarĆ”,
pronto al mundo juzgarĆ”.
¿Cómo a Dios contestarÔs?
¿Cómo entonces te hallarÔs?
Al llegarte a despedir
de los salvos, y decir:
«Ya no nos veremos mÔs»,
¿cómo entonces te hallarÔs?
30
Lamentaciones 1.12; Filipenses 2.6
Cuando oĆa contar del amor de JesĆŗs,
mi alma no lo comprendĆa.
Me contaban su angustia
y dolor en la cruz,
mas mi alma no se conmovĆa.
No podĆa comprender el afĆ”n y la fe
con que hablaban de Cristo y su amor;
mas ahora yo puedo decirlo tambiƩn:
JesĆŗs es mi Salvador.
c
JesĆŗs es mi Salvador,
JesĆŗs es mi Salvador.
Mas ahora yo puedo decirlo tambiƩn:
JesĆŗs es mi Salvador.
Me decĆan que JesĆŗs era el Hijo de Dios,
de todas las cosas Creador.
Siendo en forma de Dios,
forma de hombre tomó;
asĆ pudo ser Salvador.
Este mundo al SeƱor
de la gloria en la cruz,
le colgó, despreciando su amor.
Pero Dios me hizo ver en la cruz mi salud;
JesĆŗs es mi Salvador.
31
1 Timoteo 1.15; 1 Pedro 2.25; Hebreos 7.25; Romanos 4.24,25
Cuando perdido anduve
en noche terrenal,
de su hogar glorioso vino Cristo el SeƱor;
hasta el mundo vino
la gran obra a terminar
de la salvación del pobre pecador.
c
Cierta, cierta, cierta es la palabra
que JesĆŗs, que JesĆŗs vino acĆ” a salvar;
a salvarnos a los pecadores,
y su vida en precio de rescate dar.
Cuando perdido anduve,
vino el buen Pastor;
vino en busca del cordero que se perdió.
A sufrir la muerte le llevó su gran amor,
y con regocijo a su cordero halló.
Gracias a Cristo que a la muerte
se entregó
para abrir la puerta de su hogar celestial;
de la muerte victorioso Dios le levantó,
y en la gloria vive para perdonar.
c
Gracias, gracias, gracias doy a Cristo
que murió, que murió y resucitó
por salvarme, y justificarme.
Ahora agradecido en Ćl confĆo yo.
32
GƔlatas 3.4,5; Romanos 7.6; 1 Juan 3.2
De la Ley libre: ”dicha indecible!
Cristo sufrió la pena terrible.
Rota su liga, al preso soltó;
Cristo por siempre nos salvó.
c
”Nos salvó! ¿Por qué no le admites?
”Nos salvó! ¿Qué, amigo, me dices?
Cree en el Señor, que nos libertó,
Cristo por siempre nos salvó.
”No mÔs cautivos! Ya no hay cadena,
Cristo nos dio la vida eterna.
Ā«Ven a mĆĀ», dijo, cuando llamó.
Cristo por siempre nos salvó.
”Hijos de Dios! ”Paternidad santa!
Vida perpetua, libre de falta,
nos brinda; y con gran poder
Cristo la muerte ha de vencer.
33
Romanos 6.17,18; Ester 9.22; Hebreos 2.15
De mi tristeza y esclavitud,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs.
A tu alegrĆa y a tu virtud,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi pobreza y enfermedad,
a tu salud y rica bondad;
a tu presencia de mi maldad,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi flaqueza y falta de luz,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs.
Al eminente bien de tu cruz,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
Del sufrimiento que es terrenal
a Ti, mi mƩdico celestial,
para ser libre de todo mal,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi soberbia y falta de paz,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs,
para morar en dulce solaz,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi tristeza a tu gran amor,
a Ti, JesĆŗs, mi consolador,
para por siempre darte loor;
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De ese terror que la tumba me da,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs,
a la alegrĆa y luz de tu hogar
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De la indecible profundidad,
a tu redil de tranquilidad,
a ver tu faz por la eternidad,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
34
Juan 3.14; 1 Timoteo 1.15; Hebreos 6.18
De tal manera Dios amó
a los perdidos, que mandó
a Jesucristo acudir,
y por su redención morir.
Movido por el mismo amor,
al mundo vino el Salvador,
trocando el trono de la luz
por el madero de la cruz.
Jesús murió, y todo aquel
que presuroso viene a Ćl,
en Ćl refugio encontrarĆ”,
y vida eterna gozarĆ”.
35
Apocalipsis 21; 2 Crónicas 9.6; Juan 10.3
De una hermosa ciudad he leĆdo
en el reino de Dios mƔs allƔ.
De su muro de jaspe he sabido;
de oro puro es aquella ciudad.
Por el medio va el rĆo de vida,
cual cristal resplandecen sus aguas;
mas ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
c
”Oh! no se puede contar,
”oh! no se puede contar.
Ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
De mansiones de luz he leĆdo,
preparadas por mi Salvador,
y los suyos que aquĆ le han servido
ya descansan con Cristo el SeƱor.
Ni el pecado ni el llanto allĆ entran,
y ninguno se envejecerĆ”;
mas ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
De JesĆŗs tan amante he leĆdo,
que recibe al mƔs vil pecador,
perdonƔndole todo el delito,
cuando vuelve con fe al Salvador.
TambiĆ©n sĆ© que protege y guĆa
todo aquel que al redil quiere entrar;
mas ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
36
Lucas 15.20; 1 Timoteo 1.16; Efesios 2.13
Del paĆs distante donde no hay sostĆ©n,
Padre, pan, ni casa: ”ven, hijo, ven!
c
Bienvenido seas hoy al real hogar.
Dios el beso de su amor te espera dar.
”Ve la puerta abierta! ¿Sabes para quién?
Para ti, hoy dĆa, Ā”ven, hijo, ven!
Al hogar paterno, donde hay todo bien,
del paĆs del hambre, Ā”ven, hijo, ven!
Ojos compasivos tu venida ven;
fiestas te preparan; ”ven, hijo, ven!
Mas si tal convite tratas con desdƩn,
¿cuÔl serÔ tu suerte? ”Ven, hijo, ven!
37
Lucas 15.5; Romanos 6.17; 2 Corintios 1.5
Descarrieme cual oveja,
pero Cristo me buscó
y me recogió en su seno;
al camino me volvió.
c
CantarƩ la grata historia
de JesĆŗs mi Salvador,
quien murió en el Calvario
por mĆ, un pobre pecador.
Fui esclavo del pecado,
Cristo vio mi perdición.
Con su sangre derramada
Ćl compró mi redención.
Muchas veces tengo penas,
mas Jesús ve mi aflicción;
con su voz de amor consuela
mi abatido corazón.
38
Efesios 5.14; Juan 10.28; Hebreos 5.9
”Despierta! triste pecador,
Ā”oye, sĆ; oye, sĆ!
porque te dice el Salvador:
«”Ven a mĆ, ven a mĆ!
A tu penoso trabajar
preparo dulce bienestar,
en donde puedes descansar.
Ā”Oye, sĆ, ven a mĆ!Ā»
«Yo soy la fuente del perdón,
Ā”oye, sĆ; oye, sĆ!
En mà hay vida, salvación,
Ā”ven a mĆ, ven a mĆ!
Si del castigo huyendo vas,
en mà refugio encontrarÔs,
y vida eterna en mà tendrÔs.
Ā”Oye, sĆ, ven a mĆ!Ā»
«Los que me buscan con afÔn,
Ā”oye, sĆ; oye, sĆ!
jamƔs desatendidos van,
Ā”ven a mĆ, ven a mĆ!Ā»
La compasión del Redentor
te dice a ti hoy, pecador:
Ā«AdmĆteme por tu pastor.
Ā”Oye, sĆ; ven a mĆ!Ā»
«Si quieres la felicidad,
Ā”oye, sĆ; oye sĆ!
si buscas la tranquilidad,
Ā”ven a mĆ, ven a mĆ!
Tus lƔgrimas enjugarƩ,
y tus heridas sanarƩ.
La vida eterna te darƩ,
Ā”oye, sĆ, ven a mĆ!Ā»
39
Salmo 60.4; 1 Timoteo 6.12; 2 Timoteo 2.3
Despliegue el cristiano
su santa bandera,
y muƩstrela ufano del mundo a la faz.
”Soldados valientes!
”el triunfo os espera,
seguid vuestra lucha constante y tenaz!
Despliegue el cristiano su santa bandera,
domine baluartes y almenas a mil.
La Biblia bendita conquista doquiera,
y ante ella se incline la turba gentil.
Despliegue el cristiano su santa bandera,
predique a los pueblos el libro inmortal,
presente a los hombres la luz verdadera
que vierte ese claro luciente fanal.
Despliegue el cristiano su santa bandera,
y muƩstrese bravo, batiƩndose fiel.
Para Ʃl no habrƔ fosos,
para Ʃl no hay barrera,
que lucha a su lado el divino Emanuel.
40
Salmo 1; Oseas 13.3
Dicha grande es la del hombre
cuyas sendas rectas son,
lejos de los pecadores,
lejos de la tentación.
A los malos consejeros
deja, porque teme el mal.
Huye de la burladora
gente impĆa e inmoral.
Antes en la Ley divina
cifra su mayor placer,
meditando dĆa y noche
en su divinal saber.
Ćste, como el Ć”rbol verde,
bien regado y en sazón,
frutos abundantes rinde
y hojas que perennes son.
Cuanto emprende es prosperado,
duradero le es el bien.
Muy diversos resultados
sacan los que nada creen;
pues los lanza como el tamo
que el ciclón arrebató,
de pasiones remolino
que a millones destruyó.
En el juicio ningĆŗn malo
por lo tanto se alzarĆ”;
entre justos congregados,
insensatos nunca habrĆ”.
Porque Dios la vĆa mira
por la cual los suyos van;
otra es la de los impĆos:
al infierno bajarƔn.
41
Lucas 1.4; 2 Timoteo 3.15; 1 Corintios 15.1
Dime la antigua historia
del celestial favor,
de Cristo y de su gloria,
de Cristo y de su amor.
DĆmela con llaneza
propia de la niƱez,
porque es mi mente flaca
y anhela sencillez.
c
Dime la antigua historia,
cuƩntame la victoria,
hƔblame de la gloria
de Cristo y de su amor.
Dime esa grata historia
con lentitud; y asĆ
conocerƩ la obra
que Cristo hizo por mĆ.
DĆmela con frecuencia,
pues soy dado a olvidar,
y el matinal rocĆo
suele el sol disipar.
Dime tan dulce historia
con tono claro y fiel.
Murió Jesús, y salvo
yo quiero ser por Ćl.
Dime esa historia siempre,
si en tiempo de aflicción
deseas a mi alma
traer consolación.
Dime la misma historia,
si crees que tal vez
me ciega de este mundo
la falsa brillantez.
Y cuando ya me alumbre
de la gloria la luz,
repĆteme la historia:
«Quien te salva es Jesús».
42
1 Juan 4.7,8; GƔlatas 4.7; Hebreos 12.28
Dios de amor, Dios de amor,
a Ti vine, un pecador.
Nada de bueno habĆa en mĆ,
mas de lo bueno que no merecĆ,
todo en Ti encontrƩ,
todo en Ti encontrƩ.
Dios de amor, Dios de amor,
cuando vine con temor,
me recibiste y me diste lugar
con alegrĆa en tu buen hogar.
Y como hijo yo entrƩ,
y como hijo yo entrƩ.
Dios de amor, Dios de amor,
gracias doy por tu favor.
Aunque el siervo de casa saldrĆ”,
el que es hijo permanecerĆ”,
y Ćl hartura tendrĆ”,
y Ćl hartura tendrĆ”.
Dios de amor, Dios de amor,
me consagro con fervor.
MƔs fielmente te quiero servir,
y por Ti sólo ya quiero vivir.
Haz TĆŗ que sea asĆ,
haz TĆŗ que sea asĆ.
43
Mateo 25.46; Juan 5.28,29; Hechos 17.30 al 34; Proverbios 16.25
¿Dónde estarÔs en la eternidad?
ĀæNunca has sufrido tal ansiedad?
¿En qué sentido has de contestar?
¿Dónde estarÔs en la eternidad?
c
”Eternidad! ”Eternidad!
¿Dónde estarÔs en la eternidad?
Unos se acogen al Salvador,
ya desechando su viejo error.
Ellos con Cristo lugar tendrƔn;
a eterna gloria los suyos van.
Otros siguiendo su voluntad,
desconociendo su maldad,
andan por senda de rebelión
que los conduce a perdición.
Tu indecisión puede ser fatal.
”Piensa que el alma es inmortal!
Dios quiere darte la salvación
y de su gracia la redención.
44
Mateo 7.13,14; Romanos 6.23; Apocalipsis 20.15
Dos Ćŗnicos caminos hay,
por ellos todos van.
SegĆŗn el hombre escoja aquĆ,
tendrĆ” su eternidad.
c
La paga del pecado muerte es, muerte es.
La paga del pecado muerte es, muerte es.
Mas la vida eterna es el don de Dios
por el Señor Jesús.
Mas la vida eterna es el don de Dios
por el Señor Jesús.
Por el camino ancho va
la grande multitud;
pensando sólo en su placer,
se olvidan de JesĆŗs.
Por el camino angosto van
los salvos por JesĆŗs.
NegĆ”ndose, en pos de Ćl
caminan con su cruz.
Los engaƱados de SatƔn
tendrƔn un triste fin:
el fuego eterno de dolor,
el lloro y el gemir.
Los que andan con JesĆŗs aquĆ,
si sufren aflicción,
tendrĆ”n su recompensa allĆ,
eterno galardón.
45
Lucas 15.10; Juan 10.15, 20.27
El buen Pastor al verme
perdido e infeliz,
llegando a donde estaba
me trajo a su redil.
Y al ver que Cristo me salvó,
el cielo entero se alegró.
c
Soy salvo por su gracia,
su tierno amor me sacia,
su preciosa sangre me lavó,
y hasta hoy su brazo me guardó.
Me señaló sus llagas,
su sangre me mostró.
Me dijo: «Por salvarte
la vida puse yoĀ».
JamÔs oà tan dulce voz,
llenome de la paz de Dios.
Al recordar mi vida
de olvido de JesĆŗs,
no sƩ por quƩ quisiera
morir por mĆ en la cruz.
Mas creo su palabra fiel,
y vida eterna tengo en Ćl.
Yo encuentro en su presencia
descanso y dulce paz,
y espero el grato dĆa
en que verƩ su faz.
Y mientras en el mundo estƩ
sus alabanzas cantarƩ.
46
Juan 3.16,17,36; Ezequiel 18.4
El evangelio santo
anuncia al pecador
que Dios al mundo amó
y diole un Salvador.
c
Y quien en Cristo creerĆ”
de vida eterna gozarĆ”,
de vida eterna gozarĆ”.
«Aquel que peca muere»,
asà Dios sentenció.
Mas Cristo, por amor,
su propia vida dio.
El Salvador del mundo
no vino a condenar;
mas vino por su cruz
los hombres a salvar.
47
2 Crónicas 9.6; JeremĆas 31.3 Efesios 3.19; Oseas 11.4
El grande amor del Salvador,
muriendo en vez del pecador,
su santo empeƱo por salvar:
¿quién lo podrÔ contar?
c
¿Quién puede tal amor contar?
¿Quién puede tal amor contar?
El grande amor del Salvador:
¿quién lo podrÔ contar?
La maravilla de su amor,
cruz afrentosa, cruel dolor,
que padeció en mi lugar:
¿quién lo podrÔ contar?
Incomparable Salvador,
”cuÔn tierno es tu precioso amor!
”cuÔn imposible de contar!
”cuÔn grande y sin par!
48
Lucas 7.50; Hecho 4.12; Tito 3.5; JeremĆas 2.22; 2 Reyes 7.3
El llorar no salva;
aunque corra por mi faz
llanto amargo en profusión,
no me lavarƔ jamƔs.
El llorar no salva.
c
LƔgrimas y vida dio,
precio inmenso de mi paz,
quien del cielo descendió.
Es JesĆŗs quien salva.
Obras no me salvan.
Cuanto yo pudiera hacer
es del todo ineficaz,
pues no me hace renacer.
Obras no me salvan.
c
Vida nueva tengo en Ćl,
quien la Ley de Dios cumplió,
quien en Gólgota expiró.
Es JesĆŗs quien salva.
Aplazar no salva.
DelinquĆ, perdido estoy;
oigo del amor la voz;
muere mi alma si no voy.
Aplazar no salva.
c
Por mi bien se apresuró
Cristo, en quien confĆo yo.
Ćl con mi maldad cargó;
es JesĆŗs quien salva.
49
Romanos 5.8; Santiago 4.8; 2 Timoteo 2.12
El mensaje del SeƱor
”escuchad, escuchad!
Y loor a vuestro Dios
”tributad, tributad!
”Oh, cuÔn grande es su piedad
para el pobre pecador!
Pues nos salva por confiar
en JesĆŗs, Salvador.
Acercaos a JesĆŗs,
”confiad, confiad!
Ćl nos dice: Ā«A mĆ venid,
”descansad, descansad!»
”Oh! ¿por qué rechazaréis
el amor del Redentor?
Digno es Ćl de recibir
nuestra fe, nuestro amor.
En la viƱa del SeƱor
”trabajad, trabajad!
Y a JesĆŗs el Salvador
”alabad, alabad!
Si sufrĆs aquĆ por Ćl,
con Ćl siempre reinarĆ©is,
y en la eternidad allĆ
gozarƩis, gozarƩis.
50
Juan 8.12, 9.25 Hechos 26.23; 2 Corintios 4.4
El mundo perdido en pecado se vio;
JesĆŗs es la luz del mundo.
Mas en las tinieblas la gloria brilló;
JesĆŗs es la luz del mundo.
c
”Ven a la luz! No quieras perder
gozo perfecto al amanecer.
Yo ciego fui, mas ya puedo ver;
JesĆŗs es la luz del mundo.
Cual niebla deshace del sol el calor,
JesĆŗs es la luz del mundo.
AsĆ toda duda disipa su amor;
JesĆŗs es la luz del mundo.
”Oh! ciegos y presos del lóbrego error,
JesĆŗs es la luz del mundo.
El manda lavaros y ver su fulgor;
JesĆŗs es la luz del mundo.
51
Hebreos 10.10; 1 Timoteo 1.15; 2 Corintios 9.15
El Salvador Jesús murió
por nuestra redención,
y su perfecta ofrenda ya
es base del perdón.
Ahora ofrece salvación
a todo aquel que cree,
palabra del SeƱor que bien
merece nuestra fe.
Pues aceptemos sin dudar
el indecible don,
y por la obra de la cruz
busquemos salvación.
52
Apocalipsis 21.2,18, 22.14; 1 Pedro 1.4
En la ciudad de Dios
no cabe el pecador.
Puro es su brillo,
puro es su brillo,
sin mancha es su fulgor.
Perdona mi maldad,
soy pobre pecador.
Lava mis culpas,
lava mis culpas,
bendito Salvador.
Tu hijo quiero ser
por siempre, mi SeƱor.
TĆŗ eres mi amparo,
TĆŗ eres mi amparo,
contra el vil tentador.
”Oh! cuando arriba esté,
salvado por tu cruz,
puro y sin mancha,
puro y sin mancha,
verƩ tu hermosa luz.
53
Salmo 23.2; Hebreos 13.20; Juan 1.16
Es Jesucristo la vida, la luz;
Ćl nos demuestra la felicidad.
El Redentor quien ha muerto en la cruz
por darnos libertad.
c
Ćl es Pastor enviado
y divino Emanuel.
Ćl me conduce por sendas de paz,
como a su oveja fiel.
Quita del alma la incredulidad,
limpia las manchas de infiel corazón.
Es su carƔcter la suma bondad;
nos tiene compasión.
Fuente preciosa de gracia y bondad,
que purifica de toda maldad.
Feliz quien toma de su plenitud
y de su santidad.
54
1 Timoteo 1.15; Juan 19.30; Hechos 10.42,43
Es palabra fiel y digna
que JesĆŗs, el Salvador,
ha venido al pobre mundo
a salvar al pecador.
c
”Mensaje tan glorioso!
Hoy yo proclamarƩ
la salvación eterna
en Cristo, por la fe.
Ćl ha consumado la obra
por su sacrificio fiel.
Ahora el Padre satisfecho
nos acepta sólo en Ćl.
De la muerte ya triunfante,
en la gloria Ćl hoy estĆ”.
El Cordero fue inmolado,
y por ti Ćl abogarĆ”.
Mas el mismo Jesucristo,
que te quiere ya salvar,
llegarĆ” muy pronto en juicio
y te puede condenar.
Pues, acepta ahora mismo
el mensaje de su amor;
y, salvado por su sangre,
obedece al Salvador.
55
Juan 6.69; Hechos 2.36; 2 Timoteo 2.19
EstĆ” mi Salvador aquĆ,
el amoroso Cristo,
Aquel que se entregó por mĆ:
bendito Jesucristo.
c
Nombre digno de mi honor,
nombre digno de mi amor,
nombre de mi Redentor:
Cristo, Jesucristo.
Os dice Ćl: «”Venid a mĆ!Ā»
OĆd la voz de Cristo.
Seguidle poco tiempo aquĆ,
y reinarƩis con Cristo.
Doy gracias a mi Redentor,
confĆo yo en Cristo.
Su nombre a mĆ me infunde amor,
su dulce nombre Cristo.
Venid, cantad a nuestro Dios,
al glorioso Cristo.
Cantad con corazón y voz
al santo nombre Cristo.
56
EclesiastƩs 3.11; Mateo 25.46; Lucas 16.25
”Eternidad! ”Qué grande eres!
”Eternidad, que nunca mueres!
Oh dime: ¿Dónde yo iré?
¿Qué suerte allà yo encontraré?
Feliz o triste, ¿cuÔl serÔ?
”La eternidad se acerca ya!
”Eternidad! ¿Qué cuentas llevas?
”Eternidad! ¿Con qué me pagas
las horas del carnal placer,
las obras que dejƩ de hacer?
Pesar o gozo, ¿cuÔl serÔ?
”La eternidad se acerca ya!
”Señor Jesús! ”Mi fiador!
”Señor Jesús! ”Mi Salvador!
La vida diste TĆŗ por mĆ,
mi espĆritu halla paz en Ti.
La eternidad no espanta ya,
la eternidad no espanta ya.
”Eternidad! ”Suprema gloria!
”Eternidad! ”De amor la historia!
”Que corran siglos a su fin;
que suene el Ćŗltimo clarĆn!
”Oh ven, Señor, ven sin tardar!
”La eternidad se acerca ya!
57
Mateo 25.32,46, 7.13,14; Juan 5.29
Francas las puertas encontrarƔn,
unos, sĆ; otros, no.
De alguien las glorias sin fin serƔn,
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Calles de oro, mar de cristal,
pleno reposo, perfecto amor;
unos tendrƔn celestial hogar.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Fieles discĆpulos de JesĆŗs,
— unos, sĆ; otros, no -
logran corona en vez de cruz.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Mora el Rey en gloriosa luz;
con Ćl no puede haber dolor.
De alguien serĆ” esta beatitud.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Llegan a tiempo, pasando bien,
unos, sĆ; otros, no.
Unos las puertas cerradas ven.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Ciegos y sordos hoy nada creen;
tarde lamentarƔn tal error.
El que desdeƱan serƔ su Juez.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Son herederos del porvenir,
— unos, sĆ; otros no —
los que procuran por Dios vivir.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Cuando concluya la dura lid,
en compaƱĆa del Salvador,
alguien serĆ” sin cesar feliz.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
58
1 Juan 1.5, 4.8; 2 Corintios 4.4; Salmo 85.10
Grata nueva Dios proclama
hoy al mundo pecador;
dulce nueva revelada
en la cruz del Salvador.
c
Luz divina resplandece;
muestra al triste pecador
que en la cruz de Cristo juntas
tu justicia y gran amor.
Ciego el hombre, y obcecado
en las sendas del error,
desconoce y desconfĆa
de este Dios, del Dios de amor.
Con ofrendas, obras vanas,
sacrificios sin valor,
piensa el hombre acongojado
propiciar su Creador.
Habla TĆŗ a los corazones;
muƩstrate Dios Salvador;
y sin fin proclamaremos:
”Dios es luz! ”Dios es amor!
59
Lucas 8.39; Juan 16.33; Apocalipsis 22.4
HallƩ un buen amigo,
mi amado Salvador;
contarĆ© lo que Ćl ha hecho para mĆ.
HallƔndome perdido e indigno pecador,
me salvó, y ya me guarda para sĆ.
Me salva del pecado,
me guarda de SatƔn,
promete estar conmigo hasta el fin.
Ćl consuela mi tristeza,
me quita todo afƔn;
grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ.
Jesús jamÔs me falta,
jamƔs me dejarƔ;
es mi fuerte y poderoso protector.
Del mundo yo me aparto y toda vanidad
para consagrar mi vida a mi SeƱor.
Si el mundo me persigue,
si sufro tentación,
confiado en Cristo puedo resistir.
La victoria me es segura
y elevo mi canción:
grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ.
Yo sƩ que Jesucristo
muy pronto volverĆ”,
y entretanto me prepara un lugar
en la casa de su Padre,
mansión de luz y paz,
do el creyente fiel con Ćl ha de morar.
LlegƔndome a la gloria,
con Ćl yo estarĆ©
y contemplarĆ© su rostro siempre allĆ.
Con los santos redimidos
gozoso cantarƩ:
grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ.
60
2 Timoteo 4.7,8; Deuteronomio 30.19
Hay, una vez pasada esta vida
con sus pesares, cuitas y afƔn,
paz y reposo y una bienvenida,
que los creyentes gozarƔn.
Hay un hogar, do se verĆ” cumplida
del alma la continua oración;
donde jamƔs serƔ entristecida
por disensión, por disensión.
Hay esperanza para el creyente
que le alza de este mundo mƔs allƔ,
y de la tumba saca refulgente
la vida que no pasarĆ”.
Corona hay por Cristo preparada;
el fiel cristiano ve su brillantez
y dice, fija en ella la mirada:
Ā«SĆ, mĆa es; sĆ, mĆa esĀ».
Vestido hay que Cristo ha provisto.
ĀæNo quieres tĆŗ el alma revestir?
”Oh! tú que vagas lejos y perdido,
al Salvador hoy debes ir.
Creyendo en Ćl tendrĆ”s el mismo cielo,
mas rechazƔndole te perderƔs.
Oh, ¿cuÔl, eterna dicha o eterno duelo,
escogerƔs, escogerƔs?
61
Hechos 1.1, 10.33; Salmo 126.3; Lucas 8.47
Hermano, dinos hoy algo de JesĆŗs;
dinos otra vez la historia de su amor.
DeclƔranos tu fe, gozo y gratitud;
dinos otra vez la historia de su amor.
¿Sigues siempre cerca de tu Señor?
ĀæArde tu alma del primer fervor?
¿EstÔ tu copa llena de bendición?
Dinos otra vez la historia de su amor.
c
Dinos otra vez la historia
del amor del Salvador.
Tan bendita y grata historia,
nos harĆ” cantar su gloria.
Dinos otra vez la historia de su amor.
Al escuchar tu voz que habla del SeƱor,
dinos otra vez la historia de su amor.
Tal vez un pecador se convierta a Dios;
dinos otra vez la historia de su amor.
Muchos tienen sed en su corazón,
en el mundo buscan diversión.
SeñÔlales la fuente de bendición;
dinos otra vez la historia de su amor.
La ayuda que te ha dado en la tentación,
dinos otra vez la historia de su amor.
Las pruebas de tu fe y su compasión,
dinos otra vez la historia de su amor.
Dinos que JesĆŗs es tu amigo fiel,
que es tu capitƔn y gran pastor.
Socorro oportuno has hallado en Ćl;
dinos otra vez la historia de su amor.
62
Apocalipsis 3.20; Mateo 23.37
Hoy JesĆŗs te quiere hablar,
pobre pecador.
No le quieras rechazar
de tu corazón.
c
Ā”A tu puerta llama, dale entrada, sĆ!
La visita bienhechora hoy es para ti.
ĀæNada vale ya su voz
en tu corazón?
ĀæNada puede en ti el amor
de tu Salvador?
Pecador, ¿por qué vivir
sin la salvación?
Y ¿por qué has de resistir
mƔs a tu SeƱor?
63
Romanos 5.5,6; Hechos 1.11; Hebreos 9.24, 10.20
JesĆŗs del cielo sobre nos
derrama su bondad;
con ricos dones y la voz
de su amor y gran piedad.
c
Yo creo, sĆ, que TĆŗ por mĆ
moriste en una cruz;
salvado soy, salvado soy
y a la gloria voy.
SeƱor amado, hacia Ti
los ojos mirarƔn
de los hermanos en la fe
que pronto te verƔn.
SĆ, volverĆ” y cumplirĆ”
lo que Ćl nos prometió;
y el buen camino Ćl abrirĆ”
por donde Ćl mismo entró.
64
Juan 19.25; Romanos 11.36; IsaĆas 41.18, 49.10, 58.11
Junto a la cruz, do murió el Salvador
por mis pecados, clamaba al SeƱor.
”Qué maravilla! Jesús me salvó;
”a su nombre gloria!
c
”A su nombre gloria!
”A su nombre gloria!
”Qué maravilla!
”Jesús me salvó!
”A su nombre gloria!
Junto a la cruz recibà el perdón,
limpio en su sangre es mi corazón.
Me gozo ya de su bendición,
”a su nombre gloria!
Junto a la cruz hay el manantial
de agua de vida, cual el cristal.
Mi sed allĆ Cristo pudo apagar,
”a su nombre gloria!
Ven sin tardar a la cruz, pecador,
donde te espera el gran Redentor.
Allà de Dios hallarÔs el amor;
”a su nombre gloria!
65
Juan 3.16, 14.6; IsaĆas 53.10
La grata nueva suena
por el mundo en derredor,
ofreciendo vida eterna
al indigno pecador.
De tal manera Dios
a la humanidad amó,
que a JesĆŗs su bien amado
a morir le entregó.
c
”Escuchad! ”Escuchad!
el mensaje de perdón.
”Aceptad! ”Aceptad!
de Jesús la salvación.
La grata nueva ofrece
a los hombres el perdón.
No rechaces, no, su oferta
de tan grande salvación.
El camino es JesĆŗs
a la gran ciudad de luz;
nadie viene al Padre sino
por el Salvador JesĆŗs.
La grata nueva ruega
al que vacilando estĆ”,
para que no pierda tiempo
mientras hay lugar allĆ”.
No tengas, pues, temor
de este mundo en derredor.
En JesĆŗs hay un amigo
quien es nuestro Redentor.
La grata nueva dice
cómo Dios nos da perdón
por los mƩritos de Cristo
en su gran expiación.
La vĆctima fue Ćl,
y las culpas Ćl llevó.
Satisfizo la justicia
y a su pueblo redimió.
66
NĆŗmeros 21.9; Juan 3.14, 12.32, 19.30
La mirada de fe al que ha muerto
en la cruz
infalible la vida nos da.
Mira, pues, pecador, mira pronto
a JesĆŗs,
y tu alma la vida hallarĆ”.
c
Ve, ve, ve a JesĆŗs.
Que si miras con fe
al que ha muerto en la cruz,
al momento la vida tendrƔs.
¿Su penoso sufrir en la cruz qué valió,
si tus culpas no estaban allĆ?
¿Qué valió su morir, si tu deuda no fue
con su sangre pagada por ti?
Ni el gemir, ni el llorar,
de la culpa el baldón
o la pena quitarte podrĆ”.
Sólo Cristo en la cruz,
padeciendo hasta el fin,
ha podido tu carga llevar.
Con inmensa bondad
tus pecados tomó,
y por ellos la muerte cruel.
De inefable sufrir compasivo abrazó,
para darte la vida y el bien.
No vaciles ni tengas temor, oh mortal,
pues Jesús en la cruz anunció,
exclamando con voz
de clemencia y poder:
«Consumada es la redención».
Oye, pues, con placer
el decreto de Dios;
bondadoso la vida te da;
y recibe con fe el mensaje de amor,
que te anuncia el perdón y la paz.
67
Marcos 2.17; IsaĆas 43.25; Juan 18.11
La tierna voz del Salvador
nos habla conmovida.
OĆd al MĆ©dico de amor,
quien da a los muertos vida.
c
Nunca los hombres cantarƔn,
nunca los Ɣngeles de luz
mƔs dulce nota elevarƔn
que el nombre de JesĆŗs.
«Borradas ya tus culpas son»,
su voz hoy te pregona.
Recibe, sĆ, su bendición,
y goza la corona.
La negra copa del dolor,
JesĆŗs, has apurado,
por dar al pobre pecador
tu amor, oh bien Amado.
Y cuando venga el Salvador,
al cielo subiremos;
arrebatados en amor,
su nombre cantaremos.
68
IsaĆas 40.6 al 9; Job 9.25; JeremĆas 21.8
La vida es ficticia, efĆmera flor,
del sol a la tarde, la agosta el ardor.
Antes que se mustie, la debes llevar,
cual ofrenda grata, de Dios al altar.
SĆ; desde la infancia hasta la vejez,
se pasan los aƱos con gran rapidez.
Y llega la muerte, sin verla venir:
y el alma, ¿no sabes a dónde ha de ir?
Incierta es la hora de tu cierto fin.
”Ay de aquel que tema
del juicio el clarĆn!
Reflexiona, oh hombre:
¿Qué de ti va a ser:
o eterna desdicha, o eterno placer?
69
Santiago 4.14; 1 Pedro 1.24; Hebreos 9.27
La vida pasa con gran rapidez,
la vida pasa, la vida pasa.
QuizƔs la muerte muy cerca estƩ.
La muerte llega, la muerte llega,
y pronto, pronto cada cual,
y pronto, pronto cada cual
se encontrarĆ”, se encontrarĆ”
en la eternidad.
La vida pasa con rapidez,
y cuƔndo acabe, ninguno sabe;
y llega el juicio de Dios despuƩs,
el juicio llega, el juicio llega,
y pronto, pronto cada cual,
y pronto, pronto cada cual
se encontrarĆ”, se encontrarĆ”
en la eternidad.
La vida pasa con rapidez;
la vida es breve, la vida es breve,
y el dĆa de gracia ahora es.
Mas del maƱana, ninguno sabe,
y Cristo llama a cada cual,
y Cristo llama a cada cual
a estar con Ćl, a estar con Ćl
en la eternidad.
70
Apocalipsis 3.20; IsaĆas 65.12, 66.4
Llaman, llaman, ¿quién va allÔ?
”Abran, abran! ¿quién serÔ?
«Soy un huésped muy hermoso,
en el mundo sin igual.
Mi semblante es cariƱoso;
¿no podré pisar tu umbral?»
Llaman, llaman, ¿quién va allÔ?
Abran, abran, aĆŗn estĆ”.
«”Oh qué puerta tan cerrada!
Ā”CuĆ”n difĆcil es de abrir!
”Mi visita es despreciada,
no me quieres recibir!Ā»
Llaman, llaman, ¿quién va allÔ?
”Abran, abran, no se va!
Ā«De rocĆo estoy baƱado;
no me canso de esperar.
”Ay del corazón helado
que me llegue a rechazar!Ā»
Abro, abro, oh Salvador;
entra, entra, en tu amor.
Tu paciencia me ha vencido,
soy, de corazón, de Ti;
entra TĆŗ y, bienvenido,
haz morada ahora en mĆ.
71
Mateo 14.32, 8.27
Lleno de angustia y temores,
en brava y oscura mar,
el hombre perdido navega,
cual barco en la tempestad.
Olas de mal le rodean,
nubes de gran pavor.
El naufragio eternal le amenaza
y su alma llena el terror.
c
Mira, oh turbado, tu Salvador cerca estĆ”.
Vio tu peligro y con suma bondad
acude a librarte de ruina y dolor;
domina los vientos, las nubes y el mar
y te abre el puerto del bienestar.
Su voz potente en la tempestad
trae paz, dulce paz.
Recibe a Cristo y navegarƔs
en calma y paz.
Contra las olas y el viento
batalla con ansiedad.
Valiente procura librarse
del bravo mar de impiedad.
Mas ya sus fuerzas gastadas,
rendido y sin valor,
desmayando desea un refugio,
un guĆa y un Salvador.
Fuerte y solĆcito acude
JesĆŗs, y con gran bondad
aborda la frƔgil barquilla,
y calma la tempestad.
Libre de todo peligro,
salvo, seguro y en paz,
hoy con Cristo navega el marino
a eterna felicidad.
72
2 Corintios 8.9; Romanos 5.20; Lucas 2.14
Maravilla de clemencia,
prueba de infinita gracia,
compasivo amor que sacia,
contemplamos en JesĆŗs.
Por nosotros pecadores
Ćl de rico pobre se hizo.
La justicia satisfizo
por nosotros al morir.
La justicia satisfizo
por nosotros al morir.
Grande fue el amor que tuvo
a las almas tan perdidas,
del pecado ennegrecidas;
con su sangre las limpió.
Gloria a Dios en las alturas
que a los hombres paz ha dado,
y al que tenga mƔs pecado
y confiese, da perdón,
y al que tenga mƔs pecado
y confiese, da perdón.
73
Filipenses 2.5 al 11; Colosenses 2.15; 2 Corintios 4.17
Me gozo en JesĆŗs,
quien su trono de luz
dejó por tomar mi lugar en la cruz.
c
”Alabanzas al Cordero!
de mi vida el poder.
Triunfó en el madero.
”aleluya! Amén.
Mis culpas sentĆ,
y contrito acudĆ
a Cristo, refugio eternal para mĆ.
Y asĆ tengo yo
en Jesús que me amó,
la paz y el perdón que su sangre compró.
Si hay penas aquĆ,
gozo eterno hay allĆ,
do Cristo prepara lugar para mĆ.
74
Lucas 23.34; Salmo 51; Juan 1.16
Me habla ya, Señor Jesús,
tu dulce voz de amor,
que desde el Ɣrbol de la cruz
invita al pecador.
Yo soy pecador,
nada hay bueno en mĆ.
Ser objeto de tu amor
deseo, y vengo a Ti.
Nos ofreces el perdón
de toda iniquidad,
si el llanto inunda el corazón
que acude a tu piedad.
Yo soy pecador;
ten de mĆ piedad,
dame llanto de dolor,
y borra mi maldad.
TĆŗ prometes aumentar
la fe del que creyó,
y gracia sobre gracia dar
a quien en Ti esperó.
Creo en Ti, SeƱor,
sólo espero en Ti.
Dame tu infinito amor,
pues basta para mĆ.
75
Apocalipsis 22; Juan 14.2; Salmo 17.15
Meditad en que hay un hogar
en la margen del rĆo de luz,
donde van para siempre a gozar
los creyentes en Cristo JesĆŗs.
c
MƔs allƔ, mƔs allƔ,
meditad en que hay un hogar,
mƔs allƔ, mƔs allƔ, mƔs allƔ,
en la margen del rĆo de luz.
Meditad en que amigos tenƩis
de los cuales marchamos en pos,
y pensad en que al fin los verƩis
en el alto palacio de Dios.
En que mora JesĆŗs meditad,
donde seres que amamos estƔn,
y a la patria bendita mirad
sin angustias, temores, ni afƔn.
Reunido a los mĆos serĆ©,
mi carrera a su fin toca ya.
En mi hogar celestial entrarƩ,
donde mi alma reposo tendrĆ”.
76
Juan 10.15,28; Daniel 9.26; IsaĆas 4.6, 32.2
MesĆas que muere perdón por ganar,
MesĆas que puede salvar del pecar;
es Ćl el MesĆas que es menester,
MesĆas que es bueno tener.
c
ĀæEs de ti? ĀæEs de ti?
ĀæEs tuyo mi buen Salvador?
Pastor que al rebaƱo su vida darƔ,
pastor que de todo lo protegerĆ”.
Es Ćl el pastor que es menester,
pastor que es bueno tener.
Piloto que sabe el peligro del mar,
y puede los barcos al puerto guiar.
Es Ćl el piloto que es menester,
piloto que es bueno tener.
Refugio del frĆo y del gran ventarrón,
refugio del juicio y la condenación.
Es Ćl el refugio que es menester,
refugio que es bueno tener.
77
Lucas 15.11; 1 Pedro 2.25
Mirad al hijo pródigo,
del padre se apartó.
Miseria, engaƱo y escasez
fue lo que allà encontró.
c
Yo me levantarƩ;
irƩ a mi padre y le dirƩ:
Ā«Contrito heme aquĆ:
yo he pecado contra el cielo,
y también contra ti» .
Desesperado dijo asĆ:
«Con hambre siempre estoy;
perezco si me quedo aquĆ,
junto a mi padre voyĀ».
Ā«Delante de Ćl yo me pondrĆ©,
pidiendo su favor.
Humilde me confesarƩ
indigno de su amorĀ».
Al ver a su hijo regresar,
el padre se alegró.
Dispuesto estaba a perdonar;
de besos le colmó.
78
1 Juan 3.16, 4.9,10; Lucas 23.45; Mateo 27.5
Mirad al Salvador JesĆŗs,
al PrĆncipe benigno,
por mĆ muriendo allĆ en la cruz,
por mĆ, tan vil, indigno.
c
De amor la prueba hela aquĆ:
el Salvador murió por mĆ.
Por mĆ, por mĆ,
JesĆŗs murió por mĆ.
Del sol la faz se oscureció
al ver su agonĆa.
La dura peña se partió;
oĆdlo, alma mĆa.
Y yo tambiƩn al ver la cruz,
por ella soy vencido.
Mi corazón te doy, Jesús,
hoy a tu amor rendido.
79
Juan 19.30; Tito 3.5; Romanos 4.25, 5.15; Colosenses 1.9
Nada tuyo, pecador,
de valor serĆ”.
Todo hizo el Salvador,
largo tiempo ha.
c
«”Consumado es!Ā» Ā”Oh! sĆ,
hecho todo estĆ”.
¿Qué mÔs necesitas? di:
Nada, nada ya.
Cuando de su hogar bajó
a obrar y morir,
todo ya cabal quedó,
óyele decir:
Mientras de tal obra el don
dejes de aceptar,
las tuyas fatales son;
muerte han de llevar.
Busca en Cristo el perdón
con deseo fiel,
y hallarƔs tan grato don
sólo, sólo en Ćl.
80
GĆ©nesis 19.17; 2 Corintios 6.3; JeremĆas 4.6, 51.50; Ćxodo 3.7
No os detengƔis, venid a Cristo,
Ćl os llama con amor.
No os detengÔis, Jesús ha visto
vuestras culpas y dolor.
c
No os detengƔis, no os detengƔis,
nunca, nunca, nunca.
Cristo por salvarnos dio
su sangre cuando Ćl murió.
No os detengÔis, perdón alcanza
quien confĆa en el SeƱor.
No os detengƔis, y sin tardanza
acudid al Redentor.
No os detengÔis, Jesús ha muerto
por el pobre pecador.
No os detengƔis, camino cierto
es JesĆŗs el Salvador.
No os detengÔis, Jesús da calma
al cargado de dolor.
No os detengƔis, la paz del alma
os ofrece el Salvador.
81
Lucas 15.4; IsaĆas 53.6; 1 Pedro 2.25
Noventa y nueve ovejas son
las que en el prado estƔn.
Mas una sola sin pastor
por la montaƱa va.
Del buen redil se apartó,
y vaga en triste soledad,
y vaga en triste soledad.
Por esta oveja el Buen Pastor
se expone con piedad,
dejando solo aquel redil
al que ama de verdad;
Y al espeso bosque va,
su pobre oveja a rescatar,
su pobre oveja a rescatar.
Oscura noche ve venir,
y negra tempestad;
mas todo arrostra y a sufrir
lo lleva su bondad.
Su oveja quiere restituir,
y a todo trance restaurar,
y a todo trance restaurar.
Sangrando llega el Buen Pastor,
la oveja herida estĆ”.
El bosque siente su dolor,
comparte su ansiedad.
Empero Cristo con amor
su oveja pudo rescatar,
su oveja pudo rescatar.
82
Job 7.6; Salmo 68.2; IsaĆas 55.6; Santiago 4.14; Lucas 13.25
Nuestra vida acabarĆ”,
cual las hojas caerĆ”,
cual el sol se ocultarĆ”.
Busca a Dios.
Vuela cada dĆa veloz,
y volando da su voz:
«Ven a dar tu cuenta a Dios».
Busca a Dios.
c
Busca a Dios, busca a Dios.
Entre tanto tengas tiempo,
busca a Dios.
Si te atreves a esperar,
Dios la puerta cerrarĆ”.
Te dirÔ: «Es tarde ya».
Busca a Dios.
Pierde el hombre su vigor,
se marchita cual la flor,
desvanece cual vapor.
Busca a Dios.
Como el rĆo a prisa va
hasta entrar al vasto mar,
vas asĆ a la eternidad.
Busca a Dios.
Clama a Dios de corazón
con sincera contrición,
por Jesús Dios da perdón.
Busca a Dios.
Si no escuchas al SeƱor,
si desprecias su perdón,
te acarreas perdición.
Busca a Dios.
83
2 Reyes 7.9; IsaĆas 57.20; Juan 16.33
Nuevas alegres para decirles
tengo yo ahora, y estas son:
que mis pecados son perdonados,
y con Jesús tendré galardón.
Y que también, aún queda lugar
en la casa celestial
para aquellos que quisieran
la salvación aceptar.
Goces mundanos ya he dejado;
no quiero mƔs tan falso placer.
Paz prometieron, mas engaƱaron,
no me pudieron satisfacer.
Mejor estoy con mi Salvador,
al cielo voy por su favor.
Ćl me guĆa cada dĆa
en su amor y verdad.
Ya no me importa lo que dijeren
los enemigos de mi SeƱor.
Ćl me ha buscado y me ha salvado,
voy a la gloria, reino de amor.
Siempre yo tengo luchas aquĆ;
dulce descanso tengo allĆ.
”Oh qué gozo para mi alma
cuando me llame el SeƱor!
84
Efesios 1.17; Colosenses 1.14; Hebreos 9.12; Salmo 40.3, 103.1 al 4
Oh alma mĆa, a tu SeƱor
eleva cƔnticos de loor,
por la tan grande salvación
que tienes por su redención.
c
”Qué redención! ”Qué grande paz,
que Tú, Señor, por ella das!
Ya canto con alegre son
de tu grandiosa redención.
Del bien muy lejos caminƩ
y contra Dios me rebelƩ.
Mas ya de Cristo es mi canción;
soy salvo por su redención.
Feliz el dĆa cuando vi
lo que hizo Cristo para mĆ.
GozÔndome de mi perdón,
canté yo de su redención.
De mi virtud no quiero hablar,
pues en JesĆŗs mi todo estĆ”.
Mi paz y mi justicia son
el fruto de la redención.
”Oh pecador! Jesús a ti
te dice: Ā«Ven, Ā”oh! ven a mĆ.
Acéptame en tu corazón
y goza de la redención».
85
Salmo 38.4,17; Romanos 5.6, 10.9
”Oh cansado caminante!
ahora pƔrate a escuchar
a JesĆŗs quien tan amante
te ha venido a rescatar.
c
”Oh, no hagas mÔs demora!
A JesĆŗs, amigo, ve;
Ćl te salvarĆ” ahora
si tĆŗ vas a Ćl por fe.
Con pecado tan cargado
ve a Dios en confesión;
y de Ćl, ya perdonado,
tú tendrÔs la salvación.
Aunque dƩbil, siempre piensa
en JesĆŗs y su bondad.
Ćl serĆ” tu gran defensa
contra toda la maldad.
Con vestido muy hermoso
Ćl te quiere hoy vestir,
para que con Ćl gozoso,
tĆŗ a la gloria puedas ir.
86
Juan 6.68; Hechos 13.26, 4.12; Santiago 1.21
”Oh, cantÔdmelas otra vez!
bellas palabras de vida.
Hallo en ellas consuelo y paz,
bellas palabras de vida.
SĆ, de luz y vida,
son apoyo y guĆa.
”Qué bellas son, qué bellas son!
bellas palabras de vida.
”Qué bellas son, qué bellas son!
bellas palabras de vida.
Jesucristo a todos da
bellas palabras de vida.
Hoy recĆbelas, pecador,
bellas palabras de vida.
Bondadoso te salva
y al cielo te llama.
”Qué bellas son, qué bellas son!
bellas palabras de vida.
”Qué bellas son, qué bellas son!
bellas palabras de vida.
Grato el cƔntico sonarƔ,
bellas palabras de vida.
Tus pecados perdonarĆ”,
bellas palabras de vida.
SĆ, de luz y vida,
son apoyo y guĆa.
”Qué bellas son, qué bellas son!
bellas palabras de vida.
”Qué bellas son, qué bellas son!
bellas palabras de vida.
87
Salmo 16.2,11; JeremĆas 2.13, 8.15
Ā”Oh! Cristo en Ti, sĆ, sólo en Ti,
mi corazón halló
la paz, perdón, que con afÔn
sin descansar buscó.
c
Ya ningĆŗn bien sin Cristo habrĆ”;
Ćl sólo para mĆ.
Luz, gozo, paz y gran felicidad
se encuentran sólo Cristo en Ti.
El mundo con afƔn probƩ
y mi alma lo gustó.
Mas descontento me quedƩ
y mi alma se afligió.
GemĆ por paz, felicidad;
busquelas mƔs que a Ti.
Mas cuando Cristo me salvó,
me satisfizo a mĆ.
88
2 Corintios 6.2; GƩnesis 6.3; Hechos 17.31
Oh, hombre, tu Dios
de su gloria te llama
con dulces acentos de su corazón.
Escucha la voz que del cielo proclama:
que hoy solamente es el dĆa del perdón.
c
Que hoy solamente
es el dĆa del perdón.
Que hoy solamente
es el dĆa del perdón.
Su corazón, lleno de tierno cuidado,
de lejos conoce tu gran rebelión.
Al Hijo en rescate por todos ha dado,
mas hoy solamente es el dĆa del perdón.
c
Mas hoy solamente ...
Si tĆŗ le rechazas, Ćl ha de dejarte,
y no te valdrĆ” de JesĆŗs rico don.
AcƩptale, amigo, si quieres salvarte,
pues hoy solamente es el dĆa del perdón.
c
Pues hoy solamente ...
MƔs tarde el SeƱor traerƔ para juicio
delante del trono al ruin pecador.
Entonces no es tiempo de huir
del suplicio,
pues hoy solamente es el dĆa del perdón.
c
Pues hoy solamente ...
89
Ezequiel 34.16; Lucas 5.32, 14.21
”Oh llamad a los perdidos,
tan lejanos del redil!
Atraed a los huidos
al cuidado pastoril.
Ā”SĆ, llamad a los peores,
sumergidos en maldad!
Por salvar los pecadores
Cristo espera. Ā”SĆ, llamad!
”Oh llamad a los cansados
por esfuerzos sin valor!
Sin sus obras son salvados
los que creen al SeƱor.
Ā”SĆ, llamadlos! Dios invita
a que acepten su bondad,
y con sumisión contrita
a Ćl vengan. Ā”SĆ, llamad!
”Oh llamadlos, que conozcan
al que da la salvación!
Y que nunca mƔs carezcan
de su grande provisión.
Ofrecedles vida eterna,
celestial felicidad,
y con caridad fraterna
siempre al pecador llamad.
90
1 Juan 4.10; MalaquĆas 3.6; Hebreos 12.28
”Oh tierno Salvador Jesús,
del mundo TĆŗ la clara luz!
Me das perdón, me das sostén;
bendĆceme con todo bien.
c
Moriste Tú, Señor Jesús,
por mis pecados en la cruz;
con gratitud tu fiel amor
recuerdo yo, mi Salvador.
Por ese amor, ”qué grato bien!
te quiero yo a Ti tambiƩn.
Tu corazón, cuÔn puro amor
sintió por mĆ, oh Salvador.
Has sido mi amigo fiel;
confĆo en Ti, oh Emanuel.
No cambiarĆ”, oh Salvador,
jamÔs por mà tu fiel amor.
La sangre diste TĆŗ por mĆ;
con ella salvo fui por Ti.
Yo gozarƩ felicidad
contigo por la eternidad.
Conmigo moras ya, JesĆŗs,
y vivirƩ contigo en luz.
91
Mateo 11.28; Juan 7.37, 8.12
OĆ la voz del Salvador
decir con tierno amor:
«Venid a mà y descansad,
cargado pecadorĀ».
Al Redentor, tal como fui,
cansado yo acudĆ.
Y luego dulce alivio y paz
por fe de Ćl recibĆ.
OĆ la voz del Salvador
decir: «Venid, bebed;
Yo soy la fuente de salud
y apago toda sedĀ».
Con sed de Dios, del vivo Dios,
buscaba al Salvador.
Lo hallĆ©; mi sed Ćl apagó,
y hoy vivo por su amor.
OĆ su dulce voz decir:
«Del mundo soy la luz.
Miradme a mĆ y salvos sed;
hay vida por mi cruzĀ».
MirĆ© al SeƱor, y luego en Ćl
mi guĆa y sol hallĆ©.
Y en esa luz de vida yo
aquà siempre andaré.
92
Mateo 9.13; Juan 8.36; 1 Juan 2.12
OĆd palabra de JesĆŗs:
«Yo salvo al pecador».
OĆd palabra de JesĆŗs:
«Yo salvo al pecador».
c
Ven a Cristo, ven a Cristo;
Ćl te salvarĆ”.
Ahora mismo ven a Cristo
y Ćl te salvarĆ”.
Ven, pecador, ven a JesĆŗs;
Ćl te libertarĆ”.
Ven, pecador, ven a JesĆŗs;
Ćl te libertarĆ”.
Perdido, ven, ven a JesĆŗs;
Ćl te perdonarĆ”.
Perdido ven, ven a JesĆŗs;
Ćl te perdonarĆ”.
93
Juan 6.37, 7.37, 10.11; Apocalipsis 22.12
Palabra fiel es de JesĆŗs,
oh pecador, a ti:
«Yo no desecharé jamÔs
a quien acude a mĆĀ».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
«Si alguno tiene sed,
el agua de la vida Yo
de balde le daré».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
«Yo te consolaré;
cargado y trabajado, ven,
descanso te daré».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
«El buen Pastor Yo soy;
a las ovejas que escogĆ,
la vida eterna doyĀ».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
«En breve Yo vendré,
y galardón al siervo fiel
conmigo traeré».
94
Job 7.6, 14.10; Deuteronomio 30.19
Pasan dĆas, meses, aƱos
con pasmosa rapidez,
y nosotros pronto iremos
de este mundo. ¿Y qué después?
Muchos viven descuidados
de su eterna salvación;
y al morir, desesperados,
pasan a la perdición.
Otros a JesĆŗs se entregan,
confesando su maldad.
Creen que su sangre limpia
del pecado, y tienen paz.
Vida y muerte estƔn delante;
salvación y perdición.
Tienes tĆŗ que decidirte;
¿qué serÔ tu decisión?
Sólo un paso ahora falta;
no vaciles, pecador.
Es el paso decisivo
de entregarte al Salvador.
95
Romanos 5.1; 2 Corintios 5.17; Efesios 2.9
Paz con Dios, busquƩ ganarla
con febril solicitud,
mas mis «obras meritorias»
no me dieron la salud.
c
”Oh qué paz Jesús me da!
paz que antes ignorƩ.
Todo nuevo se tornó
desde que su paz hallƩ.
Lleno estaba yo de dudas,
temeroso de morir;
hoy en paz, maƱana triste,
con temor del porvenir.
Al final en desespero,
«Ya no puedo», dije yo.
Y del cielo oĆ respuesta:
«Todo hecho ya quedó».
De mis obras despojado,
vi la obra de JesĆŗs.
Supe que la paz fue hecha
por la sangre de su cruz
96
Lucas 19.10; Colosenses 1.14; Apocalipsis 21.27
Pecador, JesĆŗs te busca
y te ofrece salvación.
”Oh! no esperes la mañana,
no rechaces el perdón.
c
Hoy acude tĆŗ a JesĆŗs,
ahora mismo ve a la cruz,
y hallarÔs perdón y luz.
Si la muerte a ti llegare,
pecador, ¿a dónde vas?
Sin perdón de tus pecados
no entrarƔs al santo hogar.
No deseches a este amigo;
tanto Ćl hizo ya por ti.
Oye, pues, su buen mensaje:
Ā«Pecador, por ti sufrĆĀ».
97
Marcos 2.17; Hechos 19.18; Lucas 13.25
Pecador, JesĆŗs te llama,
”cuÔnto le haces esperar!
¿Por qué ingrato asà rechazas
al que quiƩrete salvar?
c
Deja entrar al Rey de gloria,
Ôbrele tu corazón.
CuƩntale tu triste historia;
en sus labios hay perdón.
Para el mundo tus desvelos
guardas siempre, pecador;
nada para el Rey del cielo,
quien murió, tu Redentor.
Cristo llama, hoy te llama,
mas no siempre llamarĆ”.
Date prisa, que maƱana
no tendrƔs tal vez lugar.
98
Proverbios 8.17; Lucas 15
Pecador, ven a Cristo JesĆŗs,
y feliz para siempre serƔs;
que si tĆŗ le quisieras tener,
al divino SeƱor hallarƔs.
c
Ven a Ćl, pecador.
Ven a Ćl, pecador,
que te espera tu buen Salvador.
Ven a Ćl, pecador. Ven a Ćl, pecador,
que te espera tu buen Salvador.
Si cual hijo que necio pecó
vas buscando a sus pies compasión,
tierno amigo en Jesús hallarÔs,
y tendrÔs por su sangre perdón.
Cual oveja que huyó del redil,
da tĆŗ voces al buen Salvador,
y en los hombros llevada serƔs
de tan fuerte y amante Pastor.
99
Romanos 8.38,39; Juan 14.27; 2 Timoteo 2.19
Por la justicia de mi Dios,
por sangre que Jesús vertió,
alcanzo paz, poder, perdón,
y cuanto bien me prometió.
Que sólo Cristo salva, sé;
segura base es de mi fe,
segura base es de mi fe.
Asà turbada no veré
mi paz, su incomparable don.
Aunque Ćl un tiempo oculto estĆ©,
me dejarÔ su bendición.
En mà no puede haber jamÔs
ninguna base real de paz,
ninguna base real de paz.
En la tormenta sostendrĆ”,
el pacto que juró y selló.
Siempre su amor perdurarĆ”,
su amor que mi alma redimió.
La roca eterna me da,
base Ćŗnica que durarĆ”,
base Ćŗnica que durarĆ”.
100
2 Corintios 6.2; Juan 5.40
¿Por qué demoras, amigo?
¿Por qué hoy no quieres venir?
Es Cristo JesĆŗs quien te llama;
al cielo con Ćl podrĆ”s ir.
c
¿Por qué, por qué
a Cristo no quieres venir?
¿Por qué, por qué
hoy mismo no quieres venir?
Oh di, ¿qué esperas, amigo,
ganar demorƔndote mƔs?
Es sólo Cristo quien salva,
Ćl sólo podrĆ” darte paz.
ĀæNo sientes que Dios, amigo,
hoy habla a tu corazón?
”Oh! ¿por qué el pecado no dejas,
y aceptas ya la salvación?
¿Por qué demoras, amigo?
La gracia ya terminarĆ”,
y Cristo, que pronto hoy salva,
mƔs tarde en el juicio vendrƔ.
101
Juan 5.42; IsaĆas 55.1; Marcos 6.42
Preste oĆdos el humano
a la voz del Salvador.
RegocĆjese el que siente
el pecado abrumador.
Ya resuena el evangelio
de la tierra en ancha faz,
y de gracia ofrece al hombre
el perdón, consuelo y paz.
Vengan todos los que sufren,
los que sienten hambre y sed;
los que dƩbiles se encuentran
de este mundo a la merced.
En JesĆŗs hay pronto auxilio,
hay hartura y bienestar,
salvación y fortaleza
cual ninguno puede dar.
Vengan cuantos se acongojan
por lograr con quƩ vestir,
y a su afÔn tan sólo rinden
servidumbre hasta el morir.
Un vestido hay mƔs precioso,
blanco, puro y eternal.
Es JesĆŗs quien da a las almas
ese manto celestial.
¿Por qué en rumbo siempre incierto
vuestra vida recorrƩis?
A JesĆŗs venid, mortales,
que muy cerca le tenƩis.
Ćl es vida en tierra y cielo,
y el exceso de su amor
os mejora la presente
y os reserva otra mejor.
102
Juan 14.3; 2 Corintios 5.2; Apocalipsis 21.3
Promete a los suyos el Salvador
un hogar, un hogar,
morada celeste de paz, amor y bienestar,
do libres de pena, sin mancha ni mal,
gozando con Cristo la dicha eternal,
contemplan los fieles en gloria y luz
el rostro de aquel que murió en la cruz.
c
SĆ, por mĆ; sĆ, por mĆ;
Cristo prepara un dulce hogar.
SĆ, por mĆ; sĆ, por mĆ, un dulce hogar.
A todos ofrece el buen Salvador
este hogar, este hogar,
y amante les dice: «A mà venid y descansad».
En esta bendita morada jamƔs
ni muerte ni duelo podrƔn penetrar.
En ella no hay noche, pues Cristo JesĆŗs,
Cordero divino, es del cielo la luz.
c
SĆ, a ti; sĆ, a ti;
Cristo te ofrece un dulce hogar.
SĆ, a ti; sĆ, a ti, un dulce hogar.
Dejó por nosotros el Salvador
su hogar, su hogar,
y quiso su vida en la triste cruz sacrificar,
a fin de librarnos de condenación,
abriendo el camino de la salvación.
OĆd, pues, con gozo el mensaje de amor
que ya nos proclama: ”Jesús es Señor!
103
Lucas 18.37, 19.3
¿Qué significa el gran rumor?
¿Qué significa el gran tropel?
ĀæQuiĆ©n puede un dĆa y otro asĆ
la muchedumbre conmover?
Responde el pueblo en alta voz:
«Pasa Jesús de Nazaret».
¿Quién es, decid, el tal Jesús
que manifiesta tal poder?
¿Por qué a su paso la ciudad
se agolpa ansiosa en torno de Ćl?
Lo dice el pueblo, oĆd su voz:
«Pasa Jesús de Nazaret».
JesĆŗs, quien vino acĆ” a sufrir
angustia, afƔn, cansancio y sed;
y dio consuelo, paz, salud
a cuantos viera padecer.
Por eso alegre el ciego oyó:
«Pasa Jesús de Nazaret».
Aun ahora viene el Salvador
dispuesto a hacernos mucho bien,
y amante llama a nuestro hogar
queriendo en Ćl permanecer.
Se acerca ya; Āæno oĆs su voz?
Pasa JesĆŗs de Nazaret.
Se repiten las Ćŗltimas dos lĆneas de cada estrofa.
104
Mateo 27.22; JosuƩ 24.15; Romanos 11.22
¿Qué voy a hacer?
¿Me entregaré a Jesús,
o me endurecerƩ?
¿Qué escogeré?
ĀæEl mundo y su placer,
o a Cristo seguirƩ?
c
Yo sĆ, yo sĆ, yo sĆ,
confiado, oh Cristo, en Ti,
te seguirƩ. Comprado soy;
tu sangre el precio fue,
y tuyo quiero ser.
Tu grande amor
me ablanda el corazón,
despierta en mĆ la fe.
Yo creo en Ti;
no puedo ya dudar,
a Cristo mirarƩ.
105
Ćxodo 32.26; Marcos 8.34; 1 Corintios 1.18
¿Quién es de la parte
del buen Salvador,
pronto a dedicarse ahora a su SeƱor,
y que abandonando su falaz vivir,
quiere acĆ” servirle y aun con Ćl sufrir?
c
¿Quién de Cristo
al lado quiere caminar?
ĀæQuiĆ©n hasta Ćl desea los demĆ”s guiar?
Por tu rica gracia, por tu grande amor,
henos de tu parte, para Ti, SeƱor.
No ambicionamos gloria ni poder,
mas queremos ya tu voluntad hacer.
Quien tu perdurable gracia llegue a ver,
vese constreƱido de tu parte a ser.
No con oro o plata, oh Jesús, Señor,
TĆŗ nos redimiste, con divino amor.
Fue con sangre tuya, ”qué gran expiación!
con que Tú efectuaste nuestra redención.
La batalla dura siempre habrĆ” de ser;
enemigos fuertes hemos de tener.
Mas omnipotente es nuestro CapitƔn;
ha vencido ya la fuerza de SatƔn.
106
1 Juan 1.7; Lucas 6.19, 8.46; Romanos 1.16
ĀæQuieres ser libre del vicio y del mal?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
ĀæQuieres por Ćl la victoria ganar?
Por siempre poder hay en Ćl.
c
Hay poder, sĆ, sin igual poder
en Jesús que murió.
Hay poder, sĆ, sin igual poder
por la sangre que vertió.
¿Quieres ser puro, aceptable al Señor?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
Te limpiarĆ” con la sangre que dio.
Por siempre poder hay en Ćl.
ĀæQuieres ser libre de tu vanidad?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
Pide a Jesús que te dé su humildad,
por siempre poder hay en Ćl.
ĀæQuieres a Cristo servir y agradar?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
ĀæQuieres corona de vida ganar?
Por siempre poder hay en Ćl.
107
Ćxodo 17.6; Deuteronomio 32.31; Salmo 61.2
Roca abierta ya por mĆ,
tengo abrigo siempre en Ti.
Es tu sangre, oh JesĆŗs,
por mĆ derramada en cruz,
el remedio eficaz
de mi culpa contumaz.
Todo celo vano es;
vanas son mis lƔgrimas.
TĆŗ, oh JesĆŗs mi Salvador,
sólo puedes perdonar.
En tu cruz estÔ el perdón;
sólo en Ti hay salvación.
En mi vida terrenal
y en mi hƔlito final,
cuando te veré, Jesús,
en el trono de la luz,
roca abierta ya por mĆ,
dame siempre abrigo en Ti.
108
IsaĆas 1.18, 43.25; Oseas 14.1; Ezequiel 33.11
Rojos son tus pecados,
como grana Dios los ve.
Rojos son tus pecados,
como grana Dios los ve.
Aunque parezcan ser pocos,
Ćl asĆ los ve.
Mas en Ćl ten confianza;
mas en Ćl ten confianza,
dice que los borrarĆ”;
dice que los borrarĆ”.
Escuchad que os suplica:
«Oh volved a vuestro Dios».
Escuchad que os suplica:
«Oh volved a vuestro Dios».
Ćl os darĆ” gran consuelo
y su eterno amor.
Para darnos la vida;
para darnos la vida,
Ćl a Cristo entregó,
Ćl a Cristo entregó.
Perdonarte Ćl desea
toda tu iniquidad.
Perdonarte Ćl desea
toda tu iniquidad.
Si tĆŗ le dejas entrar
en tu corazón,
Ćl te harĆ” como la nieve;
Ćl te harĆ” como la nieve,
y contigo cenarĆ”,
y contigo cenarĆ”.
Oh, no dudes a Cristo,
su palabra cumplirĆ”.
Oh, no dudes a Cristo,
su palabra cumplirĆ”,
porque verdad es su nombre,
nuestro Redentor.
Dile que tĆŗ le crees;
dile que tĆŗ le crees,
y con Ćl tĆŗ reinarĆ”s;
y con Ćl tĆŗ reinarĆ”s.
109
Salmo 36.9; Juan 7.37,38; IsaĆas 55.1
¿Sabes dónde hay una fuente
pura de divino amor,
cuyas aguas celestiales
manan con ferviente ardor?
Esta fuente inagotable,
de eficacia y de valor,
es el Redentor bendito,
el precioso Salvador.
c
Es JesĆŗs la viva fuente,
donde he apagado yo
esa sed que consumĆa
mi angustiado corazón.
Esa fuente siempre pura
nunca su cristal perdió;
y sus aguas refrescantes
se te ofrecen, pecador.
Si sediento y fatigado,
a JesĆŗs la fuente vas,
satisfecho y aliviado
al momento quedarƔs.
”Oh! recibe pues su oferta;
no rechaces, no, su amor.
Dile: «De esas aguas dame,
y sabré su gran valor».
Sin dinero y sin precio,
se te ofrece el grato don:
vida eterna, paz y gozo,
de tus culpas el perdón.
110
Colosenses 1.20; Mateo 14.30
Salvador, a Ti yo acudo,
PrĆncipe de amor.
Sólo en Ti hay paz y vida
para el pecador.
c
Cristo, Cristo, tierno Salvador,
mi humilde ruego escucha;
”sÔlvame, Señor!
Salvación y paz buscando,
vengo yo a tu cruz.
En tu muerte estoy confiando;
”sÔlvame, Jesús!
Son tus mƩritos la fuente
de mi salvación.
En tu muerte solamente
hallo paz, perdón.
111
Romanos 8.35; Hebreos 6.18
Si angustiado y triste estƔs,
ven al Salvador.
Paz y alivio encontrarƔs
en el buen Pastor.
Ćl tu voz escucharĆ”
y consuelo te darĆ”.
A tu lado ahora estĆ”
Cristo el Salvador.
Mira que por ti murió
Cristo el Salvador.
En la cruz su vida dio
nuestro Redentor.
Hoy te llama, atiende, sĆ,
pues te dice: Ā«Ven a mĆĀ».
Todo bien hay para ti
en el Salvador.
Es JesĆŗs amigo fiel,
tierno Salvador.
Sólo en Ćl tendrĆ”s el bien;
dile tu dolor.
Ćl tus culpas borrarĆ”,
tus dolores calmarĆ”.
Nunca te abandonarĆ”
Cristo el Salvador.
112
IsaĆas 48.18; Filipenses 4.7; 3 Juan 2
Si paz cual un rĆo es aquĆ mi porción,
si es como las olas del mar;
cualquiera mi suerte, es ya mi canción:
«EstÔ bien, con mi alma estÔ bien».
c
EstĆ” bien. EstĆ” bien.
EstĆ” bien con mi alma, estĆ” bien.
Por mĆ”s que SatĆ”n me tentare a mĆ,
en esto consuelo tendrƩ:
que Cristo, al ver cuƔn perdido yo fui,
en la cruz por mi alma murió.
Pecado llevó, y las gracias le doy;
completo el trabajo estĆ”.
Llevolo en la cruz y ya libre estoy;
”oh mi alma, bendice al Señor!
Que viva por Cristo, y sólo por Ćl.
Y si yo muriese, bien sƩ
que no temerƩ, porque Cristo es fiel
y mi alma en su paz guardarĆ”.
Mas no es la muerte
que espero, SeƱor;
la tumba mi meta no es.
Tu pronta venida, en tu tierno amor,
esperando mi alma hoy estĆ”.
113
JeremĆas 13.23, 2.22
Si yo mis pecados pudiera lavar,
o sangre o pena tambiƩn ofrendar,
si obras valieran en pago del mal,
no fuera el Calvario el solo caudal,
el solo caudal, el solo caudal;
no fuera el Calvario el solo caudal.
Mas sé que no tengo de mà santidad,
no puedo limpiarme de tanta maldad.
Ni santo ni arcƔngel ofrece, audaz,
quitar mis pecados y darme solaz,
y darme solaz, y darme solaz;
quitar mis pecados y darme solaz.
”Oh Cristo bendito! por Ti sólo hay paz.
Tu obra, tu sangre, caudal eficaz.
TĆŗ llamas al hombre muriendo de sed:
«En mà es la fuente, venid y bebed».
«Venid y bebed, venid y bebed.
En mĆ es la fuente, venid y bebedĀ».
114
Salmo 17.15; Hebreos 11.16, 12.22 al 24
Siempre hablamos del mundo dichoso,
de los goces que Dios nos darĆ”,
del paĆs halagüeƱo y hermoso.
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
c
¿Qué serÔ, qué serÔ?
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
¿Qué serÔ, qué serÔ?
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
Siempre hablamos
del triunfo y la gloria
que en los cielos sin fin reinarƔn,
de los himnos de amor y victoria.
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
Siempre hablamos del dĆa esplendente
que en el santo paĆs brillarĆ”,
de JesĆŗs, Salvador del creyente.
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
Ni pecados, ni llanto, ni duelo,
ni pesares ningunos habrĆ”
en la casa de Dios, en el cielo.
Pues hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
115
IsaĆas 1.18; 1 Pedro 1.19; Romanos 8.37
Sólo tu preciosa sangre, Cristo Salvador,
el pecado quitar puede de este pecador.
c
”Oh! con tu preciosa sangre
lĆmpiame, SeƱor.
Aun por mĆ la derramaste
en tu gran amor.
Y si mi pecado fuere como el carmesĆ,
puro mĆ”s que blanca nieve, me pondrĆ”s a mĆ.
Sólo tu preciosa sangre salvación me da.
Haz que sin cesar me guarde libre de pecar.
Por la sangre del Cordero soy el vencedor
de SatÔn y del pecado; ”gloria al Salvador!
116
Lucas 2.14; IsaĆas 12.5; Apocalipsis 5.9
Suenen dulces himnos, gratos al SeƱor,
y óiganse en concierto universal.
Desde el alto cielo baja el Salvador
para beneficio del mortal.
c
”Gloria, gloria sea a nuestro Dios!
Ā”Gloria! sĆ, cantemos a una voz.
Y el cantar de gloria,
que se oyó en Belén,
sea nuestro cƔntico tambiƩn.
Salte de alegrĆa, lleno el corazón,
la abatida y pobre humanidad.
Dios se compadece viendo su aflicción,
y le muestra buena voluntad.
Lata en nuestro pecho noble gratitud
hacia el que nos brinda redención;
y a Jesús el Cristo, quien da salvación,
tributemos nuestra adoración.
117
Juan 6.37, 68; 1 Juan 4.18
Tal como soy, sin mƔs decir,
que a otro yo no puedo ir,
y TĆŗ me invitas a venir,
bendito Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy, sin demorar,
del mal queriƩndome librar;
me puedes sólo Tú salvar,
bendito Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy, en aflicción,
expuesto a muerte, perdición,
buscando vida, paz, perdón,
bendito Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy, tu grande amor
me vence, y con grato ardor
servirte quiero, mi SeƱor;
bendito Cristo, vengo a Ti.
118
Lucas 18.24, 13.24; Efesios 2.12
”Tan cerca del reino! ¿Por qué no entrarÔs?
”Tan cerca! Pues, pasa hoy mismo el umbral.
La voz de ‘maƱana’ es voz de SatĆ”n.
”Tan cerca! y tal vez nunca llegues a entrar.
c
ĀæQuisieras salvarte?
EntrƩgate a Cristo; te quiere salvar.
”Tan cerca! que tú oyes la alegre canción
de los que se gozan en su Salvador.
”Tan cerca! y al mundo no quieres dejar,
y Cristo te espera y te quiere salvar.
”Sin Cristo morir! ¿qué esperanza tendrÔs?
Morir sin ser salvo: ”perdido estarÔs!
No corras el riesgo de eterno penar;
entrƩgate a Cristo, te quiere salvar.
119
Hechos 24.25, 26.28, 17.30 al 32; 2 Pedro 3.9
ĀæTe sientes casi resuelto ya?
ĀæTe falta poco para creer?
Pues, ¿por qué dices a Jesucristo:
«Hoy no. Mañana te seguiré»?
ĀæTe sientes casi resuelto ya?
Pues vence el casi, con Cristo ven,
porque hoy es tiempo, pero maƱana
tarde, muy tarde pudiera ser.
Sabes que el casi no es de valor
en la presencia del justo Juez.
”Ay del que muere casi creyendo!
”Completamente perdido es!
120
Apocalipsis 3.20; 1 Juan 5.4
¿Temes que en la lucha no podrÔs vencer?
ĀæContra las tinieblas has de contender?
Abre bien la puerta de tu corazón,
deja al Salvador entrar.
c
Deja al Salvador entrar.
Deja al Salvador entrar.
Abre bien la puerta de tu corazón,
y entrarĆ” el Salvador.
¿Es tu fe muy débil en la oscuridad?
ĀæSon tus fuerzas pocas contra la maldad?
Abre bien la puerta de tu corazón,
deja al Salvador entrar.
¿Quieres ir gozÔndote en la senda aqu�
¿Quieres que el Señor te utilice a ti?
Abre bien la puerta de tu corazón,
deja al Salvador entrar.
121
LevĆtico 25.9; JosuĆ© 6.4; Hebreos 2.14,15
Tocad trompeta ya,
y con alegre son
a todo el mundo proclamad
eterna redención.
c
JesĆŗs el Redentor
nos fue propiciación,
y por su sangre, con dolor,
nos trajo salvación.
A todos publicad:
«Jesús resucitó».
Que ya de la mortalidad
los lazos quebrantó.
«Vosotros, que el favor
del cielo no tenƩis,
si vais a Cristo, por su amor
su gracia gozaréis».
Llamadlos sin cesar;
id, proclamad perdón.
Decid a todos sin tardar
que busquen salvación.
122
Marcos 16.15; Hechos 10.42
Todo aquel que oye, vaya a proclamar:
«Salvación de gracia puédese aceptar».
Al perdido mundo dƩbese anunciar:
«”Id al Salvador Jesús!»
c
Todo aquel que cree debe procurar
estas buenas nuevas siempre predicar:
Que JesĆŗs de gracia quiere perdonar.
”Id al Salvador Jesús!
Todo aquel que quiere, vaya sin tardar;
franca estƔ la puerta y podƩis entrar.
Cristo es el camino al celestial hogar.
«”Id al Salvador Jesús!»
Firme es la promesa, oye pecador.
ĀæQuieres tĆŗ la vida? Mira al Salvador;
Ćl a todos llama con divino amor.
«”Id al Salvador Jesús!»
123
Lucas 2.7; Juan 10.10; Mateo 27.18; Marcos 13.26
TĆŗ dejaste tu trono y corona por mĆ
al venir a BelƩn a nacer.
Mas a Ti no fue dado el entrar al mesón,
y en pesebre te hicieron yacer.
c
Ven a mi corazón, oh Cristo,
pues en Ʃl hay lugar para Ti.
Ven a mi corazón, oh Cristo, ven,
pues en Ʃl hay lugar para Ti.
Tú viniste, Señor,
con tu gran bendición,
para dar libertad y salud.
Mas con odio y desprecio
te hicieron morir,
aunque vieron tu amor y virtud.
Alabanzas sublimes los cielos darƔn
cuando vengas glorioso de allĆ,
y tu voz nos dirÔ de las nubes: «Venid
al hogar celestial junto a mĆĀ».
124
Proverbios 18.24; Juan 17.3; Hebreos 13.8
Un amigo hay mƔs que hermano,
Cristo el SeƱor,
quien llevó en cuerpo humano
nuestro dolor.
Este amigo moribundo,
padeciendo por el mundo,
demostró su amor profundo.
”Dadle loor!
Conocerle es vida eterna,
Cristo el SeƱor;
todo aquel que quiera venga
al Redentor.
Por nosotros Ćl derrama
vida suya, pues nos ama,
y a su lado a todos llama.
”Dadle loor!
Hoy, ayer, y por los siglos
Cristo el SeƱor
es el mismo fiel amigo;
ven, pecador.
Ćl es pan en el desierto,
nuestro guĆa, nuestro puerto.
Es su amor el mismo cielo:
”Dadle loor!
125
Juan 3.3; 1 Pedro 1.3
Un hombre llegose de noche a JesĆŗs,
buscando la senda de vida y luz,
y Cristo le dijo: «Si a Dios quieres ver,
tendrÔs que renacer».
c
TendrƔs que renacer.
TendrƔs que renacer.
De cierto, de cierto, te digo a ti:
TendrƔs que renacer.
Y tĆŗ, si quisieras al cielo llegar
y con los benditos allĆ descansar;
si vida eternal tĆŗ quisieras tener,
tendrƔs que renacer.
Oh hombre, no debes jamƔs desechar
palabras que Cristo dignose hablar.
Porque si no quieres el alma perder,
tendrƔs que renacer.
Amigos han ido con Cristo a estar,
que mucho quisieras un dĆa encontrar.
Hoy este mensaje pues debes creer:
tendrƔs que renacer.
126
Hechos 26.23; Juan 12.35
Vagaba yo en la oscuridad,
mas me salvó Jesús,
y con su amor y gran bondad
llenome de su luz.
c
Gozo tengo en mi corazón,
gozo, gozo por su salvación.
Desde que a JesĆŗs vi y a su lado fui,
de su amor el gozo yo he sentido en mĆ.
Las nubes y la tempestad
no apartan a JesĆŗs,
y en medio de la oscuridad
me gozo de su luz.
Andando asĆ en la luz con Dios
encuentro plena paz.
Voy adelante con fervor,
dejando el mundo atrƔs.
Verele pronto como Ćl es,
raudal de toda luz,
y gozarƩ en la eternidad
a causa de su cruz.
127
Juan 10.15, 6.37
ĀæVagas triste y angustiado?
ĀæBuscas tĆŗ solaz?
Ā«Ven a mĆĀ», te dice Cristo, Ā«y halla pazĀ».
¿Hay señales que me indiquen
que mi guĆa Ćl es?
Las heridas de sus manos y sus pies.
ĀæHay corona que le adorne,
si es Rey para mĆ?
SĆ, corona, mas de espinas, hay allĆ.
Si le busco, si le sigo,
¿cuÔl serÔ su don?
Del pecado, del infierno, redención.
Si le pido que me salve,
Āæme recibirĆ”?
Puesto que por ti Ćl ha muerto, salvarĆ”.
128
Mateo 28.19; Marcos 16.15; Lucas 24.47
Ve, cristiano, y predica
de JesĆŗs, tu Salvador.
SĆ, ve a todos y explica
el mensaje de su amor.
c
SĆ, irĆ© a predicarles
el santo y bendito evangelio.
SĆ, irĆ© a explicarles
el mensaje de su amor.
Diles que ellos son culpables;
que «ya condenados» son.
Y con tonos muy amables,
diles de la salvación.
Diles de celestes goces
por la sangre de JesĆŗs,
que con penas tan atroces
derramó en la cruenta cruz.
Diles que ha resucitado,
que glorificado estĆ”,
que un hogar ha preparado
do mƔs muerte nunca habrƔ.
Diles que muy pronto viene,
y que grande galardón
reservado Cristo tiene
para los que salvos son.
129
Lucas 1.79; Mateo 28.18 al 20
Ved los millones que entre las tinieblas
yacen perdidos, sin un Salvador.
¿Quién, quién irÔ las nuevas proclamando,
que por JesĆŗs Dios salva al pecador?
c
«Todo poder mi Dios me dio;
ahora, a mis siervos mando Yo.
Id al mundo y proclamad el evangelio;
Y estoy con vosotros siempreĀ».
«A mà venid», la voz divina llama.
Clamad: «Venid», en nombre de Jesús.
Para salvarnos de la muerte eterna
su vida Ćl ofreció en dura cruz.
Que venga pronto el dĆa tan glorioso
cuando los redimidos se unirƔn
en coro excelso, santo y jubiloso;
eternamente gloria a Dios darƔn.
130
Mateo 11.28; Apocalipsis 22.17
Ā«Ven, ven a mĆĀ»; en tonos de amor
a ti te llama el tierno Salvador.
«Con los pecados agobiÔndote,
ven, ven a mĆ, descanso te daré».
c
«”Ven, ven a mĆ! Ā”Oh ven, ven a mĆ!
Ven, ven a mĆ, descanso te darĆ©,
paz Yo te daré, paz Yo te daré».
«Cansado con la lucha de dolor
en esta vida, pobre pecador,
tus dudas y tristezas quitarƩ.
Ven, ven a mĆ, y la paz Yo te daré».
Desanimado, lleno de temor,
sin conocer que Dios es amor,
no temas mƔs; acƩrcate con fe.
«Ven, y la vida eterna te daré».
«Descanso y paz y vida perennal
a ti ofrezco, y de todo mal
del triste mundo Yo te librarƩ,
y goces célicos Yo te daré».
131
NĆŗmeros 10.29; Romanos 9.23; Hebreos 11.10,14, 12.22 al 24
Venid, pecadores, que Dios por su amor
al cielo nos llama, que es patria mejor,
do nunca la aurora perdió su fulgor;
do brilla la gloria del Dios Creador.
c
SĆ, sĆ, Ā”venid, oh venid!
Al cielo nos llama, que es patria mejor.
Dejemos, hermanos, aparte el dolor;
que arriba en los cielos, el mundo cantor
de espĆritus puros proclama SeƱor
a Cristo, Dios-Hombre,
el gran Redentor.
Trabajas y sufres aquĆ, pecador;
el pan de que comes regó tu sudor.
Mas Dios te reserva por suerte mejor
primicias celestes de eterno valor.
132
Ezequiel 18.31; Apocalipsis 22.17; Santiago 4.14
”Volveos, volveos! ¿por qué moriréis?
Pues Dios ya se acerca con gracia y favor.
Jesús os convida, ¿por qué no vendréis?
y lucha el EspĆritu con incansable amor.
RendĆos, rendĆos, de Dios a la voz,
el bien ofrecido anhelantes buscad.
La sangre preciosa que Cristo vertió,
perdón nos ofrece, consuelo y solaz.
La vida se pasa cual humo sutil;
muy pronto JesĆŗs viene y no tardarĆ”.
A todos los suyos conduce al redil;
los malos empero arrojados serƔn.
Venid, pues, ahora, buscando la luz,
venid a la patria del Dios de verdad.
Marchemos constantes en pos de JesĆŗs,
y al fin en el cielo veremos su faz.
133
Salmo 69.4; Romanos 4.5; Hebreos 10.14
Yo confĆo en JesĆŗs,
y salvado soy.
Por su muerte en triste cruz
a la gloria voy.
c
Todo fue pagado ya,
nada debo yo.
Salvación perfecta da
quien por mà murió.
Todo hizo mi SeƱor,
me salvó sólo Ćl.
Con ternura y gran amor,
Ćl me guarda fiel.
Mi perfecta salvación
eres TĆŗ, JesĆŗs;
mi completa redención,
mi gloriosa luz.
En el cielo te verƩ,
tierno Salvador;
tu presencia gozarƩ,
”oh Jesús, Señor!
134
Salmo 1.6; Lucas 7.50
Yo quisiera cantar sin cesar, y honrar
a JesĆŗs, mi amado Salvador,
quien me hizo pensar que debĆa dejar
para siempre la senda del error.
c
”Mi Salvador! ”Mi Salvador!
Te alabo, mi Rey y SeƱor.
A JesĆŗs acudĆ, el perdón recibĆ,
y ahora feliz estoy en Ćl.
Ćl me dijo: Ā«Ten fe, Yo contigo estarĆ©,
y de toda maldad te guardaré».
Serviré a Jesús, predicando la luz,
y gozoso con Ćl yo vivirĆ©.
Ćl me da protección y gratuita salvación;
en la lucha yo firme quedarƩ.
135
Apocalipsis 22.1 al 4
”A la luz, a la luz,
al encuentro de JesĆŗs!
”CuÔnto mi alma le desea!
”Oh, qué gozo cuando vea
quien por mà sufrió en la cruz!
Pronto haz, pronto haz,
Cristo, PrĆncipe de paz,
que con todos los salvados,
por tu sangre rescatados,
yo contemple allĆ tu faz.
”Dulce son, dulce son
de los Ôngeles canción!
Si las alas yo tuviera
volarĆa a aquella esfera,
a los montes de Sion.
”Qué serÔ, qué serÔ,
cuando al cielo entre ya!
do las calles brillan de oro,
me reciba el santo coro.
”CuÔnto gozo espera allÔ!
”Sumo bien, sumo bien,
celestial JerusalƩn!
Fuentes, Ɣrboles de vida,
arpas, dad la bienvenida;
llƩvanos, Dios, a tu EdƩn.
136
Santiago 5.13; IsaĆas 65.24; Lucas 11.9; Apocalipsis 5.8
A Ti, Dios mĆo, en oración,
con mi cuidado terrenal
allégome, y de corazón
te manifestarƩ mi mal.
”Oh cuÔntas veces tuve en Ti
refugio de mi tentación!
Y Ā”cuĆ”ntas cosas recibĆ
de Ti, Dios mĆo, en oración!
A Ti, Dios mĆo, en oración,
confiando en tu fidelidad,
elevaré mi petición,
la voz de mi necesidad.
Yo sƩ que escucharƔs allƔ,
que me darÔs tu bendición;
que fortaleza me vendrĆ”,
de Ti, Dios mĆo, en oración.
Ahora, oh Dios, en oración
aliento y gozo a mi alma da.
En este mundo de aflicción
de orar necesidad habrĆ”.
Mas desde el dĆa en que yo estĆ©
contigo en suma perfección,
mis oraciones cambiarƩ
en una eterna adoración.
137
Hebreos 4.9; 1 Pedro 2.9
A todos los cristianos
ofrece el Salvador
descanso en sus mansiones
de gloria, paz y amor.
Ansiemos presurosos
la oferta a disfrutar;
y pronto viviremos
sin cuitas ni pesar.
c
Alabemos a Dios,
que del mal nos libró
y a gozar con Jesucristo
para siempre nos llamó.
JesĆŗs, el Rey de gloria,
nos llama con afƔn
allĆ” do los salvados
con Dios el Padre estƔn.
Mas hoy debemos todos
luchar hasta vencer,
quitando al enemigo
su cetro y su poder.
JesĆŗs en esta lucha
nos fortalecerĆ”;
su EspĆritu potente
el triunfo nos darĆ”.
Clamemos con fe viva,
pidamos sin cesar
que Cristo victoriosos
nos lleve a descansar.
138
Efesios 3.12; 1 Juan 4.17
A tu presencia, oh Dios bendito,
vengo y proclamo con gran fervor
cuĆ”nta alegrĆa tengo en mi alma,
quƩ dulce calma ya por tu amor.
No mƔs me escondo de tu presencia,
con confianza ya puedo estar.
Cesó mi miedo; de tu mirada
no tengo nada que recelar.
Supe que me amas, puesto que he visto
en Jesucristo prueba sin par
de que, no obstante mi indigna historia,
tengo en tu gloria propio lugar.
Gracia divina en Ti se encuentra,
y se concentra divino amor.
Cristo del cielo vino a salvarme
y pruebas darme de tu favor.
139
Lucas 16.5; Efesios 2.4 al 7
Al acabar la vida aquĆ
en este mundo de pesar,
para gozar en gloria allĆ
y ante Ti, SeƱor, estar,
entonces, sĆ, sabrĆ© mejor
lo que te debo por tu amor.
Al recibir, Señor Jesús,
de Ti mi cuerpo celestial,
y ante el trono de la luz
servirte, libre ya del mal,
entonces, sĆ, sabrĆ© mejor
lo que te debo por tu amor.
Al escuchar el dulce son
del himno que te entonarĆ”
en armoniosa perfección
la Iglesia tuya en gloria allĆ”,
entonces, sĆ, sabrĆ© mejor
lo que te debo por tu amor.
TĆŗ me buscaste en tu bondad
y me salvaste por la fe.
Que viva, pues, en santidad
mientras aquà en el mundo esté.
AyĆŗdame a mostrar mejor
lo que te debo por tu amor.
140
1 Tesalonicenses 4.17; 2 Tesalonicenses 1.10; 1 Corintios 15.58
Al Salvador rechaza
el mundo pecador,
la sorda muchedumbre
ajena de su amor.
Mas Ćl vendrĆ” glorioso,
el dĆa cerca estĆ”;
aquel dĆa majestuoso llega ya.
c
De los dĆas el mĆ”s bello,
del tiempo el principal;
poco tarda su llegada
con triunfo celestial.
De alegrĆa pura, colmo
al siervo leal y fiel,
ha de ser el dĆa grande de Emanuel.
AlumbrarĆ” los cielos
glorioso resplandor,
mas brillarĆ” la Iglesia
con gloria superior.
Y al Salvador divino
todo ojo mirarĆ”
en el dĆa majestuoso que vendrĆ”.
Ya no tendremos pruebas,
ni culpas, ni pesar,
mas grande regocijo
y eterno bienestar.
Seremos semejantes
a nuestro Redentor
en el dĆa majestuoso de esplendor.
Acerque el bello dĆa
el fiel y fuerte amor
de los que consagramos
la fuerza a su labor.
Busquemos al perdido
por Cristo, el buen Pastor,
para el dĆa majestuoso de su amor.
141
Ćxodo 13.21, 17.6; JosuĆ© 4.23; Hebreos 11.26
Ā”Alma mĆa! Dios te llama;
oh, no dejes de acudir.
Con su poderosa mano
el camino te ha de abrir.
Ćl ha roto la cadena,
ya de Egipto salvo estƔs;
libertado de la pena
con tu Dios caminarƔs.
El desierto estĆ” delante
— triste, seca soledad —
mas de la celeste fuente
beberƔs en libertad.
Luz divina te rodea
y tus pasos guiarĆ”.
Tras la noche y la pelea,
hay la paz que durarĆ”.
ĀæSon de Egipto los placeres
para ti sólo ilusión?
El SeƱor de sus tesoros
saciarÔ tu corazón.
Si el camino fuese largo,
sostendrate su virtud;
como el Ɣguila renueva
fuerzas de tu juventud.
Cuando al fin de tus desvelos
entres en tu posesión,
y ese amor allĆ celebres
en la celestial mansión,
quien allĆ” te habrĆ” guiado,
conocido te ha de ser;
de su amor bien comprobado
vas la gloria pronto a ver.
142
Romanos 12.2; Filipenses 3.14
Anhelando amor perfecto,
paz, pureza y santidad,
a tus plantas, con fe plena,
Ā”heme aquĆ, Dios de bondad!
c
Cual ofrenda me consagro,
constreƱido por tu amor;
cuerpo, espĆritu y alma
doy a Ti, mi Salvador.
Tuyo sólo sea yo, Señor.
Ya vencido por tu gracia,
hoy me rindo a Ti, JesĆŗs.
Redimido por tu sangre,
soy trofeo de tu cruz.
Toma, oh Cristo, lo que es tuyo;
pon tu sello sobre mĆ:
que tu semejanza tenga,
y te glorifique aquĆ.
143
Juan 10.28; Filipenses 3.9
Aunque fƔlteme la fe,
Cristo me tendrĆ”.
Aunque el diablo bĆŗsqueme,
Cristo me tendrĆ”.
c
Cristo me tendrĆ”,
salvo me tendrĆ”.
Es tan grande su poder,
siempre me tendrĆ”.
No cual yo le tengo a Ćl,
Cristo me tendrĆ”.
DƩbil soy y no muy fiel,
mas Ćl me tendrĆ”.
Soy objeto de su amor,
Cristo me tendrĆ”;
y me gozo en su favor,
Cristo me tendrĆ”.
Ya jamƔs me perderƩ,
Cristo me tendrĆ”.
Pues su vida le costƩ,
y Ćl me sostendrĆ”.
144
Habacuc 3.2; Oseas 6.3; Salmo 63.1
AvĆvanos, SeƱor. Sintamos el poder
del Santo EspĆritu de Dios
en todo nuestro ser.
c
AvĆvanos, SeƱor,
con nueva bendición;
inflama el fuego de tu amor
en cada corazón.
AvĆvanos, SeƱor; tenemos sed de Ti.
La lluvia de tu bendición
derrama ahora aquĆ.
AvĆvanos, SeƱor; despierta mĆ”s amor,
mĆ”s celo y fe en tu pueblo aquĆ
en bien del pecador.
145
Salmo 42.1, 73.25; Hebreos 6.19,20
Braman vientos, rugen mares
con furiosa tempestad.
Cristo a Ti mi alma clama, a Ti, no mƔs.
Cristo a Ti mi alma clama, a Ti, no mƔs.
Lazos miles echa el diablo,
siempre astuto y audaz.
DĆa y noche en Ti confĆo, en Ti, no mĆ”s.
DĆa y noche en Ti confĆo, en Ti, no mĆ”s.
Este mundo es engaƱoso,
brillo falso y fugaz.
Da Jesús eterno gozo; Jesús, no mÔs.
Da Jesús eterno gozo; Jesús, no mÔs.
Siento mucho mi pecado,
me acusa SatanƔs.
Cristo es mi abogado; Cristo, no mƔs.
Cristo es mi abogado; Cristo, no mƔs.
En los tristes nubarrones,
¿quién verÔ de Dios la faz?
¿Quién defenderÔ mi causa? Cristo, no mÔs.
¿Quién defenderÔ mi causa? Cristo, no mÔs.
Cuando entre a la patria,
disfrutando eterna paz,
al SeƱor serĆ” la gloria, a Ćl no mĆ”s.
Al SeƱor serĆ” la gloria, a Ćl no mĆ”s.
146
Salmo 95.1, 71.18; Colosenses 3.16
Canta, oh buen cristiano;
dulce es el cantar,
hace el camino llano
y quita el pesar.
Canta en las noches tristes,
canta en la clara luz;
almas asĆ salvadas
cantan de JesĆŗs.
Canta, oh buen cristiano,
lleno tu corazón;
himnos lo hacen sano,
y del cielo son.
Tanto hay en este mundo
de angustias y dolor,
canta el amor profundo
de tu Salvador.
Canta, oh buen cristiano;
Dios guardarĆ” tus pies,
y Ćl sostendrĆ” tu mano
hasta la vejez.
ĀæSabes que al diablo invitas
cuando medroso estƔs?
Pon ante Dios tus cuitas
y Ćl darate paz.
147
1 Corintios 13.1; Efesios 3.19
Concédeme, Jesús, poder
y gracia para comprender
cuƔn dulce es el amar.
Hazme, SeƱor, con santidad
del cielo la felicidad
aun aquĆ gozar.
La santa sed inspĆrame
de conocerte a Ti. SabrƩ
entonces el poder
de tu perfecta salvación,
y gozarÔ mi corazón
de celestial placer.
Ā”Oh! santifĆcame, SeƱor,
mi alma llena de tu amor.
PermĆteme oir
tu voz, tu rostro contemplar,
tus perfecciones admirar,
y asĆ por Ti vivir.
148
IsaĆas 41.10; Salmo 23.4, 56.4
Conmigo queda, oscurece ya,
y densa noche luego caerĆ”.
Me dejan otros, clamo pues a Ti.
Ā”AmpĆ”rame, SeƱor, oh, queda aquĆ!
Veloz la vida pasa a su final;
se desvanece lo que es terrenal;
gran decaimiento alrededor se ve.
”Oh, Tú que nunca cambias, quédate!
Te necesito cada dĆa mĆ”s;
tu gracia vence al tentador audaz.
A no ser Tú, ¿quién me soportarÔ?
”Jesús, ayudador, conmigo estÔ!
A nadie temo, si conmigo estƔs;
tristeza y llanto pronto quitarƔs;
la tumba pierde todo su terror.
”Conmigo queda, pues, oh Salvador!
Delante ponte; luz y guĆa sĆ©.
Ā”Oh, resplandece y dirĆgeme!
Ya amanece, sombras dejo atrƔs
morir no temo si conmigo estƔs.
149
Judas 3; 2 Timoteo 2.12; Hebreos 10.23, 12.14 14
Contendamos, jóvenes, por la fe,
aunque brame el mundo con SatanƔs.
En la lucha nunca nos vencerƔn,
pues JesĆŗs nos guardarĆ”.
c
Si sufrimos aquĆ, reinaremos allĆ
en la gloria celestial.
Si llevamos la cruz por amor de JesĆŗs,
la corona Ćl nos darĆ”.
No seamos tibios de corazón,
ni dejemos nunca el primer amor.
Mantengamos firme la profesión
de la fe en el Salvador.
Procuremos todos la santidad,
sin la cual ninguno verƔ al SeƱor.
Gozo, paz y eterna felicidad
Cristo ofrece al vencedor.
150
Salmo 34.1; 2 Timoteo 1.8
Cristiano, alaba a tu SeƱor,
proclama sus bondades.
Anuncia a todos su favor,
su gracia y sus verdades.
c
Alaba siempre,
alaba al Salvador.
Canta, ”oh! canta
la historia de su amor.
Las nuevas de la salvación
declara al angustiado.
Ensalza siempre con canción
a Aquel que te ha salvado.
Con fe, constancia y gran valor
sƩ siempre buen testigo.
Dirige el triste pecador
a Cristo, el fiel amigo.
En todo tiempo, sin temor,
confiesa a Jesucristo.
No te avergüences del Señor,
que en cruz por ti ha sufrido.
151
Hebreos 13.8; MalaquĆas 3.6
Cristo es todo para mĆ,
en calma y tempestad;
Ćl es mi gozo, vida y paz,
camino y verdad.
Y cuando mi alma triste estƩ,
su gran consuelo yo tendrƩ;
es siempre el mismo amigo
el Señor Jesús.
Cristo es todo para mĆ
en prueba y tentación;
en su poder yo vencerƩ
la fuerza de SatƔn.
En tiempo de debilidad
encuentro en Ćl seguridad;
es siempre el mismo amigo
el Señor Jesús.
Cristo es todo para mĆ;
disfruto de su amor.
Feliz en Ćl no temerĆ©,
me cuida mi SeƱor.
Y cuando en valle oscuro estƩ,
confiadamente yo andarƩ;
es siempre el mismo amigo
el Señor Jesús.
152
Salmo 121; Deuteronomio 31.6; Hechos 23.11 Hebreos 13.5
Cristo estÔ conmigo, qué consolación;
su presencia quita todo mi temor.
Tengo la promesa de mi Salvador:
«No te dejaré nunca;
siempre contigo estoyĀ».
c
No tengo temor, no tengo temor.
JesĆŗs me ha prometido:
«Siempre contigo estoy».
No tengo temor, no tengo temor.
JesĆŗs me ha prometido:
«Siempre contigo estoy».
Fuertes enemigos siempre cerca estƔn;
Cristo estƔ mƔs cerca;
guƔrdame del mal.
«Ten valor», me dice, «soy tu ayudador.
No te dejarƩ nunca;
siempre contigo estoyĀ».
El que guarda mi alma nunca dormirĆ”.
Si mi pie resbala, Ćl me sostendrĆ”.
En mi vida diaria Ćl es mi guardador.
”Oh qué fiel su palabra!
«Siempre contigo estoy».
153
Filipenses 4.7; Romanos 15.13
Cual la mar hermosa es la paz de Dios,
fuerte y gloriosa, es eterna paz;
grande y perfecta, premio de la cruz,
fruto del Calvario, obra de JesĆŗs.
c
Descansando en Cristo
siempre paz tendrƩ.
En JehovĆ” confiando,
nada temerƩ.
En el gran refugio de la paz de Dios
nunca hay molestias, es perfecta paz;
nunca negra duda, pena ni pesar,
vejaciones crueles, pueden acosar.
Toda nuestra vida cuidarĆ” JesĆŗs;
Cristo nunca cambia, Ćl es nuestra paz.
Fuertes y seguros en el Salvador,
siempre moraremos en su grande amor.
Oh, Señor amado, Tú nos das quietud;
por tan gran reposo, tengo gratitud.
Haznos conocerte, te amaremos mƔs;
sĆ© TĆŗ nuestro dueƱo, PrĆncipe de paz.
c
Descansando en Cristo,
tengo siempre paz.
En JehovĆ” confiando,
hallo gran solaz.
154
1 Corintios 3.14; 1 Tesalonicenses 1.3; Juan 4.36
Cual las estrellas que por la maƱana
siempre se pierden del sol al fulgor,
pasar quisiera yo asĆ de este mundo,
bien recordado por obras de amor.
c
SĆ, recordado, bien recordado,
bien recordado por obras de amor.
Pasar quisiera yo asĆ de este mundo,
bien recordado por obras de amor.
ĀæEn la cosecha que obreros recogen
se olvidarĆ” la pasada labor?
No, pues cuando ellos
los campos despojen,
se acordarƔn de mis obras de amor.
Toda verdad en la vida sembrada,
cual la semilla del buen sembrador,
ha de quedar, y —la vida pasada—
se acordarƔn de mis obras de amor.
Muy pronto viene en las nubes del cielo
para buscar a su Iglesia el SeƱor;
y a todo siervo que fiel se ha mostrado
Ćl premiarĆ” por sus obras de amor.
155
1 Tesalonicenses 1.9,10, 4.16; Job 14.14,15; 1 Corintios 15.23, 58
Cuando la trompeta del SeƱor
se toque, la final,
con fulgor apunte el dĆa eternal,
y los redimidos suban
a su casa celestial,
cuando allƔ se pase lista yo estarƩ.
c
Cuando allĆ” se pase lista,
cuando allĆ” se pase lista,
cuando allĆ” se pase lista,
cierto estoy que por su gracia allà estaré.
Cuando todas sombras huyan
en la gran resurrección
de los muertos en Jesús sin corrupción,
y en las nubes al SeƱor reciban,
”qué consolación!
Cuando allƔ se pase lista yo estarƩ.
Trabajar es mi deseo sin
cesar por el SeƱor,
siempre hablando de su gracia
y de su amor.
Cuando acabe aquĆ mi obra y me llame
el Salvador,
cuando allƔ se pase lista yo estarƩ.
156
Salmo 30.5,11; Juan 13.1; Apocalipsis 19.7
Cuando venga Cristo no habrĆ” dolor;
cuando venga Cristo no habrĆ” temor.
Por los suyos viene Cristo el SeƱor,
pues siempre los amarĆ”.
c
Pues siempre los amarĆ”,
pues siempre los amarĆ”.
A los suyos viene a recoger,
pues siempre los amarĆ”.
Todo llanto cesa al venir JesĆŗs,
y la vida acrece al venir JesĆŗs.
Por dolor el canto, por nubes luz,
pues siempre los amarĆ”.
Al venir Jesús no habrÔ mÔs morir,
al venir Jesús no habrÔ mÔs gemir.
Y de todo mal viene a redimir,
pues siempre los amarĆ”.
”Oh, qué gozo habrÔ al venir Jesús!
Pues despertarĆ”, al albor de luz,
a los nuestros, y los traerĆ” JesĆŗs,
pues siempre los amarĆ”.
157
Colosenses 3.17; 1 Corintios 13.13; 1 Pedro 5.7
De JesĆŗs el nombre guarda,
heredero del afƔn.
Dulce harĆ” tu copa amarga;
tus afanes cesarƔn.
c
Suave luz, manantial
de esperanza, fe y amor.
Sumo bien celestial
es JesĆŗs el Salvador.
De JesĆŗs el nombre estima,
Ćl es siempre fuerte y fiel.
Alma dƩbil, combatida,
hallarĆ”s asilo en Ćl.
De JesĆŗs el nombre ensalza,
cuyo sin igual poder
del sepulcro nos levanta,
renovando nuestro ser.
158
Mateo 9.36, 18.10 al 14; Ezequiel 34.22
De ovejas cuƔntas vagan;
del redil muy lejos van.
En la montaƱa triste
con frĆo y hambre estĆ”n;
o en tenebroso bosque,
en medio del zarzal,
o en peƱa peligrosa,
expuestas a gran mal.
c
Vayamos a buscarlas
en el nombre del SeƱor,
y gran gozo habrĆ” para quien podrĆ”
atraerlas al Pastor.
Oh, ¿quién irÔ a buscarlas,
quién, por la compasión
de Dios, irĆ” a buscarlas,
do estÔn en perdición?
¿Quién se darÔ molestias,
quiƩn sufrirƔ dolor
por gozo de encontrarlas,
y traerlas al Pastor?
Felices nos harĆa
el asĆ poder hablar:
«Pastor, hemos salido
tus ovejas a buscar;
y lejos las hallamos,
despuƩs de pruebas mil,
y aquĆ te las traemos,
que estén en tu redil».
159
1 Pedro 2.24, 5.7; Salmo 55.22
Dejé todas mis cuitas a Jesús,
quien llevó mis pecados en la cruz,
el magnĆfico dĆa en que por fe
en la cruz por salvarme le mirƩ,
y la carga terrible de mi alma Ćl quitó
y su voz tan suave mi dolor disipó.
DejƩ todas mis cuitas al SeƱor,
porque quita a las penas su amargor,
y las lƔgrimas dora del mortal,
con su tierna sonrisa celestial.
El desierto miramos que se torna en vergel,
cuando en su camino vamos confiados en Ćl.
DejƩ todas mis cuitas al SeƱor;
de mi siempre benigno protector
en el puerto seguro al fin anclƩ,
y reposo en sus aguas encontrƩ.
Tengo en Ćl mis consuelos, es mi guĆa, mi luz,
y mi espĆritu encontró la paz en JesĆŗs.
”Oh! ven con tus cuitas al Señor,
alma martirizada de dolor,
a su lado la dicha lograrƔs,
y librada de angustias vivirƔs.
En su amor tan caro hay lugar para ti;
y perfecto amparo, oh alma, tienes allĆ.
160
Juan 10.11; Salmo 116.12; GƔlatas 2.20
Del trono celestial
al mundo descendĆ;
sed, hambre padecĆ,
cual mĆsero mortal.
Y todo fue por ti;
¿qué has hecho tú por m�
Mi sangre derramƩ,
y en mi agonĆa cruel
bebĆ vinagre y hiel.
Mi lecho una cruz fue,
y todo fue por ti;
¿qué sufres tú por m�
Por darte salvación
sufrĆ por ti, morĆ.
Tu sustituto fui,
llevé la maldición.
Y todo fue por ti;
¿qué has dado tú por m�
Del Padre celestial
cumplida bendición,
la eterna salvación,
la dicha perennal,
te doy de gracia a ti.
No dudes, ven a mĆ.
161
Salmo 57.8, 103.1; Efesios 5.14; Lucas 24.53
”Despiértate, mi corazón!
Bendice a tu SeƱor,
cantando en himnos de loor
que Dios es Dios de amor.
Inmenso amor, amor sin fin,
que quiso Dios mostrar,
buscando al pobre pecador,
dispuesto a perdonar.
c
”Despiértate, mi corazón!
y alaba, alaba al Salvador,
cantando en himnos de loor
que Dios es Dios de amor.
Amor que quiso quebrantar
a Cristo en mi lugar;
amor que quiso en dura cruz
su sangre derramar.
Amor que busca hasta encontrar
al pobre pecador;
amor divino, amor sin par,
amor del Salvador.
Comprado a precio tan real,
la sangre del SeƱor,
¿dónde hallaré con qué pagar
tal gracia, tal amor?
SĆ, su bondad excede aĆŗn,
dignƔndose tambiƩn
tenerme a mĆ cercano a sĆ
siempre jamƔs. AmƩn.
162
1 Tesalonicenses 1.9,10; 1 Juan 4.4
DespuƩs de contemplar la cruz,
mis Ćdolos dejĆ©;
camino nuevo yo emprendĆ,
y dicha allà encontré.
c
Va bien, va bien,
va bien con los salvos, bien.
Lo sĆ© por cierto, es asĆ:
va bien, con los salvos, bien.
De Egipto escapar logrƩ,
a CanaƔn me voy.
El Salvador mi guĆa es;
confiado en Ćl estoy.
Cuando a tentarme SatanƔs
su sutileza emplea,
confĆo sólo en el SeƱor,
y gano la pelea.
En hora de oscuridad
en Dios yo confiarƩ,
pues su promesa firme estĆ”:
«Yo no te dejaré».
DespuƩs de terminar la lid
al cielo subirƩ.
AllĆ esperando Cristo estĆ”,
y en gloria vivirƩ.
163
Salmo 85.10; 1 Juan 1.5, 4.8; Hechos 7.55
El amor de Dios es grande;
no podrƔ jamƔs cesar;
mƔs aumenta, mƔs se expande
cuanto mƔs le dan lugar.
A pesar de ser tan santo,
da perdón al pecador,
y el vigor de nuestra vida
nos es dado en ese amor.
Demostró la cruz de Cristo
que era Dios un Dios de amor
y de luz, que allĆ se ha visto
esplendente cual albor.
La eternal justicia hallaba
en la cruz satisfacción,
a la par que Dios mostraba
su clemente corazón.
”Oh qué triunfo mÔs brillante!
En el cielo un hombre entró,
y es allĆ” representante
de su pueblo a quien salvó.
Santo amor fue revelado
por el hecho de la cruz,
y JesĆŗs ha demostrado
su justicia en plena luz.
SĆ, descansan los creyentes,
viendo en gloria a su SeƱor.
Paz y gozo permanentes
tienen por su fiel amor.
Y los fuertes eslabones
—simpatĆa y comunión—
unen ya sus corazones
con los que de Cristo son.
164
Salmo 19.2 145.2; Daniel 2.44
El dĆa que diste, SeƱor, se acaba
y cae de noche la oscuridad.
Con himnos de loores a Ti principiaba,
y ahora celebran de Ti la bondad.
Las gracias te damos que toda tu Iglesia,
cual gira el mundo en su luz solar,
por toda la tierra continua vigilia
de dĆa y de noche ya puede guardar.
En cada comarca, paĆs, continente,
en tanto el sol otro dĆa trae,
las sĆŗplicas se oyen del alma creyente;
tambiƩn alabanza que no se decae.
El sol, que al dejarnos al sueƱo nos llama,
despierta a hermanos de mƔs allƔ.
AsĆ de hora en hora sin fin se proclama
tu gloria divina que no pasarĆ”.
Imperios potentes el mundo ha perdido;
se van sus glorias y majestad;
mas tu excelso reino con los que han creĆdo,
sus glorias retiene por la eternidad.
165
1 Reyes 10.6; 2 Timoteo 2.13; 1 Juan 3.21
”El Señor no me engaña!
Es muchĆsimo mejor
que el concepto mƔs sublime
que tenĆa del SeƱor.
Cuanto mƔs yo le conozco,
tanto mƔs le encuentro fiel,
y deseo que los otros
vengan a creer en Ćl;
y deseo que los otros
vengan a creer en Ćl.
”El Señor no me engaña!
Del pecado me salvó
y de toda la tristeza
que mi espĆritu oprimió
su presencia me ha librado,
y su beso que me da
me asegura que por siempre
su amor no cesarĆ”;
me asegura que por siempre
su amor no cesarĆ”.
”El Señor no me engaña!
Otra vez Ćl volverĆ”,
y mi corazón me indica
que el dĆa cerca estĆ”.
Este mundo, dice el hombre,
ningĆŗn cambio sufrirĆ”.
Cristo dice: «Vengo en breve»,
y seguridad me da.
Cristo dice: «Vengo en breve»,
y seguridad me da.
”El Señor no me engaña!
Todo en todo Ćl me es:
Salvador, quien santifica,
mƔs precioso cada vez.
Tiene Ćl ya mis afectos,
suple mi necesidad.
”El Señor no me engaña!
Es el colmo de bondad.
”El Señor no me engaña!
Es el colmo de bondad.
166
Hebreos 12.2,28; GƔlatas 2.20
En la dolorosa cruz
padeció por mà Jesús;
por la sangre que vertió,
mis pecados Ćl expió.
LavarĆ” de todo mal
ese rojo manantial,
el que abrió por mà Jesús
en la dolorosa cruz.
c
SĆ, fue por mĆ.
SĆ, fue por mĆ;
fue por mà murió Jesús
en la dolorosa cruz.
”Oh, qué amor! ”qué inmenso amor
reveló mi Salvador!
La maldad que hice yo,
al Calvario le llevó.
Ahora a Ti mi todo doy,
cuerpo y alma tuyo soy;
mientras permanezca aquĆ,
hazme siempre fiel a Ti.
Yo de Cristo sólo soy,
a seguirle pronto estoy.
Al bendito Redentor
servirƩ con firme amor;
sea mi alma ya su hogar,
y mi corazón su altar.
Vida emana, paz y luz,
del Calvario, de la cruz.
167
2 Corintios 1.4; Hebreos 4.15
En mis angustias me ayuda JesĆŗs;
sobre mi alma derrama su luz.
Todos los dĆas consuelo me da,
cada momento conmigo Ćl estĆ”.
c
Cada momento me guardas, SeƱor,
cada momento en tu gracia y tu amor.
Vida abundante yo tengo en Ti;
cada momento TĆŗ vives en mĆ.
Voy ante el trono de gracia con fe;
oye mi voz y mis lƔgrimas ve.
Cristo JesĆŗs en los cielos allĆ,
cada momento se acuerda de mĆ.
Cristo es mi roca, mi libertador;
Ćl es mi escudo, mi gran defensor.
En mi conflicto al SeƱor mirarƩ
cada momento, y salvado serƩ.
168
Filipenses 1.23; 1 Juan 3.2; 1 Corintios 13.12; 2 Corintios 3.18
En presencia estar de Cristo,
ver su rostro, ¿qué serÔ?
cuando al fin en pleno gozo
mi alma le contemplarĆ”.
c
Cara a cara espero verle
mƔs allƔ del cielo azul.
Cara a cara en plena gloria,
yo veré al Señor Jesús.
Sólo tras oscuro velo
hoy le puedo aquĆ mirar,
mas ya pronto viene el dĆa
que su gloria ha de mostrar.
”CuÔnto gozo habrÔ con Cristo
cuando no haya mƔs dolor,
cuando cesen los peligros
y ya estemos en su amor!
Cara a cara, ”cuÔn glorioso
ha de ser asĆ vivir!
”Ver el rostro de quien quiso
nuestras almas redimir!
169
GƩnesis 24.65; Efesios 5.25 al 27; Juan 14.3; Apocalipsis 3.4
En tristeza y tempestades una luz se ve;
es de Cristo la promesa: «Pronto volveré».
En la luz, la paz, la gloria del celeste hogar
Ćl me espera y apareja para mĆ lugar.
Largo tiempo me ha guiado en el mundo aquĆ,
mas ya veo la morada lista para mĆ.
Y Ćl en medio de la gloria no se olvidarĆ”
de mi nombre, pues grabado en su mano estĆ”.
Ni la mĆŗsica del cielo es tan dulce son
como las pisadas mĆas a su corazón.
Ni la gloria de los cielos se completarĆ”
mientras que su amada esposa aĆŗn ausente estĆ”.
¿Quién es éste que a encontrarme viene en grande amor,
cual estrella de maƱana, de la luz albor?
Es Aquel que en cruz cruenta padeció una vez;
aun en gloria le conozco, pues el mismo es.
”CuÔn bendito es el encuentro, el desierto atrÔs,
y el estar en su presencia sin salir jamƔs!
Ćl, en toda su hermosura, yo, por su favor,
compartiendo de su Padre plenitud de amor.
Do el pecado no penetra, con Ćl estarĆ©;
y en la santidad perfecta con Ćl andarĆ©,
hecha compañera idónea para el Salvador,
y por siempre mostrarase su inmenso amor.
Ćl, que tuvo la tristeza de la cruz atroz,
yo, que en el desierto oscuro fui de Cristo en pos,
el placer comĆŗn tendremos en la gloria allĆ:
yo al estar en su presencia, y Ćl al verme a mĆ.
170
Salmo 93.4; Marcos 4.39
Es nuestra vida cual vapor
que, navegando sin timón,
contra las olas de terror
camina a eterna perdición.
Sobre la mar que tan feroz
agĆtase con gran pavor,
en tonos claros una voz
estĆ” clamando con amor.
c
Socorro hay y salvación
de la tormenta y tempestad;
pues es Jesús por su pasión
camino, vida, luz, verdad.
El nƔufrago en su gran temor,
la noche acercƔndose,
desesperado con terror
el bote salvavidas ve.
Con rapidez camina ya,
a bordo estĆ” el Salvador
con brazos fuertes a salvar;
del mar y viento es SeƱor.
Se oye un grito: «”SÔlvame!
Perezco en aguas del terror;
seguro me refugiarƩ
en la ternura de tu amor.
El ancla mĆa fija estĆ”,
mi Salvador es mi sostƩn.
El cable firme quedarĆ”
en toda furia del vaivén».
171
Salmo 139.23; 2 Corintios 3.18
Escudriña mi corazón;
a Ti me consagro, JesĆŗs.
ConcƩdeme un santo fervor,
pues mi alma desea, pues mi alma desea,
desea tu luz.
Me postro a tus pies, oh SeƱor.
El mundo nada es para mĆ;
¿qué vale su gloria o placer?
HallƩ mi tesoro, hallƩ mi tesoro,
tesoro en Ti.
Confiado me entrego a Ti,
”oh limpia Tú mi corazón!
Transfórmalo, mi Salvador;
Tú sólo lo puedes, Tú sólo lo puedes,
potente SeƱor.
Señor, recibà tu perdón,
tu gozo y tu paz por la fe.
Contigo soy ya vencedor.
”Aleluya al Señor! ”Aleluya al Señor!
a Cristo, el SeƱor.
172
Salmo 60.4; 1 Corintios 15.58
”Estad por Cristo firmes,
soldados de la cruz!
Alzad hoy la bandera
en nombre de JesĆŗs.
Es vuestra la victoria
con Ćl por capitĆ”n;
por Ćl serĆ”n vencidas
las huestes de SatƔn.
c
”Estaos firmes, soldados de la cruz!
Alzad hoy la bandera
en nombre, en nombre de JesĆŗs.
”Estad por Cristo firmes,
hoy llama a la lid!
Con Ćl, pues, a la lucha,
soldados todos id.
Probad que sois valientes
luchando contra el mal.
ĀæEs fuerte el enemigo?
Pues Cristo es sin igual.
”Estad por Cristo firmes!
Las fuerzas son de Ćl;
el brazo de los hombres
jamƔs seraos fiel.
VestĆos la armadura,
velad en oración;
deberes y peligros
demandan mÔs tesón.
”Estad por Cristo firmes!
Bien poco durarĆ”
la lucha de batalla,
victoria viene ya.
Y a aquel que al fin venciere
corona se darĆ”;
Ʃl, con el Rey de gloria,
por siempre reinarĆ”.
173
Mateo 26.32, 28.19; Hechos 1.8; Efesios 6.11
Firmes y adelante, huestes de la fe,
sin temor alguno, que JesĆŗs nos ve.
Jefe soberano, Cristo al frente va,
y la regia enseƱa tremolando estƔ.
c
Firmes y adelante, huestes de la fe;
sin temor alguno, que JesĆŗs nos ve.
MuƩvese potente la Iglesia de Dios;
de los ya gloriosos marchamos en pos.
Somos sólo un cuerpo, y uno es el Señor;
una la esperanza, y uno nuestro amor.
Tronos y coronas pueden perecer;
de JesĆŗs la Iglesia constante ha de ser.
Nada en contra suya prevalecerĆ”,
porque la promesa nunca faltarĆ”.
174
Romanos 8.31; Mateo 24.35
Gozaos en el SeƱor,
que todo bien nos da,
pues Ćl por vosotros estĆ”.
Redimidos por su sangre,
¿de qué tenéis temor,
siendo JesĆŗs el Redentor?
c
Si Dios es por nosotros,
si Dios es por nosotros,
si Dios es por nosotros,
¿quién serÔ en contra?
¿Quién, quién, quién?
¿Quién serÔ en contra de nosotros?
SƩ fuerte en el SeƱor,
ceƱido de poder,
sin Ćl nada puedes hacer.
Aunque vengan tentaciones,
sƩ firme para el bien,
y Cristo te serƔ el sostƩn.
Confiad en el SeƱor,
que su promesa es fiel,
constante y segura cual Ćl.
Pues asĆ lo ha dicho Dios:
«Aun la tierra pasarÔ,
mas mi palabra quedarÔ».
Estad en el SeƱor,
gozaos en su bondad;
en Ćl sólo hay seguridad.
De su mano arrebatar,
al que en Ćl confĆa ya,
nunca jamƔs permitirƔ.
175
Colosenses 1.27; 1 Pedro 5.10; Judas 24
Gozo tenemos por Cristo JesĆŗs,
felicidad mediante su cruz;
puras delicias andando en la luz,
y gozaremos de gloria sin par.
c
Gloria sin par, con el SeƱor;
gloria sin par, por su favor;
vamos muy pronto al cƩlico hogar,
do gozaremos de gloria sin par.
Gracia gozamos y santo favor,
misericordia de nuestro SeƱor.
Paz disfrutamos por su grande amor,
y gozaremos de gloria sin par.
Gloria serĆ” nuestro Salvador ver,
gloria con Ćl siempre permanecer.
Gloria eternal y constante placer;
sĆ, gozaremos de gloria sin par.
176
1 Corintios 15.1; Salmo 126.3; Apocalipsis 1.5, 5.9
Grato es decir la historia
del celestial favor,
de Cristo y de su gloria,
de Cristo y de su amor.
Me agrada referirla,
pues sƩ que es la verdad,
y nada satisface
cual ella mi ansiedad.
c
”Qué bella es esa historia!
Mi tema allĆ” en la gloria
serĆ” la antigua historia
de Cristo y de su amor.
Grato es decir la historia,
mÔs útil al mortal,
que en gloria y portentos
no reconoce igual.
Me agrada referirla,
pues me hizo mucho bien;
por eso a ti deseo
decĆrtela tambiĆ©n.
Grato es decir la historia,
que, antigua sin vejez,
parece al repetirla
mƔs dulce cada vez.
Me agrada referirla,
pues hay quien nunca oyó
que para hacerlo salvo
el buen Pastor murió.
Grato es decir la historia;
el que la sabe ya
parece que de oĆrla
sediento aĆŗn estĆ”.
Y cuando el nuevo canto
en gloria entonarƩ,
serĆ” la antigua historia
que en vida tanto amƩ.
177
Cantares 2.16 etc.; Lucas 7.38, 8.35, 10.39
Hay un amigo celestial,
mejor que todo terrenal.
De Dios es Hijo, y a la vez
es mi SeƱor, sĆ, mĆo es.
c
SĆ, mĆo es. Amor me da,
conmigo vive, cerca estĆ”.
En Ćl encuentro encantos mil
y bien lo sĆ© que mĆo es Ćl.
SĆ, mĆo es. Por mĆ murió;
Ćl del pecado me libró,
y hoy sentƔndome a sus pies
con gozo digo: Ā«MĆo esĀ».
Y cuando en el cielo estƩ,
su gloria toda yo verƩ,
y como nunca ya despuƩs,
podrĆ© cantar que mĆo es.
178
Salmo 23; Hebreos 13.20
JehovĆ” es mi Pastor,
me apacienta con amor,
en sus pastos delicados pacerƩ.
Descansando sin temor
al abrigo del SeƱor,
de las aguas de reposo beberƩ.
c
El SeƱor me pastorea,
nada aquĆ me faltarĆ”.
Junto a Ćl caminarĆ©,
en su brazo confiarƩ.
Nada del amor de Dios me apartarĆ”.
Mi pastor me guardarĆ”,
siempre me confortarĆ”.
Por las sendas de justicia me guiarĆ”.
En el tiempo de dolor
me serĆ” consolador,
en mi corazón su paz infundirÔ.
”Oh, cuÔn fiel es mi Pastor!
Tan constante es en su amor
que mi copa rebosando siempre estĆ”.
Cuando en valle oscuro estƩ,
mal ninguno temerƩ;
a la casa de mi Dios irƩ a morar.
179
Apocalipsis 21.9; Hebreos 12.22
”Jerusalén celeste!
Visión de paz dichosa,
de Cristo santa esposa,
radiante de esplendor.
Su fƔbrica es divina;
son vivos sus sillares,
y de Ɣngeles millares
la ciƱen en rededor.
Ciudad del Rey eterno,
de perlas son sus puertas
continuamente abiertas
al mĆsero mortal.
Y en su recinto moran
los que por fe se elevan
y el sello augusto llevan
del Verbo celestial.
Felices moradores
allĆ perenne canto
profieren al Dios Santo
que de ellos se apiadó.
Y honor y gloria entonan
al inmortal Cordero,
que amante en el madero
por ellos se ofreció.
Al mismo Cristo amamos,
y al mismo Dios servimos
los que por fe vivimos
ansiando allĆ volar.
Y pronto gozaremos,
pasando sus umbrales,
las dichas eternales
del suspirado hogar.
180
Juan 16.33; Mateo 10.38, 16.24
JesĆŗs, veraz amigo,
contigo salvo estoy,
seguro del peligro,
por siempre, igual que hoy.
No quiero los placeres
que el necio mundo da;
te quiero y tambiƩn quieres
contigo verme allĆ”.
¿Dónde es que yo reposo
sino en tu grande amor?
Nadie es tan bondadoso
cual es mi Salvador.
Mis sendas esclareces,
guiando aquĆ mis pies.
De mĆ te compadeces,
pues TĆŗ mis cuitas ves.
¿Por qué sentir tristeza?
Tu nombre celestial
serĆ” mi fortaleza
y mi poder cabal.
TomƩ la cruz y sigo
a Ti, mi Redentor,
y siempre irƔn conmigo
tu gracia y tu favor.
En toda mi tristeza,
en toda mi aflicción,
JesĆŗs es mi firmeza,
Ćl es mi salvación.
No temo del peligro;
me guarda mi SeƱor.
”Querido y buen amigo,
JesĆŗs mi Salvador!
181
Marcos 16.15; Hechos 10.42,43; Apocalipsis 22.20, 6.15
La historia de la redención,
la voz del evangelio,
llevad a toda la nación,
a cada aldea y pueblo:
el nacimiento de JesĆŗs,
su vida en este mundo,
su muerte amarga de la cruz,
la gloria de su triunfo.
El evangelio de JesĆŗs
proclama paz al hombre;
las buenas nuevas de perdón
se anuncian por su nombre.
La noche eterna de dolor
al mundo estĆ” llegando;
la Iglesia espera a su SeƱor,
la noche va pasando.
Sostiene dura lucha aquĆ
la Iglesia militante,
y sirve a Cristo siempre allĆ
la Iglesia hoy triunfante.
En derredor del trono estƔn,
sus palmas tremolando,
sus arpas de oro sin cesar
loores tributando.
JesĆŗs nos dice: Ā«He aquĆ,
Yo vengo muy en breveĀ».
Ā«AmĆ©nĀ», decimos, Ā«sea asĆ,
tu Iglesia anhela verteĀ».
Mas, cuando venga, temblarƔn
impĆos y pecadores,
y todos le confesarƔn
SeƱor de los seƱores.
182
Apocalipsis 22.16; 2 Pedro 1.19
La noche se pasa, las sombras se van;
la Estrella del Alba no puede tardar.
El dĆa aguardamos con ferviente afĆ”n;
por ver su llegada bueno es madrugar.
AĆŗn duerme este mundo; no siente ni ve,
dispuesto en la sombra de noche a quedar.
Mas si él «la venida gloriosa» no cree,
al hijo del dĆa bueno es madrugar.
QuƩ suerte dichosa por tal porvenir,
”en luz refulgente su faz contemplar!
Oh quƩ dignidad su semblanza adquirir;
”conviene por tal bendición madrugar!
Momentos dichosos, JesĆŗs, para Ti,
tu amada Iglesia a la gloria llevar.
Su consumación efectuando asĆ:
Ā”por tal alegrĆa bueno es madrugar!
183
Romanos 13.12; 1 Tesalonicenses 4.17
La noche termina y el dĆa amanece,
del alba brillante la luz aparece;
de Cristo la vuelta gloriosa esperamos,
descendiendo en las nubes de luz.
c
Pronto viene JesĆŗs,
rodeado de gloria y de luz.
”Aleluya, Cristo vuelve!
”Aleluya, amén! ”Aleluya, amén!
Con gozo su rostro divino veremos,
y luego a su imagen cambiados seremos.
Con cuerpo glorioso veloz subiremos
a verle en las nubes de luz.
Su magnificencia y gloria veremos.
El mundo, el pecado, hermanos, dejemos;
asĆ con gran gozo le recibiremos
cuando Cristo nos venga a llevar.
184
1Juan 4.9,10; Hebreos 10.12 al 14
La obra de JesĆŗs
revela santo amor,
y da justicia, paz y luz
al triste pecador.
Jesús ya terminó
la grande redención.
Con tierno amor Ćl derramó
su gracia y su perdón.
Teniendo en Ćl la luz,
benditos somos ya,
ansiando con solicitud
el cielo do Ćl estĆ”.
185
Hechos 1.8; 1 Pedro 2.21; Filipenses 3.20
La palabra del SeƱor predicad, predicad;
con anhelo y oración predicad, predicad.
Ante el mundo burlador
sed testigos de su amor;
el poder del Salvador predicad, predicad.
El ejemplo del SeƱor imitad, imitad;
su humilde y tierno amor imitad, imitad.
Su constancia en la oración,
su paciencia en la aflicción,
su bondad y compasión imitad, imitad.
La venida del SeƱor esperad, esperad.
Ćl vendrĆ”, no tardarĆ”; esperad, esperad.
Como siervos del Gran Rey,
trabajad con celo y fe.
Si sembrƔis, recogerƩis; esperad, esperad.
186
1 Corintios 3.7; 2 Timoteo 3.17
La palabra hoy sembrada,
hazla, Salvador, nacer;
para darle crecimiento
sólo tienes Tú poder.
Ricos frutos TĆŗ nos puedes conceder.
Ricos frutos TĆŗ nos puedes conceder.
”Oh, prepara muchas almas
al servicio del SeƱor!
Y salvadlas por tu gracia,
bondadoso Salvador.
Tu Iglesia mostrarĆ” tu grande amor.
Tu Iglesia mostrarĆ” tu grande amor.
187
Juan 10.11; Hebreos 13.20; 1 Pedro 5.4
Las ovejas celebramos
del Pastor el grande amor;
sólo en Ti nos reposamos,
oh JesĆŗs, TĆŗ, buen Pastor.
Como ovejas fluctuantes,
anduvimos sin tu amor;
de los pastos abundantes
alejadas, buen Pastor.
Por los montes, afanado,
nos buscaste con amor;
para ser de tu rebaƱo
nos tomaste, buen Pastor.
TĆŗ nos das el pasto sano
y nos guardas con amor;
las ovejas de tu mano
nada temen, buen Pastor.
Sólo en pos de tus pisadas,
conducidas por tu amor,
vamos hacia las moradas
donde estƔs, oh buen Pastor.
188
Lucas 15.6; Efesios 2.3; Juan 15.5
Lejos de mi Padre Dios
fui por Cristo hallado;
por su gracia y por su amor
fui por Ćl salvado.
c
Es Jesús mi Señor,
mi alegrĆa eterna.
Ćl me amó y me salvó
en su gracia tierna.
Es JesĆŗs, mi Salvador,
fiel en su constancia;
toda mi necesidad
suple su abundancia.
Cerca de mi buen Pastor
vivo cada dĆa;
toda gracia en su SeƱor
halla el alma mĆa.
GuÔrdame, Señor Jesús,
para que no caiga;
cual sarmiento de la vid,
vida de Ti traiga.
189
Marcos 13.33; Tito 2.13; 1 Corintios 15.51;
Luz en la noche, canción en la tristeza,
la fe nos da bendita esperanza.
Vivimos cada dĆa esperando la maƱana,
porque viene a llevarnos el SeƱor.
c
”Qué bendita esperanza:
JesĆŗs nos viene a llevar!
Gloria, gloria sea a Ćl,
porque siempre nos es fiel.
Ven pronto, oh nuestro Salvador.
Astro brillante y faro que nos guĆa,
segura ancla que sufre la tormenta;
refugio del alma, constante esperanza,
que vendrĆ” pronto nuestro Salvador.
Orden de Cristo, que suena
cual trompeta,
el corazón anima, al mal vencemos:
«Velad y siempre orad,
porque pronto volveré».
Esperamos a nuestro Redentor.
La muerte vencida,
el cuerpo transformado,
hecho a su imagen; como Ćl seremos.
Nos elevarĆ” a la morada celestial,
cuando venga el bendito Salvador.
190
Ezequiel 34.26; Santiago 5.7; 2 Corintios 13.14
«Lluvias de bendición grandes»,
es la promesa de amor.
Hoy te pedimos las mandes
de tu presencia, SeƱor.
c
Las lluvias grandes,
mƔndanos, oh Salvador.
Haz que sintamos de nuevo
mƔs de tu gracia y tu amor.
«Lluvias de bendición grandes»,
Ā”cuĆ”nta falta hacen aquĆ!
Las gotas ya recibimos,
lluvias pedimos a Ti.
Aquà rogÔndote estamos;
oye Tú nuestra oración.
Toda la gloria te damos
a Ti por tu bendición.
Ya vendrƔn las lluvias grandes;
Tú las darÔs sin tardar.
Mientras aquĆ esperamos,
haz que las veamos llegar.
191
Filipenses 3.12; 2 Corintios 7.1
MƔs santidad dame, mƔs odio al mal;
mƔs calma en las penas, mƔs alto ideal.
MÔs fe en mi Maestro, mÔs consagración;
mÔs celo en servirle, mÔs grata oración.
MĆ”s prudente hazme, mĆ”s sabio en Ćl;
mƔs firme en su causa, mƔs fuerte y mƔs fiel.
MƔs recto en la vida, mƔs triste al pecar;
mƔs humilde hijo, mƔs pronto en amar.
MÔs pureza dame, mÔs fuerza en Jesús;
mƔs de su dominio, mƔs paz por la cruz.
MĆ”s rica esperanza, mĆ”s obras aquĆ;
mĆ”s ansia del cielo, mĆ”s gozo de allĆ.
192
2 Corintios 12.9; Hebreos 11.34
Mi mano ten, SeƱor; yo flaco y dƩbil,
sin Ti no puedo riesgos afrontar.
Tenla, SeƱor; mi vida el gozo llene,
al verme libre asĆ de todo azar.
Mi mano ten; la vĆa es tenebrosa,
si no la alumbra tu radiante faz.
Por fe yo alcanzo a percibir su gloria;
”cuÔn grande gozo! ”cuÔn profunda paz!
Mi mano ten, SeƱor, y a mis oĆdos
lleguen palabras de divino amor.
Alienta asĆ mi alma atribulada
para seguirte con un nuevo ardor.
Mi mano ten; el enemigo fuerte
no cesa cada paso en disputar.
Mas nada puede si Tú estÔs conmigo,
porque en tu fuerza yo he de triunfar.
Mi mano ten. Se extienden
ya las sombras,
el sol se pone, nuestro dĆa va.
Contigo quiero andar; que TĆŗ ilumines
los pasos que en el mundo tu hijo da.
193
Filipenses 1.23; Apocalipsis 22.12
Mi Redentor, el Rey de gloria,
que vive yo seguro estoy.
Ćl da coronas de victoria;
con gozo pronto al cielo voy.
c
Que permanezca no pidƔis
entre el bullicio y el vaivƩn;
el mundo alegre hoy dejara
aun cuando fuese algún Edén.
La cita nada mƔs aguardo,
que el Rey me diga: «Hijo, ven».
En mi SeƱor JesĆŗs confĆo;
su sangre clama a mi favor.
Es dueƱo de mi albedrĆo;
estar con Ćl es lo mejor.
ConsuƩlome en su larga ausencia
pensando: «Pronto volverÔ;
entonces su gloriosa herencia
a cada fiel Jesús darÔ».
194
1 Timoteo 6.11 al 16; Romanos 8.37
Mirad el gran amor: ”aleluya, aleluya!
de nuestro Salvador: ”aleluya, aleluya!
Su trono Ćl dejó, al mundo descendió,
su sangre derramó por salvar al pecador.
”Aleluya, aleluya! demos gloria a Jesús.
”Aleluya, aleluya! somos salvos por su cruz.
Luchemos con valor: ”aleluya, aleluya!
en nombre del Señor: ”aleluya, aleluya!
El diablo rugirĆ”, el mundo burlarĆ”,
pero el Salvador serĆ” con nosotros hasta el fin.
”Aleluya, aleluya! confiemos en Jesús.
”Aleluya, aleluya! venceremos por su cruz.
”Muy pronto volverÔ! ”aleluya, aleluya!
”Qué gozo nos darÔ! ”aleluya, aleluya!
Gloriosa reunión, eterna bendición
y grata comunión, para siempre con Jesús;
”Aleluya, aleluya! para siempre con Jesús.
”Aleluya, aleluya! redimidos por su cruz.
195
Santiago 5.8; Mateo 19.28, 25.31
Muy cercano estĆ” el dĆa
cuando volverĆ” JesĆŗs,
con la majestad y gloria
que le dio su Padre Dios.
De sus santos rodeado,
en la nube bajarĆ”;
de Cristo serĆ” el reinado,
y el pecado quitarĆ”.
c
«Ven, Señor Jesús, ven pronto»,
claman todos con ardor.
«He aquà Yo vengo presto,
prestoĀ», dice el Salvador.
Tu venida, Jesucristo,
librarĆ” la humanidad
de SatƔn, autor inicuo
de su gran calamidad.
CesarƔn todos los males
por el reino de JesĆŗs.
”Alegraos, oh mortales!
”Ved el triunfo de su cruz!
”CuÔnto anhelan y desean
la venida de JesĆŗs
los creyentes ya salvados
por la obra de su cruz!
«Ven y siéntate conmigo
en mi tronoĀ», el Rey dirĆ”.
«Has sufrido y has vencido,
de mi gloria goza yaĀ».
196
Juan 14.23; 1 Juan 3.20
No importa dondequiera estƩ,
JesĆŗs conmigo siempre estĆ”.
Lo ha prometido, y tengo fe
que su promesa cumplirĆ”.
c
Do Cristo estĆ” el cielo es,
y Cristo estÔ en mi corazón.
Morando en mĆ, derrama paz
y toda rica bendición.
Es mi deber andar con Ćl,
orando para no caer,
velando contra el mundo infiel,
confiando siempre en su poder.
Yo sƩ que flaco y dƩbil soy
y sƩ que es fuerte SatanƔs.
MƔs poderoso es mi SeƱor,
me guardarĆ” de tropezar.
197
1 Corintios 6.19,20, 7.23
No soy mĆo, Jesucristo,
TĆŗ me redimiste a mĆ;
me compraste con tu sangre,
pertenezco ahora a Ti.
c
No soy mĆo, Ā”oh no!
No soy mĆo, Ā”oh no!
Pertenezco a JesĆŗs.
Todo a mi SeƱor consagro,
pues por mà murió en la cruz.
No soy mĆo; yo confĆo
mi alma a Cristo el Salvador.
Ya mi todo a Ti he dado,
constreƱido por tu amor.
No soy mĆo; mis talentos
traigo a Ti, Señor Jesús,
para siempre ser usados
a la gloria de mi Dios.
No soy mĆo; TĆŗ me aceptas
por tu gracia, Salvador,
y contigo allĆ” en la gloria
gozarƩ tu eterno amor.
198
Efesios 6.20; 1 Tesalonicenses 2.2
No te dƩ temor hablar por Cristo,
haz que brille en ti su luz.
Siempre a quien te redimió confiesa;
todo debes a JesĆŗs.
c
No te dƩ temor, no te dƩ temor,
nunca, nunca, nunca.
Es tu Salvador amante;
nunca pues te dƩ temor.
No te dƩ temor hacer por Cristo
cuanto de tu parte estĆ”.
Obra con amor, fe y constancia;
tus trabajos premiarĆ”.
No te dƩ temor sufrir por Cristo
los reproches o el dolor.
Sufre con amor sus pruebas todas,
cual sufrió tu Salvador.
No te dƩ temor vivir por Cristo
esa vida que te da.
Si en tu mucho afĆ”n en Ćl confiares,
de todo bien te saciarĆ”.
No te dƩ temor morir por Cristo;
vida luz, verdad es Ćl.
Ćl te llevarĆ” con su ternura
a su cƩlico vergel.
199
Mateo 9.38, 13.3,25; Salmo 126.5
Obreros somos del SeƱor,
llamados por su grande amor;
semilla vamos a sembrar
que el Salvador ha de regar.
El mundo entero el campo es,
y el tiempo va con rapidez,
y SatanƔs, mal sembrador,
cizaƱa siembra sin temor.
c
Al trabajo vamos hoy,
pues JesĆŗs nos llama.
Lluvias de gran bendición
el SeƱor derrama;
la semilla crecerĆ”, el aumento nos darĆ”;
vamos, vamos, vamos a sembrar.
Los sembradores del SeƱor
sembremos con ferviente ardor
semilla de la incorrupción
que brote para salvación.
Gavillas tan preciosas son
los hijos de la redención,
que el Salvador Jesús compró
cuando en la cruz por nos murió.
JesĆŗs muy pronto bajarĆ”,
y a la gloria llevarĆ”
la Iglesia que es su galardón,
trofeo de la redención.
El triunfo de su obra aquĆ
Ćl gozarĆ” en la gloria allĆ;
el triunfo de su majestad,
su gozo por la eternidad.
200
Salmo 119.46, 35, 33, 47, 91
”Oh! hÔblame, Señor, y hablaré
en ecos vivos de tu dulce voz;
y, como hallado tuyo, buscarƩ
a los perdidos para Dios.
Ā”Oh! guĆame, SeƱor, y guiarĆ©
al pobre errado que tan lejos va.
Dame alimento y yo tambiƩn darƩ
al pobre hambriento tu manĆ”.
EnsƩƱame, SeƱor, y enseƱarƩ
siempre las cosas tuyas en sazón.
Dame palabras, y yo alcanzarƩ
al que es de triste corazón.
”Oh! lléneme, Señor, tu plenitud.
Haz que rebose tu favor en mĆ;
que con fervor declare la virtud,
bondad y amor que encuentro en Ti.
Haz que te sirva, oh Cristo mi SeƱor,
en lo que sea tu santa voluntad;
que tu servicio tenga por honor,
ahora y en la eternidad.
201
1 Pedro 5.7; Mateo 11.29; 1 Tesalonicenses 5.17
”Oh! ”qué amigo nos es Cristo!
nuestras culpas Ćl llevó,
y nos manda que llevemos
todo a Dios en oración.
ĀæSomos tristes, agobiados,
y cargados de aflicción?
Esto es porque no llevamos
todo a Dios en oración.
¿Te hallas débil y oprimido
de cuidados y temor?
A JesĆŗs, refugio eterno,
dile todo en oración.
ĀæTe desprecian tus amigos?
Cuéntale en oración;
en sus brazos de amor tierno
paz tendrÔ tu corazón.
Jesucristo es nuestro amigo,
de esto pruebas nos mostró;
pues para llevar consigo
al culpable, se humanó.
El castigo de su pueblo
en su muerte Ćl sufrió.
Cristo es el amigo eterno,
sólo en Ćl confĆo yo.
202
2 Timoteo 1.12; 1 Corintios 10.13
OĆ la voz de amor,
la sangre contemplƩ;
mirƩ en la gloria a mi SeƱor
y paz con Dios hallƩ.
Mi paz es eternal;
no mƔs seguro estƔ
el trono estable, celestial,
del santo JehovĆ”.
FluctĆŗa, sĆ, mi amor;
mi gozo viene y va.
La paz con Dios, mi Salvador,
jamƔs se mudarƔ.
VarĆo yo, mas Ćl,
que en mi lugar murió,
es inmutable, y siempre fiel
a lo que prometió.
La tumba abierta ya
deshace mi pavor,
y mi confianza entera estĆ”
en Cristo, mi SeƱor.
203
Mateo 28.19,20; 2 Corintios 5.20; Salmo 72.8
OĆd, oĆd, lo que nos manda el Salvador:
«Marchad, marchad, y proclamad mi amor,
porque he aquà Yo con vosotros estaré;
los dĆas todos hasta el fin os guardaré».
c
Id, pues, por el mundo.
Id, pues, y predicad el evangelio.
Id, pues; va adelante
el todopoderoso Salvador.
”Gloria, gloria, aleluya a Jesús!
”Gloria, gloria, aleluya a Jesús!
Nuestras almas Ćl salvó,
nuestras manchas Ćl lavó.
Proclamemos pues a todos su amor.
Pensad, pensad, la condición del pecador.
”Qué triste es! ”qué lleno de dolor!
Sin luz, sin paz, camina a la eternidad
y no conoce el gran peligro en que Ʃl esta.
Salid, salid, embajadores del SeƱor.
Buscad, buscad al pobre pecador;
aprovechad el tiempo que el SeƱor nos da,
pues pronto el dĆa de salvación se acabarĆ”.
Mirad, mirad, la hora presto llegarĆ”.
JesĆŗs vendrĆ” su reino a disfrutar;
de mar a mar habrĆ” prosperidad y paz;
sus alabanzas cantarĆ” la humanidad.
204
Lucas 19.5; Juan 1.12, 13.20
”Pasad, pasad, oh Maestro, el umbral!
La voz oĆ que aliviarĆ” mi mal;
pĆŗsose el sol; ruge la tempestad.
”Os necesito, Salvador, entrad!
Mal preparado estoy, Jesús, Señor,
por la visita del divino amor,
y nada tengo con que agasajar
a quien se digna en mi casita entrar.
Huésped eterno, aún ahora entrad;
os lo suplica mi necesidad.
Vuestra presencia todo cambiarĆ”;
entrando vos la confusión huirÔ.
No intento ahora preparar lugar
do el Rey de gloria pueda en mĆ posar.
Todo es tan pobre, bajo, ruin aquĆ,
Ā”peor aĆŗn hacer que espere allĆ!
Ā”Venid! — no para hallar en mĆ, SeƱor,
digno lugar que more vuestro amor,
mas a quitar mi noche, miedo y mal
con vuestra luz y gloria celestial.
205
IsaĆas 40.11, 66.2
PastorƩanos, SeƱor potente,
cuida, oh buen Pastor, tu grey;
tu sustento placentero dale,
tu redil, tu suave ley.
Alta ciencia, providencia,
tuyas para nuestro bien.
Bendecido, Rey ungido,
a santificarnos ven.
Tu bondad divina da a los pobres
salvación y santidad;
a pesar de ser tan pecadores,
no nos has de desechar.
Comunicas dotes ricas
al que implora tu perdón,
paz estable, inefable,
en el nuevo corazón.
206
Filipenses 4.7; Hechos 10.36
”Paz, dulce paz! que brota de la cruz.
Nos habla paz la sangre de JesĆŗs.
”Paz, dulce paz! hacer la voluntad
de Cristo en nuestra vida da la paz.
”Paz, dulce paz! cargados de dolor;
descanso y paz tenƩis en el SeƱor.
”Paz, dulce paz! en la separación;
la paz de Cristo da consolación.
”Paz, dulce paz! en cuanto al porvenir,
JesĆŗs nos guĆa y guarda hasta el morir.
”Paz, dulce paz! la muerte alrededor;
Jesús venció la muerte y su terror.
”Paz, dulce paz! no tardarÔ Jesús,
y nos darĆ” celeste paz y luz.
207
Romanos 8.16; Juan 10.9; Cantares 6.3
Por la gracia del SeƱor
gózome en su gran amor;
el EspĆritu en mĆ
testifica que es asĆ.
”Oh, qué paz, perfecta paz;
no me perderƩ jamƔs!
Pues por su infinito amor
suyo soy y mĆo es Ćl.
Pues por su infinito amor
suyo soy y mĆo es Ćl.
A la luz de tal amor,
lo que veo en derredor
tiene hermosuras mil
que sin Cristo nunca vĆ.
Canta el pƔjaro mejor,
mƔs brillante es toda flor,
ya que puedo yo decir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ»,
ya que puedo yo decir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ».
En la lucha terrenal
me protegerĆ” del mal,
pues su brazo fuerte y fiel
me conserva para Ćl.
El estar con Ćl aquĆ
es el cielo para mĆ.
Y muy grato es sentir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ».
Y muy grato es sentir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ».
Soy de Ćl, sĆ soy de Ćl
por su amor tan tierno y fiel.
Cuando pruebas muchas son,
me conforta el corazón.
Lo de aquĆ se cambiarĆ”,
nuestra vida pasarĆ”;
mas por la eternidad
suyo soy y mĆo es Ćl,
mas por la eternidad
suyo soy y mĆo es Ćl.
208
1 Timoteo 4.15,16; 1 Corintios 9.27
Precepto es del SeƱor
que gloria yo le dƩ,
cuidando el alma que me dio,
viviendo por la fe.
Ejemplo debo dar;
mi vocación cumplir,
y mis talentos dedicar
a Cristo en servir.
Devoto debo ser,
pues a su vista estoy;
su rostro llegue asĆ a ver,
contento donde voy.
En oración velar,
confiando sólo en Ćl.
Si fuere de olvidar capaz,
sin fuerza me verƩ.
209
1 Juan 3.2; 1 Corintios 15.51; IsaĆas 61.3
Pronto JesĆŗs de los cielos vendrĆ”;
dulce es pensarlo y gran gozo nos da.
Transformaranos su rostro al ver;
esta es la meta al fin del correr.
c
Nos cambiarĆ”, nos cambiarĆ”,
al ver de Ćl la gloriosa faz.
Nos cambiarĆ”, nos cambiarĆ”,
al ver de Ćl la faz.
Los separados unidos serƔn,
no mƔs ausentes de Cristo estarƔn.
A los que duermen resucitarĆ”,
y a su imagen Ćl los cambiarĆ”.
Oscuras nubes Ćl disiparĆ”;
noche en dĆa Ćl transformarĆ”.
Las tempestades Ćl ha de cambiar
en dulce calma; el llanto, en cantar.
Ćl harĆ” fuerte lo dĆ©bil al fin,
todo perfecto que ahora es ruin;
y por tristezas su gozo darĆ”;
consigo en gloria a su Iglesia tendrĆ”.
210
1 Pedro 5.7; Romanos 8.28
Que lo sabe todo el Padre
es mi certitud,
y que en gracia Ćl por mĆ vela
con solicitud.
Todo cuanto Dios permita
obra para bien,
y deseo solamente
responderle: «Amén».
Bien sƩ yo que lo futuro
en su mano estĆ”;
con desvelo permanente
Ćl me guiarĆ”.
Aunque en mi camino encuentre
penas y dolor,
siempre tras de fuertes pruebas
veo su favor.
Gusto de contarle cuanto
me sucede aquĆ,
cierto que su buen cuidado
llega aun a mĆ.
Y despuƩs con buen agrado
de su amor gozar,
gracias le darƩ por cuanto
Ćl me quiera dar.
Confiadamente, entonces,
puedo aquĆ vivir
sin recelos ni cuidados
por mi porvenir.
Pues mi Padre Dios me asiste
con divino amor,
siendo aquel que me sostiene
Cristo el Salvador.
211
Job 19.25; Salmo 19.14; Tito 2.14; Apocalipsis 5.9
Redentor, ”oh qué belleza
en tal tĆtulo se ve!
Cristo sólo, con certeza,
digno de llevarlo fue.
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa tuyo ser!
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa tuyo ser!
En miseria sumergido,
de SatƔn esclavo fui;
TĆŗ escuchaste mi gemido
cuando sin valor me vi.
Redentor, Redentor,
TĆŗ me diste libertad.
Redentor, Redentor,
TĆŗ me diste libertad.
Cuando en tu celeste gloria
al final he de llegar,
y con himnos de victoria
tus loores entonar,
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa celestial!
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa celestial!
212
Deuteronomio 33.27; 2 Tesalonicenses 1.7
Salvo en los fuertes brazos
del tierno Salvador,
dulce reposo tengo
en su inmutable amor.
Vivo bien protegido
contra el poder del mal;
Cristo me ha recogido
del hondo cenagal.
c
Salvo en los fuertes brazos
del tierno Salvador,
dulce reposo tengo
en su inmutable amor.
En el desierto triste
por donde paso aquĆ,
con su bondad me guĆa
bien apoyado asĆ.
Ćl siente simpatĆa
por todo mi dolor;
lo cambia en alegrĆa
con su sincero amor.
A mis necesidades
Ćl cuida de atender;
mis dudas, mis errores
consigue esclarecer.
Sobre mi oscura vĆa
lanza celeste luz;
mi protector y guĆa
siempre serĆ” JesĆŗs.
Deseo acĆ” servirle
mientras ausente estĆ”;
y cuando venga en nubes
Ćl me recogerĆ”;
dĆa en el cual su rostro
en plena luz verƩ,
y su divina gloria
sin nieblas mirarƩ.
213
1 Corintios 4.2; Lucas 16.10; JosuƩ 23.14
Seguid a JesĆŗs, andad en su luz,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
Servidle de amor, luchad con valor,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
c
Sed fieles a Cristo el SeƱor,
su gracia abundante jamƔs faltarƔ.
Su brazo potente os defenderĆ”;
sed fieles a Cristo el SeƱor.
Tentados serƩis, conflictos tendrƩis,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
A vuestro favor estĆ” el Salvador,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
JamƔs JehovƔ os ha de faltar,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
Os sustentarĆ”, y el triunfo os darĆ”,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
214
Lucas 1.79; Judas 24
Señor Jesús, con tu esplendor benigno
guarda mi pie.
Densa es la noche, Ɣspero el camino;
mi guĆa sĆ©.
Harto distante de mi hogar estoy,
que al dulce hogar de las alturas voy.
Amargos tiempos hubo en que tu gracia
no supliquƩ.
De mi valor fiando, en la eficacia
no tuve fe.
Mas hoy deploro aquella ceguedad;
dame, oh SeƱor, tu grata claridad.
GuiÔndome Tú la noche es esplendente,
y cruzarƩ
el valle, el monte, el risco y el torrente
con firme pie;
hasta que empiece el dĆa a despuntar,
y entre al abrigo de mi dulce hogar.
215
Salmo 48.14; Hechos 27.24; 2 Corintios 5.8; Filipenses 1.23
Señor Jesús, te ruego el cuidado
que nadie sino TĆŗ darme podrĆ”.
En vida y muerte estĆ” TĆŗ a mi lado;
por gracia, oh mi SeƱor, conmigo estƔ.
c
Conmigo estĆ”; preciso tu poder,
pues SatanƔs quisiƩrame vencer.
Conmigo estĆ” en sombra y clara luz;
en vida y muerte, ”oh! conmigo estÔ.
Si cualquier enemigo me asalta,
si en mar embravecido el barco va,
si mi esperanza o mi coraje falta,
por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”.
Cuando el camino mĆo es deleitoso,
de Ti, SeƱor, necesidad habrƔ;
y cuando es muy oscuro y doloroso,
por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”.
Cuando en el rĆo oscuro de la muerte
ninguno sino TĆŗ me salvarĆ”;
socórreme, Señor, con brazo fuerte;
por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”.
216
Salmo 118.27; LevĆtico 7.5; 2 Corintios 5.21; Apocalipsis 1.18
Señor Jesús, tomaste mi lugar,
cual vĆctima ligada en el altar.
Su fuego conseguiste TĆŗ apagar,
SeƱor, por mĆ, por mĆ.
Tu sangre sólo, oh Cristo, a mi favor;
tu muerte de justicia por amor;
pecado hecho como transgresor,
SeƱor, por mĆ, por mĆ.
Tal como fuiste, Tú eres hoy, Señor,
pues inmutable es tu divino amor.
En gloria vives como Salvador,
SeƱor, por mĆ, por mĆ.
ConfĆo en tu probada caridad.
SĆ© mi refugio TĆŗ en la tempestad.
EnsƩƱame a gozar de tu amistad,
SeƱor, a mĆ, a mĆ.
217
Lucas 24.32; 2 Timoteo 2.12; Apocalipsis 22.1
Sentimos en el corazón
el gozo de la salvación,
el gozo del SeƱor.
Conmueve todo nuestro ser,
nos hace el alma enardecer
de amor a nuestro Dios.
Venid, hermanos en JesĆŗs,
miremos juntos a la cruz
de nuestro Salvador.
Allà su sangre derramó,
allà la obra consumó
de nuestra salvación.
Si aquà sufrimos aflicción,
tendremos pronto la mansión
que Cristo prometió.
JesĆŗs prepara un buen lugar
do eternamente morarĆ”
con Ćl su servidor.
Y cuando estemos en la luz
de la presencia de JesĆŗs,
”qué gozo nos serÔ!
La fuente del divino amor
de nuestro amado Salvador
jamƔs se agotarƔ.
218
1 Juan 3.1; Judas 12; Efesios 1.5
Ser de Dios los hijos caros,
en JesĆŗs sublime don;
en JesĆŗs nos mira el Padre
y nos da su bendición.
c
«Mirad cuÔn grande el amor,
cuƔn grande el amor
que el Padre hanos manifestado,
que hijos, hijos de Dios
seamos por siempre llamadosĀ».
Llevaremos de Ćl la imagen
de su gracia y su poder;
darnos de su gloria parte
Ćl dignose prometer.
Y sin Ćl la vida es vana,
es de abrojos un erial;
sin aguas, estƩril nube,
y de males, manantial.
Mas si de Ćl somos los hijos
por su graciosa adopción,
la herencia de sus bienes
gozaremos en Sion.
219
Hebreos 6.18; Romanos 8.21
Si tú acudes a Jesús, salvación tendrÔs
del castigo espantoso, del infierno horroroso.
Si tú acudes a Jesús, salvación tendrÔs.
Si tú acudes a Jesús, salvación tendrÔs.
c
Salvación, libertad y perdón,
si tĆŗ acudes a JesĆŗs.
Salvación, libertad y perdón,
si tĆŗ acudes a JesĆŗs.
Si tú acudes a Jesús, libertad tendrÔs
de la vida pecadora, de la carga abrumadora.
Si tú acudes a Jesús, libertad tendrÔs.
Si tú acudes a Jesús, libertad tendrÔs.
Si tú acudes a Jesús, el perdón tendrÔs;
sĆ, por todos tus pecados, conocidos e ignorados.
Si tú acudes a Jesús, el perdón tendrÔs.
Si tú acudes a Jesús, el perdón tendrÔs.
Si tú acudes a Jesús, plena paz tendrÔs
en tus luchas y temores, en tus penas y dolores.
Si tú acudes a Jesús, plena paz tendrÔs.
Si tú acudes a Jesús, plena paz tendrÔs.
220
Mateo 9.38; Juan 4.35
Siervos de Dios ”mirad!
La mies ya blanca estĆ”,
la siega espera actividad,
o el tiempo pasarĆ”.
Siervos de Dios ”obrad!
El DueƱo de la mies
dispƩnsanos tal potestad
que sin medida es.
Siervos de Dios ”orad!
Hay mucho aĆŗn que hacer.
Las buenas nuevas anunciad
a todos por doquier.
221
2 Timoteo 2.3; 1 Pedro 3.15
ĀæSoy yo soldado de JesĆŗs,
un siervo del SeƱor,
y temerƩ llevar la cruz,
sufriendo por su amor?
c
Yo hablarƩ por mi SeƱor,
confesarƩ mi fe.
Su EspĆritu me ayudarĆ”;
yo testificarƩ.
Lucharon otros por la fe;
cobarde no he de ser;
por mi SeƱor pelearƩ,
confiando en su poder.
Es menester que sea fiel,
que nunca vuelva atrƔs,
que siga siempre en pos de Ćl;
su gracia me darĆ”.
222
Salmo 73.25; Cantares 3.3,4
Tesoro incomparable,
JesĆŗs, amigo fiel;
refugio del que huye
del adversario cruel.
Sujeta compasivo
a Ti mi corazón,
ya que para salvarme
sufriste la pasión.
Delicias TĆŗ de mi alma,
pan de la eternidad
del cual yo me alimento
en mi necesidad.
En mi flaqueza extrema
se cumple tu virtud,
y en medio de mis males
TĆŗ quieres mi salud.
Dirige a mĆ tu rostro,
JesĆŗs, lleno de amor,
sol puro de justicia,
dulce consolador.
Sin tu influencia santa
la vida es un morir;
gozar de tu presencia,
esto sólo es vivir.
JesĆŗs, riqueza mĆa,
mi amante Salvador,
en mi flaqueza TĆŗ eres
mi fuerte protector.
JamƔs el enemigo
podrĆ” quitar mi paz;
por mƔs que lo intentare,
aliento me darƔs.
Al mundo de falacias
no pertenezco ya.
El cielo es mi morada;
allĆ mi Amado estĆ”.
A donde Cristo habita,
con ansia quiero ir;
en sempiterno gozo
con Ćl quiero vivir.
223
2 Timoteo 2.6; Juan 6.27
”Trabajad, trabajad! somos siervos de Dios;
seguiremos la senda que el Maestro trazó.
Renovando las fuerzas con bienes que da,
el deber que nos toca cumplido serĆ”.
c
”Trabajad, trabajad!
”Esperad y velad!
”Confiad, siempre orad!
que el Maestro pronto volverĆ”.
”Trabajad, trabajad! Hay que dar de comer
al que el pan de la vida desea tener.
Hay enfermos que irƔn a los pies del SeƱor
al saber que de balde los sana su amor.
”Trabajad, trabajad! Fortaleza pedid;
al reinado del mal con valor combatid.
Conducid los cautivos al Libertador,
y decid que de balde redime su amor.
224
Hechos 1.11; 1 Tesalonicenses 4.17; Marcos 13.32
TĆŗ ya vienes, oh Dios mĆo;
TĆŗ ya vienes, oh mi Rey.
Toda lengua te confiesa,
mira el gozo de tu grey.
TĆŗ ya vienes y la gloria
de tu reino viene ya,
a travƩs del velo santo,
”qué consuelo y paz nos da!
c
TĆŗ ya vienes, TĆŗ ya vienes,
en las nubes vienes, sĆ.
TĆŗ ya vienes, y nosotros
subiremos hacia Ti.
TĆŗ ya vienes, TĆŗ ya vienes,
oh JesĆŗs, el Salvador.
”Oh qué gozo estar contigo,
ver la gloria de tu amor!
TĆŗ ya vienes, ni una sombra
tu hermosura ocultarĆ”;
las tristezas y el pecado
tu poder disiparĆ”.
TĆŗ ya vienes, oh bien mĆo,
gozarÔ mi corazón;
por tu muerte yo soy hecho
de tu reino poseedor.
”Tú ya vienes! La esperanza
nunca nos engaƱarƔ.
No sabemos dĆa ni hora,
mas la gloria cierta estĆ”.
SĆ, TĆŗ vienes, y tu mesa
garantĆa ya nos da,
por la comunión contigo,
de la posesión allÔ.
225
GƔlatas 2.20; Juan 17.9,10
”Tuyo, Señor!
JamƔs tendrƩ amor
a lo que no te agrade a Ti;
ha muerto el mundo para mĆ,
pues tuyo soy.
”Tuyo, Señor!
Corona, gozo, honor,
sólo eres Tú, y nada acÔ
mi corazón encantarÔ,
pues tuyo soy.
”Tuyo, Señor!
Reposo en tu favor,
y sƩ que por la eternidad
me guardarƔs en tu bondad,
pues tuyo soy.
”Tuyo, Señor!
Con mƔs ferviente ardor
te adorarƩ y te servirƩ,
en tanto que en el mundo estƩ,
pues tuyo soy.
”Tuyo, Señor!
Conozco el gran valor
de tu promesa que vendrƔs,
y digo: «Ven, no tardes mÔs,
pues tuyo soyĀ».
226
Filipenses 3.7 al 14; Salmo 17.15
Tuyo soy, Señor, sólo tuyo soy,
redimido por tu amor;
mas cual siervo fiel quiero yo seguir
y mƔs cerca estar de Ti.
c
MƔs cerca, cerca de Ti
llƩvame, mi Salvador.
SĆ, mĆ”s cerca,
cerca yo quisiera estar
de Ti, mi Salvador.
Sólo a Ti, Jesús, me consagro hoy,
constreƱido por tu amor;
y mi ser entero gozoso doy,
a servirte a Ti, SeƱor.
”Qué profunda paz y felicidad
guardan hoy mi corazón!
cuando por la fe puedo ver tu faz
en mÔs grata comunión.
Del amor divino jamƔs sabrƩ
la profunda inmensidad,
hasta que, oh SeƱor, yo contigo estƩ
en la gloria celestial.
227
Hebreos 6.19; Romanos 8.39
Un ancla tenemos que el tĆŗmido mar,
por mucho que ruja, no puede quebrar
la dulce esperanza que infunde JesĆŗs,
legada en su muerte
de angustia en la cruz.
Allende los cielos el trono de Dios,
que rige supremo en el reino de amor,
esta ancla fijemos que firme estarĆ”,
pues Dios, nuestro Padre, no nos faltarĆ”.
Y cuanto mƔs ruja la cruel tempestad,
mƔs firme tomemos el cable de fe;
que furia de vientos, ni embates del mar,
no pueden del puerto la entrada vedar.
228
Juan 16.16; 1 Juan 2.28; 2 Timoteo 2.12
”Un poco! El Salvador vendrÔ
y a su pueblo llevarĆ”
al santo celestial hogar
que nos ha ido a preparar;
a estar con Ćl, su rostro ver,
y nuestras gracias ofrecer.
”Un poco! El Salvador vendrÔ;
sĆ, poco tiempo resta ya.
Que duƩlame no serle fiel,
placer me dĆ© servirle a Ćl.
Pues listo deberĆa ser
quien al SeƱor espera ver.
”Un poco! El Salvador vendrÔ.
”Oh! ¿quién su cruz rechazarÔ?
¿Quién en los pasos del Señor
sufrir no quiere por su amor?
Su gloria recompensarĆ”
los sufrimientos de acĆ”.
”Un poco! ”Ven, oh ven, Señor!
La Iglesia tuya con ardor
desea alcanzar su hogar,
el nuevo cƔntico cantar,
tu gloria ver, estar allĆ
en todo semejante a Ti.
Puede repetirse las Ćŗltimas dos lĆneas de cada estrofa.
229
Apocalipsis 1.7; 1 Tesalonicenses 4.14
Un poco mÔs, Jesús vendrÔ,
y todo santo le verĆ”.
Ćl llamarĆ” a su Iglesia fiel,
y subiremos juntos a Ćl.
c
Ā”QuĆ© dĆa serĆ” de gloria, luz y paz!
La casa del Padre serĆ” nuestro hogar.
Un poco mÔs, Jesús vendrÔ,
el llanto y lloro acabarƔn.
Del peregrino el corazón
sediento exclama: «Ven, Señor».
Jesús vendrÔ. VendrÔn también
los santos que han dormido en Ćl.
Ā”Dichoso dĆa de reunión!
Después, no habrÔ separación.
230
1 Tesalonicenses 4.13 al 18; 1 Juan 3.2
Un poco, un poquito
de tiempo esperamos,
JesĆŗs de los cielos muy pronto vendrĆ”.
Orando, leyendo y cantando velemos,
pues pronto oiremos el grito: «Aquà estÔ».
Con mando y con voz
de arcƔngel del cielo,
y al son de trompeta el SeƱor bajarƔ.
AsĆ le esperamos con ansia y deseo,
y muertos o vivos nos recogerĆ”.
A los que en JesĆŗs
han dormido sabemos
que Dios juntamente con Ćl traerĆ”,
y no antes de ellos nosotros iremos;
mas todos unidos Ćl nos llamarĆ”.
Aquellos que han muerto
serƔn los primeros,
que Cristo a su mando resucitarĆ”;
nosotros los vivos seremos postreros,
mas juntos JesĆŗs nos arrebatarĆ”.
Arriba en los cielos, visible y glorioso,
JesĆŗs a nosotros se revelarĆ”;
consigo en la gloria de eterno reposo,
por Ćl rescatados, JesĆŗs nos pondrĆ”.
231
Mateo 13.3,30; 1 Corintios 3.2
Ved que acercĆ”ndose el dĆa va,
en que el SeƱor en su gloria vendrƔ
a recoger en su alfolĆ
lo que sembramos en tanto aquĆ.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
c
Vamos sembrando con vivo amor
dulces palabras de nuestro SeƱor;
siempre obrando con celo y con fe,
para que rica cosecha nos dƩ.
Entre zarzales podrĆ” caer
cierta semilla y no florecer;
mas el SeƱor a segar vendrƔ,
y su buen fruto recogerĆ”.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
Muy largo tiempo podrĆ” pasar
antes de ver su semilla brotar;
mas ciertamente el SeƱor vendrƔ
y su buen fruto recogerĆ”.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
En todo tiempo sin desmayar
vamos sembrando y orando a la par;
pues prestamente el SeƱor vendrƔ
y su buen fruto recogerĆ”.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
232
Salmo 30.5; Filipenses 4.6
Ven, alma que lloras, ven al Salvador,
en tus tristes horas dile tu dolor.
Dile, sĆ, tu duelo, ven tal como estĆ”s;
habla sin recelo, y no llores mƔs.
Tu pena y tristura, dile a tu SeƱor,
tu cruel desventura, engaƱos y error.
En su tierno seno descanso hallarƔs;
ven, porque Ćl es bueno,
y no llores mƔs.
Tú mismo al cansado enseña la luz;
guĆa al angustiado a Cristo JesĆŗs.
La bendita nueva de celeste paz
a los tristes lleva, y no llores mƔs.
233
Salmo 87.7; IsaĆas 12.3; Oseas 11.4
Ven, de todo bien la fuente,
ven, eterno Salvador,
ven, ayĆŗdame a cantarte
dignos cantos de loor.
Tú, Señor, por mà moriste;
quiero yo por Ti vivir.
Sólo Tú eres mi esperanza,
sólo Tú mi porvenir.
Triste yo era y extraviado
cuando Cristo me buscó;
de la muerte por salvarme
Ćl su sangre derramó.
En su muerte de cariƱo
vida, paz, perdón hallé;
y por Ćl la vida eterna
en el cielo gozarƩ.
De tu gracia, oh bien amado,
soy continuo deudor;
mƔs y mƔs a Ti me atraes
por los lazos de tu amor.
Ven, de todo bien la fuente,
fuente de mi salvación;
doy a Ti mis alabanzas,
doy a Ti mi corazón.
234
2 Pedro 1.19; Apocalipsis 22.16; Mateo 25.21
Yo espero la maƱana
de aquel dĆa sin igual,
en que la alegrĆa emana,
y su gozo es eternal.
c
Esperando, esperando
otra vida sin dolor,
do me den la bienvenida
de JesĆŗs mi Salvador.
Yo espero la victoria,
de la muerte al fin triunfar,
recibir la eterna gloria
y mis sienes coronar.
Yo espero entrar al cielo,
donde reina eterno amor.
Peregrino soy, y anhelo
las moradas del SeƱor.
Pronto espero unir mi canto
al triunfante y celestial,
y poder cambiar mi llanto
por un canto angelical.
235
Hebreos 13.15; Salmo 3.5, 51.17
Yo por Cristo defendido,
a tu nombre doy loor;
yo con bienes soy provisto
que no tuvo mi SeƱor.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
La pobreza y los dolores
Cristo se dignó pasar;
y mi Dios con pecadores
no encontraba do posar.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
A tu sombra, Dios clemente,
yo tranquilo dormirƩ;
y tu amor, Omnipotente,
yo mi vida fiarƩ.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
Soy yo indigno, TĆŗ piadoso;
sƩ que no has de desechar
al que viene presuroso
tu piedad a impetrar.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
236
Hebreos 2.9, 8.1; 1 Timoteo 1.17
A Cristo coronad, divino Salvador,
sentado en alta majestad
es digno de loor.
Al Rey de gloria y paz loores tributad,
y bendecidle al Inmortal
por toda eternidad.
A Cristo coronad,
SeƱor de nuestro amor;
al triunfante celebrad,
glorioso vencedor.
Potente Rey de paz
el triunfo consumó,
y por su muerte de dolor
su grande amor mostró.
A Cristo coronad, SeƱor de vida y luz,
con alabanzas proclamad
los triunfos de la cruz.
A Ćl, pues, adorad, SeƱor de salvación;
loor eterno tributad de todo corazón.
237
Juan 1.17; GƩnesis 45.13
A Dios la gloria dada
serĆ” por su bondad
y gracia revelada;
en su loor cantad.
Nosotros te adoramos,
Dios nuestro, con fervor.
Tu gracia celebramos
y tu divino amor.
Con gozo agradecemos
tan grande salvación;
y acĆ” celebramos
tu tierna compasión.
TambiƩn magnificamos
tus glorias, oh JesĆŗs;
las glorias que miramos
radiosas en tu cruz.
Al Padre, como al Hijo,
por tanta bendición,
rendid con regocijo
profunda adoración.
238
1 Timoteo 1.17, 6.16; Efesios 3.21; 2 Corintios 13.14; 1 Juan 5.7
A nuestro Padre Dios
demos en alta voz gloria a Ćl.
Al Dios que nos amó
de modo que nos dio
al Hijo que murió: Ā”gloria a Ćl!
A nuestro Salvador
rindamos con fervor gloria a Ćl.
Su sangre derramó,
con ella nos lavó,
el cielo nos abrió: Ā”gloria a Ćl!
Por el Consolador
que dionos el Señor ”load a Dios!
Mora en la eternidad
la Santa Trinidad:
”hermanos, alabad al trino Dios!
239
1 Corintios 11.24; Hebreos 13.15;
A tu palabra, mi SeƱor,
humilde vengo aquĆ,
y en esta cena con amor
memoria harƩ de Ti.
Indigno soy de tal lugar,
pues siempre malo fui,
mas TĆŗ viniste a rescatar
y a libertarme a mĆ.
Antes perdido me encontrƩ,
mas ya salvado soy;
y de tu amor me acordarƩ
al darte gracias hoy.
GetsemanĆ, con su sudor
y copa como hiel;
la cruz con todo tu dolor
y tu agonĆa cruel.
Tu muerte allĆ, SeƱor JesĆŗs,
y la escondida faz
del santo Dios, cuando en la cruz
me procuraste paz.
SĆ, aquĆ, SeƱor, me acordarĆ©
de todo tu favor,
y con los tuyos cantarƩ
mis cƔnticos de loor.
240
GƔlatas 4.6; Romanos 8.15; Lucas 15.22
”Abba, Padre! te adoramos
en el nombre de JesĆŗs.
Dios y Padre te llamamos,
hechos hijos de la luz.
Ya del juicio libertados
por la sangre del SeƱor,
y por Ćl reconciliados,
disfrutamos de tu amor.
Pródigos un tiempo fuimos,
y alejados del hogar,
mas tu voz de amor oĆmos,
pues quisĆstenos llamar.
Por JesĆŗs nos perdonaste
y nos allegaste a Ti,
nos besaste, y nos sentaste
en tu comunión aquĆ.
Por tu mano revestidos
del ropaje de salud,
en tu casa recogidos
por tu gran solicitud;
redimidos y lavados
por la sangre de JesĆŗs,
restaurados, bien amados,
hechos hijos de la luz.
”Abba! Todos te alabamos,
muy contentos de saber
que los bienes que gozamos
claro dan a comprender
que TĆŗ encuentras complacencia
en mostrarnos tu favor,
y por tal benevolencia
te alabamos con fervor.
241
Salmo 19.14; Juan 20.29
Acepta, buen Pastor y Rey,
las alabanzas de tu grey;
acepta su ferviente amor
por la corona de tu honor.
Que sea nuestra devoción
continua, dulce comunión
con el que en triste cruz murió,
y por su muerte nos salvó.
El buen Pastor es siempre fiel.
Ā”Dichosos los que creen en Ćl!
En Ćl tendrĆ”n felicidad,
ahora y por la eternidad.
242
Juan 20.29; 1 Corintios 10.16,17, 11.23 al 26
Aquà tu rostro puedo ver, Señor;
a lo invisible alcanza aquĆ la fe.
De nuevo abrazo aquĆ
tu inmenso amor,
y mi solicitud en Ti echarƩ.
Aquà del pan partido tomaré
y de la copa de tu comunión.
El nombre de mi Dios invocarƩ,
gozÔndome en la paz de salvación.
La culpa del pecado mĆa fue,
mas tuya fue la sangre de la cruz.
Por ella y tu justicia tengo, sƩ,
perdón, vestido y paz, Señor Jesús.
Sólo en tu brazo eterno confiaré;
no tengo apoyo mƔs que en Ti, SeƱor.
EstĆ” mi fortaleza en tu poder;
basta de veras, basta, ”oh Redentor!
Al levantarnos de la cena aquĆ,
la fiesta pasa, mas no asĆ el amor.
Todo se va, mas TĆŗ te quedas, sĆ;
cerca, muy cerca, amado Salvador.
243
Romanos 8.32 al 34; IsaĆas 1.24; Lucas 11.22
Bendito nuestro Dios
que nos ha dado el Hijo de su amor,
el don que incluye todo otro don.
”Bendito nuestro Dios!
¿Qué bien no nos darÔ,
que dio sin precio su inefable don,
don despreciado por el pecador?
¿Qué bien no nos darÔ?
”Ni al Hijo perdonó!
Verdad que aquieta todo mi temor
y vence la naciente rebelión.
”Ni al Hijo perdonó!
¿Quién nos condenarÔ?
Jesús murió, resucitó y subió,
y aboga por nosotros hoy con Dios.
¿Quién nos condenarÔ?
Nos justifica Dios.
Tal gracia, ¿quién la puede revocar,
o quiƩn los grillos vuelve a colocar?
Nos justifica Dios.
Nuestro es el triunfo ya.
El Fuerte de Israel se presentó,
luchó y venció. La muerte cautivó;
nuestro es el triunfo ya.
244
Hebreos 2.12; Lucas 7.37,38; Apocalipsis 22.17
Contémplote, Señor Jesús,
y al ver tu gran bondad
entiendo con mƔs clara luz
cuƔn grande es mi maldad.
”CuÔn poderoso el gran amor
que de la gloria allĆ
te trajo para el pecador,
te trajo para mĆ!
Me maravillo al contemplar
tu vida terrenal,
y al ver tu afƔn en libertar
al hombre de su mal.
Mas, ”oh qué triste galardón
te dan, Señor Jesús!
RechÔzante, y por baldón
te clavan a la cruz.
Te espero, y ”qué gozo das!
Tú triunfas, mi Señor;
y de la tumba al cielo vas
con majestad y honor.
Te espero aún y clamo, «Ven,
contigo quiero estar.
Con huestes cƩlicas tambiƩn
deséote adorar».
245
1 Pedro 1.19; Hebreos 3.1; Salmo 17.15
Cordero, TĆŗ, de Dios,
bebiendo TĆŗ por nos
la copa amarga en triste cruz,
salvƔstenos.
Confiamos en tu amor,
JesĆŗs, el Salvador;
pues eres Sacerdote fiel
y buen Pastor.
Sólo eres Tú sostén,
y Tú nos guiarÔs
hasta la gloria, oh Salvador,
a ver tu faz.
246
Salmo 22.31; Juan 14.11; Romanos 15.9 al 12; Apocalipsis 19.5
Cristo siempre digno fuiste
de obtener cordial loor,
que el amor que nos tuviste
joya es de tan gran valor.
Todos juntos te rendimos
gracias por tu caridad;
que en tu santa vida vimos
revelada la verdad.
En tu muerte soportaste
toda nuestra maldición,
cuando TĆŗ nos demostraste
tu divino corazón.
Alabanzas excelentes
son las que has de recibir
por tus glorias esplendentes,
ahora y en lo porvenir.
”Alabadle, alabadle!
”Santos, vuestra voz alzad!
Fervorosos, adoradle
por su sin igual bondad.
247
Marcos 16.6; Efesios 4.8; 1 Corintios 15.20
Cristo ya ha resucitado, Aleluya,
de la muerte ha triunfado, Aleluya.
El poder de su virtud, Aleluya,
cautivó la esclavitud, Aleluya.
El que al polvo se humilló, Aleluya,
vencedor se levantó, Aleluya,
y cantamos en verdad, Aleluya,
su gloriosa majestad, Aleluya.
El que a muerte se entregó, Aleluya,
el que asà nos redimió, Aleluya,
hoy en gloria celestial, Aleluya,
reina en vida triunfal, Aleluya.
Cristo nuestro Salvador, Aleluya,
de la muerte vencedor, Aleluya,
pronto vamos sin cesar, Aleluya,
tus loores a cantar. Aleluya.
248
Cantares 1.3; Salmo 138.2
Cual mirra fragante que exhala en redor
su rico perfume, suavĆsimo olor,
tu nombre, oh mi Amado, en mi corazón
infunde alegrĆa y satisfacción.
Cual voz conocida, si escucha el viador
perdido en el bosque, le inspira valor,
tu nombre me anima, haciendo saber
en donde el descanso se puede obtener.
Cual faro avistado, distante en el mar,
por nƔufrago a punto de desesperar,
tu nombre, trayendo mensaje de paz,
el corazón llena de dulce solaz.
Cual luz que, brillando en alto fanal,
al nauta en la noche seƱala el canal,
tu nombre, esparciendo benƩfica luz,
al puerto celeste me guĆa, JesĆŗs.
JesĆŗs, tierno nombre de precio y valor,
tu nombre bendito, JesĆŗs Salvador,
por cima de todos, sin par, sin igual,
exhala fragancias de amor celestial.
249
1 Timoteo 6.15,16; Mateo 17.1 al 9
Del homenaje y del honor
de toda nuestra adoración,
sólo eres digno, Salvador,
tema de celestial canción.
A Ti queremos alabar.
Indignos somos del honor,
pues nadie puede tributar
lo que mereces, oh SeƱor.
De vida TĆŗ eres manantial;
contigo estĆ” la clara luz.
Amor divino y eternal
se encuentra en Ti, Señor Jesús.
Anticipamos, Salvador,
el dĆa de tu reino aquĆ,
en que te rendiremos loor,
viendo en la gloria sólo a Ti.
250
Salmo 8.5; Apocalipsis 4.11, 5.12
”Digno, digno, digno,
Señor Jesús, Tú eres!
Cuando nadie al Padre podĆa contentar,
TĆŗ viniste al mundo,
y en la cruz muriendo,
la obra redentora pudiste consumar.
”Digno, digno, digno!
Te vemos coronado,
pero no de espinas del mundo pecador.
Nos regocijamos
que TĆŗ que nos salvaste
tienes ya corona de gloria y de honor.
”Digno, digno, digno!
En breve los ancianos
sus coronas echarƔn del trono
en derredor.
Te darƔn la gloria,
la honra y la potencia,
porque TĆŗ eres solo de todo el Creador.
”Digno, digno, digno!
Un cƔntico celeste
todos los salvados darƔn a una voz:
«Inmolado fuiste,
y los has redimido
de los pueblos todos y lenguas para DiosĀ».
Digno en tu persona
y digno en tus obras;
la creación del mundo
y tu grande redención.
Digno, siempre digno,
aquĆ te tributamos
nuestras gratitudes de todo corazón.
251
Juan 19.25,30; Marcos 15.37 al 39
Dulces momentos consoladores,
los que yo paso junto a la cruz.
AllĆ sufriendo crueles dolores,
veo al Cordero, Cristo JesĆŗs.
Veo los brazos de su amor abiertos
que me convidan llegar a Ćl;
y haciendo suyos mis desaciertos,
por mĆ sus labios gustan la hiel.
Veo su angustia ya terminada,
hecha la ofrenda de expiación;
su noble frente, triste, inclinada,
y consumada mi redención.
Dulces momentos, ricos en dones
de paz y gracia, de vida y luz.
Sólo hay consuelos y bendiciones
cerca de Cristo, junto a la cruz.
252
Hebreos 10.21, 13.15; 1 Timoteo 1.17
En Cristo habiendo hallado
pontĆfice real,
por Ćl a Dios llegamos
con libertad filial,
y siendo su santuario
el Ćŗnico lugar
en donde a nuestro Padre
podemos alabar.
Con jĆŗbilo venimos,
con himnos de loor.
Alegres celebramos
las glorias del SeƱor,
perfumes difundiendo
de suave adoración,
al que fue siempre digno
de toda bendición.
PontĆfice divino
tenemos en JesĆŗs;
gozosos nos hallamos
en su celeste luz.
Y nuestros sacrificios
de gracias y loor
en coro alegre suben
por Cristo a Ti, SeƱor.
Honor y excelsa gloria
te damos, nuestro Dios;
de corazones gratos
es eco nuestra voz.
”Oh santo Dios y Padre,
perfecto es tu saber!
”Augusto y ensalzado,
oh TĆŗ, Supremo Ser!
253
Salmo 34.1, 71.8; Lucas 1.47; IsaĆas 28.16, 4.6; Cantares 5.16
En todo tiempo alabarƩ
el nombre de JesĆŗs,
las glorias de mi Redentor,
los triunfos de su cruz.
Mi espĆritu se alegra en Ćl,
mi Dios y Salvador;
el escogido de diez mil,
el Cristo del SeƱor.
PontĆfice, Profeta y Rey;
Pastor y Amigo fiel;
cimiento estable de mi fe,
mi todo yo hallo en Ćl.
Escondedero del turbión
y sombra del calor;
habiendo padecido, Ćl
es mi Consolador.
Es luz y guĆa, escudo y sol,
que gracia y gloria da.
Tal es mi Amado, y a Ʃste yo
he de ensalzar y amar.
254
1 Corintios 10.16, 11.23 al 26
En tu cena nos juntamos
para celebrar, SeƱor,
tu pasión, angustia y muerte
y ensalzar tu grande amor;
grande amor, grande amor,
y ensalzar tu grande amor.
Redimidos, ya tenemos
por tu muerte comunión.
En el pan te recordamos,
Cristo nuestra salvación;
salvación, salvación,
Cristo nuestra salvación.
En la copa confesamos
que tu sangre es eficaz.
Por tu salvación perfecta
esperamos ver tu faz;
ver tu faz, ver tu faz,
esperamos ver tu faz.
Por tu gracia congregados
en tu paz y con amor,
en espĆritu cantamos
siempre a Ti, oh Redentor;
Redentor, Redentor,
siempre a Ti, oh Redentor.
255
Apocalipsis 4.11, 5.9,12, 19.1 al 8
Es digno nuestro Salvador
de nuestra adoración.
Venid, cantemos su loor
de todo corazón.
c
Ensalcemos a JesĆŗs,
aclamemos con jĆŗbilo:
”Aleluya, aleluya, aleluya! Amén.
JesĆŗs es digno del amor
de los que redimió.
Es digno de una vida fiel
de celo y devoción.
Si somos salvos por JesĆŗs,
debemos elevar
un cƔntico de gratitud
y culto sin cesar.
256
Juan 1.17; Hebreos 10.12
Fue por Jesús que Dios mostró
su grande caridad,
y a los perdidos reveló
su gracia y su verdad.
La cruz es prueba de su amor,
su muerte vida da;
Ćl por nosotros padeció,
ahora es nuestra paz.
Pasada estĆ” la tempestad,
pasó su gran dolor;
Ćl permanece en majestad,
por siempre vencedor.
Por lo que Ćl hizo, nuestra paz
segura y cierta estĆ”;
mƔs tarde al contemplar su faz
su amor nos bastarĆ”.
257
GƔlatas 3.27; Juan 4.23; 1 Timoteo 6.17
”Gloria a Dios! porque su gracia
en nosotros abundó,
y su fiel misericordia
en nosotros se mostró.
”Gloria a Dios! porque no mira
nuestra vieja iniquidad;
bondadoso nos reviste
de justicia y santidad.
”Gloria a Dios! que de fe pura
hinche nuestro corazón,
y del Hijo que ama tanto
nos concede el sumo don.
”Gloria a Dios! que aquà nos une
en perfecta y dulce paz,
por su diestra protegidos,
alumbrados por su faz.
”Gloria a Dios! a quien complace
recibir nuestra oración,
nuestros cantos de alabanza,
nuestra pura adoración.
”Gloria a Dios! que en abundancia
toda bendición nos da.
Y si Ćl obra asĆ en la tierra,
¿en los cielos qué serÔ?
258
Juan 19.30; Hebreos 1.13; Apocalipsis 22.12
Gloria rindamos a JesĆŗs,
pues nuestras culpas Ćl llevó;
su vida dando en una cruz,
a nuestras almas rescató.
Ya consumada la obra es
que para Dios Ćl emprendió;
y, satisfecho de una vez,
Dios a su diestra le ensalzó.
Te vemos exaltado allĆ,
y viéndote, de corazón
queremos dirigirte a Ti,
Señor Jesús, la adoración.
Viviendo en tu divina paz,
librados de la esclavitud,
sabemos que Tú volverÔs,
trayƩndonos cabal salud.
259
Apocalipsis 5.12; Lucas 9.51; 1 Timoteo 6.16
Gloria sea, gloria eterna,
a Jesús, al que murió,
al que por amor perfecto
su preciosa vida dio.
”Gloria sea, gloria sea,
a aquel que nos rescató!
”Gloria sea, gloria sea,
a aquel que nos rescató!
SĆ, su amor es verdadero,
nada lo podrĆ” falsear.
Firme anduvo hasta el madero;
nunca pudo vacilar.
”Gloria sea, gloria sea,
al que asĆ nos supo amar!
”Gloria sea, gloria sea,
al que asĆ nos supo amar!
Celebremos esa historia
consumada con la cruz.
Cantaremos siempre: «Gloria
sea a Ti, Señor Jesús».
”Aleluya, aleluya,
al que mora en alta luz!
”Aleluya, aleluya,
al que mora en alta luz!
260
Hebreos 10.20, 2.11; 1 Pedro 2.9
Jesús murió; su sangre abrió la entrada
dentro del velo, celestial lugar
en donde el alma, ya purificada,
cerca del Padre pudiese llegar.
Por Cristo entrando, nada allĆ tememos;
su gloria no nos puede anonadar;
en luz estamos y permanecemos
firmes, tranquilos y sin desmayar.
Contigo ahĆ, SeƱor, nos encontramos
con quien nos trajo para nuestro Dios,
en cuya gracia paternal estamos,
gozosos de elevarle nuestra voz.
Por Ti, JesĆŗs, el Hijo bien amado,
por sólo Ti tenemos admisión;
por Ti llegamos, todos como hermanos,
con voz de canto y de adoración.
Oh Dios, de corazón te agradecemos
que te dignaste al hombre aproximar
a tu regazo, pues, que asĆ quedamos
cual hijos admitidos a tu hogar.
Cual sacerdotes somos consagrados
al Padre para dar adoración;
y ofrenda espiritual de rescatados
rendĆmoste, SeƱor, de corazón.
261
Filipenses 2.10; Mateo 1.21; Hechos 5.41
”Jesús! ”qué dulce nombre
a los que te queremos!
Siempre a tu amor real loor
de gracias rendiremos.
Tus glorias celebramos
del fondo de nuestra alma,
con gratitud por tu salud
y de tu paz la calma.
”Jesús! ”qué dulce nombre!
Por él se ve que Tú amas
tu pueblo aquĆ, unido a Ti,
y en su redor derramas
el gozo de tu gracia
para tus redimidos,
que ya te dan con santo afƔn
loores merecidos.
”Jesús! ”qué dulce nombre!
Nos habla de tu vida,
y tu poder en bien hacer,
tu gloria conocida.
Cual Hombre de Dolores
al mundo TĆŗ viniste,
mas por tu cruz, con bella luz
al hombre bendijiste.
”Jesús! ”qué dulce nombre!
Es tuya la corona;
divinidad y humanidad
estƔn en tu persona.
Nos revelaste el Padre,
su grande amor mostraste;
su gracia acĆ”, su gloria allĆ”,
Tú sólo desplegaste.
262
Filipenses 2.7; GƔlatas 6.14; 1 Corintios 2.8; 2 Corintios 8.9
La cruz sangrienta al contemplar
do el Rey de gloria padeció,
riquezas quiero despreciar
y a la soberbia tengo horror.
Mi gloria y mi blasón serÔn
la cruz de Cristo mi SeƱor,
y lo que di a la vanidad
ya le dedico con amor.
Sus manos, su costado y pies
de sangre manaderos son,
y las espinas de su sien,
mi aleve culpa las clavó.
Cual vestidura regia allĆ,
la sangre cubre al Salvador;
y pues murió JesĆŗs por mĆ,
por Ćl al mundo muero yo.
¿Y qué podré yo darte a Ti
a cambio de tan grande don?
Es todo pobre, todo ruin;
toma, oh Señor, mi corazón.
263
Juan 3.14, 12.34, 19.30; 1 Pedro 3.18
Levantado fue JesĆŗs
en la dolorosa cruz
para darme paz y luz.
”Aleluya! ”Gloria a Cristo!
Soy yo indigno pecador;
Ćl es justo Salvador;
dio su vida en mi favor.
”Aleluya! ”Gloria a Cristo!
Por mis culpas yo me vi
en peligro de morir;
mas JesĆŗs murió por mĆ.
”Aleluya! ”Gloria a Cristo!
El rescate a Dios pagó.
«Consumado es», declaró.
Dios por eso me aceptó.
”Aleluya! ”Gloria a Cristo!
264
Job 26.14, 36.33; IsaĆas 2.22
Load al gran Rey, su gloria anunciad;
su amor a su grey con gracia cantad.
Es nuestro escudo, baluarte y sostƩn,
el Dios poderoso de siglos sin fin.
”CuÔn fuerte es Dios! ”Mortales temblad!
OĆmos su voz en la tempestad;
brocado de estrellas es su pabellón,
y vientos y rayos sus Ɣngeles son.
Tu inmensa bondad, ¿qué lengua dirÔ,
o quiƩn tu verdad jamƔs sondearƔ?
Con suma largueza tus manos proveen,
y es fiel tu promesa a los que en Ti creen.
El frĆ”gil varón —aliento que va—
su consolación en Ti hallarÔ.
Tu misericordia no puede faltar,
y a tu eterna gloria le conducirƔs.
Ā”Tremendo poder! Ā”IlĆmite amor!
Misterioso Ser, te damos loor.
CuÔn maravillosa tu gran creación;
mas ”oh, qué asombrosa es tu gran redención!
265
Hebreos 1.3, 10.7; Colosenses 1.18
LoÔmoste, Señor Jesús,
quien eres ensalzado;
el Salvador, que por amor
del mundo fue humillado.
En Ti podemos contemplar
la imagen de Dios Padre,
quien tanto amó, que te entregó,
y en Ti ya nos recibe.
De aquella eterna comunión,
do con el Padre estabas,
venir quisiste a reunir
a los que se extraviaban.
En Ti el pecado se cargó,
la maldición llevaste;
fue sólo asĆ, muriendo allĆ,
que nuestra paz compraste.
Tú levantado al cielo estÔs,
y no hay quien nos condene.
Salvada estĆ” tu Iglesia ya
y paz perfecta tiene.
En majestad sentado estƔs,
Cabeza de tu Iglesia.
Digno eres, sĆ, que dente allĆ
loor y gloria eterna.
Pues alabƔmoste, SeƱor,
por lo que TĆŗ nos eres,
y hasta que veƔmoste
rogamos que nos guardes.
Ven pronto para conducir
tu Iglesia de este suelo,
para ocupar su eterno hogar
contigo allĆ en el cielo.
266
Hebreos 9.11 al 14, 6.18; Lucas 11.22; 1 Corintios 9.25
Ni sangre hay, ni altar;
cesó la ofrenda ya;
no sube llama ni humo hoy,
ni mƔs cordero habrƔ.
Mas por el sacrificio de la cruz,
nos quita la maldad la sangre de JesĆŗs.
Con gratitud, SeƱor,
la sangre veo brotar
que dio la paz al pecador,
triunfando en su lugar.
Gran triunfo sobre el reino de SatƔn:
ni queda un enemigo, ni otra lucha habrĆ”.
Con gratitud, SeƱor,
tu gracia acepto yo,
que sobrepuja nuestro mal.
Del Padre es este amor;
amor del Hijo eterno que murió;
y amor del Santo EspĆritu, del Trino Dios.
Con gratitud, SeƱor,
acudo para tomar
de la esperanza que nos das,
cual ancla, firme estĆ”
del velo adentro, donde el Precursor
entró, y hoy vive por nosotros ante Dios.
Con gratitud, SeƱor,
corona espero yo.
De vida y gloria ceƱirƔs
a cada vencedor.
NingĆŗn laurel marchito el Juez darĆ”,
mas como el trono eterno de JehovĆ” serĆ”.
267
1 Juan 4.10,19; Juan 14.19; Colosenses 2.15
No fue por nuestro amor a Ti
del Hijo tuyo el don;
de amor la fuente hela aquĆ:
tu corazón.
Señor Jesús, qué grande amor
te trajo y nos ganó,
que soportando asĆ el dolor,
la cruz sufrió.
Cuando en Calvario Dios a Ti,
su hijo, abandonó,
fue por la muerte tuya asĆ
que nos salvó.
Es consumado todo ya,
el velo se rompió.
Venciste, y tu pueblo acĆ”
contigo entró.
Las dudas cesan, oh SeƱor,
al verte vivo allĆ,
resucitado y vencedor.
Hay paz por Ti.
Hoy ante el trono, oh Salvador,
queremos adorar,
rendirnos a tu grande amor
y gracias dar.
268
1 Corintios 11.28; IsaĆas 53.5
Obediente a tu mandato,
participa hoy tu grey
de tu cena, y con gozo
acercƔmonos con fe.
Lo que hiciste en el Calvario
por el pobre pecador,
anunciamos en tu nombre,
recordando tu amor.
Recordando tus angustias,
oh divino Redentor,
y la copa de amargura
que por todo pecador
en el Gólgota apuraste,
soportando tu dolor.
Te loamos y adoramos,
oh bendito Salvador.
Gracias, oh JesĆŗs, te damos,
en tu santa comunión;
en tu gracia disfrutamos
tu clemencia, tu favor.
Tuya fue la cruz, mas nuestra
es la dicha, es el bien.
”Que la gloria toda sea
tuya para siempre! AmƩn.
269
Efesios 2.13; Mateo 3.17; Filipenses 1.11
Oh Dios de grande amor,
gozamos de tu luz,
y disfrutamos tu favor
por medio de JesĆŗs.
Oh Dios de gracia y de bondad,
gozamos ya de tu amistad.
En Cristo tu placer
completo se encontró,
pudiendo por su cruz saber
que la obra consumó,
y nos podemos hoy gloriar
en quien nos vino a rescatar.
Eterna es nuestra paz,
Señor Jesús, por Ti;
tu bendición y tu solaz
gozamos desde aquĆ.
Sólo eres nuestra salvación;
Tú llenas nuestro corazón.
270
Cantares 2.4l Efesios 3.19,21
”Oh! ¿quién jamÔs
pudo expresar tu amor,
o sondear la hondura, oh Salvador,
del manantial en el Divino Ser,
o la extensión, o grande altura ver,
de tal amor?
¿Quién pudo amor tan vasto conocer?
El cielo no lo pudo contener,
mas hasta nuestro mundo rebosó,
pues al morir en cruz Jesús mostró
de Dios amor.
¿Quién pudo cabalmente dar loor
al Dios Omnipotente y Salvador,
que fuese digno de tan grande amor?
El culto que rendimos al SeƱor,
”cuÔn débil es!
Mas tu condescendiente caridad
nos muestra que la gran benignidad
que abrigas en tu tierno corazón
sabrÔ la voz de nuestra adoración
avalorar.
Mas cuando en pura luz tu Iglesia ve
su Amado faz a faz (ya no por fe),
entonces, en sus himnos de loor,
el culto digno de tan grande amor
resonarĆ”.
271
Lucas 2.14; Juan 1.14; 2 Timoteo 1.10
OĆd un son en la alta esfera:
«En los cielos gloria a Dios;
al mortal paz en la tierraĀ»,
canta la celeste voz.
Con los cielos alabemos
al eterno Rey; cantemos
a JesĆŗs, a nuestro bien,
con el coro de BelƩn.
Canta la celeste voz:
«”En los cielos gloria a Dios!»
El SeƱor de los seƱores,
el Ungido celestial,
a salvar los pecadores
vino al mundo terrenal.
Loor al Verbo encarnado,
en humanidad velado;
gloria al Santo de Israel,
cuyo nombre es Emanuel.
Canta la celeste voz:
«”En los cielos gloria a Dios!»
PrĆncipe de paz eterna,
”gloria sea a Ti, Jesús!
De tu heredad paterna
nos trajiste vida y luz.
Has tu majestad dejado,
y buscarnos te has dignado;
para darnos el vivir,
a la muerte osaste ir.
Canta la celeste voz:
«”En los cielos gloria a Dios!»
272
1 Pedro 2.24; IsaĆas 53.6; GĆ”latas 2.20
”Qué carga inmensa, oh Señor,
fue impuesta sobre Ti!
TĆŗ padeciste por amor
el mal que merecĆ,
cuando en la cruz, Señor Jesús,
moriste en vez de mĆ.
CÔliz de muerte y maldición
henchido para mĆ,
tomaste Tú con sumisión,
bebiĆ©ndolo por mĆ,
y su amargor volvió tu amor
en bendición por mĆ.
Su santa vara Dios blandió,
hiriƩndote a Ti;
Dios mismo te desamparó,
para ampararme a mĆ.
Tu sangre, en don de expiación,
vertiste TĆŗ por mĆ.
De Dios la cólera estalló,
cayendo sobre Ti;
el rostro Dios de Ti apartó,
para aceptarme a mĆ.
Por tu dolor, Jesús Señor,
no hay ira para mĆ.
Por mĆ, SeƱor, moriste TĆŗ;
por tanto en Ti morĆ.
Tú vivo estÔs y vivo yo;
no hay muerte para mĆ.
Y por tu honor ”oh Salvador!
hay gloria para mĆ.
273
Romanos 8.34; Salmo 122.7; IsaĆas 26.1
”Qué segura estÔ la Iglesia!
protegida de JehovĆ”,
Dios su muro de defensa,
Dios morando siempre en ella.
¿Quién la puede condenar?
c
¿Quién nos puede condenar,
si JehovĆ” por nosotros estĆ”?
¿Quién nos puede condenar,
si JehovĆ” por nosotros estĆ”?
”Qué feliz estÔ la Iglesia,
y quƩ rica en el SeƱor!
Ćl la ampara en su flaqueza,
la enriquece en su pobreza,
el tesoro de su amor.
Dios socorro da a su Iglesia
en los dĆas de aflicción.
La consuela en su tristeza
con la luz de su presencia;
todo cambia en bendición.
274
Mateo 27.51; Hebreos 6.19, 9.3, 10.20
«Rasgose el velo». Ya no mÔs
distancia mediarĆ”.
Al trono mismo de su Dios
el alma llegarĆ”.
«Rasgose el velo». ”Sombras id!
La luz resplandeció;
la cara misma de su Dios
Jesús ya reveló.
«Rasgose el velo». Hecha estÔ
eterna redención.
El alma pura y limpia ya
no teme perdición.
«Rasgose el velo». Dios abrió
los brazos de su amor.
Entrar podemos donde entró
JesĆŗs, el Salvador.
El Salvador sentado estĆ”
en alta majestad,
purgados los pecados ya
segĆŗn la santidad.
Entremos, pues. ”Oh! adorad
al Dios de amor y luz.
Las preces y las gracias dad
en nombre de JesĆŗs.
275
Juan 19.17; IsaĆas 53.5, 12; Hebreos 12.2
Rechazado por todos Jesús salió,
llevando su cruz,
y a la cumbre del Gólgota Ćl subió,
llevando su cruz.
Cual oveja delante del trasquilador,
en silencio estuvo por mà el Señor,
llevando su cruz.
c
”Oh, qué maravilla!
ĀæPuede ser que Ćl por mĆ la llevó?
”Oh, qué maravilla!
SĆ, por mĆ la cruz llevó.
Aunque supo Ćl bien que tendrĆa dolor
llevando su cruz,
el castigo llevó con un santo ardor,
llevando su cruz.
Pues la cruz tan pesada no se igualó
al pecado y al juicio que allà cargó,
llevando su cruz.
No habrĆan podido tomarle allĆ,
llevando su cruz;
mas su voluntad era morir asĆ,
llevando su cruz.
Ćl puso la vida, y volviola a tomar,
y el gozo propuesto pudo estimar,
llevando su cruz.
Toda carga se fue que tomó aquel dĆa,
llevando su cruz,
y jamĆ”s volverĆ” por la misma vĆa,
llevando su cruz.
Al verle en la gloria del porvenir
las gracias daré que salió a morir,
llevando su cruz.
276
Romanos 4.25; Juan 12.32; 1 Corintios 11.26
RecordƔmoste, SeƱor,
en tu muerte de dolor
por salvar al pecador,
y te adoramos.
En tu cruz, oh Salvador,
vasto amor se nos mostró
cuando Dios te abandonó,
y te adoramos.
Levantado ahora estƔs
para no morir jamƔs.
En tu amor nos guardarƔs,
y te adoramos.
Pronto, completada ya,
tu Iglesia subirĆ”
y contigo gozarĆ”
de eterna gloria.
Hasta entonces, oh SeƱor,
de tu mesa alrededor,
de los sĆmbolos de amor
participaremos.
277
Mateo 18.20; Lucas 22.19,20; Juan 20.26
Reunidos cual hermanos
en memoria del SeƱor
comunión ya disfrutamos,
rodeando al Salvador.
RecordƔmosle en su muerte
y la sangre que vertió.
Celebramos hoy la cena
que Jesús instituyó.
Disfrutamos su presencia,
alabamos al SeƱor.
Ya no muertos, mas en vida,
nos gozamos en su amor.
278
Juan 1.1, 17.4; Mateo 27.54
Salvador, en Ti confĆo
y te adoro en santidad;
te presento el culto mĆo
ante el trono de verdad.
Me uno con tu Iglesia aquĆ
para dar loor a Ti.
Te alabamos porque TĆŗ eres
Hijo del eterno Dios;
igualdad con Ćl posees,
santo, justo Salvador.
Insondable es tu saber;
sin igual es tu poder.
Oh SeƱor, te contemplamos
al salir del cielo allĆ”;
en el mundo te miramos
siempre activo en tu bondad.
Toda perfección se ve
en tu humilde andar de fe.
Cuando al fin en cruz te vemos
en tu pena y amargor,
entenderlo no podemos;
”qué infinito es este amor!
Oh SeƱor, henos aquĆ;
nos postramos ante Ti.
279
IsaĆas 6.3; Apocalipsis 4.8
”Santo, santo, santo!
SeƱor omnipotente,
siempre el labio mĆo loores te darĆ”.
”Santo, santo, santo! Te adoro reverente,
Dios en tres personas, bendita Trinidad.
”Santo, santo, santo!
En numeroso coro
santos escogidos te adoran sin cesar,
de alegrĆa llenos, y sus coronas de oro
rinden ante el trono y el cristalino mar.
”Santo, santo, santo! La inmensa
muchedumbre
de Ɣngeles que cumplen
tu santa voluntad
ante Ti se postra, baƱada de tu lumbre;
ante Ti que has sido, que eres y serƔs.
”Santo, santo, santo! Por mÔs
que estƩs velado,
e imposible sea tu gloria contemplar,
santo TĆŗ eres solo, y nadie hay a tu lado,
en poder perfecto, pureza y caridad.
”Santo, santo, santo!
La gloria de tu nombre
vemos en tus obras en cielo, tierra y mar.
”Santo, santo, santo!
Te adorarĆ” todo hombre;
Dios en tres personas, bendita Trinidad.
280
Salmo 42.7; JonƔs 2; Marcos 15.34; Hebreos 10.12
SeƱor, nos recordamos
de tu pasión aquĆ,
cual sustituto santo,
sufriendo tu alma asĆ.
El cƔliz de amargura,
con plena sumisión,
TĆŗ mismo lo agotaste,
Señor, ”qué redención!
Las olas vengadoras
de cólera penal
por sobre Ti pasaron
con peso judicial;
y tu alma sumergida
probó la maldición
debida a los perdidos,
por nuestra salvación.
Sabemos que tu muerte
quitó la acusación
en contra del pecado;
”qué grande expiación!
Mas, ¿cuÔl no fue el tormento
que tu alma allÔ sufrió,
cuando el divino rostro
de Ti Dios apartó?
Y, ¿quién dirÔ qué gozo
el Padre en Ti sintió
en ese mismo instante
en que Dios te dejó?
Mas a su diestra ahora
sentado en gloria estƔs,
do esperas el momento
en que Tú volverÔs.
281
Lucas 23.33; Hebreos 2.9; Marcos 16.6
SeƱor, queremos acudir
por fe al Calvario, y contemplar
la muerte de JesĆŗs, y asĆ
su amor sentir, y descansar.
En su obra consumada allĆ
tenemos hoy reposo y paz.
Su espĆritu angustiado fue
desamparado de su Dios.
Llevando nuestras culpas, Ćl
gustó la muerte y maldición.
TĆŗ le ensalzaste, y puede ver
el fruto de su redención.
Nos alegramos en pensar
que su agonĆa se acabó.
La muerte ya no puede mƔs;
la tumba ya su presa dio.
EstĆ” sentado en majestad,
y coronado vencedor.
282
Juan 1.14; Mateo 1.21; 1 Corintios 15.24
Señor, Tú eres Hijo del Padre potente,
aun antes del mundo creado existente.
En Ti se reĆŗnen las glorias celestes,
loores te rinden del cielo las huestes.
JesĆŗs, Emanuel es tu nombre selecto;
viniste a la tierra cual hombre perfecto.
Moriste en la cruz, ”oh misterio sublime!
Tu muerte al humano perdido redime.
Cristo, en la magnĆfica altura sentado,
esperas el dĆa glorioso, anhelado,
en el que serate este mundo sujeto,
y el plan de tu Padre hallarase completo.
283
Santiago 2.7; Hechos 3.16, 4.12; IsaĆas 53.3
SeƱor, tu nombre amamos,
y en humildad venimos;
la fortaleza y bendición
por siempre te atribuimos.
Cantamos tus loores
con alma y voz unidas;
pues Tú eres digno, y sólo Tú,
de honor, poder y gloria.
SeƱor, tu nombre amamos,
de Dios su amor declara;
cuando el mundo no existĆa aĆŗn,
TĆŗ al hombre vil amabas.
Amor eterno el tuyo,
que halló en nosotros gozo;
vendiste todo por comprar
el «especial tesoro».
SeƱor, tu nombre amamos;
del nacimiento habla,
do principiose en humildad
tu senda solitaria.
Varón, Tú, de dolores,
las penas te afligieron;
bebiste el cƔliz de amargor,
de espinas te ciƱeron.
SeƱor, tu nombre amamos:
Cordero designado,
sin mancha alguna de maldad,
la nuestra TĆŗ has llevado.
Cumplida la gran obra,
y tuya la victoria,
vestido y coronado estƔs
con majestad y gloria.
284
Mateo 26.26 al 28; Hebreos 10.20; Juan 14.11
Señor, Tú nos invitas
tu cena a celebrar,
dejando nuestras cuitas,
tu amor a disfrutar.
Tomando nuestra suerte,
tornaste, oh Salvador,
emblemas de tu muerte
en festival de amor.
Tu cuerpo lacerado
nos trajo salvación;
el pan TĆŗ nos has dado
por santa comunión.
La copa de amargura
bebiste TĆŗ, oh JesĆŗs;
mas cƔliz de dulzura
nos diste por tu cruz.
Ya tu obra consumada
en su totalidad
abrionos una entrada
a tu felicidad.
No solamente vemos
tus hechos, oh SeƱor;
ahora conocemos
tu corazón de amor.
Y el Padre —conocido
en Ti, su rico don—
se siente complacido
de nuestra adoración.
285
GƔlatas 3.13; Colosenses 2.14; Salmo 69.4
Somos por JesĆŗs salvados
y gozamos de la luz,
de la maldición librados,
rescatados por la cruz,
por el indecible amor
de JesĆŗs, el Salvador.
Sorprendente es contemplarle
en la cruz, do se entregó
a cargarse del pecado,
por lo cual Dios le dejó.
Y hecho por nos maldición,
tuvo roto el corazón.
Satisfizo Ćl la demanda
que Dios en la Ley dictó,
cuando diose por ofrenda
y con sangre nos compró.
Todo ha consumado ya,
y Dios satisfecho estĆ”.
Alabanzas tributemos
al que tal amor mostró;
alabanzas siempre demos
al que tanto se humilló.
Al eterno Salvador,
demos sempiterno loor.
286
1 Pedro 2.9; 1 Corintios 1.9, 6.11
Todos juntos levantemos
gracias al buen Salvador;
siempre es grande su paciencia,
y eternal su dulce amor.
”Aleluya, aleluya,
proclamemos su loor!
El divino Rey eterno
nos rodea con favor;
santifica a los creyentes
y perdona al pecador.
”Aleluya, aleluya,
proclamemos su loor!
Que tengamos, pues, confianza,
fiel es nuestro Salvador,
y en el cielo reunidos
cantaremos su loor.
”Aleluya, aleluya,
cantaremos su loor!
287
Hebreos 2.14; Apocalipsis 19.12
”Triunfo, triunfo! Cantemos la gloria
del Rey poderoso, por cuya victoria
quedó abolido el poder de la muerte.
El fuerte vencido por uno mƔs fuerte;
Jesús vencedor, y vencido SatÔn.
El Crucificado, por Dios coronado,
SeƱor glorioso serƔ proclamado.
Daranle honores, dominio y grandeza
los siglos futuros, eterna realeza
de que Ćl es digno y muy pronto tendrĆ”.
Su frente celeste ciƱendo corona,
los hombres honrando su santa persona,
el cetro terrestre en breve empuƱando,
en paz le veremos cual rey dominando
en cielos y tierra el reino de Dios.
288
Salmo 2; Apocalipsis 17.14, 19.16
”Ved a Cristo, ser de gloria!
es del mundo el vencedor.
De la guerra vuelve invicto;
todos deben darle loor.
c
Coronadle, coronadle,
coronadle Rey de reyes.
Homenaje tributadle,
tributad al Salvador.
Pecadores se burlaron,
despreciando al Salvador,
mas los santos redimidos
hoy proclƔmanle SeƱor.
Exaltadle, exaltadle;
ricos triunfos trae JesĆŗs,
en los cielos entronado
en la refulgente luz.
Escuchad las alabanzas
que se elevan hacia aquel
que por nos fue inmolado.
Dad honores a Emanuel.
289
Marcos 15.34; Juan 19.30; GƔlatas 6.14
Ved al divino Salvador
en la cruz, en la cruz,
morir en vez del pecador
en la cruz, en la cruz.
Gimiendo triste clama asĆ:
«Eloi, ¿lama sabactan�»
Ā”Oh ved cuĆ”l agoniza allĆ,
en la cruz, en la cruz!
La gran batalla peleó
en la cruz, en la cruz.
Victoria plena consiguió
en la cruz, en la cruz.
Del hondo abismo libre ya,
Ćl dice: Ā«Consumado estÔ»,
y al Padre Dios su vida da
en la cruz, en la cruz.
La triste historia cantarƩ
de la cruz, de la cruz.
Tan sólo me gloriaré
en la cruz, en la cruz.
Perdón y paz poseo yo,
allà do Cristo padeció;
do Ćl por mĆ la vida dio
en la cruz, en la cruz.
290
Apocalipsis 1.5; Efesios 1.3; Salmo 51.7
Venid, cantad de gozo en plenitud,
y dad loor a quien su sangre dio,
y luego en ella nos lavó,
de nuestra lepra nos limpió,
y nos libró de nuestra esclavitud.
c
Ćl nos libró de culpabilidad,
y nos limpió para la eternidad.
De toda bendición celeste nos colmó;
”precioso Salvador, el que por nos murió!
Oh Dios de amor, que viniste a sufrir,
llevando asà toda la maldición,
y en vez de eterna perdición
nos proporcionas salvación,
que sin Ti nadie puede conseguir.
Honor y gloria en todo su esplendor
serÔn el fin del que sigue a Jesús,
tomando por su amor la cruz
y guiado siempre por su luz,
constante sigue en pos de su SeƱor.
291
Apocalipsis 5.9,11, 7.9
Venid con cƔnticos, venid,
del trono alrededor,
con Ɣngeles loor rendid
a Cristo, Salvador.
Con Ɣngeles loor rendid
a Cristo, Salvador.
De nuestras gracias digno es Ćl,
quien en la cruz bebió
la copa de amarga hiel
que vida al hombre dio;
la copa de amarga hiel
que vida al hombre dio.
Cantad mortales por doquier,
cantadle con ardor.
Ćl siempre es digno de poder,
riquezas y loor.
Ćl siempre es digno de poder,
riquezas y loor.
Con gozo, pues, alzad la voz,
alegre voz alzad;
y con los Ɣngeles de Dios
a Cristo celebrad,
y con los Ɣngeles de Dios
a Cristo celebrad.
292
1 Pedro 1.19; Hebreos 4.15; Juan 17.24
Venid, hermanos, celebrad
las glorias y la dignidad
de Cristo, el Salvador.
Pues Ćl en todo es sin igual
y, con el coro celestial,
debemos darle loor.
”Qué sangre mÔs preciosa dio,
cuando Ćl del juicio rescató
al pobre pecador!
Y ”oh, qué grande perfección
los cubre a los que salvos son
por Ćl en su favor!
Y cuando dƩbiles estƔn,
socorro en Ćl encontrarĆ”n;
pontĆfice es Ćl.
Y, si el creyente peca, ya
JesĆŗs por Ćl abogarĆ”,
cual abogado fiel.
Veremos pronto al Salvador,
pues volverĆ” con mucho ardor
su Iglesia a transportar.
Entonces por la eternidad
celebraremos su bondad,
con gozo sin cesar.
293
Apocalipsis 5.9,11, 7.9
Venid, nuestras voces alegres unamos
al coro celeste del trono en redor.
Sus voces se cuentan por miles y miles,
mas todos se inflaman en un mismo amor.
«Es digno el Cordero que ha muerto», proclaman,
Ā«de estar exaltado en los cielos asĆĀ».
«Es digno el Cordero», decimos nosotros,
Ā«pues Ćl por nosotros su vida dio aquĆĀ».
A Ti que eres digno, se dan en los cielos
poderes divinos y gloria y honor;
y mƔs bendiciones que darte podemos,
por siempre a tu trono se eleven, SeƱor.
”El nombre sagrado del Dios
de los cielos
a una bendiga la gran creación!
”Y lleve al Cordero, sentado en el trono,
el dulce tributo de su adoración!
294
Juan 19.30; Salmo 22.1,31
Voz de amor y de clemencia
en el Gólgota sonó,
y al oĆrla, con violencia
el Calvario retembló.
«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
fue la voz que Cristo dio.
Voz de escarnio y de ironĆa
vil pronuncia el hombre audaz,
mientras Cristo en su agonĆa
hace al sol nublar su faz.
«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
fue la voz del Dios veraz.
Entre angustias y dolores,
sin amparo se encontró
el SeƱor de los seƱores,
el que al débil amparó.
«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
y su espĆritu entregó.
Ya el infierno estĆ” vencido
y la muerte es sin horror
para el hombre redimido
que confĆa en su SeƱor.
«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
el rescate de amor.
295
Lucas 24.5,51; Hebreos 7.25
Ya pasó la noche triste,
noche de dolor,
cuando en cruz cruel sufriste,
oh SeƱor.
Por los hombres inmolado
nunca mƔs serƔs,
ni por Dios desamparado
te verƔs.
Ni la tumba dominante
te tendrƔ jamƔs.
De la muerte triunfante
ya Tú estÔs.
En la gloria levantado,
puedes hoy salvar
por tu obra consumada,
y guardar.
Ya tu Iglesia redimida
goza de tu amor,
mas desea tu venida
con fervor.
Porque entonces la riqueza
toda se verĆ”,
que la cruz con su tristeza
te darĆ”.
296
1 Juan 1.5, 4.8; Lucas 22.19,20
Yo quisiera, oh Salvador,
comprender tu gran amor;
cerca de tu cruz morar,
tu agonĆa contemplar.
Veo yo que «Dios es luz»
en la muerte de JesĆŗs;
y veo en su gran dolor
que también «Dios es amor».
Participo ya del pan,
y mis ojos mirarƔn
a Jesús que en cruz murió
por mĆ, indigno pecador.
En la copa yo verƩ
la figura, por la fe,
de la sangre de JesĆŗs,
derramada allĆ en la cruz.
Humillado quedarƩ
al mirar la cruz por fe.
”Oh cuÔn vil he sido yo,
pues por mà Jesús sufrió!
297
JosuƩ 24.17; Hechos 15.3; 3 Juan 8
Con gran gozo y gran placer
nos volvemos hoy a ver;
nuestras manos otra vez
estrechamos.
Se contenta el corazón,
ensanchƔndose de amor.
Todos a una voz a Dios
gracias damos.
c
”Bienvenido! ”Bienvenido!
Los hermanos de aquĆ
nos gozamos en decir:
”Bienvenido! ”Bienvenido!
Al volvernos a reunir,
”bienvenido!
Hasta aquà Dios te ayudó,
ni un momento te dejó,
y a nosotros te volvió:
”Bienvenido!
El Señor te acompañó,
su presencia te amparó,
del peligro te guardó:
”Bienvenido!
Dios nos guarde en este amor,
para que de corazón,
consagrados al SeƱor,
le alabemos.
En la eterna reunión,
do no habrÔ separación,
nuestra eterna adoración
le daremos.
298
Juan 10.15,16, 17.11; 1 Pedro 1.5
Dios os guarde con su gran poder,
protegidos y abrigados,
recibiendo sus cuidados;
Dios os guarde con su gran poder.
c
En fraterno amor nos veremos
a los pies de nuestro Salvador,
para nunca mƔs separarnos,
un redil con nuestro buen Pastor.
Dios os guarde por su tierno amor,
y bebiendo de sus fuentes,
aunque del hogar ausentes;
Dios os guarde por su tierno amor.
Dios os guarde del poder del mal,
de pecados y de errores,
de peligros y temores;
Dios os guarde del poder del mal.
Dios os guarde para su loor,
para su presente gozo
en servicio y en reposo;
Dios os guarde para su loor.
299
Salmo 39.4,5; Job 14.5; 2 Corintios 6.2
Medita que has perdido
por siempre un aƱo mƔs,
un aƱo de tu vida
que nunca volverĆ”.
Sus horas han marchado,
llevƔndose al volar
las huellas del pecado
que te han de condenar.
c
Veloz el aƱo pasa;
”quizÔs tu última ocasión!
SĆ© salvo mientras dura
el dĆa de salvación.
Medita que pasaron
al mundo eternal
mil seres que empezaron
contigo el aƱo actual.
Son almas que abandonan
la humana vanidad;
son voces que pregonan
cercana eternidad.
Medita que el Maestro,
brindando salvación,
mil veces a la puerta
llamó del corazón.
QuizƔs la voz que hubiste
asĆ de rechazar,
por vez postrera insiste,
cansada de llamar.
300
Salmo 90.6; Lucas 13.7, 18.13; Job 7.6
Un aƱo acaba hoy,
un año mÔs voló,
durante el cual el Salvador
me hablaba al corazón.
c
Dios sĆ© propicio a mĆ,
yo soy un pecador.
Confieso mi pecado a Ti,
confiado en Cristo estoy.
No sƩ si yo tendrƩ
un aƱo mĆ”s aquĆ,
mas sƩ bien que la eternidad
no tardarĆ” en venir.
El dĆa de ayer se fue;
mañana no llegó.
MaƱana acaso muerto estƩ,
ĀæquĆ© harĆ© del dĆa de hoy?
Mi vida escrita estĆ”
delante del gran Juez;
si mira Dios la iniquidad,
perdido yo serƩ.
IrƩ con fe al SeƱor;
sé que por mà murió;
sƩ que en su sangre hay valor,
y que oye mi oración.
301
Efesios 5.18,25; 2 Corintios 13.14
”Oh nuestro Padre! ahora
venimos a pedir
bendigas a los novios
que acƔbanse de unir.
Corónalos, ”oh Padre!
con celestial favor;
haz Tú que estén constantes
y fieles en amor.
Y Tú, Señor amante,
que sufriste en la cruz,
que asĆ tu amada Iglesia
gozara eterna luz.
AyĆŗdalos, rogamos,
a preparar su hogar
como Betania sea,
do Tú podrÔs morar.
EspĆritu divino,
TĆŗ, fiel Consolador,
en pruebas de la vida,
en goces o aflicción,
que tengan tu potencia
en toda plenitud,
y en santidad de vida
demuestren tu virtud.
”Oh trino Dios eterno!
escucha esta oración,
y en vuestro amor tan tierno
danos contestación.
Haz TĆŗ que sea vista
en su felicidad
de Cristo y de su Iglesia
la eterna unidad.
302
GƩnesis 2.22; Marcos 10.8; Efesios 5.25,33
”Oh Padre Dios! te adoramos;
de corazón te alabamos,
porque en tu grande compasión
has dado grata bendición
a dos hermanos hoy.
A Ti tus hijos gracias dan
que, como hiciste con AdƔn,
esposa has aparejado,
que hoy con gozo puedes dar
tu hijo a acompaƱar.
Y mientras en el mundo estƩn
haz TĆŗ que mutuamente den
las tiernas pruebas de su amor,
como a su Iglesia el Salvador
continuamente da.
”Oh! hazlos siempre procurar
tu dulce comunión gozar,
siguiendo su obra terrenal,
hasta que en el eterno hogar
con Cristo vivirƔn.
303
Juan 2.7; 1 Pedro 3.7
SeƱor, con reverencia aquĆ
venimos a rogar
que tu mÔs rica bendición
descienda a reposar
sobre los dos que hoy ante Ti
se unen en santo amor;
para que juntos sĆrvante
con gracia y con fervor.
Coherederos son en Ti,
unidos en amor.
Dales tu comunión, Señor,
en ese nuevo hogar.
Sé Tú su amparo y su sostén;
sƩ su consolador,
su consejero y proveedor;
sƩ su continuo bien.
ConcƩdeles el gozo que
disiparĆ” el pesar,
que en momento de aflicción
ellos han de encontrar
la dulce paz, el gran solaz,
que has prometido dar
al corazón que en oración
la sabe aprovechar.
Los presentamos ante Ti;
dales tu bendición;
tu amor, tu gracia, gozo y paz
derrama en profusión.
Dales paciencia, fe, piedad;
cólmalos de tu bien,
hasta que por la eternidad
en tu mansión estén.
304
1 Corintios 15.55; Filipenses 1.23; Oseas 13.14
Durmiendo en calma en el SeƱor,
reposa el santo sin dolor.
En este sueƱo al despertar
y hallarse en su deseado hogar.
Durmiendo en Ćl, la tempestad
se cambia en gran serenidad.
En tal bonanza, el viento y mar
cesan con furia de bramar.
Durmiendo en Ćl, no queda allĆ
seƱal de haber luchado aquĆ.
”No mÔs maldad, no mÔs dolor!
Cesó la pena y su amargor.
Durmiendo en Ćl, en santa paz,
ya nuestro hermano ve su faz;
viviendo en refulgente luz,
en compaƱĆa de JesĆŗs.
Durmiendo en Ćl, hasta sonar
la hora en que vendrĆ” a buscar
sus santos, para al cielo ir
y en uno a todos reunir.
Ya vive en Ti, oh Salvador.
Gracias te damos y loor,
porque tu muerte anonadó
la muerte, y su aguijón quitó.
305
Daniel 12.2; Apocalipsis 7.17
Oye lo que la voz celeste dice
de los que en paz con el SeƱor murieron;
su nombre exhala aromas y perfumes,
blando es su lecho, y muy feliz su sueƱo.
Murieron en JesĆŗs y son benditos,
su espĆritu disfruta ya del cielo,
y de las asechanzas de este mundo
muy victoriosos ellos ya salieron.
Purificados de terrena mancha,
Dios los acoge en su benigno seno,
y en aquel buen lugar de santa gloria
gozan felices galardón eterno.
306
1 Tesalonicenses 4.16; Hechos 8.2; Apocalipsis 4.1
¿Por qué lamentamos si marcha el hermano?
¿Por qué ante su tumba temblamos de horror,
si todos creemos que vive su alma,
y Cristo la estrecha en sus brazos de amor?
ĀæNo estamos nosotros viajando hacia arriba
tambiƩn, y siguiendo del tiempo el volar?
JamƔs anhelemos retraso en las horas
que al Dios bondadoso nos han de acercar.
Medrosos temblamos, llevando a la tumba
el cuerpo que yerto dejamos allĆ.
Mas hoy recordamos que Cristo, muriendo,
el triunfo ganó por nosotros aquĆ.
De todos los suyos bendijo el sepulcro,
y el lecho de todos su gracia ablandó.
Los cuerpos que mueren, ¿do harÔn su descanso,
si no donde el mismo Jesús descansó?
De allĆ levantose, subiendo a los cielos,
y al hombre el camino dignose enseƱar.
TambiƩn al SeƱor subirƔn nuestros cuerpos
el dĆa tremendo del gran despertar.
Resuene del Ɣngel la aguda trompeta:
«Hermanos, el sueño letal sacudid.
Alzaos creyentes que estƔis bajo tierra
”oh justos benditos, al cielo subid!»
307
Salmo 69.1,29; GƔlatas 2.20; Romanos 6.1
En las aguas de la muerte
sumergido fue JesĆŗs;
mas su amor no fue apagado
por sus penas en la cruz.
Levantose de la tumba,
las cadenas sacudió;
y triunfante y victorioso
a los cielos Ćl subió;
y triunfante y victorioso
a los cielos Ćl subió.
c
Salvo soy, salvo soy;
en las aguas del bautismo
hoy confieso yo mi fe.
Salvo soy, salvo soy,
y deseo consagrarme
al Señor que me salvó.
En las aguas del bautismo
hoy confieso yo mi fe;
Jesucristo me ha salvado
y por Cristo vivirƩ.
Desde hoy yo para el mundo
y el pecado muerto estoy;
y deseo consagrarme
al Señor, que me salvó;
y deseo consagrarme
al Señor, que me salvó.
Yo, que estoy crucificado,
¿cómo mÔs podré pecar?
Yo, que estoy resucitado,
otra vida he de llevar.
Pues, no reine ya en nosotros
el pecado engaƱador;
presentemos nuestros cuerpos
a servir a nuestro Dios;
presentemos nuestros cuerpos
a servir a nuestro Dios.
308
Hechos 2.41; Romanos 6.4; 1 Pedro 3.21
Yo quiero obedecerte,
JesĆŗs, mi Salvador,
y en agua bautizarme
según tu ley, Señor.
c
Señor, que Tú me ayudes
tu nombre a ensalzar,
y en novedad de vida
continuamente andar.
AsĆ la fe demuestro
que sólo estÔ en Jesús:
que yo con Ćl he muerto
al mundo por su cruz.
Al mundo yo renuncio,
sus pompas vanas son;
ahora al cielo aspiro
de todo corazón.
En novedad de vida
contigo yo andarƩ,
mi Salvador y GuĆa,
mi Redentor y Rey.
Entonces en tu reino,
vencido todo el mal,
darame allĆ tu mano
corona celestial.
309
Efesios 1.7,13, 2.1, 4.5; GƔlatas 3.27
Yo vivĆa en el pecado
y doctrinas del error
me guiaban, engaƱado,
a una muerte de terror.
c
Soy salvado del abismo;
con JesĆŗs al cielo voy,
y confieso por bautismo
que del mundo ya no soy.
Tuve el corazón muy triste
por en vano paz buscar,
pero a mĆ, SeƱor, dijiste:
«Yo harete descansar» .
Es la sangre que me salva
y en tu paz me guardarĆ”;
el EspĆritu me sella
y me santificarĆ”.
Antes, muerto en el pecado,
ya he muerto con JesĆŗs;
y del mundo separado
yo me juzgo por la cruz.
En el agua sumergido
testimonio a todos doy:
que yo en Cristo he creĆdo,
y por Ćl salvado soy.
310
JeremĆas 24.7; Tito 2.11,12; Ezequiel 36.26; 2 Corintios 5.17
A Jesucristo quiero llegarme,
sĆ© que la dicha en Ćl hallarĆ©.
Ćl es mi amigo, tierno y amante;
dulce es su nombre, santa su ley.
c
Ven, oh niƱo, ven. Con Ćl feliz serĆ”s,
nuevo corazón de Ćl recibirĆ”s.
Cristo te aguarda, quiere tu bien;
a Jesucristo, niƱo, ven.
De Jesucristo, fuente de gracia,
esta noticia grata te doy:
Que ama a los niƱos, y los recibe;
Ćl me ha llamado, y a Cristo voy.
En Jesucristo todas mis culpas
fueron cargadas, Ćl las llevó,
y por su gracia me santifica,
pues en mi alma la derramó.
Con Jesucristo voy cada dĆa;
Ćl es mi apoyo, marcho por fe
hacia su trono, y allĆ” en la gloria
con Jesucristo yo reinarƩ.
311
Salmo 101.3, 25.21; Proverbios 14. 2
Con estos ojitos que Dios me ha dado
a Ćl tengo que mirar,
y en el camino por Ćl enseƱado
ahora yo he de andar.
Mis piecesitos a Ćl obedientes
sus sendas han de guardar,
y estos oĆdos a lo que es puro
sólo deben escuchar.
Con estas manitas, siempre sumisas,
servir debo al Salvador.
Con corazoncito buscar sus sonrisas,
con boca cantar su amor.
Y cuando al cielo por Dios sea llamado
para ir al Señor Jesús,
a mi cabecita por Ćl serĆ” dada
corona de gloria y luz.
312
Juan 13.15; Hebreos 12.2
Cristo amante, buen Pastor,
oye Tú mi petición;
mĆrame en tu gran amor,
dame hoy tu bendición.
Cristo santo, veo en Ti
el ejemplo para mĆ.
Eres bueno, oh Salvador,
puro es tu perfecto amor.
Yo tambiƩn quisiera ser
lo que en Ti alcanzo ver.
Dame nuevo corazón;
reina en Ʃl, sƩ mi SeƱor.
Cristo mĆo, en humildad
a tus pies ahora estoy;
en el reino celestial
quiero yo contigo estar.
313
Marcos 9.42; 1 Pedro 2.21
Cristo amó a los niƱos, tanto Ćl los amó
que murió por ellos y asà los salvó.
c
Yo soy dƩbil niƱo,
esto sƩ, esto sƩ,
pero a Cristo amo,
y me ama Ćl.
Cristo me invita que le sirva acĆ”,
a seguir sus pasos Ćl me ayudarĆ”.
Jesucristo amante, yo te ruego aquĆ
que me ayudes siempre a vivir por Ti.
314
Mateo 14.21, 19.13 al 15; Juan 13.1
Cristo me ama, me ama a mĆ;
su palabra dice asĆ.
NiƱos pueden ir a Ćl,
quien es nuestro amigo fiel.
c
SĆ, Cristo me ama, sĆ, Cristo me ama,
sĆ, Cristo me ama, la Biblia dice asĆ.
Cristo me ama, Ćl murió
y la gloria nos abrió;
mis pecados borrarĆ”,
me darĆ” la entrada allĆ”.
Cristo me ama; dƩbil soy,
pero a Ćl las gracias doy,
que en el cielo vive ya,
y del mal me librarĆ”.
Cristo me ama, no se va;
a mi lado siempre estĆ”.
Cuando Ćl vĆ©ngame a buscar,
siempre con Ćl he de estar.
315
Mateo 5.16; Proverbios 4.18; Daniel 12.3
Cristo quiere ver nuestra luz brillar
en la claridad de su divino hogar;
entre las tinieblas Ćl desea ver
nuestra luz brillante resplandecer.
Que la luz, primero, sea para Ćl;
Dios conoce al niƱo que a su voz es fiel.
Desde el alto cielo siente gran placer,
viendo nuestras luces resplandecer.
Los que para Dios brillan hoy acĆ”,
brillarƔn mƔs claro en el cielo allƔ.
Cristo grande gozo siempre ha de tener,
viendo nuestras luces resplandecer.
316
Mateo 19.15; Proverbios 8.17; IsaĆas 40.11
Cuando leo en la Biblia
cómo llama Jesús
y bendice a los niƱos con amor,
yo tambiƩn quisiera estar
y con ellos descansar
en los brazos de mi buen Salvador.
Ver quisiera sus manos
sobre mĆ reposar,
cariƱosos abrazos de Ćl sentir;
sus miradas disfrutar,
las palabras escuchar:
«A los niños dejad a mà venir».
Sin embargo, a su estrado
en oración puedo ir
y tambiƩn de su amor participar.
Pues si aquà buscarle sé,
le verƩ y le escucharƩ
en el reino que Ćl fue a preparar.
”CuÔntos hay que no saben
de esa bella mansión,
y que no quieren a JesĆŗs oir!
Yo quisiƩrales mostrar
que para ellos hay lugar
en el cielo do los convida a ir.
”CuÔnto anhelo aquel tiempo
venturoso sin fin
-el mÔs grande, el mÔs lúcido, el mejor-
cuando de cualquier nación
niños mil sin distinción
a los brazos acudan del SeƱor!
317
Apocalipsis 5.11, 14.3, 15.3
Del trono santo en derredor
niƱitos mil estƔn;
los rescatados del SeƱor,
y allĆ las gracias dan. Cantan:
c
«”Gloria, gloria,
Aleluya al santo Dios!Ā»
Mas, ¿cómo al mundo superior,
aquel celeste hogar
en donde todo es paz y amor,
pudieron ya llegar? Cantan:
Porque el SeƱor su sangre dio
en precio de expiación;
con ella los purificó
por grande compasión. Cantan:
Buscaron ellos a JesĆŗs,
su nombre amando aquĆ,
y ahora, ya en perfecta luz,
su rostro ven allĆ. Cantan:
Ropaje blanco de esplendor
cada uno viste allĆ.
EstƔn allƔ con el SeƱor,
eternamente asĆ. Cantan:
318
Lucas 2.7 al 20; Mateo 2.2,5
Desde los cielos el buen Salvador
viene por mĆ, viene por mĆ.
En un pesebre de pobre mesón,
helo aquĆ, aquĆ.
c
”Qué grande amor! ”Qué grande amor
Cristo mostró por mĆ!
”Qué grande amor! ”Qué grande amor
Cristo mostró por ti!
Pregona el Ɣngel mensaje de amor:
«Vino la luz, vino perdón.
Os ha nacido hoy un Salvador,
Cristo JesĆŗs, JesĆŗsĀ».
Cantan los Ôngeles: «Al mundo paz.
”Gloria a Dios! ”Gloria a Dios!
Paz en la tierra, y al hombre solaz.
”Gloria a Dios, a Dios!»
Vienen pastores, dejando su grey,
hasta BelƩn, y al niƱo ven.
Vuelven contentos y llenos de fe,
hablan de Ćl, de Ćl.
Vienen los magos en busca del Rey,
al preguntar: «¿Dónde estÔ?»
Las Escrituras contestan su fe:
«Allà en Belén estÔ».
319
Proverbios 16.17; Marcos 10.15; Efesios 6.2
El SeƱor recibe con agrado a los pequeƱos;
del pecado y todo mal los vino a redimir.
Dice, «De los tales es el reino de los cielos;
no los impidÔis, mas permitidlos acudir».
c
Jesucristo a los niƱos
quiere recibir y ser su Salvador,
y los niƱos convertidos
pueden alegrarse siempre con su amor.
Los pequeƱos pueden convertirse del pecado
y entregarse a Cristo, quien los llama con amor.
Pueden apartarse de las sendas de este mundo,
para andar en las pisadas de su Salvador.
A los hijos manda Dios que honren a sus padres
para que les vaya bien y agraden al SeƱor;
que no mientan, ni blasfemen de su santo nombre,
que se acuerden en su juventud de su Creador.
320
Colosenses 3.16; 1 Juan 4.19
Gozo la santa palabra leer,
cosas preciosas allĆ puedo ver;
y sobre todo que el gran Redentor
es de los niƱos el tierno Pastor.
c
Con alegrĆa yo cantarĆ©
al Redentor, tierno Pastor,
que en el Calvario por mà murió.
SĆ, sĆ, por mĆ murió.
Me ama Jesús, pues su vida entregó
por mi perdón, y de niños habló:
Ā«Dejad a los niƱos que vengan a mĆ,
para salvarlos mi sangre vertĆĀ».
Si alguien pregúntame cómo lo sé,
«Busca a Jesús, pecador», le diré.
Ā«Por su Palabra que tienes aquĆ
puedes saber que JesĆŗs te ama a tiĀ».
321
Proverbios 18.24; Juan 14.2; Santiago 1.12; Lucas 7.34; 2 Timoteo 4.8; Apocalipsis 15.3
Hay Amigo para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”;
amigo que no cambia,
su amor no menguarĆ”.
Amigos terrenales
el tiempo cambiarĆ”,
mas Ćl por siempre el mismo
amigo fiel serĆ”.
Hay la casa para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”,
do Cristo reina en gloria,
y paz y gozo da.
Y casa semejante
jamĆ”s ha habido aquĆ,
pues todos los niƱitos
felices son allĆ.
Hay corona para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”,
y aquel que busca a Cristo
muy pronto la tendrĆ”.
De gloria es la corona,
de Cristo inmenso don
a los que en Ćl confĆan
de todo corazón.
Hay un canto para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”;
por mƔs que sea cantado,
a nadie cansarĆ”.
El tema es de Cristo
que tanto los amó,
que por querer salvarlos
su sangre derramó.
Hay descanso para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”,
y aquel que ama a Cristo
allĆ descansarĆ”
de todos sus dolores,
tristezas y maldad,
con otros niƱos salvos
por la eternidad.
322
Lucas 2.11,14, 4.18,19
He aquĆ a todo pueblo
nuevas de gran gozo doy,
que en Belén, según promesa,
es JesĆŗs nacido hoy.
Este es Cristo el Salvador:
es MesĆas, el SeƱor.
Ya resuena el dulce canto
de este mundo en ancha faz:
«Gloria a Dios en las alturas,
en la tierra dulce paz.
A los hombres, proclamad,—
Sea buena voluntadĀ».
323
MalaquĆas 3.17; Mateo 13.45
Jesucristo ha venido en busca de joyas;
todo niƱo redimido su joya serƔ.
c
Como estrellas que brillan
son los niƱos que le aman,
los tesoros que adornan
su Rey y SeƱor.
Tiene Cristo en su corona brillantes preseas;
cada joya que le adorna con sangre compró.
Ćl recoge los tesoros de niƱos amantes,
y en su seno los corderos JesĆŗs llevarĆ”.
Tanto niƱos como niƱas que acudan a Cristo
son las joyas escogidas preciosas a Ćl.
Con su sangre derramada Ćl compra las joyas.
NingĆŗn alma no lavada su reino verĆ”.
324
Lucas 2.14; GƩnesis 24.58; Salmo 122.1; Apocalipsis 22.17
La nave Evangelista
marcha, marcha;
la nave Evangelista
marcha para CanaƔn.
Los que embarcarse quieran,
quieran, quieran,
los que embarcarse quieran,
bienvenidos, sĆ, serĆ”n.
c
”Gloria en las alturas!
Los de abordo cantan dulcemente:
«”Gloria en las alturas
a nuestro CapitÔn!»
Desembarcaron miles,
miles, miles;
desembarcaron miles
en buen puerto siglos ha.
Y miles mƔs navegan,
hoy navegan,
y miles mƔs navegan
por las mismas aguas ya.
Con viento en popa vuelan,
vuelan, vuelan.
Con viento en popa vuelan
hacia aquel florido hogar.
Felices voces se oyen,
se oyen, se oyen.
Felices voces se oyen
resonando por la mar.
EmbƔrcate conmigo,
sĆ, conmigo,
embƔrcate conmigo,
tĆŗ, cansado de pecar.
Descanso te prometo,
te prometo.
Descanso te prometo
en aquel feliz lugar.
325
Hebreos 12.28; Hechos 20.34,35
Lindas las manitas son
que obedecen a JesĆŗs,
lindos ojos son tambiƩn
los que estƔn llenos de luz.
c
Lindas son las manos
que obedecen al SeƱor,
lindos tambiƩn los ojos
llenos de amor de Dios.
Lo que puedes tĆŗ hacer
Cristo te lo exigirĆ”.
Hazlo, pues, con gran placer.
Hazlo y contento estarƔs.
Las manitas hechas son
para al Salvador servir;
también nuestro corazón
debe por Cristo latir.
Y los labios para orar
y alabar al Salvador.
Los piecitos han de andar
listos en obras de amor.
326
Job 12.7 al 10; Hechos 17.24; Salmo 19.1 al 4
ĀæMe puedes decir, piedrecita, piedrecita,
me puedes decir, piedrecita junto al mar,
el secreto de tu vida aquĆ?
Ā”Oh, cuĆ©ntamelo a mĆ!
c
Es el amor de Dios en los cielos, los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa yo alabo a Ćl,
tranquila junto al mar.
ĀæMe puedes decir, florecilla, florecilla,
me puedes decir, florecilla en mi jardĆn,
el secreto de tu dulce olor?
Ā”Oh, dĆmelo a mĆ!
c
Es el amor de Dios en los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa respiro a Ćl,
fragante en tu jardĆn.
ĀæMe puedes decir, pajarito, pajarito,
me puedes decir, pajarito tan cantor,
el secreto de tu canción feliz?
”Quisiéralo saber!
c
Es el amor de Dios
en los cielos, los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa yo alabo a Ćl,
cantando su loor.
¿Me puedes decir tú también, oh niñito,
me puedes decir, oh niñito, tú también,
el secreto de tu felicidad?
”Lo quiero yo saber!
c
Es el amor de Dios en los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa yo busco a Ćl,
pues Ćl lo quiere asĆ.
c
Pues al amor de Dios en los cielos,
al Dios que nos hizo, a mĆ y a ti,
el loor de toda la creación
por siempre se darĆ”.
327
EclesiastƩs 12.1; 2 Timoteo 3.15; Hebreos 3.13
¿No quieres ser cristiano en la niñez?
¿No quieres ser cristiano en la niñez?
TristĆsimo engaƱo
que te traerƔ gran daƱo,
es creer que en otro aƱo
lo serƔs.
¿No amarÔs a Cristo en la niñez?
¿No amarÔs a Cristo en la niñez?
Los niƱos Ćl ha amado,
y del cielo ha descendido,
y la cruz por ti ha llevado
en su amor.
Elige tú el cielo en la niñez.
Elige tú el cielo en la niñez,
y Cristo, fiel amigo,
te serĆ” un buen abrigo
contra todo enemigo
en la niƱez.
Oh, entonces sƩ cristiano en la niƱez.
Oh, entonces sƩ cristiano en la niƱez.
La cosa mƔs segura
es que sólo habrÔ tristura
en la eternidad futura
sin JesĆŗs.
328
JeremĆas 4.6, 50.2, 51.12,27; 1 Corintios 9.25
”Oh jóvenes! venid, su brillante pabellón
Cristo ha desplegado hoy en la nación.
A todos en sus filas os quiere recibir,
y con Ćl a la pelea os harĆ” salir.
Vamos a Jesús, compañeros, sin temor,
vamos a la lid, inflamados de valor.
Jóvenes luchemos todos contra el mal;
en JesĆŗs tenemos nuestro general.
Las armas invencibles del jefe guiador
son el evangelio de su gran amor.
Con ellas revestidos y llenos de poder,
compaƱeros, acudamos; vamos a vencer.
Quien salga a la pelea,
su voz escucharĆ”;
Cristo la victoria le concederĆ”.
Salgamos, compaƱeros; luchemos,
sĆ, por Ćl;
con JesĆŗs conquistaremos
inmortal laurel.
329
Juan 6.38; Lucas 2.7; Juan 4.42
¿Quién del cielo descendió?
Cristo el Salvador.
¿En pobreza quién nació?
Cristo el Salvador.
c
Cantaremos la canción;
”Oh cuÔn claro y dulce el son!
Nos ofrece salvación
Cristo el Salvador.
¿En madero quién murió?
Cristo el Salvador.
¿Quién a mà me rescató?
Cristo el Salvador.
¿Quién promete perdonar?
Cristo el Salvador.
¿Por creer quién vida da?
Cristo el Salvador.
¿Quién del cielo bajarÔ?
Cristo el Salvador.
¿Quién allÔ nos llevarÔ?
Cristo el Salvador.
330
Mateo 5.16; Filipenses 2.15
Quiere JesĆŗs que yo brille
mientras que viva acĆ”,
y que le complazca siempre
en clase, juego, hogar.
c
”Brillando! ”brillando!
Quiere JesĆŗs que yo brille.
”Brillando! ”brillando!
Yo brillarĆ© para Ćl.
Quiere JesĆŗs que sea amable
con cuantos llegue a ver,
para que vean quƩ alegres
sus niƱos pueden ser.
PedirƩ a Cristo su ayuda,
y limpio corazón;
imitarƩ su dulzura,
brillando para Ćl.
Yo brillarƩ para Cristo;
con su poder podrƩ;
dĆa tras dĆa le sirvo,
y al fin al cielo irƩ.
331
IsaĆas 66.1; Salmo 50.10, 147.4
¿Sabes cuÔnta clara estrella
presta al cielo su fulgor?
¿Sabes cuÔnta nube bella
va del mundo alrededor?
Sólo Dios las ha contado
y ninguna le ha faltado.
Entre todas, ¿cuÔntas son?
Entre todas, ¿cuÔntas son?
¿Sabes cuÔntos pajarillos
jugueteando al sol estƔn?
¿Sabes cuÔntos pececillos
en el agua saltos dan?
Dios a todos ha creado,
de la vida el gozo ha dado
para disfrutar su don,
para disfrutar su don.
¿Sabes cuÔnto tierno niño
con el sol despierta ya,
amparado del cariƱo
de su madre alegre estĆ”?
Dios, que a todos ha otorgado
su placer y buen agrado,
te conoce y te ama a ti,
te conoce y te ama a ti.
332
Mateo 11.25; Apocalipsis 19.8
Si a JesĆŗs acudo, me bendecirĆ”,
y de mi tristeza me consolarĆ”.
c
Si a JesĆŗs acudo, me bendecirĆ”,
como a todo niƱo que a su lado va.
Si a JesĆŗs acudo, me dirĆ” que sĆ,
pues tomó mis culpas y murió por mĆ.
Si a JesĆŗs acudo, apoyado en Ćl,
pronto he de ir al santo, cƩlico vergel.
Y con vestiduras blancas como luz,
miraré la gloria del Señor Jesús.
333
Santiago 1.12; Salmo 19.14; Romanos 8.37
Tentado, no cedas; ceder es pecar;
mƔs fƔcil serate luchando triunfar.
”Valor! pues, gustoso domina tu mal;
JesĆŗs librar puede de asalto mortal.
c
A JesĆŗs, pues, acude;
en sus brazos tu alma
hallarĆ” dulce calma.
Ćl te harĆ” vencedor.
Evita el pecado, procura agradar
a Dios, a quien debes
por siempre ensalzar.
No manche tus labios impĆŗdica voz;
tu corazón guarda de codicia atroz.
Amante, benigno y enƩrgico sƩ;
en Cristo ten siempre indómita fe;
veraz sea tu dicho, de Dios es tu ser;
corona te espera y vas a vencer.
334
Juan 5.39; 2 Corintios 9.15; Mateo 24.35
Ama la Biblia que Dios nos ha dado,
pues nos enseƱa divina verdad.
Cristo es su tema, el Hijo entregado
para salvarnos de nuestra maldad.
c
Ama la Biblia, lee la Biblia,
sigue a la Biblia, de Dios es el don.
Lee la Biblia; sus bellas historias
traen al alma salud celestial,
llenen tu espĆritu todas sus glorias,
y gozarƔs de su luz eternal.
Sigue a la Biblia, que puede guiarnos
por los peligros que abundan aquĆ;
y al fin con Cristo podremos gozarnos,
viendo su faz y sus glorias allĆ.
Gracias a Dios por su don inefable;
Ćl se revela al humano por fe.
En su Palabra con gozo insondable
ya nos llegamos delante del Rey.
Aun este mundo y los cuerpos celestes
han de llegar a su punto final.
Mas, cuando pasen las cosas terrestres,
firme estarĆ” la Palabra eternal.
335
Mateo 19.13; Lucas 10.13, 18.15
Cristo, cuando aquà bajó,
antes que en la cruz murió,
a los niños recibió;
niƱos como yo.
Madres los llevaron, sĆ.
mucha gente hubo allĆ.
Dijo Ćl: Ā«Venid a mĆĀ»,
niƱos como yo.
A ninguno rechazó;
mas a todos convidó.
A los niƱos Ćl amó,
niƱos como yo.
Pues Jesús por mà murió;
Ćl al niƱo redimió.
Ā”Oh, a cuĆ”ntos Ćl salvó!
niƱos como yo.
336
Marcos 10.14; Apocalipsis 3.20
Escuchad la voz de Cristo, ”cuÔn dulce es!
”Ved! los niños se congregan a sus pies.
Los pequeƱos abrazados pronto son,
y el Señor a todos da su bendición.
Los discĆpulos se oponen con tesón
a que traigan a los niƱos al SeƱor.
Se entristecen, mas al fin su corazón
se hace alegre; Cristo da su bendición.
Luego a los que siguen dice: «Estos van
a mi reino; allà por siempre brillarÔn.
No los impidƔis, pues; antes id, llamad
a los niños. Aun a todos convidad».
TodavĆa convidando Cristo estĆ”;
a los niƱos que le sirvan, busca ya.
Que digamos, pues, alegres: «Tuyo soy;
eres mi Señor, oh Cristo, desde hoy».
337
Hechos 27; Salmo 16.11; 2 Timoteo 4.6
Hoy estamos navegando
hacia el puerto celestial;
vamos a la luz llegando
de la casa paternal.
c
Pronto pasarƔn los males
y los grandes temporales;
ya las glorias celestiales
nos alegran con su albor.
Miles han desembarcado
mƔs allƔ del vasto mar;
miles mƔs estƔn viajando;
para ti aĆŗn hay lugar.
Nuestras velas despleguemos
a las brisas de Sion;
dulces cantos entonemos,
cantos de la salvación.
En el puerto al fin anclados,
toda prueba queda atrƔs,
y con Cristo, a quien amamos,
gozaremos de la paz.
338
Juan 10.9, 21.15; Colosenses 1.10; 1 Juan 2.6, 5.4
Jesucristo nuestro es el buen Pastor;
en Ćl refugiados piĆ©rdese el temor.
Siempre le sigamos, y Ćl nos guiarĆ”;
doquier Ćl nos lleve bendición habrĆ”.
Jesucristo nuestro nos conoce ya;
habla a los corderos y los llevarĆ”.
Cuando nos reprende muƩstranos su amor;
tuyos sólo seamos, tierno Salvador.
Ā”Jesucristo nuestro! Ćl por nos murió;
hasta a los corderos Ćl los rescató.
Y su marca pone, siempre por igual:
Ā«Como Ćl anduvo ande cada cualĀ».
”Jesucristo nuestro! ”Fuerte protector!
A sus corderitos guarda el buen Pastor.
Con JesĆŗs la muerte nunca espantarĆ”;
Cristo la victoria a los suyos da.
339
Juan 4.7; Salmo 139.2; Hebreos 13.8
La mujer samaritana
a sacar el agua va,
sin pensar que Jesucristo
esperando estĆ”.
Viene Cristo en busca suya
para ser su Salvador;
su miseria y su pecado
sabe el Redentor.
Escuchando la palabra
que revela su maldad,
recordando su pecado,
compungida estĆ”.
Ćl le ofrece el agua viva,
y le da la salvación.
Ćl le da la paz completa
y le da perdón.
Ella corre luego a casa;
habla a todos de JesĆŗs:
«¿No serĆ” el MesĆas Ć©ste
quien nos trae luz?Ā»
Y la gente convencida
va tambiƩn al Salvador,
y le pide que les hable
de su gran amor.
Hoy, ayer, y por los siglos
es el mismo Salvador,
es el mismo Jesucristo
y el mismo amor.
Hoy te busca, hoy te llama.
No le hagas esperar,
porque el tiempo de su gracia
pronto acabarĆ”.
c
Oye pues las gratas nuevas:
el SeƱor te salvarƔ.
Es el mismo Jesucristo,
esperando estĆ”.
340
Apocalipsis 5.11,12; Salmos 19 y 29
Los Ɣngeles de Dios tributan su loor
con corazón y voz a Cristo el Redentor.
¿Y nuestro empeño no serÔ
que suene el eco mƔs allƔ?
c
Suene el eco (suene el eco).
Suene el eco (suene el eco).
Suene el eco, suene el eco mƔs allƔ.
El esplendente sol, la luna con su albor
y las estrellas son testigos de su amor.
Pues, ”cuÔnto mÔs su pueblo harÔ
que suene el eco mƔs allƔ!
El fuego, viento y mar, los cambios de sazón,
su testimonio dan al fuerte Creador.
Y a Ćl la iglesia cantarĆ”
que suene el eco mƔs allƔ.
341
1 Timoteo 6.12; 2 Timoteo 4.7; Salmo 144.1; Hebreos 12.3
Siervos de JesĆŗs, hombres de verdad,
guardas del deber, somos, sĆ;
libres de maldad, ricos en bondad,
y seremos fieles en la lid.
c
”Firmes! ”fuertes! Alcen la bandera,
grande, noble emblema del deber.
”Prontos! ”bravos! pasen la consigna;
marchen todos, vamos a vencer.
”CuÔn hermosos son los que sin temor,
listos al llamar del clarĆn,
luchan sin cesar, sufren sin dudar,
guardas del deber siempre hasta el fin!
Nuestro CapitƔn es ya vencedor,
Ćl nos redimió por su cruz.
Guardas del deber, Ćl nos da poder
y nos guiarĆ” en su santa luz.
Invencibles son los que con afƔn
cada dĆa van al deber;
gloria y luz tendrƔn y recibirƔn
grande galardón del Redentor.
342
2 Corintios 9.15, 4.6; Hebreos 10.20
A Dios sea la gloria, al mundo Ćl dio
al Hijo bendito, que por nos murió;
expió los pecados de quien en Ćl cree,
abrionos la senda hacia Dios por la fe.
c
”Gloria a Dios! ”Gloria a Dios!
que de tal modo amó
al que lejos de Ćl
en pecado se halló.
Venid por el Hijo al gran Dios Salvador,
y dadle la gloria por tan grande amor.
La sangre de Cristo la obra efectuó,
y todo creyente perdón alcanzó.
Si en Cristo confĆa el mĆ”s vil pecador,
perdón en el acto le otorga el Señor.
Inmensa la obra de Cristo en la cruz;
enorme la culpa se ve por su luz.
Al mundo Ćl vino, nos iluminó,
y por nuestras culpas el Justo murió.
343
1 Juan 1.5, 4.16, 2.1; Juan 12.31
A este mundo Dios amó
y a su Hijo nos mandó
nuestras penas a sufrir,
y a las almas redimir.
Ā”Oh quĆ© gracia en Ćl se ve!
distinguida por la fe,
que le dice al pecador:
«Dios es luz, Dios es amor».
Al morir Jesús venció;
padeciendo, gozo dio.
Ćl sufrió la maldición,
para darnos bendición.
De la tumba triunfó,
a SatĆ”n Ćl aplastó.
Cristo al cielo ascendió;
”hombre que a la gloria entró!
Cristo vive siempre allĆ”;
por su Iglesia aboga ya,
y quien hoy confĆa en Ćl
hallarĆ” un amigo fiel.
Cristo pronto volverĆ”;
victorioso reinarĆ”.
Alabanzas y loor
te daremos, oh SeƱor.
344
Mateo 11.28; Marcos 10.49
Alma doliente y llorosa,
que paz anhelas tener,
que quieres triste y ansiosa
tu suerte eterna saber,
deja tus males pasados
y oye una voz resonar.
Dice: «Venid los cansados,
que Yo os harƩ descansar,
que Yo os haré descansar».
Alma de culpas cargada,
que cerca estƔs de morir,
luchas, y en vano angustiada
del mal intentas salir.
”Oye! Conserva esperanza,
Cristo te quiere salvar,
y si le tienes confianza,
en Ćl podrĆ”s descansar,
en Ćl podrĆ”s descansar.
Alma, la noche se acerca
y tú no encuentras mansión;
la oscuridad te rodea,
te asalta la perdición.
Busca en JesĆŗs un asilo;
su amor te puede salvar,
y hallarƔs hogar tranquilo
donde Ćl te harĆ” descansar,
donde Ćl te harĆ” descansar.
345
Lamentaciones 1.12; IsaĆas 53.6
Clavado en cruz, Jesús murió,
por mi maldad allà sufrió,
en mi lugar Ćl se encontró,
mi salvación asà compró.
c
OĆd la voz del Salvador:
«Mirad y ved si habrÔ dolor
cual mi dolor; y es para ti.
Ven, alma, ven, oh ven a mĆĀ».
La faz del sol se oscureció,
el velo en dos se dividió.
Al Hijo Dios desamparó,
la maldición en Ćl cargó.
ĀæY puede ser? ĀæSufriste asĆ,
Señor Jesús, de amor por m�
No puedo mƔs, me entrego hoy,
sin mƔs tardar a Ti me doy.
346
1 Juan 4.19; Hebreos 1.3; Apocalipsis 22.4
Cristo Jesús del cielo descendió
para salvarme de la perdición.
”Qué grande amor asà me desplegó!
y ahora yo me gozo de su salvación.
c
Yo le amo, sĆ, le amo
porque me amó a mĆ;
y quiero complacer a Cristo
siempre aquĆ.
Por mà murió, oh ”cuÔnto le costó
el redimirme de mi iniquidad!
Mas de la muerte el Salvador triunfó,
y ocupa ya el trono de la majestad.
Pronto JesĆŗs vendrĆ” y me llamarĆ”,
y en su presencia yo me gozarƩ.
Mi corazón hoy anhelando estÔ
el dĆa en que sus glorias yo contemplarĆ©.
347
Hechos 2.24; Romanos 4.25; Hebreos 2.14
Crucificado fue mi Salvador;
por mis pecados, sƩ, Cristo el SeƱor.
c
Desde la tumba subió.
SĆ, triunfante Ćl resucitó;
para siempre ya dominio sobre el mal
con los santos tiene en gloria celestial.
Triunfó, triunfó,
Ā”Aleluya, Ćl triunfó!
Inútil la prisión del Salvador;
vana la detención de mi Señor.
La muerte ya venció, Cristo el Señor;
La salvación nos dio el Redentor.
348
Lucas 15.18; Juan 6.68
De mil maneras procurƩ
calmar temor, mas vano fue.
La Biblia ahora aceptarƩ,
y creerƩ en Cristo.
Tinieblas, muerte y maldición
han abrumado el corazón;
mas luz y vida y bendición
encontrarƩ en Cristo.
Murió y ya vive a mi favor;
en hecho y dicho es siempre amor;
y para el pobre pecador
ninguno hay cual Cristo.
Aunque otros bĆŗrlense de mĆ,
iré, Señor Jesús, a Ti
con lo que he hecho y lo que fui,
pues eres TĆŗ el Cristo.
349
Lucas 15.11; Mateo 11.28
Dios convĆdate, oh pródigo,
«”Ven, oh ven a mĆ!Ā»
Hoy su voz escucha,
llega ahora a ti.
No rechaces su oferta
de amor y salvación,
y recibirÔs su perdón.
c
Ā”Ven, oh ven a mĆ!
”Cansado pródigo, ven!
Hoy te brindo a ti
la vida y todo bien.
Ven, tu mĆsero estado
te impele a regresar.
”CuÔnto has padecido
lejos de tu hogar!
Hambre, sed y cansancio
han sido tu porción;
”oh cuÔn triste es tu corazón!
”CuÔnto gozo te espera,
si ahora al Padre vas!
Una fiesta eterna
en su amor tendrƔs;
con anillo, zapatos,
vestido principal,
gozarƔs de paz celestial.
350
Juan 6.37,47
El Salvador Jesús por mà murió,
de la condenación Ćl me libró.
La vida eterna dƔdiva es de Dios
por Cristo el Salvador.
c
«En verdad, en verdad», Cristo dice a ti,
Ā«En verdad, en verdad, el que cree en mĆ
la vida eterna tieneĀ», y es asĆ
por Cristo el Salvador.
Toda mi iniquidad Jesús llevó,
toda mi deuda el Salvador pagó,
y asĆ la vida eterna Dios me dio
por Cristo el Salvador.
Indigno soy, mas nunca dudarƩ.
Ćl no echa fuera a aquel que va con fe.
Dios me ofreció la vida y la acepté
por Cristo el Salvador.
351
Juan 1.39,43, 11.43
Es la voz de Cristo urgente;
llama a nuestro corazón
dĆa y noche tan paciente.
Suave dice: Ā«Ven a mĆĀ».
Los apóstoles oyeron
su llamada: «A mà venid»,
y obedientes le siguieron,
encantados por su amor.
A la tumba do dormido
LƔzaro el amado estƔ,
«Ven tú fuera», llama Cristo,
y llamando vida da.
«Ven cargado y trabajado»,
suena de JesĆŗs la voz.
«Yo a todos doy descanso,
los que en mĆ confĆan hoyĀ».
Ven, no amando mƔs al mundo
con su brillo tan falaz.
Paz, perdón y gozo sumo:
todo en Cristo encontrarƔs.
352
Apocalipsis 3.20; Job 33.14
”He aquà que a la puerta estoy!
Quiero en tu corazón morar;
mi voz escucha, pecador.
¿Podré Yo entrar? ¿Podré Yo entrar?
c
He aquĆ que a la puerta estoy,
he esperado mucho ya.
Oh, alma llena de pesar:
¿Podré Yo entrar?
¿Podré Yo entrar?
Por ti la espina cruel sufrĆ,
llevƩ la cruz sin vacilar.
Para salvarte Yo morĆ;
¿podré Yo entrar? ¿podré Yo entrar?
Te traigo gozo, luz, perdón;
te traigo paz y bienestar
en tu abatido corazón.
¿Podré Yo entrar? ¿Podré Yo entrar?
353
Efesios 2.5,8; Filipenses 4.3; Tito 2.11,12
La gracia de mi Dios,
el tema encantador;
el cielo dio la dulce voz
al mundo pecador.
c
Por gracia salvo soy,
mi base ved aquĆ:
por todos Cristo muerto ha,
y muerto ha por mĆ.
La gracia me llamó,
me trajo salvación,
y gracia fue que alcanzó
de todo mal, perdón.
Mi nombre escrito estĆ”
por gracia divinal,
en libro del Cordero allĆ”
de vida eternal.
La gracia enseñó
mis pies a caminar
en justas sendas de mi Dios,
al celestial hogar.
354
Juan 8.12, 12.35; 1 Juan 2.8; Salmo 36.9
Luz en la oscuridad que quita el temor,
verdad es que al brillar disipa el error.
”Oh! Dime dónde las podré yo encontrar,
para que no siga mƔs en triste dudar.
c
En Cristo sólo tú puedes hallar
la luz, verdad y paz y bienes sin par.
En la Palabra Santa Ćl lo dice asĆ:
Cristo es la luz del mundo,
luz para mĆ.
Paz y seguridad en la tempestad,
voz que nos trae siempre tranquilidad,
es lo que cada dĆa anhelo yo tener,
cosas que jamƔs el mundo puede ofrecer.
Venid, pues, todos a la sola verdad;
al manantial de paz, de vida, y tomad.
¿Por qué andÔis en el engaño del error,
sin la luz que nos entrega Dios en su amor?
355
Hechos 10.36; Efesios 2.17; Filipenses 4.7
Me vino un mensaje veraz,
mensaje de gracia y poder,
que trajo a mi alma la paz,
la paz que quise obtener.
c
Ā”Paz, paz! sĆ, paz;
don que recibo de Dios.
”Qué maravilla es la paz!
La paz, el don de Dios.
Se hizo la paz en la cruz
por sangre que allà derramó.
Pagó todo el precio Jesús,
y paz en mi alma me dio.
Y cuando a Jesús acepté,
mi alma de paz se llenó.
En Cristo la dicha encontrƩ;
la paz divina me dio.
En Cristo encuentro la paz;
yo cerca de Ćl quiero estar
y siempre su faz contemplar,
la paz divina gozar.
356
Lucas 19.10; Juan 15.26
Perdido anduve sin pensar
en mi terrible condición;
mas Cristo me logró salvar,
no temo ya la perdición.
c
Es por JesĆŗs que salvo soy;
sĆ, por su cruz al cielo voy.
En su presencia tengo comunión;
Ćl satisface el corazón.
Mas no tan sólo me salvó
JesĆŗs en su infinito amor;
su Santo EspĆritu me dio
para instruirme en su favor.
Y pronto el dĆa llegarĆ”
cuando Ćl del cielo bajarĆ”.
Entonces en la eternidad
le adorarƩ por su bondad.
357
Salmo 45.7; Marcos 16.1; Apocalipsis 1.13
Ropaje esplƩndido, divinal,
es el de mi SeƱor;
su mirra cƩlica sin igual
mi corazón llenó.
c
Glorias magnĆficas Ćl dejó
para buscarme a mĆ.
Sólo su incomparable amor
le hizo venir aquĆ.
Su vida tuvo su amargor,
los Ɣloes se ven;
llevó la cruz con su cruel dolor,
espinas en su sien.
TambiƩn la casia balsƔmica
en su vestido estĆ”;
me quita todas mis lƔgrimas,
profunda paz me da.
Con ropa hermosa vendrĆ” otra vez,
y todos le verƔn;
postrƔndose ante sus santos pies,
los suyos le adorarƔn.
358
Mateo 5.16; Salmo 43.3
Una voz del cielo se oye resonar:
«Dad la luz, dad la luz;
muchas almas viven en la oscuridad,
dadles luz, dadles luzĀ».
c
Dadles luz, la santa y pura luz
de JesĆŗs el Salvador.
Dadles luz, la santa y pura luz
enviad con fiel amor.
Escuchad la voz que dice sin cesar:
«Dad la luz, dad la luz».
La misión cumplamos que el Señor nos da;
demos luz, demos luz.
Haz, SeƱor, que siempre, siempre por doquier
demos luz, demos luz;
que este mundo nuestra vida pueda ver
dando luz, dando luz.
Cual antorchas vivas vamos con fervor,
dando luz, dando luz;
que saquemos almas fuera de su error
a la luz, a la luz.
359
Romanos 7.9,24,25; Juan 5.40, 10.10
Ven a JesĆŗs, JesĆŗs te llama.
Ven a JesĆŗs, te quiere salvar.
JesĆŗs te llama con tanta instancia;
ven a JesĆŗs, te quiere salvar.
c
Ven a JesĆŗs, te imploro ahora;
la salvación te ofrece aquĆ.
Ven a JesĆŗs, tus culpas Ćl borra.
Ven a JesĆŗs, ven a JesĆŗs.
La justa ley condena tu vida;
te encuentras mal delante de Dios.
Condenación, tan bien merecida,
llegarĆ” pronto a ti, pecador.
Muy pronto Dios la cuenta te pide,
pasan las horas con rapidez.
Ven a Jesús, ¿por qué no decides?
PerdonarÔ tus culpas, ”oh ven!
Ven a JesĆŗs, porque Ćl te espera,
queriendo darte vida eternal.
”Oh! no rechaces su buena oferta;
te limpiarĆ” de todo tu mal.
360
Juan 7.37; Mateo 11.28; Salmo 51.17
Ā«Venid a mĆĀ», el Salvador dice
a los que tienen sed.
«Venid y de la célica fuente
de salvación bebed».
c
Su voz os llama del cielo,
¿queréis a Cristo ir?
Su salvación, cual libre don,
podrƩis hoy recibir.
Ā«Venid a mĆ; si andĆ”is en trabajos,
tendrĆ©is descanso asĆ.
Llevad mi yugo sobre vosotros
y aprended de mĆĀ».
Jesús al corazón quebrantado
jamƔs rechazarƔ;
Mas Ā”ay de quien no quiera oĆrle
y en el pecado estĆ”!
Colmaros quiere de bendiciones
el tierno Salvador.
JamƔs oigƔis con indiferencia
su dulce voz de amor.
361
Hebreos 6.1, 4.9; Juan 16.33
”Adelante vamos, hijos de la luz!
si al Señor amamos quien murió en la cruz.
Siempre para arriba nuestra senda va;
recompensa rica nos espera allĆ”.
c
Celestial reposo, de JesĆŗs el don,
es el fin glorioso de la salvación.
”Adelante vamos! Pronto han de llegar
todos los salvados a su eterno hogar
En el mundo, hermanos, no hay tranquilidad;
a JesĆŗs sigamos y tendremos paz.
”Adelante vamos! todos en unión;
a la cruz tengamos como pabellón.
Es JesĆŗs el centro de su pueblo aquĆ,
y en el cielo adentro para siempre asĆ.
362
Salmo 107.10, 23.4; IsaĆas 9.2; 1 Tesalonicenses 4.17
Al cruzar el valle no habrƔ ya mƔs sombras,
cuando nuestra vida aquĆ terminarĆ”;
al oir celestes voces que nos llaman,
remontando nuestro vuelo al hogar.
c
”Sombras! No habrÔ mÔs sombras
cuando al fin la carga quede atrƔs.
”Sombras! No habrÔ mÔs sombras
cuando al fin corona nos darĆ”.
Al dejarnos los amados no habrĆ” sombras,
si confiaron en la sangre de JesĆŗs;
pues sabemos que muy pronto los veremos
en el gozo de la gloria en plena luz.
Al reunirnos en el aire no habrĆ” sombras,
cuando se oiga la trompeta del SeƱor;
con JesĆŗs en grande majestad y gloria
entraremos en el gozo de su amor.
363
Juan 15.13; Filipenses 2.7; Lucas 22.44; Marcos 15.34; 1 Pedro 13.1
Amigo tengo cuyo amor
excede todo mi pensar;
mƔs alto que el brillante sol,
mƔs hondo que el inmenso mar.
Tan bueno es Ćl, tan fuerte y fiel,
pues con eterna caridad
amome. ”Al Señor load!
Ćl era coigual con Dios,
el centro de la adoración;
pero, en su incomparable amor,
al miserable pecador
para buscar, y rescatar,
dejando su celeste hogar,
buscome. ”Al Señor load!
Fue solo Ćl en su senda aquĆ,
sin simpatĆa alrededor;
y sólo el Padre en gloria allĆ
del Hijo supo el amargor.
Mas no cedió, ni vaciló;
y estando yo sumido en mal,
hallome. ”Al Señor load!
Llegó el terrible dĆa al fin,
en que, con triste corazón,
en medio de amenazas mil,
desamparado ya de Dios,
el Salvador por mà murió;
y asĆ, sufriendo en mi lugar,
salvome. ”Al Señor load!
Ahora, mientras vivo acĆ”,
al Salvador las gracias doy,
y espero pronto ver su faz
en ese hogar adonde voy.
Ā”Con Ćl estar, en luz sin par!
”Oh, cuÔnto gozo me serÔ!
Le alabo. ”Al Señor load!
364
Hechos 4.13; Juan 8.12; Salmo 23.2
Con JesĆŗs a cualquier parte irĆa yo,
porque de la perdición Ćl me salvó.
Cada dĆa junto a Ćl caminarĆ©,
y a la muerte misma ya no temerƩ.
c
Con Jesús, por doquier sin temor iré;
si el SeƱor me guĆa nada temerĆ©.
En cualquiera parte con mi buen Pastor,
hallo pastos delicados en su amor,
y las aguas puras que tan dulces son;
”oh qué gozo siento en mi corazón!
En mi vida toda me socorrerĆ”,
y si me extraviare, me restaurarĆ”.
Todo gozo y paz me vienen por JesĆŗs,
rebosando estĆ” mi copa de amor.
Hasta el fin del mundo con Jesús iré,
un amigo inseparable en Ćl tendrĆ©;
y a la casa celestial me guiarĆ”,
todas mis necesidades suplirĆ”.
365
1 Tesalonicenses 5.23; IsaĆas 57.15, 66.2
Consagrarme todo entero,
alma, vida y corazón,
es el Ćntimo deseo
que hoy me anima, buen SeƱor.
c
Heme aquĆ, SeƱor,
a tus plantas hoy,
pues a Ti consagrar quiero
todo lo que soy.
Al contrito has prometido
que de Ti no arrojarƔs;
hoy propicio eres conmigo
y tu EspĆritu me das.
Confesando mis pecados,
que sin nĆŗmero han de ser,
y arrojando todo a un lado,
a servirte aprenderƩ.
Mi canción constante sea,
y mi sola inspiración,
proclamar la dicha eterna
del que vive para Dios.
”Oh! qué gozo llena mi alma
al pensar que suyo soy,
y que pronto en las moradas
estarƩ de mi SeƱor.
366
Marcos 1.32; Lucas 4.18; 1 Juan 2.16; Juan 21.17
De noche, al descender el sol,
los afligidos, oh SeƱor,
te rodearon en dolor
y Tú les diste curación.
TambiƩn nosotros por la fe
nos acercamos, Cristo, a Ti;
aunque tu rostro no se ve,
sabemos que TĆŗ estĆ”s aquĆ.
Algunos tristes hay aquĆ,
en cuya vida hay amargor.
No amĆ”ronte, o si es que sĆ,
perdieron su primer amor.
Del mundo ven la vanidad
algunos que sus siervos son;
tristeza su amistad les da
y en Ti no tienen salvación.
Del todo nadie sano estĆ”,
hay mal en todo corazón;
y los que te aman bien aun mƔs
de su maldad conscientes son.
Tu mano tiene aĆŗn poder,
y te rogamos con fervor
(pues nuestro estado puedes ver)
que TĆŗ nos sanes en tu amor.
367
Salmo 91; Deuteronomio 33.27; 1 Corintios 15.19
Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos,
nuestra esperanza en aƱos venideros,
nuestro refugio en hórrida tormenta,
y nuestro eterno hogar.
Bajo la sombra de tu excelso trono
en dulce paz tus santos residieron.
Tu brazo sólo a defendernos basta,
y nuestro amparo es fiel.
En nuestra vida toda y en la muerte
en tu promesa nuestra fe ponemos,
y los salvados cantarƔn gozosos
por nuestro apoyo en Ti.
Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos,
nuestra esperanza en aƱos venideros,
nuestra defensa sé Tú en esta vida,
y nuestro eterno hogar.
368
IsaĆas 42.16; Filipenses 2.13; Romanos 8.28
Dios obra por senderos misteriosos
las maravillas que el mortal contempla.
Sus plantas se deslizan por los mares,
y atraviesa el espacio en la tormenta.
En el abismo de insondables minas,
con infalible y eternal destreza,
Ćl atesora todos sus designios
y su soberana voluntad despliega.
Nuevo valor cobrad, medrosos santos;
esas oscuras nubes que os aterran
derramarÔn, de compasión profusas,
bendiciones sin fin al alma vuestra.
No juzguƩis al SeƱor por los sentidos;
confiad en su gracia que es inmensa.
Pues tras de su indignado rostro esconde
plÔcida faz que el corazón serena.
Ciega incredulidad yerra el camino,
y su obra en vano adivinar intenta.
Dios es su propio intƩrprete, y al cabo
todo lo ha de explicar al que en Ćl crea.
369
Hebreos 13.21; Romanos 12.2
Dispón por mĆ, SeƱor,
la vĆa y seguirĆ©;
guiado por tu amor,
nunca resbalarƩ.
Por buen camino o mal,
si me conduce a Ti,
la roca o cenagal:
igual es todo a mĆ.
Mi copa Tú podrÔs
de gozo o pena henchir;
placer me infundirĆ”
tu voluntad cumplir.
No quiero yo elegir;
elige TĆŗ por mĆ
la senda en que debo ir
en mi carrera aquĆ.
Tu reino he de buscar
con todo mi poder;
contigo debo andar
para ir tu rostro a ver.
370
Juan 14.3; Apocalipsis 22.7,12,20
Grata noticia: viene JesĆŗs
por los salvados mediante su cruz,
para llevarlos al trono de luz.
SĆ, pronto vuelve el SeƱor.
c
Cristo JesĆŗs de los cielos vendrĆ”;
pronto en su gloria vendrĆ”.
Para el creyente ”qué gozo serÔ
ver al amado SeƱor!
Con alegrĆa y aclamación,
voz del arcƔngel, trompeta de Dios,
viene Jesús con cabal salvación.
SĆ, pronto vuelve el SeƱor.
Los que han dormido despertarƔn,
y con los vivos se reunirƔn;
todos unidos con Cristo estarƔn
cuando viniere el SeƱor.
”Firmes! hermanos fieles velad,
siempre por Cristo constantes obrad
y su venida hasta el fin esperad.
SĆ, pronto vuelve el SeƱor.
371
Oseas 11.4; Filipenses 1.6; Judas 24
HallƩ un amigo sin igual,
amome eternamente;
de amor la cuerda celestial
me atrajo dulcemente.
Vencida mi alma, se la doy
en liga permanente;
pues mĆo es Ćl, y suyo soy,
ahora y para siempre.
c
SĆ, mĆo es Ćl y suyo soy
ahora y para siempre.
Contento estoy, al cielo voy;
soy suyo para siempre.
HallƩ un amigo sin igual,
murió por mà y salvome;
y todo don espiritual
Ćl en sĆ mismo diome.
Y ya no tengo posesión,
me entrego enteramente
—mi vida, fuerza y corazón—
a Cristo para siempre.
HallƩ un amigo sin igual,
pues suya es la potencia
de guiarme en senda terrenal
de aquĆ hasta su presencia.
La gloria brilla mƔs allƔ
de aquel hogar paterno;
me anima a vigilar y obrar
hasta el reposo eterno.
HallƩ un amigo sin igual,
tan fiel y bondadoso;
mi defensor de todo mal,
mi guĆa poderoso.
Y del autor de salvación
¿quién separarme puede?
Ninguna fuerza ni aflicción;
soy suyo para siempre.
372
Apocalipsis 21.23,27
He oĆdo contar de un paĆs celestial
— en la Biblia la historia estĆ” —
do no hay tempestad ni ninguna oscuridad,
y nada se envejecerĆ”.
c
”Qué morada de luz, do nos lleva Jesús!
Ni pecado, ni muerte habrĆ”.
”Qué glorias estÔn en aquella ciudad!
Y el sol no se pone jamƔs.
Siempre verdes estƔn los follajes allƔ,
y cual oro es su fruto vernal.
De las arpas el son nos serÔ consolación,
y nada se envejecerĆ”.
En la casa de Dios siempre suena la voz
de alegrĆa y reposo eternal.
Gozaremos de paz y abundante solaz,
y nada se envejecerĆ”.
373
EclesiastƩs 12.6; Salmo 17.15; 2 Corintios 5.1
La dƩbil cuerda cederƔ,
y no podrƩ cual hoy cantar;
mas en palacio de mi Rey,
Ā”quĆ© gozo mĆo al despertar!
c
Y cara a cara le verƩ,
y el nuevo canto entonarƩ
de gracias al Señor Jesús
por su obra consumada en cruz.
Mi casa terrenal caerĆ”;
el cuƔndo no podrƩ decir;
mas sƩ que Cristo tiene ya
morada eterna para mĆ.
El Ɣureo sol, al descender
un dĆa para mi solaz,
a mĆ dirĆ” mi Salvador:
«Bien hecho; entra tú en mi paz».
Ahora espero su llamar,
y hasta entonces velarƩ.
La puerta luego Ćl abrirĆ”,
y a Ćl mi vuelo emprenderĆ©.
374
Juan 14.26, 15.26, 16.7; 2 Corintios 3.18
Nuestro adorable Redentor,
los suyos al dejar,
nos prometió un Consolador
aquĆ a morar.
Llegó su gracia a difundir
en cada corazón
su EspĆritu ayudador,
tan grande don.
Y si tenemos la virtud,
la vida y santidad,
debĆ©moslo al EspĆritu:
”a Dios load!
Oigamos hoy su dulce voz,
cual silbo celestial;
pues, es su oficio al Salvador
glorificar.
Cuando al EspĆritu de amor
le damos su lugar,
Ćl ya, de gloria en gloria, nos
transformarĆ”.
”Oh! alabad al Padre Dios,
al Hijo que murió,
y EspĆritu Consolador:
al trino Dios.
375
Juan 4.35; IsaĆas 40.31; Salmo 126.6
Obreros en la mies de Cristo,
el campo blanco estĆ”;
y para la cosecha listos,
tomad aliento ya.
c
Aquellos que esperan al SeƱor
nuevas fuerzas tendrƔn.
Se levantarƔn con alas,
con alas cual las Ɣguilas.
CorrerƔn y no se cansarƔn,
sin fatiga han de andar.
CorrerƔn y no se cansarƔn,
sin fatiga han de andar.
CorrerƔn y no se cansarƔn,
sin fatiga han de andar.
Orando siempre y trabajando,
y con creciente ardor,
seguid sembrando y esperando;
no es en vano en el SeƱor.
Los que con lƔgrimas sembraron,
con gozo segarƔn;
semilla de valor llevaron,
sus frutos traerƔn.
376
GƔlatas 6.9; Mateo 11.29
Oh, alma triste, hay un hogar
sin cosa que te cansarĆ”;
hogar que nunca cambia mƔs,
¿quién no quisiera entrar allÔ?
c
ConfĆa en JesĆŗs de corazón,
acepta a sus manos el perdón.
ConfĆa en Ćl,
y al fin tendrÔs tu galardón.
Cargado y fatigado tĆŗ,
alcanzarƔs el dulce hogar.
Las pruebas que permite Dios
lo harƔ mƔs grato allƔ llegar.
ĀæCaminas donde espinas hay?
Corona de Ć©stas Ćl llevó.
Si tienes triste el corazón,
tambiĆ©n dolor a Ćl tocó.
Entonces sigue hasta el fin,
que pronto vas a descansar.
Pues a los suyos guarda Dios;
espera en Ćl sin murmurar.
377
1 Juan 5.14; Cantares 2.3
”Oh, cuÔn gratas son las horas
cuando yo me acerco a Ti!
Desde el cielo do TĆŗ moras,
Padre, escĆŗchame a mĆ.
Aun a mĆ, el mĆ”s indigno
de tu celestial redil,
ilumĆname, benigno,
y hazme siervo tuyo fiel.
Yo me gozo en tus bondades,
y quisiera comprender
tus secretos y verdades
y en tu inmenso amor crecer.
Al entrar en la presencia
del Divino Redentor,
gozarƩ de la herencia
que me es dada por su amor.
Y al final en tus mansiones
sin cesar te mirarƩ;
y del cielo de esplendores
nunca mƔs me apartarƩ.
378
Hebreos 12.2; 1 Juan 1.7
Oh peregrinos que al cielo vais,
siempre mirad a Cristo.
Id adelante, mas no temƔis,
siempre mirad a Cristo.
c
Siempre mirad a Cristo,
siempre mirad a Cristo.
Con JesĆŗs andad en la luz;
siempre mirad a Cristo.
En toda vuestra necesidad,
siempre mirad a Cristo;
de sus riquezas Ćl os darĆ”,
siempre mirad a Cristo.
Y cuando llega la tentación,
siempre mirad a Cristo,
tendréis abrigo en su corazón,
siempre mirad a Cristo.
Su gracia abunda y os sostendrĆ”,
siempre mirad a Cristo,
y al fin en gloria os recibirĆ”,
siempre mirad a Cristo.
Allà su rostro contemplaréis,
siempre verƩis a Cristo,
con alegrĆa le servirĆ©is,
siempre estarƩis con Cristo.
379
Mateo 11.28; Hebreos 4.11; IsaĆas 66.12
”Qué felicidad, con Jesús estar
en los brazos del Señor Jesús!
No se temerĆ” del furioso mar,
en los brazos del Señor Jesús.
c
Descansando en los brazos
del Señor Jesús,
descansando en los brazos
del Señor Jesús.
A Dios gracias doy que seguro estoy,
en los brazos del Señor Jesús.
Redimido soy, y a la gloria voy
en los brazos del Señor Jesús.
”Oh, qué libertad, qué tranquilidad,
en los brazos del Señor Jesús!
Mi alma alegre estĆ” por su gran bondad
en los brazos del Señor Jesús.
380
Marcos 14.37; Apocalipsis 3.10; 2 Corintios 4.17
Una hora sola de velar con Cristo,
eternos aƱos de reposo y paz.
Una hora sola de afrontar peligros,
eternos aƱos de mirar su faz.
c
Tengamos, pues, valor
hasta el maƱana,
brillante sea nuestra luz aquĆ.
El Salvador con suave voz nos llama:
Ā«Velad, velad una hora mĆ”s por mĆĀ».
Una hora sola de sufrir por Cristo,
eternos aƱos en su calma y luz.
Una hora sola de sufrir perjuicios,
eternos aƱos, gloria en vez de cruz.
Una hora sola en prueba y tentaciones,
eternos aƱos de felicidad.
Una hora sola aquĆ de vejaciones,
eternos aƱos de su amor sin par.
381
Salmo 91; Salmo 4.8
Ā”Ya por nos el dĆa su luz apagó!
Otra vez la noche su crespón tendió.
Vemos las estrellas prontas a brillar;
aves, bestias, flores vanse a acostar.
SeƱor Jesucristo, haznos descansar
por Ti cobijados hasta el despertar.
SueƱen los niƱitos con su Salvador;
de los marineros seas el protector.
Sana a los enfermos, fuerte Salvador.
Los que mal designan,
hazles ver su error.
Mientras que durmamos,
haz que en derredor
Ɣngeles nos guarden, siervos del SeƱor.
Cuando el nuevo dĆa llama a trabajar,
que en tu compaƱĆa logre yo andar.
382
Salmos 42 y 43
Al monte de tu santidad,
oh Dios, con alegrĆa irĆ©;
dame tu luz y tu verdad
y hasta tu altar me allegarƩ.
Pues mi alegrĆa, mi gozo es Dios,
Dios mĆo, y yo te alabarĆ©.
Con arpa se ha de oir mi voz;
de corazón te adoraré.
¿Por qué te abates, mi alma en m�
No te conturbes, mi alma, ya;
espera a Dios, quien llama a sĆ
al hombre que abatido estĆ”.
Con certidumbre de la fe
y verdadero corazón,
al trono santo llegarƩ
para entonarte mi canción.
Al Dios de amor y santidad
con gozo siempre alabarƩ,
por siglos de la eternidad
y faz a faz te adorarƩ.
383
Filemón 15,5; 2 Corintios 5.14; 1 Corintios 13.12
Al Señor Jesús loemos
porque tanto le debemos.
Lo que somos y tenemos
sólo es nuestro en Ćl.
Es JesĆŗs su nombre amado;
a su pueblo Ćl ha salvado.
Es el triunfo asegurado
por su gran poder.
”Oh, confiad en este amigo!
Nos liberta del peligro;
nos es hoy un fuerte abrigo
y hasta el fin serĆ”.
Cumplirase nuestro anhelo
en el dĆa en que sin velo
le veremos en el cielo,
al Señor Jesús.
384
Cantares 1.3; Hechos 5.41
”CuÔn dulce el nombre de Jesús
es para el hombre fiel!
Consuelo, paz, vigor y luz
halla el creyente en Ćl.
Al alma herida fuerza da,
y calma el corazón;
al alma hambrienta es cual manĆ”,
y alivia su aflicción.
Tan dulce nombre es para mĆ,
de dones plenitud;
raudal que nunca exhausto vi
de gracia y de virtud.
Jesús, mi amigo y mi sostén,
mi Rey y Salvador;
mi vida y luz, mi eterno bien,
acepta mi loor.
385
2 Corintios 5.14; Efesios 5.2; Romanos 11.33; JeremĆas 31.3
”Oh, profundo amor de Cristo,
vasto, inmerecido don!
Cual ocƩano infinito,
ya me inunda el corazón.
Me rodea, me sostiene
la corriente de su amor;
llƩvame continuamente
hacia el gozo del SeƱor.
”Oh profundo amor de Cristo!
Sus loores proclamad,
pues su amor nos satisfizo
y no cambiarƔ jamƔs.
”Cómo cuida a sus amados,
redimidos por su cruz!
Comunión con Ćl gozamos,
cuando andamos en la luz.
”Oh, profundo amor de Cristo,
Ćŗnico, supremo amor!
Cual un vasto mar bendito,
cual hogar al viador.
”Oh, profundo amor de Cristo!
Pura gloria es para mĆ,
que me eleva, salvo y listo,
hacia el cielo, hacia Ti.
386
2 Corintios 13.14; Efesios 4.3,5,6
Al Padre, Hijo Redentor,
y EspĆritu Consolador;
al trino Dios en unidad
loor eterno tributad.
387
1 Corintios 9.7; Salmo 24.8; 2 Corintios 10.4; EclesiastƩs 9.11
”A la batalla y a la victoria
vamos con Dios nuestro Rey!
quien con su brazo fuerte, robusto,
siempre defiende su grey.
Pues, sin temor avancemos
entusiasmados por fe,
mientras alegres cantemos:
Gloria a Dios, nuestro Rey.
c
Ni es la guerra de los ligeros,
ni de los fuertes la paz;
mas de los fieles en Cristo
es el eterno solaz.
”A la batalla y a la victoria!
¿Quién serÔ este buen Rey?
¿Quiénes las tropas,
los que le siguen
en esta lucha de fe?
Es JehovĆ” el valiente,
de los seƱores SeƱor,
acompaƱado por todos
los que aprecian su amor.
”A la batalla y a la victoria!
Bajo tan buen general,
derrotaremos ya en seguida
todas las fuerzas del mal.
Reinos y tronos del mundo,
todos al fin pasarƔn;
mas los amados de Cristo
vida eternal gozarƔn.
388
1 Corintios 15.51; Proverbios 11.30
Adelante vamos, cristiana juventud;
llevemos el mensaje a la impĆa multitud;
obreros en la viƱa de nuestro buen SeƱor,
buscando a las almas con un ferviente amor.
c
Jóvenes cristianos, luchemos, sĆ, por Ćl.
Ćl es nuestro guĆa y siempre serĆ” fiel.
A todos prediquemos la historia de su amor,
sirviendo asĆ a Cristo, el bendito Salvador.
El que busca almas es sabio, dice Dios.
Prestemos, pues, oĆdo a la divina voz;
sembremos su palabra bendita por doquier,
trayendo asĆ a Cristo a algĆŗn perdido ser.
Seamos siempre fieles a nuestro Salvador;
llevemos otras almas a conocer su amor.
Y cuando allĆ” en la gloria con Ćl hemos de estar,
nuestras buenas obras Ćl ha de coronar.
389
Juan 10.9; Lucas 13.25; Mateo 16.26
Al cerrar la puerta, tarde ya serĆ”.
Entra sin tardar, mientras hay lugar.
¿Por qué en tal peligro has de continuar?
Entra, oh pecador, sin tardar.
c
”Oh, entra por la puerta hoy!
”Hoy mismo entra, oh pecador!
Entra por la puerta, o el SeƱor dirƔ:
«Es tarde ya, es tarde ya».
Al cerrar la puerta, ¿qué esperanza habrÔ?
Entra sin tardar, mientras hay lugar;
vano a Dios entonces orar serĆ”.
Entra, oh pecador, sin tardar.
Al cerrar la puerta, Dios no llama mƔs.
Entra sin tardar, mientras hay lugar;
hoy acude a Cristo, sin demorar.
Entra, oh pecador, sin tardar.
Al cerrar la puerta, ¿cómo te hallarÔs?
Entra sin tardar, mientras hay lugar;
sin la salvación tú te perderÔs.
Entra, oh pecador, sin tardar.
390
Salmo 47.9; Ćxodo 3.6,14; Efesios 1.6; Hebreos 11.8,40; Hechos 7.2
Al Dios de Abraham load,
de todo Creador.
SeƱor es de la eternidad
y Dios de amor.
JehovĆ” el gran Yo Soy,
en cielo y tierra es Rey.
Reconocedle, y con fervor
que le adorƩis.
Al Dios del cielo dad
gracias por su favor.
Vuestra alabanza tributad
al Salvador.
Nos llama a abandonar
la gloria terrenal,
y nuestro todo en Ćl hallar
siempre jamƔs.
Al Dios de Abraham load,
pues su palabra es fiel;
su pacto asegurado estĆ”
por Emanuel.
En el Hijo acepta estĆ”
la Iglesia de su amor;
por ella siempre subirĆ”
a Dios loor.
Al Dios de gloria y luz
venid hoy y adorad
por la obra del Señor Jesús
y su bondad.
Cantemos aun aquĆ
del cielo la canción,
rindiendo culto al Padre allĆ
de corazón.
391
IsaĆas 40.11, 53.3; Hebreos 13.15; Apocalipsis 5.13; 1 Corintios 15.55
Alabanzas demos al Redentor nuestro;
santos todos, proclamad su loor.
Oh cantadle, Ɣngeles todos en gloria,
a su nombre dad celestial honor.
Cual Pastor, JesĆŗs cuidarĆ” a su pueblo,
todo el dĆa nos llevarĆ” en su amor.
Santos que morƔis
en su augusta presencia,
alabadle con voz y corazón.
Alabanzas demos al Redentor nuestro;
nuestras culpas Ćl por su sangre expió.
Su pasión es nuestra eternal esperanza,
adoradle a Cristo que en cruz murió.
El SeƱor, sufriendo dolor y angustia,
con espinas se dejó coronar;
por nosotros fue despreciado, humillado;
Rey de gloria, vedle triunfante ya.
Alabanzas demos al Redentor nuestro;
tierra y cielo, honores a Ćl traed.
Cristo salva y reina por siglos de siglos,
el Profeta, Gran Sacerdote y Rey.
Ya la tumba por siempre estĆ” vencida,
¿dónde, oh muerte, se halla tu aguijón?
Ā”Cristo vive! Nos ha traĆdo alegrĆa.
”Cristo vive! ”Glorioso Salvador!
392
Lucas 10.29, 19.10; Romanos 13.8,9
Ama a tus prójimos, piensa en sus almas,
diles la historia del tierno SeƱor.
Cuida del huƩrfano, hazte su amigo;
muestra la gracia de tu Salvador.
c
Busca al incrƩdulo, ve su peligro;
Dios le darÔ su divino perdón.
Aunque rechƔzanle, tiene paciencia,
y estÔ dispuesto a dar salvación.
Venlos los Ɣngeles desde la gloria,
de allà los miran con satisfacción.
Busca a tus prójimos; Dios es tu ayuda
y por su EspĆritu fuerza te da.
Simiente buena, pues, siembra en el tiempo,
y la cosecha eternal te serĆ”.
393
Salmo 73.24; Proverbios 4.18
Brilla ante mĆ la gloria,
no puedo aquĆ quedar;
por la neblina ahora
veo mi dulce hogar.
Si en este triste yermo
tengo aĆŗn que andar,
brilla ante mĆ la gloria,
pronto estarƩ yo allƔ.
No habrÔ allà mÔs tormentas,
lƔgrimas no se ven;
las aguas turbulentas
no nos harƔn temer.
Voy a la tierra santa,
ya mĆa por la fe;
brilla ante mĆ la gloria,
aquà no quedaré.
Dios es allĆ la gloria,
el Cordero es la luz;
las pruebas que hoy me azotan
me acercan a su cruz.
La voz de Cristo llama,
mi curso acaba ya;
brilla ante mĆ la gloria,
el premio me darĆ”.
Brilla ante mĆ la gloria,
todo estƔ bien, yo sƩ;
mi Padre me conforta,
su nombre alabarƩ.
Cristo en su amor me lleva,
su sangre me lavó;
do Cristo estĆ” es el cielo
de gloria, paz y amor.
394
Salmo 40.3; IsaĆas 6.7; 1 Pedro 2.24
Cansado y triste vine al Salvador;
mis culpas Ćl llevó, mis culpas Ćl llevó.
Mi eterna dicha hallƩ en su amor;
mis culpas Ćl llevó.
c
Mis culpas Ćl llevó,
mis culpas Ćl llevó;
alegre siempre cantarƩ.
Al SeƱor gozoso alabarƩ,
porque Ćl me salvó.
Borrados todos mis pecados son;
mis culpas Ćl llevó, mis culpas Ćl llevó.
A Ćl feliz elevo mi canción;
mis culpas Ćl llevó.
Ya vivo libre de condenación;
mis culpas Ćl llevó, mis culpas Ćl llevó.
Su dulce paz me llena el corazón;
mis culpas Ćl llevó.
Si vienes hoy a Cristo, pecador,
tus culpas borrarĆ”, tus culpas borrarĆ”.
Perdón tendrÔs si acudes al Señor;
tus culpas borrarĆ”.
c
Tus culpas borrarĆ”,
tus culpas borrarĆ”,
y limpiarÔ tu corazón.
Y dirÔs feliz en tu canción:
Ā«Mis culpas Ćl llevó».
395
Salmo 91.2; Colosenses 2.15
Castillo fuerte es nuestro Dios,
defensa y buen escudo;
con su poder nos librarĆ”
en este trance agudo.
Con furia y con afƔn
acósanos SatÔn;
por armas deja ver
astucia y gran poder;
cual Ćl no hay en la tierra.
Nuestro valor es nada aquĆ;
con Ʃl todo es perdido;
mas por nosotros pugnarĆ”
Āæde Dios el Escogido.
¿Sabéis quién es? Jesús,
el que venció en la cruz,
SeƱor de Sabaoth; *
y pues Ćl sólo es Dios,
Ćl triunfa en la batalla.
Aunque estƩn demonios mil
prontos a devorarnos,
no temeremos, porque Dios
siempre ha de prosperarnos.
Que muestre su vigor
SatƔn, y su furor
daƱarnos no podrƔ,
pues condenado es ya
por la Palabra Santa.
Sin destruirla dejarƔn,
aun con desagrado,
esta Palabra del SeƱor;
Ćl lucha a nuestro lado.
Que lleven con furor
los bienes, vida, honor,
los hijos, la mujer ...
todo ha de perecer;
de Dios el reino queda.
* Sabaoth = SeƱor de los EjƩrcitos
396
NehemĆas 8.10; Mateo 10.31
¿Cómo podré estar triste,
cómo entre sombras ir,
cómo sentirme solo,
y en el dolor vivir,
si Cristo es mi consuelo,
mi amigo siempre fiel,
si aun la aves tienen
seguro asilo en Ćl,
si aun las aves tienen
seguro asilo en Ćl?
c
Feliz, cantando alegre,
yo vivo siempre aquĆ.
Si Ćl cuida de las aves,
cuidarĆ” tambiĆ©n de mĆ.
«Nunca te desalientes»,
oigo al SeƱor decir;
y en su palabra fiado
hago al dolor huir.
A Cristo paso a paso
yo sigo sin cesar,
y todas su bondades
por siempre me ha de dar,
y todas sus bondades
por siempre me ha de dar.
Siempre que soy tentado,
o que en la prueba estoy,
mĆ”s cerca de Ćl camino
y protegido voy.
Si en mĆ la fe desmaya,
y caigo en la ansiedad,
Ā”tan sólo Ćl me levanta;
me da seguridad!
Ā”Tan sólo Ćl me levanta;
me da seguridad!
397
Hebreos 12.2; Juan 16.33
Corazón oprimido, buscando solaz,
”oh! mira al Señor y no llores mÔs.
La luz de su rostro te iluminarĆ”,
y, como en el cielo, no habrĆ” noche acĆ”.
Mirando a Jesús, yo no mÔs podré ver
los peligros y penas que me hacen temer.
Las lƔgrimas tristes no me obcecarƔn;
las dudas infieles se disiparƔn.
Mirando a Jesús, de su amor gozaré;
en el mundo habrĆ” penas,
en Ćl paz tendrĆ©.
La mar de mi vida podrĆ” alto rugir;
si miro al SeƱor, ya no la puedo oir.
Mirando a Jesús, sus palabras oiré:
«¿Por qué temes tú? ”Oh qué poca es tu fe!»
Y al fin en la gloria mi gozo serĆ”
su rostro divino por siempre admirar.
398
JosuƩ 1.5; Mateo 28.20
Cristo siempre estĆ” conmigo,
su promesa firme estĆ”,
pues ha dicho:
«Con vosotros siempre estoy».
El poder del enemigo
su palabra vencerĆ”,
pues ha dicho:
«Con vosotros siempre estoy».
c
«Siempre estoy, siempre estoy»,
pues ha dicho:
«Siempre estoy, siempre estoy»,
pues ha dicho:
«Con vosotros siempre estoy».
«Con vosotros siempre estoy».
En los dĆas anublados
siempre permanece fiel,
pues ha dicho:
«Con vosotros siempre estoy».
Y en el tiempo hermoso y claro
andarĆ© tambiĆ©n con Ćl,
pues ha dicho:
«Con vosotros siempre estoy».
Y al final irƩ a la gloria
donde mora el Salvador,
pues ha dicho:
«Con vosotros siempre estoy».
CantarƩ la dulce historia
del amor de mi SeƱor,
pues ha dicho:
«Con vosotros siempre estoy».
399
Juan 14.19; Lucas 24.36,50
Cristo vive y nos guiarĆ”,
aunque triste la vĆa.
Pronto el alba romperĆ”,
Ā”quĆ© feliz el dĆa!
Todo bien nos ha de dar;
Cristo vive y nos guiarĆ”.
Todo lo que aquà habló,
hoy tambiƩn nos habla.
Todo el pan que repartió,
hoy tambiƩn regala.
Todo bien nos ha de dar;
Cristo vive y nos guiarĆ”.
Cristo vive; mas su amor
le condujo a la muerte.
Pero de SatÔn triunfó;
es su nombre El Fuerte.
Ćl nos colma de bondad;
Cristo vive y nos guiarĆ”.
Cristo vive y nos guiarĆ”,
no nos desampara.
Con su Iglesia quedarĆ”
hasta al fin llevarla
para ver su hermosa faz
y gozar de eterna paz.
400
2 Corintios 5.17; Efesios 3.17; 1 Pedro 3.15
CuƔn glorioso es el cambio operado en mi ser,
viniendo a mi vida el SeƱor.
Hay en mi alma una paz que yo ansiaba tener,
la paz que me trajo su amor.
c
Ćl vino a mi corazón,
Ćl vino a mi corazón.
Soy feliz con la vida que Cristo me dio
cuando Ćl vino a mi corazón.
Ya no voy por la senda que el mal me trazó,
do sólo encontré confusión.
Mis errores pasados Jesús los borró
cuando Ćl vino a mi corazón.
Ni una sombra de duda oscurece su amor,
amor que me trajo el perdón.
La esperanza que aliento la debo al SeƱor,
porque Ćl vino a mi corazón.
401
Filipenses 3.7,8; 1 Juan 2.15 al 17
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
porque el mundo pasarĆ”;
mas su amor, amor bendito,
por los siglos durarĆ”.
c
”Oh, qué gran misericordia!
”Oh, de amor sublime don!
”Plenitud de vida eterna,
prenda viva del perdón!
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
paz y gozo en Ćl tendrĆ©;
y al mirar que va conmigo,
siempre alegre cantarƩ.
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
su sonrisa quiero ver;
como luz que en mi camino,
haga aquĆ resplandecer.
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
acogiƩndome a su cruz,
y despuƩs irƩ a mirarle
cara a cara en plena luz.
402
JosuƩ 22.5,6; Marcos 8.7 al 9
Despide ya tu grey
en paz y bendición,
y las palabras de tu ley
conserve el corazón.
Semilla y sembrador,
que seas TĆŗ a la vez;
con tu EspĆritu de amor
apaga nuestra sed.
EnsƩƱanos, SeƱor,
tu ley a meditar;
vivir unidos en amor,
y en Ćl por siempre andar.
403
Proverbios 17.17, 18.24; Hebreos 13.5
El amigo mƔs fiel es Cristo.
Cuando triste y agobiado estƔs,
siempre lleno de bondad,
quita toda oscuridad.
El amigo mƔs fiel es Cristo.
c
Es Cristo el mejor amigo,
es Cristo el mejor amigo;
pues Ćl no nos dejarĆ”,
siempre nos protegerĆ”.
Es JesĆŗs el mejor amigo.
”Oh, qué amigo yo tengo en Cristo!
A mi corazón su gozo da,
con su brazo de poder
miedo no podrƩ tener.
El amigo mƔs fiel es Cristo.
Cuando al fin en la gloria estemos,
con los santos que han partido ya,
cantaremos su loor
con mƔs gozo y mƔs fervor.
El amigo mƔs fiel es Cristo.
404
Apocalipsis 22.22 al 27; 2 Timoteo 2.12
El sol no se pondrĆ”
en la gloria allĆ”.
No habrƔ mƔs lƔgrimas
en la gloria allĆ”.
Y no habrƔ noche mƔs,
la luz no menguarĆ”;
gozo perfecto habrĆ”
en la gloria allĆ”.
Nadie se desviarĆ”
en la gloria allĆ”.
Ni nunca caerĆ”
en la gloria allĆ”.
La mar no existirĆ”,
ni negra tempestad.
La paz perdurarĆ”
en la gloria allĆ”.
En vida reinarƔn
en la gloria allĆ”
los que con Cristo van
en la gloria allĆ”.
No habrÔ mÔs maldición,
ni pena ni aflicción.
Eterna es la canción
en la gloria allĆ”.
405
Tito 2.11; Efesios 2.8
En gracia el santo Dios
formó el hermoso plan
de, por su soberano amor,
al hombre ruin salvar.
c
Por gracia salvados sois
por la fe, por la fe.
No de vosotros es asĆ;
no de vosotros es asĆ,
de obras no, de obras no.
De obras no, que nadie se glorĆe,
pues es el don de Dios.
De obras no, que nadie se glorĆe,
pues es el don de Dios,
pues es el don de Dios,
pues es el don de Dios,
pues es el don de Dios, el don de Dios.
De Dios la gracia ved,
mostrada en el SeƱor,
pues Ćl crucificado fue
en prueba de su amor.
A todo aquel que cree
en el Señor Jesús
es dada salvación por fe;
es hijo de la luz.
406
Salmo 119.105,103, 19.10
En tu palabra, oh Padre Dios,
”qué bella luz se ve!
Bendita, celestial porción,
gozada por la fe.
AquĆ del Redentor la voz
alegra el corazón;
la dulce voz del Buen Pastor
que trae salvación.
En su divina inspiración
aliento se nos da;
también allà satisfacción
el alma encontrarĆ”.
Y antorcha para iluminar
los pasos de tu grey;
y lƔmpara que nos darƔ
visiones del Gran Rey.
”CuÔn dulce es tu palabra fiel
para mi paladar!
MƔs que la refinada miel
que cae del panal.
Y mina de riqueza es
que no se agotarĆ”
hasta ese dĆa en que yo estĆ©
en gloria celestial.
407
EclesiastƩs 12.7; Santiago 1.6; 2 Timoteo 2.12
Es la Biblia para mĆ
santo y gran tesoro aquĆ;
pues contiene con verdad
la divina voluntad.
Me declara lo que soy,
de quiƩn vine y a quiƩn voy.
Reprende ella mi dudar
y me exhorta sin cesar.
Es cual faro de mi pie;
va guiando por la fe
a las fuentes del amor
del bendito Salvador.
Es la infalible voz
del EspĆritu de Dios,
que vigor al alma da
cuando en aflicción estÔ,
y me enseƱa a triunfar
de la muerte y del pecar.
Por su santa letra sƩ
que con Cristo reinarƩ;
yo que tan indigno soy,
por su luz al cielo voy.
Es la Biblia para mĆ
santo y gran tesoro aquĆ.
408
1 Timoteo 1.1; Romanos 5.15; Hechos 26.18
Gracia, perdón y paz consigue
el pecador
que a JesĆŗs, contrito, pide
su compasión y amor.
c
No podrĆ” el mundo entero
dar al alma paz.
Sólo podrÔ Jesús hacerlo;
Ćl te ofrece solaz.
Gracia sin lĆmite y gratuita
Cristo nos da;
y en la tentación y prueba
su brazo nos tendrĆ”.
Dulce perdón al alma inquieta
Cristo darĆ”,
si al Salvador con fe sincera
contrita acudirĆ”.
Paz halla el corazón turbado
en su SeƱor,
y las furiosas tempestades
no infunden ya temor.
409
Salmo 51.7; 1 Pedro 1.19; Tito 3.5; 1 Corintios 6.11
ĀæHas hallado en Cristo tu buen Salvador?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
ĀæPor la fe descansas en el Redentor?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
c
LƔvame, lƔvame,
en tu sangre, oh Cordero de Dios,
y con alma limpia me presentarƩ
en tu hogar tan glorioso de amor.
ĀæVives siempre al lado de tu Salvador?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
ĀæDel pecado eres siempre vencedor?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
Si perdón y paz deseas, pecador,
tu refugio es la sangre de JesĆŗs.
Si librarte quieres de eternal dolor,
”oh, acude a la sangre de Jesús!
410
Romanos 7.4; Juan 15.1; Joel 2.25
ĀæHe de ir sin ningĆŗn fruto
que presente a mi SeƱor?
”No le llevo ni un trofeo,
ni servicio de valor!
c
ĀæHe de ir sin ningĆŗn fruto,
he de ver a Cristo asĆ?
Con el tiempo mal gastado,
Āæhe de presentarme allĆ?
De la muerte no me asusto:
Cristo es ya mi Salvador.
Para Ćl nada yo he hecho;
esto, sĆ, me da dolor.
Darle todo yo quisiera
de los aƱos que perdĆ,
caminando en la ceguera,
pero a SatanƔs los di.
Pasa el dĆa y llega noche.
”Trabajad cuando haya luz!
Le verƔn, y sin reproche,
quienes sirvan a JesĆŗs.
411
Efesios 5.14; 1 Tesalonicenses 5.6
Iglesia de Cristo, reanima el amor,
y alegre en la noche espera al SeƱor.
JesĆŗs el Esposo, vestido de honor,
viniendo se anuncia con fuerte clamor.
c
LevƔntate, Iglesia,
sacude el sopor,
que viene en las nubes
tu Esposo y SeƱor.
Si algunos dormitan sin sentir dolor,
la fe sea en todos el despertador.
Velad, compaƱeros, velad sin temor,
que estĆ” con nosotros el Consolador.
El hombre en sus penas, infiel pecador,
se entrega en las manos del sueƱo traidor;
mas el que es amado del fiel Salvador,
velar esperando prefiere mejor.
La noche difunde su negro pavor,
mas pronto del alba saldrĆ” el resplandor.
En tanto esperamos el primer albor,
cantemos en coro con gracia y ardor.
412
Salmo 116.13; 1 Juan 5.4
JesĆŗs es mi Pastor, conmigo estĆ”;
nada con mi SeƱor me faltarƔ.
En Ćl confiarĆ© de todo corazón,
y por Ćl vencerĆ© la tentación.
Ćl es mi dulce luz, mi salvación;
en la sangrienta cruz logré perdón.
AllĆ por mĆ murió, por mĆ, vil pecador;
mis culpas Ćl pagó, Ā”gloria al SeƱor!
La fe que me dio Ćl me salvarĆ”;
en justo, santo y fiel me cambiarĆ”.
Su sangre me lavó, y su resurrección
la paz con Dios me dio, vida y perdón.
¿Con qué, con qué, Señor, te pagaré,
si tuyo es mi valor, tuya mi fe?
ĀæSi yo no soy capaz de obrar el bien por mĆ,
si soy sombra fugaz, nada sin Ti?
Dame, bendito Dios, por caridad,
que siempre vaya en pos de la verdad.
Tu bien quiero gozar, vivir contigo en paz,
tu santa majestad siempre adorar.
413
Lucas 9.26; Romanos 1.16; 1 Pedro 4.16
JesĆŗs, mi Salvador, ĀæserĆ” posible
que se avergüence algún mortal de Ti?
ĀæY que, olvidando tus sublimes hechos,
niegue lo que TĆŗ has sido para sĆ?
”Avergonzarme de Jesús! MÔs pronto
repudiarĆa el firmamento el sol;
antes se avergonzara la maƱana
del fresco, puro y nĆtido arrebol.
”Avergonzarme del querido Amigo,
mi apoyo, mi esperanza, mi sostƩn!
No, mi vergüenza es que, aunque le amo tanto,
no le amo siempre como al sumo bien.
Ā”Avergonzarme de JesĆŗs! SĆ, cuando
no tenga culpa alguna que lavar,
ni bienes que pedir, ni miedo oculto,
ni lƔgrimas, ni aun alma que salvar.
Hasta entonces, mi orgullo es confesarte;
para salvarme espero sólo en Ti,
y mi gloria serĆ” que Jesucristo
no se avergüence, no, jamĆ”s de mĆ.
414
2 Corintios 4.6; 1 Corintios 1.30, 7.31
La noche oscura fue sin Ti, SeƱor,
y lejos me encontrƩ sin Ti, SeƱor.
Al mundo yo seguĆ,
de su placer bebĆ,
mas paz no conocà sin Ti, Señor.
Resplandeció la luz por Ti, Señor,
y divisƩ la cruz por Ti, SeƱor.
Al ver tu muerte allĆ,
saber que fue por mĆ,
al Padre me volvà por Ti, Señor.
Del juicio libre estoy en Ti, SeƱor;
gozoso al cielo voy en Ti, SeƱor.
Tengo la redención
y justificación,
completa salvación en Ti, Señor.
Ya sólo esperaré de Ti, Señor;
mi todo buscarƩ de Ti, SeƱor.
El mundo pasarĆ”,
el hombre morirĆ”,
mas siempre el bien habrƔ de Ti, SeƱor.
Y Tú me llamarÔs a Ti, Señor;
tu Iglesia tomarƔs a Ti, SeƱor.
”Oh grata reunión!
”Eterna salvación!
”De gloria la canción a Ti, Señor!
415
Filipenses 3.12; 2 Corintios 3.18
MÔs de Jesús quiero aprender,
mƔs de su gracia conocer,
mÔs del amor con que me amó,
mÔs de la cruz en que murió.
c
MƔs quiero amarle,
mƔs quiero honrarle;
mÔs de su salvación gozar,
mƔs de su dulce amor gustar.
MÔs de Jesús quisiera hablar,
mÔs de su comunión gozar,
mƔs de sus dones recibir,
mƔs con los otros compartir.
c
MÔs, mÔs de Jesús;
mÔs, mÔs de Jesús;
mƔs de sus dones recibir,
mƔs con los otros compartir.
MÔs de Jesús anhelo ver,
mƔs de su hermoso parecer,
mƔs de la gloria de su faz,
mƔs de su luz, mƔs de su paz.
c
MÔs, mÔs de Jesús;
mÔs, mÔs de Jesús,
mƔs de la gloria de su faz,
mƔs de su luz, mƔs de su paz.
416
IsaĆas 1.6; Lucas 15.21; 1 Corintios 6.11; Juan 15.26, 16.7
Me hirió el pecado, fui a Jesús,
mostrele mi dolor.
Perdido, errante, vi su luz;
bendĆjome en su amor.
c
En la cruz, en la cruz,
do primero vi la luz
y las manchas de mi alma yo lavƩ:
fue allĆ por la fe do vi a JesĆŗs,
y siempre feliz con Ćl serĆ©.
En una cruz, mi Salvador
su sangre derramó
por este pobre pecador,
a quien asà salvó.
Venció la muerte: ”qué placer!
y el Padre lo exaltó.
Espero sólo en su poder;
morir no temo yo.
Aunque Ćl se fue, conmigo estĆ”
el gran Consolador;
por Ćl entrada tengo ya
al reino del SeƱor.
Vivir en Cristo trae la paz;
con Ćl habitarĆ©;
ya suyo soy, y de hoy en mƔs
a nadie temerƩ.
417
Salmo 40.2; Hechos 26.18; 1 Pedro 2.9
Mi Salvador en su bondad
al mundo malo descendió;
y de hondo abismo de maldad
Ćl mi alma levantó.
c
Seguridad me dio JesĆŗs
cuando Ćl su mano me tendió;
estando en sombra a plena luz,
en su bondad, me levantó.
Su voz constante resistĆ,
aunque Ćl amante me llamó,
mas su palabra recibĆ
y fiel me levantó.
Tortura cruel Jesús sufrió,
cuando en la cruz por mà murió;
tan sólo asĆ Ćl me salvó,
y asà me levantó.
Que soy feliz, yo bien lo sƩ,
con esta vida que Ćl me dio;
mas no comprendo aún por qué
Jesús me levantó.
418
Salmo 107.10; Marcos 12.34; Mateo 8.11,12
No lejos del reino del cielo
hay muchos que vienen y van;
se encuentran en sombra de muerte,
y pocos entrando estƔn.
c
Ā”Oh cuĆ”ntos, sĆ, vienen y van!
Mas pocos entrando estƔn.
Ā”Oh cuĆ”ntos, sĆ, vienen y van!
Mas pocos entrando estƔn.
No lejos del reino del cielo,
son tĆmidos para entrar;
pues hablan de goces supremos,
mas miedo les hace parar.
¿Por qué te detienes afuera?
JesĆŗs te desea guiar
a su redil en esta tierra,
y luego a su cielo llevar.
Muy lejos no estƔs ya del reino;
¿por qué no decides entrar?
Te resta tan sólo un paso;
ven, dalo, pues, sin vacilar.
”Oh! entra por fe en el reino,
te arriesgas por ese tardar.
AĆŗn para ti abierta la puerta,
por siempre se puede cerrar.
419
1 Pedro 1.18,19; SofonĆas 1.18
No soy rescatado con oro o con plata;
no vale dinero en los ojos de Dios.
La sangre preciosa de Cristo fue el precio
de mi redención de la condenación.
c
Yo nada soy, y nada tengo;
en tu amor pensaste en mĆ.
Moriste TĆŗ por mis pecados,
Ā”oh SeƱor! confĆo en Ti.
No soy rescatado con oro o con plata;
el oro no compra la gracia de Dios.
Si fuera por oro serĆa un negocio,
mas Cristo por todos su sangre vertió.
No soy rescatado con oro o con plata.
Pensando en mis culpas tenĆa temor,
y al ver que la sangre borró mis pecados,
huyeron las dudas de mi corazón.
420
Marcos 5.20; Juan 4.42
”Oh! dime mÔs de Jesucristo;
el tema vuelve a repetir,
y de su amor inmerecido,
gracia y favor hazme sentir.
c
”Oh! dime mÔs, he menester
de su sostƩn, de su poder.
”Oh! de mi Amado dime mÔs,
hasta que en gloria vea su faz.
”Oh! dime de su voz calmante
que dice paz en mi dolor.
Y ”qué alba habrÔ tras noche triste
al que confĆa en su SeƱor!
”Oh! dime de la dulce historia
del Rey de Gloria, quien lloró
sus lĆ”grimas de simpatĆa,
y asà a los tristes consoló.
”Oh! dime mÔs, y de mi parte
mi vida entera entregarƩ;
la historia bella y tan gloriosa
del evangelio contarƩ.
421
GƔlatas 6.14; Filipenses 3.8; Romanos 4.5
Oh Dios, Padre mĆo, no busco la gloria
de aquellos deberes que un dĆa cumplĆ.
A Cristo acudo, tan sólo confĆo
en Ćl y su sangre vertida por mĆ.
A Cristo acudo, tan sólo confĆo
en Ćl y su sangre vertida por mĆ.
A todas mis obras las llamo tinieblas,
al lado de Cristo, torrente de luz.
Mi gloria pasada es hoy mi vergüenza
y entierro mi gloria al pie de la cruz.
Mi gloria pasada es hoy mi vergüenza
y entierro mi gloria al pie de la cruz.
Estimo mis obras de pƩrdida vana,
y acepto la obra del buen Salvador.
Mi alma desea gozar en su seno,
vivir a su santo bendito calor.
Mi alma desea gozar en su seno,
vivir a su santo bendito calor.
Yo sƩ que mis obras no pueden,
Dios mĆo,
lavar mis pecados, borrar lo que fui.
Mas sĆ© que tu Hijo, si en Ćl me confĆo,
me lava y ensalza, SeƱor, hasta Ti.
Mas sĆ© que tu Hijo, si en Ćl me confĆo,
me lava y ensalza, SeƱor, hasta Ti.
422
Deuteronomio 30.15; Juan 6.37; Marcos 8.36
”Oh no deseches otra vez
la voz de Cristo el Salvador!
Ya que la vuelve a ofrecer,
acepta hoy la salvación.
c
Te ofrece hoy la salvación.
Te ofrece hoy la salvación.
Acepta hoy del Salvador
el gozo de la salvación.
El Salvador nunca echarĆ”
de su presencia al pecador.
Acude, pues, sin mƔs tardar,
acepta hoy la salvación.
El mundo no te puede dar
lo que contenta al corazón.
Mas Cristo te darĆ” su paz;
te ofrece hoy la salvación.
423
1 Timoteo 1.14,15; Efesios 3.19; Juan 18.37
”Oh! no hay amor como el de Cristo;
nunca terminarĆ”,
hasta que al redil de la gloria allĆ
Ćl nos congregarĆ”.
c
”Oh qué amor! ”Grande amor!
inmenso, sin igual.
”Oh ven, pecador, a tu Redentor!
que te quiere salvar.
No hay corazón como el de Cristo,
lleno de tierno amor.
No hay aflicción ni tentación
que no sienta el SeƱor.
No hay ojos claros cual los de Cristo,
tan penetrantes son.
La historia lee, los secretos ve
aun de tu corazón.
Ninguna voz cual la voz de Cristo;
”que nos alcance ya!
Cual melodĆa de noche y dĆa
nos satisfarĆ”.
”Oh! que escuchemos la voz de Cristo;
siempre nos guiarĆ”
hasta encontrarnos en el hogar
de su gloriosa paz.
424
Colosenses 3.15; Filipenses 4.7
Ā”Oh! SeƱor mĆo, eres TĆŗ mi amigo fiel,
seguro amparo sólo en Ti tendré.
En mis aflicciones, oh SeƱor, irƩ a Ti
y consuelo y dicha gozarĆ© yo asĆ.
c
Cristo, ven mƔs cerca,
paz perfecta en mi alma pon;
cerca, sĆ, mĆ”s cerca, de mi corazón.
Cuando en la noche veo yo estrellas mil,
tu voz hermosa pueda mi alma oir;
haz que yo medite en tu tierno y dulce amor,
y que yo te alabe, lleno de fervor.
Cuando esta vida tenga yo que abandonar,
corona anhelo en el cielo allĆ”;
y con dulce canto tu bondad alabarƩ,
y en mansión de gloria siempre moraré.
425
Lucas 15.4,13; 1 Pedro 2.25
Oveja errante fui,
del aprisco me apartƩ;
la tierna voz de mi Pastor
constante despreciƩ.
Un pródigo yo fui
y andando al azar,
del Padre yo me olvidƩ,
dejando el buen hogar.
Siguiome el buen Pastor;
mi Padre me buscó
con tierno y persistente amor,
y lejos me encontró.
Perdido estaba ya,
caĆdo y ruin,
mas en su seno recibió
al pródigo por fin.
No quiero mƔs errar
en triste soledad;
deseo siempre disfrutar
su dulce caridad.
Jesús es mi Señor,
Ćl guĆa me serĆ”;
la gracia de su tierno amor
jamƔs me faltarƔ.
426
1 Samuel 15.22; Juan 16.33
Para andar con JesĆŗs no hay sendero mejor
que guardar sus mandatos de amor.
Obedientes a Ćl siempre habremos de ser,
y tendremos de Cristo el poder.
c
Obedecer y confiar en JesĆŗs,
es la senda marcada
para andar en la luz.
Cuando vamos asĆ, Ā”cómo brilla la luz
en la senda al andar con JesĆŗs!
Su promesa de estar con los suyos es fiel,
si obedecen y esperan a Ćl.
Quien siguiere a JesĆŗs ni una sombra verĆ”,
si confiado su vida le da.
Ni terrores ni afƔn, ni ansiedad, ni dolor;
pues los cuida su amante SeƱor.
Mas no habrƩis de alcanzar sus tesoros de amor
si rendidos no vais al SeƱor;
pues su paz y su amor sólo son para aquel
que a sus leyes divinas es fiel.
427
Mateo 7.24; Juan 16.33; Lucas 7.47
¿Qué cimiento habrÔ sobre el cual fundar
una casa que pueda soportar
ruda tempestad que ha de venir,
y el dƩbil edificio destruir?
c
Sobre la peƱa mi casa estƔ;
firme sobre ella se quedarĆ”.
Tempestades la podrƔn batir,
pero no podrƔn esa casa hundir.
¿Quién de arena su cimiento harÔ?
De mis obras, ¿cuÔl me podrÔ salvar?
Pues al que en sus obras confiado estƩ,
de JesĆŗs la sangre no le inspira fe.
Mas el que profesa en JesĆŗs confiar,
esa fe por obras ha de mostrar.
Si el perdón grande es, ¿qué serÔ el amor
que por Cristo siente el pobre pecador?
428
Romanos 5.20; Juan 1.14
Ā”QuĆ© maravilla! Perdón recibĆ;
Cristo por gracia salvome a mĆ.
Mis culpas todas Ćl las llevó,
y sólo por gracia salvo soy.
c
Sólo por gracia salvo soy,
sólo por gracia salvo soy.
Esta es mi historia,
de Dios es la gloria;
que sólo por gracia salvo soy.
Yo tengo un gozo que Cristo me dio,
cuando en su sangre mis culpas lavó.
Feliz elevo mi corazón,
que sólo por gracia salvo soy.
Mas por su gracia la cruz puedo ver,
ya me hallo libre y contento con Ćl.
Su amor inunda mi corazón,
y sólo por gracia salvo soy.
429
Juan 3.36; Mateo 27.22; 1 Reyes 18.21
¿Qué vas a hacer hoy con Cristo?
¿Qué vas a hacer con su amor?
Puedes hoy mismo estar listo
para servir al SeƱor.
c
¿Qué vas a hacer hoy con Cristo?
Algo tĆŗ debes hacer.
¿AceptarÔs o rechazarÔs?
Hoy tienes que resolver.
Quiere el SeƱor recibirte;
quiere tu vida cambiar.
Hoy debes tĆŗ decidirte
y su bondad aceptar.
Nunca neutral has de hallarte
cuando te invita el SeƱor.
Debes resuelto mostrarte
en contra de Ćl o en favor.
Entre la vida o la muerte
tienes que hacer elección.
Pon en sus manos tu suerte
y gozarÔs del perdón.
430
1 Corintios 15.3; Romanos 5.11
Perdón hay para mĆ;
ya pierdo mi temor
al contemplar por fe
a Cristo el Redentor.
Jesús la raza humana amó,
y por su salvación murió.
Heridas de JesĆŗs,
”cuÔn elocuentes son!
ExpĆan mi maldad
y me hablan del perdón.
Y mi rescate leo allĆ,
pues que murió JesĆŗs por mĆ.
Reconciliado soy;
la voz de Dios oĆ,
cual hijo de su amor,
llamĆ”ndome hacia sĆ.
Su EspĆritu mi Dios me dio,
y sĆ© por Ćl que me aceptó.
431
Mateo 8.34; Efesios 6.13; Juan 2.5
Seguid al Maestro, no importa sufrir,
aunque haya enemigos y obstƔculos mil.
Si estrecha es la senda, no retroceder;
siguiendo al Maestro podremos vencer.
c
Proseguid siempre adelante
con las armas del SeƱor;
a las órdenes del Jefe,
que nos guĆa con su santa voz.
Seguid al Maestro por todo lugar,
en dĆas de lucha o en dĆas de paz.
Si oscura es la senda, seguid sin temor;
su rostro glorioso infunde valor
Seguid al Maestro sin titubear;
sus órdenes todas cumplid sin tardar.
Estemos alerta, cual hijos de luz,
y grande victoria daranos JesĆŗs.
432
Hechos 26.28; Lucas 8.47
Sólo un paso a Cristo,
¿por qué mÔs vacilar
cuando te ofrece amante
la paz y bienestar?
c
Ven, pecador; ven, pecador,
ven al Salvador.
Ven, tu maldad confiesa,
cuƩntale tu tristeza.
Sólo un paso a Cristo;
pues, ven sin demorar.
Sólo un paso a Cristo,
de muerte a vida real,
de la desdicha a gozo,
a luz y bienestar.
Sólo un paso a Cristo;
ten fe, y vivirƔs.
Con tierno amor te llama,
perdón recibirÔs.
Sólo un paso a Cristo;
ven, dile sin tardar:
Ā«En Ti, SeƱor, confĆo,
y TĆŗ me salvas yaĀ».
433
2 Pedro 1.4; 2 Corintios 1.20
Todas las promesas del Señor Jesús
son apoyo poderoso de mi fe;
mientras viva aquĆ cercado de su luz,
siempre en sus promesas confiarƩ.
c
Grandes, fieles,
las promesas que el Señor Jesús ha dado.
Grandes, fieles;
en ellas para siempre confiarƩ.
Todas sus promesas para el hombre fiel,
el SeƱor, en sus bondades, cumplirƔ,
y confiado sĆ© que para siempre en Ćl
paz eterna mi alma gozarĆ”.
Todas las promesas del SeƱor serƔn
gozo y fuerza en nuestra vida terrenal;
ellas en la dura lid nos sostendrƔn
y triunfar podremos sobre el mal.
434
Lucas 1.7, 23.33, 24.4,6,51; 1 Corintios 15.3,5
Un dĆa que el cielo sus glorias cantaba,
un dĆa que el mal imperaba mĆ”s cruel,
descendió Cristo y nació de una virgen,
y aquĆ morando mi ejemplo fue Ćl.
c
Vivo, me amaba; muerto, salvome;
y en el sepulcro mi mal enterró.
Resucitado es mi eterna justicia;
un dĆa Ćl viene, pues lo prometió.
Un dĆa llevĆ”ronle al monte Calvario,
un dĆa clavĆ”ronle allĆ en la cruz.
Pena y dolores sufrió y la muerte,
por redimirme, potente JesĆŗs.
Un dĆa dejĆ”ronle solo en el huerto;
un dĆa la tumba su cuerpo abrigó.
Ćngeles sobre Ćl guardaban vigilia,
mientras el Dueño del mundo durmió.
Un dĆa la tumba ocultarle no pudo,
un dĆa su espĆritu al cuerpo volvió;
y de la muerte ya habĆa triunfado,
y a la diestra de Dios se sentó.
435
JeremĆas 31.3; 1 Juan 4.19; 2 Corintios 8.9
Venid, contemplemos a Cristo
sufriendo por ti y por mĆ.
”Qué gracia y amor jamÔs visto,
que el Hijo de Dios muera asĆ!
c
Ćl herido fue por nosotros;
fue clavado a la cruz por mĆ.
Comprado a valor tan costoso,
al SeƱor servirĆ© yo aquĆ.
Dejó su honor increado,
su Padre, su gloria, su hogar.
Bajose del cielo a salvarnos
y darnos la vida eternal.
Confiad en el Cristo adorable,
quien vino a comprarnos perdón.
Morad en su amor perdurable;
allà sólo hay satisfacción.
A Cristo rendid vuestra vida,
seguidle con celo y verdad.
”Oh! dadle amorosa acogida,
y en vos su morada tendrĆ”.
436
Mateo 26.40; Marcos 14.36; Juan 19.30
Venid, oh venid al jardĆn,
donde Cristo ahora ha entrado,
y por su dolor ved, con gran horror,
cuƔn feo es el pecado.
c
Por vosotros fue, sĆ, y fue por mĆ
que agonizó Ćl allĆ.
En mi favor su gran amor
costole GetsemanĆ.
”Venid una hora a velar!
Ćl desea la compaƱĆa
en la soledad y oscuridad,
la noche de agonĆa.
Venid y escuchad su clamor:
«Si posible es, oh, retira
en la gran bondad de tu voluntad
la copa de tu iraĀ».
Venid y pasmados quedad,
hasta haber de Dios aprendido
en el estertor y mortal sudor
del Salvador rendido.
Venid, apuraos, seguid.
Vendido y traicionado,
el Señor Jesús en la cruenta cruz
su vida ha entregado.
c
Por vosotros fue, sĆ, y fue por mĆ
que agonizó Ćl allĆ.
En mi favor tomó el Señor
la copa en GetsemanĆ.
437
Mateo 11.28; Juan 5.35; Lucas 5.28
Con tierno amor, oh pecador,
te llama hoy el Salvador.
Su dulce voz te dice a ti:
Ā«Oh pecador, ven, ven a mĆĀ».
c
Hoy mismo llama con afƔn:
Ā«Ven pecador, ven, ven a mĆĀ».
Responde tú con el refrÔn:
«Oh Salvador, acudo a Ti».
Ven, ven a mĆ. Acudo a Ti.
Ven, ven a mĆ. Acudo a Ti.
Hoy mismo, sĆ, acudo a Ti.
Ven, ven a mĆ. Hoy mismo,
sĆ, acudo a Ti.
Ven, ven a mĆ. Hoy mismo,
sĆ, acudo a Ti.
Oh Salvador, me entrego a Ti.
El diablo brĆndate a su vez
el mundo con su brillantez,
y voces mil del tentador
ahogan la del Salvador.
Te llama hoy a descansar;
el mal te quiere perdonar.
Ā«Oh ven a mĆĀ», te dice hoy.
Responde tú: «A Cristo voy».
438
Deuteronomio 33.25, 31.8; IsaĆas 41.10, 43.2, 40.11; JeremĆas 31.3
”CuÔn firme cimiento se ha dado a la fe
de Dios en su eterna Palabra de amor!
ĀæQuĆ© mĆ”s Ćl pudiera en su libro aƱadir,
si todo a sus hijos lo ha dicho el SeƱor,
si todo a sus hijos lo ha dicho el SeƱor?
«Ya te halles enfermo o en plena salud,
ya rico, ya pobre se encuentre tu ser,
en casa o viajando por tierra o por mar,
conforme a tu dĆa serĆ” tu poder,
conforme a tu dĆa serĆ” tu poderĀ».
«No temas por nada, contigo Yo soy.
Tu Dios Yo soy solo, tu ayuda serƩ.
Tu fuerza y firmeza en mi diestra estarƔn,
y en ella valor y poder te darƩ,
y en ella valor y poder te daré».
«No habrÔn de anegarte las ondas del mar,
si en aguas profundas te ordeno salir.
Pues siempre contigo en angustias serƩ
y todas tus penas podrƩ bendecir,
y todas tus penas podré bendecir».
«La llama no puede dañarte jamÔs,
si en medio del fuego te ordeno pasar.
El oro de tu alma mƔs puro serƔ,
pues sólo la escoria se habrÔ de quemar,
pues sólo la escoria se habrÔ de quemar».
«Mi amor siempre tierno, invariable, eternal,
constante a mi pueblo mostrarle podrƩ
si nĆvea corona ya ciƱe su sien,
cual tiernos corderos aún cuidaré,
cual tiernos corderos aún cuidaré».
Ā«Al alma que anhele la paz que hay en mĆ,
jamƔs en sus luchas la habrƩ de dejar.
Si todo el infierno la quiere perder,
”Yo nunca, no nunca, la puedo olvidar!
”Yo nunca, no nunca, la puedo olvidar!»
439
2 Corintios 4.6; Filipenses 1.21, 3.10
Que vea tu faz: un resplandor
de encanto divinal;
pues otro amor no encontrarƩ
que al tuyo sea igual.
Luz inferior ha de menguar,
ninguna gloria habrĆ”;
toda hermosura terrenal
su gracia perderĆ”.
Que vea tu faz: mi fe y amor
mƔs firmes han de estar;
y nada acĆ” podrĆ” la paz
de mi alma perturbar.
SerÔ mi vida cual visión,
todo intangible acĆ” —
vana ilusión— mas TĆŗ, SeƱor,
la sola realidad.
Que vea tu faz: olvidarƩ
la antigua lasitud;
ni sombras del febril pesar
traerƔn mƔs inquietud.
Temores por el porvenir
se trocarƔn en paz;
mi corazón, pues, gozarÔ
sosiego y gran solaz.
Que vea tu faz: se aliviarĆ”
la mƔs pesada cruz;
bien se ha de ver en todo mal,
en cada noche, luz.
Veloz los aƱos correrƔn,
en calma han de pasar.
Luego, el pesar dejado atrƔs,
irƩ a mi eterno hogar.
440
Mateo 24.3; Romanos 8.19; Salmo 85.10
Las estaciones vienen, van,
y al hombre traen bendición,
pero expectativa en el aire hay
y una esperanza nos llenó.
¿Por qué el Señor ha de demorar?
¿CuÔndo su reino aparecerÔ?
Y el cielo y tierra anunciarƔn:
«Cristo ya viene otra vez».
c
Cristo ya viene otra vez.
Cristo ya viene otra vez.
Gloria en el cielo a Dios:
Cristo ya viene otra vez.
Las aguas voces fuertes dan:
«El rey tomado ha su poder».
Los montes y valles cantarƔn:
Ā«La corona es digno Ćl de tenerĀ».
Los que dormĆs, al SeƱor mirad;
himnos de bodas venid, cantad.
Huya el reinado de SatƔn;
Cristo ya viene otra vez.
La tierra toda cantarĆ”,
ya sujetada su maldad.
Su anhelo: «¿CuÔndo volverÔ?»
al fin se trueca en realidad.
Ćngeles dan el decreto real,
reina en el mundo justicia y paz.
Los Ɣrboles aplaudirƔn:
Cristo ya viene otra vez.
Hermanos fieles, esperad,
el alba ya despuntarĆ”.
Se ve la bandera celestial,
la lucha pronto acabarĆ”.
Misericordia con verdad
se une a Cristo en ensalzar.
Digno el Cordero es de reinar;
Cristo ya viene otra vez.
”Glorioso monte de Sion
con gozo ya se elevarĆ”!
El fuerte Rey de salvación
reina en poder de mar a mar.
De su trabajo el SeƱor verƔ,
y satisfecho se gozarĆ”.
Su reino siempre durarĆ”;
Cristo ya viene otra vez.
441
2 Timoteo 2.3; Efesios 6.12
”A combatir! Resuena la guerrera voz
del Salvador, que hoy llamando estĆ”.
Sin desmayar, seguidle siempre con valor,
y la victoria plena os darĆ”.
c
”A la batalla! ”oh fiel cristiano!
con el escudo de la cruz.
SĆ© buen soldado,
pues a tu lado
estĆ” el prĆncipe JesĆŗs.
Ćl con su gracia te sostiene,
y con potencia sin igual
su brazo extiende, y te defiende
en esta lucha contra el mal.
”A combatir! nos llama
nuestro Salvador.
Salid, luchad, con nuestro CapitƔn.
En la constante lid, seguid sin vacilar
y vencerƩis las huestes de SatƔn.
Al Rey de reyes, nuestro Salvador JesĆŗs,
honor y gloria todos tributad,
pues ya los suyos gozan de su plenitud
y pronto reinarƔn en santidad.
442
Mateo 11.29; Oseas 11.4; IsaĆas 33.17
Al Calvario en espĆritu
venimos, oh SeƱor,
a meditar y disfrutar
de tu infinito amor.
Allà descansa el corazón
que siente su dolor,
mas goza de la paz con Dios
por Ti, oh Salvador.
”Oh qué hora oscura de dolor
tu alma padeció!
Tu gracia triunfó por fin;
tu amor al mal venció.
Tus agonĆas sin igual,
con cuerdas de amor,
ligaron nuestro corazón
a Ti, oh Redentor.
Desean nuestros ojos ver
tu frente, oh Salvador,
de espinas no ceƱida ya,
sino de luz y honor.
443
IsaĆas 63.12, 66.12
Al cansado peregrino
que en el pecho siente fe,
el SeƱor ha prometido:
«Con mi brazo te guiaré».
c
Con mi brazo, con mi brazo,
con mi brazo te guiarƩ.
El SeƱor ha prometido:
«Con mi brazo te guiaré».
Cuando sus lazos el mundo
arrojare ante tu pie,
te dirĆ” Dios, tu refugio:
«Con mi brazo te guiaré».
Si tu esperanza se aleja
cual sombra de lo que fue,
oye atento la promesa:
«Con mi brazo te guiaré».
Cuando la muerte a tu estancia
con afƔn golpeando estƩ,
ten consuelo en las palabras:
«Con mi brazo te guiaré».
444
Romanos 7.24,25; 1 Pedro 3.18; Lucas 18.13
Alma, basta de gemir;
Cristo en tu lugar sufrió,
y en la cruz al sucumbir
su gran obra consumó.
Alma, ya no llores mƔs;
mira a Cristo y vivirƔs.
En el Justo se cargó
sin reserva tu maldad.
JehovÔ le condenó
porque tengas libertad.
Mira, triste pecador,
a JesĆŗs tu Salvador.
Si te entregas todo a Ćl,
tú recibirÔs perdón.
Hallarasle siempre fiel;
pronto a darte salvación.
Mira a Cristo por la fe,
sin demora mĆrale.
”Ah, Señor! propicio sé
a mĆ, pobre pecador.
Heme aquĆ con poca fe;
dame mÔs, ”oh Redentor!
Ven, te pido, ven a mĆ,
pues llorando corro a Ti.
445
Mateo 18.12; Juan 21.16; 1 Pedro 5.4
Ama el Pastor sus ovejas
con un amor paternal;
ama el Pastor su rebaƱo
con un amor sin igual.
Ama el Pastor a las otras
que descarriadas estƔn,
y conmovido las busca
por dondequiera que van.
c
Por el desierto errabundas
vense sufrir penas mil;
y al encontrarlas, en hombros
llƩvalas tierno al redil.
Ama el Pastor sus corderos,
Ɣmalos tierno el Pastor;
a los que a veces, perdidos,
se oyen gemir de dolor.
Ved al Pastor conmovido
por los collados vagar,
y los corderos en hombros
vedlo llevando al hogar.
Son delicados tus pastos,
y quietas tus aguas son.
Henos aquĆ, Ā”oh Maestro!
danos hoy tu comisión.
Haznos obreros fervientes,
llƩnanos de un santo amor
por las ovejas perdidas
de tu redil, buen SeƱor.
446
Salmo 23.6; 1 Tesalonicenses 4.13; Apocalipsis 21.4
Amigos con placer nos vemos
en tiempo tan veloz;
mas siempre llega el tiempo triste
en que se dice adiós.
c
JamÔs se dice adiós allÔ,
jamÔs se dice adiós.
En el paĆs de gozo y paz,
jamÔs se dice adiós.
”CuÔn dulce es el consuelo dado
por ellos al partir,
que al venir JesĆŗs en gloria,
nos hemos de reunir!
La voz de triste despedida
jamÔs allà se oirÔ,
mas la canción de paz y gozo
por siempre durarĆ”.
447
Salmos 69, 22 y 31; IsaĆas 53.2
Cabeza ensangrentada,
cubierta de sudor,
de espinas coronada
y llena de dolor.
”Oh celestial cabeza,
tan maltratada aquĆ,
de sin igual belleza,
oh Cristo, te amo a Ti!
Te admiro rostro herido,
espejo de bondad,
aunque en Ti han escupido
con infernal maldad.
¿Quién se atrevió, mi vida,
con loco frenesĆ
y saƱa fratricida
a escarnecerte asĆ?
Cubrió tu noble frente
la palidez mortal,
cual velo transparente
de tu sufrir seƱal.
Cerrose aquella boca,
la lengua enmudeció;
la frĆa muerte toca
al que la vida dio.
SeƱor, lo que has llevado
yo sólo merecĆ;
la deuda que has pagado
al Juez, yo la debĆ.
Mas, siendo cancelada
en tu cruz y pasión;
por tanto, me es dada
perfecta salvación.
448
1 Corintios 15.58, 16.13
”Compañeros! en los cielos
ved la enseƱa ya.
Hay refuerzos, nuestro el triunfo;
no dudƩis, serƔ.
«Estad firmes; Yo voy pronto»,
clama el Salvador.
SĆ, estaremos por tu gracia
firmes, con vigor.
Nada importa nos asedien
con rugiente afƔn
las legiones aguerridas
que ordenó SatÔn.
No os arredre su coraje;
ved en derredor
cómo caen los valientes
casi sin valor.
Tremolando se divisa
el marcial pendón
y se escucha de las trompas
el guerrero son.
En el nombre del que viene,
fuerte CapitƔn,
rotos nuestros enemigos
todos quedarƔn.
Sin descanso ruda sigue
la furiosa lid.
”Oh amigos! ya cercano
ved nuestro Adalid.
Viene el Cristo con potencia
a salvar su grey.
CompaƱeros, Ā”alegrĆa!
”Gloria a nuestro Rey!
449
IsaĆas 42.10; Salmo 40.3; Apocalipsis 15.3; Colosenses 2.15
Canten del amor de Cristo,
ensalzad al Redentor.
Tributadle santos todos
grande gloria y loor.
c
Cuando estemos en gloria,
en presencia de nuestro Redentor,
a una voz la historia
diremos del gran Vencedor.
Ya el triunfo es seguro
a las huestes del SeƱor.
”Oh, luchad con la mirada
puesta en nuestro Protector!
Alcen la bandera, hermanos,
de la cruz, y caminad.
De victoria en victoria
siempre firmes avanzad.
Firmes vamos en la lucha,
”oh, soldados de la fe!
Nuestro el triunfo, escuchemos
los clamores: ”Gloria al Rey!
450
Colosenses 3.16; Apocalipsis 5.9; Hechos 16.25
CantarƩ la bella historia
de JesĆŗs mi Salvador;
pues por mà dejó la gloria,
en la cruz por mà expiró.
c
CantarƩ la maravilla
de JesĆŗs, mi Salvador;
con los santos en la gloria
cantarƩ su grande amor.
Me salvó con gracia eterna
cuando errado y vil me vio.
Con su mano fiel y tierna
al camino Ćl me guió.
Oprimido y angustiado,
Cristo vino y me libró;
lastimado del pecado,
Cristo vino y me salvó.
Con su brazo fiel y fuerte
yo el rĆo cruzarĆ©.
MƔs allƔ, con Cristo siempre,
a mi Amado yo verƩ.
451
Salmo 73.28; Filipenses 3.12; Juan 21.10
Cerca, mÔs cerca, ”oh Dios, de Ti!
Cerca yo quiero mi vida llevar.
Cerca, mÔs cerca, ”oh Dios, de Ti!
Creo en tu gracia que puede salvar.
Creo en tu gracia que puede salvar.
Cerca, mƔs cerca, cual pobre soy;
nada, SeƱor, yo te puedo ofrecer.
Sólo mi ser contrito te doy;
pueda contigo la paz obtener,
pueda contigo la paz obtener.
Cerca, mƔs cerca, SeƱor, de Ti;
quiero ser tuyo, dejando el pecar.
Goces y pompas vanas aquĆ,
todo, SeƱor, quiero ahora dejar,
todo, SeƱor, quiero ahora dejar.
Cerca, mƔs cerca, mientras el ser
aliente vida y busque tu paz.
Y cuando al cielo pueda ascender,
ya para siempre conmigo estarƔs,
ya para siempre conmigo estarƔs.
452
1 Timoteo 1.13; Filipenses 2.5 al 8; 1 Corintios 1.30
¿Cómo en su sangre pudo haber
tanta ventura para mĆ,
si yo sus penas agravƩ
y de su muerte causa fui?
ĀæHay maravilla cual su amor,
morir por mĆ con tal dolor?
ĀæHay maravilla cual su amor,
morir por mĆ con tal dolor?
”Hondo misterio! ”El Inmortal
hacerse hombre y sucumbir!
En vano intenta sondear
tanto prodigio el querubĆn.
Mentes excelsas, ”no inquirid!
y al Dios y Hombre bendecid.
Mentes excelsas, ”no inquirid!
y al Dios y Hombre bendecid.
Nada retiene al descender
sino su amor y deidad.
Todo lo entrega: gloria, prez,
corona, trono, majestad.
Ver redimidos es su afƔn,
los tristes hijos de AdƔn.
Ver redimidos es su afƔn,
los tristes hijos de AdƔn.
Mi alma, atada en la prisión,
anhela redención y paz.
De pronto vierte sobre mĆ
la luz radiante de su faz.
Cayeron mis cadenas; vi
mi libertad, y te seguĆ.
Cayeron mis cadenas; vi
mi libertad, y te seguĆ.
Ā”JesĆŗs es mĆo! Vivo en Ćl,
no temo ya condenación.
Ćl es mi todo: paz y luz,
justicia, gozo y redención.
Me guarda el trono eternal,
por Ćl, corona celestial.
Me guarda el trono eternal,
por Ćl, corona celestial.
453
NĆŗmeros 24.17; Hechos 1.11
”Cristiano, mira arriba!
La aurora apuntarĆ”:
bella alba prometida por Dios
en dicho fiel.
Aunque las guerras rujan
y todo temblarĆ”,
”no temas! ”mira arriba!
Espera a Emanuel.
Pronto al SeƱor de gloria
irƔs a encontrar;
maƱana de luz clara
su vuelta traerĆ”.
Y mientras le aguardas,
tu afƔn sea anunciar
su cruz y el evangelio
que al malo librarĆ”.
”Cristiano mira arriba!
Cerca del fin estƔs
de tu terreno viaje
con todo su pesar.
En casa de su Padre
con Cristo morarƔs,
no hay noche allĆ ni penas,
do el mal no puede entrar.
Con seres muy queridos
de nuevo estarƔs;
en ese hogar de dicha
ausencias nunca habrĆ”;
de EdƩn la hermosura
sin corrupción verÔs.
”Oh bendita esperanza!
”Aliéntate! ”VendrÔ!
”Cristiano, mira arriba!
quƩ grato amanecer
tendrƔs allƔ en el cielo;
tu carga olvidarƔs.
Ahora al angustiado
ministra tal placer,
el bƔlsamo divino,
y su alma aliviarƔs.
Oscura es la vĆa,
mas Cristo, GuĆa y Luz,
hasta el fin a tu lado
constante estarĆ”.
Entonces, peregrino,
el dĆa de tu cruz
fielmente ya vivido,
por siempre reinarƔs.
454
Apocalipsis 3.20; Romanos 10.9, 2.4
Cristo, a mi puerta velas
con sin igual amor;
me esperas tan paciente
que te abra el corazón.
Llevando yo tu nombre,
sabiendo ya tu amor,
vergüenza siento ahora
no abrirte, Salvador.
Jesús, me estÔs llamando;
”oh, cuÔn paciente estÔs!
Ahora me estƔs mirando;
la vida quieres dar.
”Oh! amor precioso y santo,
paciente en esperar;
”qué sin igual pecado
no permitirte entrar!
Con tierno acento me hablas,
divino Salvador,
diciendo: «Por ti he muerto,
no niegues mÔs mi amor».
SeƱor, con pena y llanto
la puerta abrirƩ;
te ruego ”oh Cristo! que entres,
yo te recibirƩ.
455
Juan 13.23; Mateo 11.29; Cantares 2.3 al 7; Romanos 15.13
Cristo, en tu amor descanso,
eres TĆŗ mi Salvador;
a mi alcance es la dulzura
de tu corazón.
Mi deleite es admirarte,
tu hermosura es sin igual,
y tu gracia incomparable;
no hay otro igual.
c
Sólo en Ti, Señor, descanso;
TĆŗ eres vida, luz, verdad.
Mi alma en Ti ya encuentra gozo
y tranquilidad.
Confiando en Ti, oh Cristo,
te contemplo en tu pasión;
pues tu amor me satisface
en mi corazón.
En la cruz tu amor mostrado
ancho, vasto, mƔs que el mar;
mi entero ser inunda
grande amor sin par.
Esperando en Ti, oh Cristo,
libre de condenación,
gozarƩ de tu presencia
grande salvación.
Cuando vengas en las nubes,
oh, quƩ gozo me darƔ
verte cara a cara en gloria
y en tu amor gozar.
456
Mateo 8.27; Salmo 65.7, 107.30
Cristo, mi piloto sƩ
en el tempestuoso mar;
fieras hondas mi bajel
van a hacerlo zozobrar.
Mas si TĆŗ conmigo vas,
pronto al puerto llegarƩ;
carta y brĆŗjula hallo en Ti;
”Cristo, mi piloto sé!
Todo agita el huracƔn
con indómito furor,
mas los vientos cesarƔn
al mandato de tu voz.
Y al decir: «Que sea la paz»,
cederĆ” sumiso el mar.
De las aguas, Tú, el Señor,
Ā”guĆame cual piloto fiel!
Cuando al fin cercano estƩ
de la playa celestial,
si el abismo ruge aĆŗn
entre el puerto y mi bajel,
en tu pecho al descansar
quiero oĆrte a Ti decir:
«”Nada temas ya del mar,
tu piloto siempre soy!Ā»
457
Romanos 8.35; 1 Corintios 16.11; 2 Corintios 5.17
Cristo tan sólo pudo amarme;
nada podrĆ” de Ćl separarme,
pues con su sangre me redimió;
ahora soy de Ćl.
c
Ahora soy de Cristo,
mĆo tambiĆ©n es Ćl.
Puedo gozar de su amistad
por la eternidad.
Antes vivĆa en el pecado,
mi corazón de Dios alejado,
mas mi vergüenza Ćl me quitó;
ya pertenezco a Ćl.
Mi ser rebosa de pleno gozo;
Dios me liberta, me da reposo,
pues con su sangre me redimió;
ahora soy de Ćl.
458
Romanos 5.5; Hebreos 12.28; Efesios 5.16
Cristo, tu santo amor diste a mĆ;
nada a Ti, SeƱor, te niego aquĆ.
Me postro en gratitud,
cumplo con prontitud,
me obliga tu virtud,
me rindo a Ti.
Ante el trono estoy, ruegas por mĆ.
Cristo, al Padre voy sólo por Ti.
La cruz podrƩ llevar,
tu amor ya proclamar,
un canto dulce alzar,
SeƱor, a Ti.
Un corazón de amor quiero, Jesús;
ser como Tú, Señor, lleno de luz.
A Ti podrƩ servir,
el tiempo redimir,
las almas dirigir,
SeƱor, a Ti.
Lo que yo tengo y soy por tu favor,
alegre o triste voy; tuyo, SeƱor.
Tu rostro yo verƩ,
contigo estarƩ,
y gloria te darƩ,
SeƱor, a Ti.
459
Juan 3.16; GƔlatas 2.20
Crucificado por mĆ fue JesĆŗs,
de tal manera me amó;
sin murmurar fue llevado a la cruz,
de tal manera me amó.
c
De tal manera me amó,
de tal manera me amó;
Cristo en la cruz del Calvario murió,
de tal manera me amó.
El inocente Cordero de Dios,
de tal manera me amó,
que por salvarme sufrió muerte atroz,
de tal manera me amó.
En mi lugar padeció aflicción,
de tal manera me amó;
ya consumó mi eternal salvación,
de tal manera me amó.
460
Mateo 11.28; EclesiastƩs 11.8
”CuÔn tiernamente el Señor nos convida,
clama a ti y a mĆ!
Ćl nos espera con mano extendida,
llama a ti y a mĆ.
c
Venid, venid, si estƔis cansados venid.
”CuÔn tiernamente Jesús os invita!
”Oh, pecadores, venid!
¿Por qué tememos si estÔ abogando
Cristo por ti y por mĆ?
Sus bendiciones estĆ” derramando,
siempre por ti y por mĆ.
El tiempo vuela, lograrlo conviene,
Cristo te llama a ti.
Vienen las sombras, se acerca la muerte,
viene por ti y por mĆ.
461
Salmo 110.3; Lamentaciones 3.27
Da lo mejor al Maestro,
tu juventud, tu vigor;
dale el ardor de tu vida,
del bien luchando en favor.
Cristo nos dio el vivo ejemplo
de su pureza y valor.
Da tu lealtad al Maestro,
dale de ti lo mejor.
c
Da lo mejor al Maestro,
tu juventud, tu vigor.
Por la verdad lucha siempre,
que va contigo el SeƱor.
Da lo mejor al Maestro,
rĆndele fiel devoción;
sea su amor tan sublime
el móvil de cada acción.
Puesto que al Ćŗnico Hijo
dionos el Padre de amor,
sĆrvele con alegrĆa;
dale de ti lo mejor.
Da lo mejor al Maestro,
”qué incomparable es su amor!
pues al morir por nosotros,
dejó su regio esplendor.
Sin murmurar dio su vida
por el mƔs vil pecador;
ama y adora al Maestro,
dale de ti lo mejor.
462
Deuteronomio 33.26; Efesios 5.17; Santiago 1.4; Lucas 12.28
De maneras misteriosas
suele Dios aĆŗn obrar,
y asĆ sus maravillas
por los suyos efectuar.
Ćl cabalga sobre nubes
y los vientos y tempestad
son sus siervos enviados
para hacer su voluntad.
En abismos insondables
con destreza y gran saber
atesora sus designios,
efectĆŗa su querer.
”Alentaos, pues, medrosos!
Estas negras nubes son
de sus bendiciones llenas;
traerÔn la salvación.
No juzguƩis por los sentidos
los designios del SeƱor
si parece que las pruebas
contradicen su amor.
Descansad en sus promesas,
en su gracia confiad;
estas sombras son el manto
con que envuelve su bondad.
Sus propósitos perfectos
a su tiempo cumplirĆ”,
y lo que es ahora amargo
dulce fruto llevarĆ”.
La incredulidad es ciega,
pues no mira mƔs allƔ;
a la fe Dios se revela:
todo nos aclararĆ”.
463
Efesios 5.14, 6.11
”Despertad, despertad, oh cristianos!
Vuestro sueƱo funesto dejad;
que el cruel enemigo os acecha,
y cautivos os quiere llevar.
Despertad, las tinieblas pasaron,
de la noche no sois hijos ya;
que lo sois de la luz y del dĆa,
y tenƩis el deber de luchar.
Despertad y bruƱid vuestras armas,
vuestro lomo ceƱid de verdad,
y calzad vuestros pies, aprestados
con el grato evangelio de paz.
Basta ya de profundas tinieblas,
basta ya de pereza mortal;
revestid, revestid vuestro pecho
con la cota de fe y caridad.
La gloriosa armadura de Cristo
acudid con anhelo a tomar,
confiando que el dardo enemigo
no la puede romper ni pasar.
”Oh cristianos! antorcha del mundo,
de esperanza el yelmo tomad,
y buscad de la fe el escudo,
y sin miedo corred a luchar.
No temƔis, pues de Dios revestidos,
¿qué enemigo venceros podrÔ,
si tomƔis por espada la Biblia,
la palabra del Dios de verdad?
En la cruz hallarƩis la bandera,
en Jesús hallaréis CapitÔn;
en el cielo obtendrƩis la corona:
”a luchar, a luchar, a luchar!
464
1 Corintios 9.16; Hechos 2.21, 10.42,43
”Despertad! soldados bravos,
suena la marcial alarma,
para Dios tomad las armas.
”A la lid! ”Marchad!
No soƱƩis en la pereza,
miles yacen en tristeza
o se lanzan con presteza
hacia perdición.
c
Pregonad al mundo
esta nueva buena:
«Hay perdón y salvación,
de Dios la gracia plenaĀ».
No temÔis ningún peligro,
ni huyƔis del enemigo.
Dios es nuestro fiel abrigo;
con valor luchad.
”Acudid a la proclama!
Sed valientes, Dios os llama.
Contra nos el diablo brama,
lleno de furor.
No cedƔis, ni tengƔis miedo,
combatid con gran denuedo;
romperemos el asedio
del usurpador.
”Escuchad! ya se alegran
nuestras tropas, y celebran
el triunfo en que llevan
almas al SeƱor.
Libertad de las cadenas
y del juicio y la condena,
”gloria al que quitó la pena!
”A Jesús loor!
465
Hechos 8.39; Juan 10.4; JosuƩ 24.15; Cantares 2.8
DĆa feliz cuando escogĆ
servirte, mi SeƱor y Dios;
preciso es que mi gozo en Ti
lo muestre hoy por obra y voz.
c
”Soy feliz! ”Soy feliz!
y en su favor me gozarƩ.
En libertad y luz me vi
cuando triunfó en mà la fe,
y el raudal carmesĆ
salud de mi alma enferma fue.
Ćl hizo ya la obra en mĆ,
de Cristo soy y mĆo es Ćl.
Me atrajo: con placer seguĆ;
su voz conoce todo fiel.
Reposa, débil corazón,
a tus contiendas pon ya fin;
hallé mÔs noble posesión,
y parte en superior festĆn.
466
Mateo 27.33; 1 Corintios 1.18,31; 1 Pedro 2.24; Colosenses 1.12
En el monte Calvario estaba una cruz,
emblema de afrenta y dolor.
Mas yo amo a Jesús, que murió en la cruz
por salvar al mƔs vil pecador.
c
Gloriareme sólo en la cruz,
en sus triunfos mi gozo serĆ”;
y en el dĆa de eterna salud
mi corona JesĆŗs me darĆ”.
Y aunque el mundo desprecie la cruz de JesĆŗs,
para mà tiene suma atracción,
pues en ella llevó el Cordero de Dios
de mi alma la condenación.
En la cruz de Jesús do su sangre vertió,
hermosura contemplo sin par,
pues en ella triunfante a la muerte venció,
y mi ser puede santificar.
Yo quisiera seguir en pos de JesĆŗs,
y su menosprecio llevar,
y algĆŗn dĆa feliz con los santos en luz,
en la gloria con Ćl he de estar.
467
Apocalipsis 3.19,20; Salmo 91.1; Ćxodo 34.29
En la luz de su presencia
quiere mi alma siempre estar.
”CuÔn preciosas las lecciones
las que aprendo de Ćl allĆ”!
No me turban las tristezas
ni me vence la aflicción;
pues, si ruge el enemigo,
busco abrigo en la oración.
Cuando mi alma desfallece,
al abrigo del SeƱor
se hallan aguas refrescantes
y una sombra del calor.
Y descansa al lado mĆo
el bendito Salvador;
expresar jamĆ”s podrĆa
nuestra dulce comunión.
Pero esto sƩ: le digo
toda duda, todo afƔn.
”CuÔn paciente se demuestra!
”CuÔnto gozo a mi alma da!
Mas a veces me reprende;
no serĆa amigo fiel
si Ćl nunca me dijera
de las faltas que en mĆ ve.
¿Conocer también quisieras
el secreto del SeƱor?
Ve debajo de sus alas,
y tendrÔs tu galardón.
Y al salir de su presencia
con amor y gran solaz,
llevarƔs la imagen santa
del Maestro en tu faz.
468
Juan 4.35; IsaĆas 6.8; Marcos 9.41
Escuchad, JesĆŗs nos dice:
«¿Quiénes van a trabajar?
Campos blancos hoy aguardan;
anden, pues, a cosecharĀ».
Ćl nos llama cariƱoso,
nos constriƱe con su amor.
¿Quién responde a su llamada:
Ā«Heme aquĆ, yo irĆ©, SeƱorĀ»?
Si por tierras o por mares
no pudieras transitar,
puedes encontrar hambrientos
en tu puerta que auxiliar.
Si careces de riquezas,
lo que dio la viuda da.
Si por el SeƱor lo dieres,
Ćl te recompensarĆ”.
Si como elocuente apóstol
no pudieres predicar,
puedes de JesĆŗs decirles
cuƔnto al hombre supo amar.
Si no logras que sus culpas
reconozca el pecador,
conducir los niƱos puedes
al benigno Salvador.
469
Lucas 12.32; Mateo 8.26
Es JesĆŗs mi Rey divino,
sólo a Ćl yo seguirĆ©;
en las pruebas de la vida
sólo en Ćl yo confiarĆ©.
Es mi fe pequeƱa y dƩbil,
mas JesĆŗs me sostendrĆ”;
con su brazo poderoso
siempre me protegerĆ”.
Nada temo, Cristo mĆo,
mi sostƩn y mi solaz;
yo confiado ahora vivo;
en mi pecho reina paz.
En la patria donde moras
yo tu rostro espero ver;
con los fieles en los cielos
coronado quiero ser.
470
Lamentaciones 3.23; 1 Corintios 1.9; Salmo 16.11, 69.4, 33.20
Es tu fidelidad tan grande, oh Padre;
TĆŗ dices la verdad, descanso allĆ.
Tu luz rodea mi senda en el mundo;
tu voz me anima. Mi fuerza es en Ti.
c
”Oh qué fidelidad! ”Oh qué fidelidad!
Nunca me canso de darte loor.
Cada maƱana es nueva tu gracia;
inalterable es tu gran amor.
Los enemigos son muy poderosos;
TĆŗ eres mi Amigo, oh Dios, mi Defensor.
En la batalla me das hoy tu ayuda;
confiando en Ti, serƩ gran vencedor.
En tu presencia, oh Dios, hay gran descanso,
dulce consolación, perfecta paz.
Al ver las glorias de Cristo el SeƱor
le hemos de celebrar siempre jamƔs.
471
Romanos 15.13; 2 Corintios 1.24; Juan 13.17; Hechos 5.41
Gozo da servir a Cristo
en la vida diaria aquĆ;
gozo, y grande alegrĆa,
siempre Ćl me da a mĆ.
c
Gozo hay, sĆ, en servir a Cristo,
gozo en el corazón.
Cada dĆa Ćl da poder,
me ayuda a vencer
y da gozo, gozo en el corazón.
Gozo da servir a Cristo,
gozo que triunfante estĆ”
en la pena o tristeza:
Cristo en todo vence ya.
Gozo da servir a Cristo,
aunque solo ande yo;
es el gozo permanente
que el Calvario nos logró.
Gozo da servir a Cristo,
gozo en la oscuridad,
porque tengo el secreto
de la Luz y la Verdad.
472
Salmo 40.3; Efesios 5.19; Hebreos 12.28
Grande gozo hay en mi alma hoy,
pues JesĆŗs conmigo estĆ”,
y su paz, que ya gozando estoy,
por siempre durarĆ”.
c
Grande gozo, ”cuÔn hermoso!
cuando paso el tiempo bien feliz,
porque veo de Cristo la sonriente faz;
grande gozo siento en mĆ.
Hay un canto en mi alma hoy,
melodĆas a mi Rey.
En su amor feliz y libre soy,
y salvo por la fe.
Paz divina hay en mi alma hoy,
porque Cristo me salvó.
Las cadenas rotas ya estƔn,
Jesús me libertó.
Gratitud hay en mi alma hoy,
y alabanzas a JesĆŗs.
Por su gracia a la gloria voy,
gozƔndome en la luz.
473
Salmo 85.8; 1 Samuel 3.9; 1 Reyes 19.12; Filipenses 4.7
Habla, SeƱor, a mi alma,
hazme entender tu voz;
mi corazón reclama
tu fuerte protección.
DƩbil soy y afligido,
te necesito, ”oh Dios!
TĆŗ puedes darme abrigo
de la tormenta atroz.
Con corazón tranquilo
procurarƩ escuchar
ese apacible silbo
que infunde en mi alma paz.
Pasa mi entendimiento
esa tranquilidad,
que por tu gracia siento
aun en la adversidad.
Hazme, SeƱor, atento
siempre a tu dulce voz;
haz que yo more adentro
del templo de mi Dios.
Con tu luz revestido,
que vea el mundo en mĆ
constante y fiel testigo
de tu bondad aquĆ.
474
1 Corintios 11.26; Mateo 18.20
Hasta que vengas, nuestro Salvador,
nos congregamos para recordar
tus muchas penas y tu grande amor,
en tu memoria asĆ partir el pan.
EstĆ”s aquĆ; sabĆ©moslo, SeƱor,
pues nos has dicho: «Donde dos o tres
se hallan reunidos en mi nombre, Yo
en medio de ellos me revelaré».
Hasta que vengas; sólo un poco mÔs,
y nuestros ojos te verƔn en luz,
lleno de gloria, honra y majestad,
llevando aĆŗn las huellas de la cruz.
475
ZacarĆas 13.1; Lucas 23.43; Apocalipsis 1.5, 5.9
Hay una fuente sin igual
de sangre de Emanuel,
en donde lava cada cual
las manchas que hay en Ʃl.
El malhechor se convirtió
muriendo en una cruz,
al ver la fuente en que lavó
sus culpas por JesĆŗs.
Y yo tambiƩn, cuan malo soy,
lavarme allà podré;
y en tanto que en el mundo estoy,
su gloria cantarƩ.
Tu sangre nunca perderĆ”
”oh Cristo! su poder;
y sólo en ella asà podrÔ
tu Iglesia salva ser.
Desde que aquella fuente vi
un solo tema sƩ:
amor redimidor, y asĆ
cantando seguirƩ.
Y de la tumba mƔs allƔ
mi lengua emplearƩ;
canción mÔs dulce y noble habrÔ
que en gloria cantarƩ.
476
Salmo 139.23, 19.12; Filipenses 1.20; Habacuc 3.2
Hoy escudriña, oh Dios, mi corazón;
en lo secreto tu mirada pon.
Todo lo malo quita en tu bondad;
concƩdeme completa libertad.
Mi corazón entero toma, oh Dios;
mi vida llena de tu inmenso amor.
Todo egoĆsmo, orgullo y vanidad
quita, y se cumpla en mĆ tu voluntad.
Manda, oh SeƱor, avivamiento aquĆ;
por el EspĆritu trabaja en mĆ.
Suple en tu amor mi gran necesidad,
tu bendición celeste ahora da.
SeƱor, te alabo que me aceptas ya;
limpia mi corazón de todo mal;
que el fuego tuyo me haga arder por Ti;
sea tu nombre engrandecido en mĆ.
477
Hechos 10.33; Efesios 4.3; Salmo 133.1; Judas 21
Juntos en tu presencia,
henos, bendito Dios,
con filial reverencia
para escuchar tu voz;
salvos por pura gracia,
siervos por puro amor.
Llena TĆŗ nuestras almas;
bendĆcenos, SeƱor.
c
Bendice a los creyentes,
bendĆcenos, SeƱor.
Haznos ser mƔs fervientes,
aumenta aquĆ el amor.
Haznos ser fieles siempre,
grata congregación.
Bendice a los creyentes,
bendĆcenos, SeƱor.
PlƔcido es este sitio,
sitio de reunión,
oyendo hablar tu libro
en viva comunión.
Te ensalzaremos siempre,
oh nuestro Salvador;
bendito eternamente,
bendito Tú, Señor.
Padre, te suplicamos:
en tu gran compasión,
guƔrdanos los hermanos
en fraternal amor;
prontos a perdonarnos,
prontos a oir tu voz,
cual santos escogidos
de nuestro Padre Dios.
478
ZacarĆas 13.6; 1 Timoteo 1.15; Romanos 5.7,8
Me asombra el amor que me ofrece el Señor Jesús,
su gracia tan grande no puedo explicarme yo,
y tiemblo al saber que por mà padeció en la cruz;
por mĆ, pecador vil, su sangre preciosa dio.
c
”Qué maravilla es,
que Ćl me amara asĆ,
hasta morir por mĆ!
”Qué maravilla es,
Ćl murió por mĆ!
Pensar que del trono divino Jesús bajó,
mi alma rebelde y altiva para buscar,
y que Ćl extendió hacia mĆ su insondable amor
que puede salvar, redimir y justificar.
Sus manos heridas mi deuda pagaron, sĆ.
Tal misericordia y amor ¿olvidar podré?
Ā”Oh no! Sin cesar yo le alabo y adoro aquĆ,
hasta que en la gloria me postre a sus santos pies.
479
2 Corintios 6.1; Mateo 23.37
Mientras que Cristo te habla, ven pecador,
y a Dios por ti se ruega, ven pecador.
Ya debes aceptarle, ven pecador,
y con Ćl amistarte; ven pecador.
ĀæDura es tu pesada carga? ven pecador.
Quiere JesĆŗs llevarla; ven pecador.
No puede Ćl engaƱarte; ven pecador.
Quiere el SeƱor salvarte; ven pecador.
ĀæSu tierna voz percibes? ven pecador.
¿Su bendición recibes? ven pecador.
Mientras que Cristo te habla, ven pecador,
y a Dios por ti se ruega, ven pecador.
480
2 Corintios 1.10; Filipenses 4.7
Mi fe espera en Ti,
Cordero, quien por mĆ
fuiste a la cruz.
Escucha mi oración,
dame tu bendición,
llene mi corazón tu santa luz.
Tu gracia en mi alma pon,
guarde mi corazón
tu sumo amor.
Tu sangre carmesĆ
diste en la cruz por mĆ;
que viva para Ti con fiel ardor.
A ruda lid irƩ,
y pruebas hallarƩ,
mi guĆa sĆ©.
LĆbrame de ansiedad,
guƔrdame en santidad,
y por la eternidad te alabarƩ.
481
Salmo 84.2, 100.4, 122.1; Hebreos 10.25
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
oh Padre celestial,
venir a tu presencia
y en tu luz adorar;
traer a la memoria
las pruebas de tu amor,
el bien con que tu mano
mi vida enriqueció.
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
la casa de oración,
do el alma tantas veces
su fuerza y luz halló.
Con cuƔnto amor el ruego
TĆŗ sueles escuchar.
”Qué dulce hablar contigo,
cuƔn bello en Ti esperar!
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
moradas de tu luz.
AquĆ su amor explaya,
gozando de tu cruz,
el coro de tus hijos
que tu poder salvó
aquel sublime dĆa
de nuestra redención.
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
moradas de verdad
do, limpia la mirada,
se goza en meditar
el alma redimida
tu ciencia y tu poder,
la gloria de tus obras,
la dicha de tu ley.
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
la casa del festĆn;
lo mƔs bello y sublime
el alma encuentra en Ti.
No llega aquĆ la mano
cruel del opresor;
la paz mƔs bella canta
feliz el corazón.
482
Apocalipsis 1.18; Mateo 26.39; Juan 12.31; 1 Corintios 15.55
”Murió Jesús! Aquel Varón de angustias
herido fue por nuestra rebelión.
Murió el Justo por los pecadores,
y por su cruz tenemos salvación.
c
Yo soy el que vivo,
que vivo y muerto fui;
Yo soy el que vivo,
que vivo y muerto fui,
y he aquĆ, Yo vivo para siempre. AmĆ©n.
Y he aquĆ, Yo vivo para siempre. AmĆ©n.
Yo soy el que vivo, que vivo y muerto fui,
y he aquĆ, Yo vivo para siempre. AmĆ©n.
”Lloró! Oró: «Mi Padre, si es posible
pase de mĆ la copa, amarga hiel.
Tu voluntad empero sea hecha;
la obra que me diste quiero hacerĀ».
”Luchó; venció! A SatanÔs despoja.
Pues, ¿dónde estÔ, oh muerte, tu aguijón?
Sorbida es ya la muerte con victoria,
y al mundo el vencedor le da redención.
483
Juan 4.42; Hechos 10.38; MalaquĆas 4.2; Salmo 24.7; 2 Tesalonicenses 1.10
No sƩ decir por quƩ el SeƱor de gloria
amara asà a los hijos de AdÔn,
o cual Pastor buscara a los perdidos,
salvƔndolos con tanto ardor y afƔn.
Mas esto sĆ©: que nació de MarĆa,
yaciendo en un pesebre en BelƩn,
y en Nazaret vivió, creció y trabajó,
y al Salvador del mundo aquĆ podemos ver.
No sĆ© decir con cuĆ”nta angustia Ćl sufrió
en esta tierra llena de maldad,
ni cómo quebrantó su tierno corazón
cuando en la cruz Ćl hizo nuestra paz.
Mas esto sƩ: que sana al afligido,
quita el pecado y salva del temor;
da gozo al triste, alivio al trabajado,
pues vive todavĆa del mundo el Salvador.
No sé decir cómo a los pueblos todos
los tomarÔ por santa posesión,
satisfaciendo todos los anhelos
del mundo entero, toda aspiración.
Mas esto sƩ: todos verƔn su gloria,
al cosechar su tan gloriosa mies,
y un dĆa alegre resplandecerĆ” el sol;
el Salvador del mundo nos traerĆ” el bien.
No sé decir cómo en la tierra entera,
ya sosegada toda tempestad,
han de adorar con jĆŗbilo profundo,
lleno su corazón de caridad.
Mas esto sƩ: que vibrarƔn los aires
de regocijo y cƔnticos diez mil;
responderĆ” la tierra a los del cielo
que el Salvador del mundo es Rey al fin, al fin.
484
Salmo 9.2, 111.3,4; Hebreos 13.15; Hechos 7.55
Nunca, Dios mĆo, cesarĆ” mi labio
de bendecirte, de cantar tu gloria,
porque conservo de tu amor inmenso
grata memoria.
Cuando perdido en mundanal sendero
no me cercaba sino niebla oscura,
TĆŗ me miraste y alumbrome un rayo
de tu luz pura.
Cuando inclinaba mi abatida frente
del mal obrar al oneroso yugo,
dulce reposo y eficaz alivio
darme te plugo.
Cuando en mis propios mƩritos fiaba,
nunca mi pecho con amor latĆa;
hoy de amor late, porque en tus bondades
sólo confĆa.
Y cuando exhale mi postrer aliento
para volar a tu eternal presencia,
cierto hallarƩ con tu justicia unida
dulce clemencia.
485
2 Timoteo 2.8; 1 Corintios 11.24; Mateo 26.28
”Oh, cuÔntas veces, mi Señor,
me olvido de tu gran dolor
que padeciste TĆŗ por mĆ
a solas en GetsemanĆ!
”Oh, cuÔntas veces, mi Señor,
me olvido de tu inmenso amor,
tus sufrimientos en la cruz
para traerme paz y luz!
Mas me recuerdo, oh Salvador,
ahora de tu dulce voz,
y por la fe la puedo oir:
Ā«Hacedlo en memoria de mĆĀ».
El vino bebo y como el pan,
y me hablas Tú con tierno afÔn:
«Mi vida puse Yo por ti;
hacedlo en memoria de mĆĀ».
486
Lucas 5.8; Job 40.4; Lucas 18.13
”Oh gran Dios! yo soy un vil
miserable pecador,
que faltƩ mil veces, mil,
a la ley de mi SeƱor;
que tus sendas olvidƩ
y tu amor menospreciƩ;
que tus sendas olvidƩ
y tu amor menospreciƩ.
En mi alma no hay verdad,
y mi pobre corazón
por su gran iniquidad
lleno estÔ de confusión.
He perdido mi vigor
y fallezco de dolor.
He perdido mi vigor
y fallezco de dolor.
Ten Ā”oh Dios! piedad de mĆ,
que debilitado estoy;
dame, por amor de Ti,
salvación que busco hoy.
No me dejes perecer,
ven mi cƔrcel a romper.
No me dejes perecer,
ven mi cƔrcel a romper.
487
Hebreos 4.12; Juan 17.17
Oh Señor, que Tú nos hables,
haznos escuchar tu voz;
que obedientes hoy seamos,
respondientes a tu amor.
Tu mensaje llegue a nos,
alcanzando el corazón.
Hay algunos que andan lejos
de tu santa voluntad;
otros hay que se hallan frĆos;
”oh qué gran necesidad!
Salvador, avĆvanos,
danos hoy tu bendición.
Que tu EspĆritu revele
mƔs de Cristo la bondad;
que ilumine tu Palabra;
«tu palabra es verdad».
SantifĆcanos, SeƱor,
para tu placer y honor.
488
Romanos 5.1; GƩnesis 8.9; Salmo 116.7
¿Oyes cómo el Evangelio
al cansado ofrece paz?
Pues segura, Ā”oh alma mĆa!
la promesa a ti se da.
Bien alguno en mĆ no veo,
corrupción tan sólo hay.
Cansado estoy, y el cansado
busca alivio con afƔn.
En el arca la paloma
encontró do reposar;
para mi alma atribulada
arca el SeƱor serƔ.
Combatido vengo, y crece
el diluvio sin cesar.
Ćbreme, JesĆŗs, y en vano
rugirĆ” la tempestad.
Cobijada ya en tu seno
puede el alma respirar;
el reposo que prometes
siempre da segura paz.
Ā”Oh! cuĆ”n dulce en mis oĆdos
suena tu voz celestial:
Ā«Ven a mĆ, ven que el descanso
sólo en mà podrÔs hallar».
489
Marcos 10.49; JeremĆas 8.20; Salmo 90.3
Pobre peregrino que vagando estƔs
fuera del camino: ¿Dónde pararÔs?
Con cayado y vara hoy el buen Pastor
llÔmate a su lado: ven, ”oh, pecador!
Tu pasada vida cƔusate dolor;
tu alma lacerada, tristeza y pavor;
tu suerte futura, eterno sufrir:
de tanta amargura, ¿No querrÔs salir?
Ā”Ay, y cuĆ”ntos dĆas dejaste pasar
en vanas porfĆas que te han de pesar!
Por tu bien atiende la voz del SeƱor,
y tu mano extiende hacia el Salvador.
Tu vista levanta, eleva tu voz,
dirige tu planta hasta el Salvador.
Tu hora ha llegado; pierde tu temor
que el que te ha llamado es tu Salvador.
490
1 Juan 1.7; Salmo 51.2; Juan 1.4; Tito 3.5
Por fe contemplo redención,
la fuente carmesĆ.
Jesús nos da la salvación;
su vida dio por mĆ.
c
La fuente sin igual hallƩ,
de vida y luz el manantial.
”Oh, gloria a Dios! ya lo probé;
me limpia a mĆ, me limpia a mĆ.
Mi vida entrego a mi SeƱor,
las dudas Ćl quitó.
Mi alma goza en su favor,
mis deudas Ćl pagó.
”CuÔn inefable gozo da,
saber que salvo soy!
Por su palabra de verdad
yo sƩ que al cielo voy.
”Oh, gracia excelsa de mi Dios!
”CuÔn grande es su amor!
Y sólo a Ćl, mi Salvador,
quisiera dar loor.
491
Romanos 6.23; Colosenses 1.14; 2 Corintios 5.17; 1 Pedro 1.4
Por fe en JesĆŗs el Salvador
se hace salvo el pecador;
sin merecer tan rico don,
recibe plena salvación.
c
”Oh! excelsa gracia del amor
que Dios perdona al pecador,
si presto acude a confesar
sus culpas, y en JesĆŗs confiar.
No hay otro autor de salvación,
pues Cristo obró la redención.
La vida antigua ya pasó,
y todo nuevo se tornó.
AquĆ cual peregrino es,
hogar con Dios tendrƔ despuƩs.
Aun cuando Ć©l nada tenga aquĆ,
su gran herencia tiene allĆ,
arriba en gloria con JesĆŗs,
quien le ha salvado por su cruz.
492
Juan 16.22 1 Pedro 3.18; Romanos 8.15,21
¿Por qué hay dudas y temor,
si Dios, mi Padre, en su amor
a su Hijo entregó?
No puede el justo Juez a mĆ
las culpas imputar, que asĆ
en Cristo Ćl cargó.
Si Cristo la maldad expió,
la deuda entera canceló
de los que creen en Ćl.
La ira no me alcanzarĆ”,
en el Amado acepto ya,
y limpio por su cruz.
Pues Ćl mi libertad compró,
y en el Calvario padeció
la ira de su Dios.
Dos veces no demanda Dios
el pago, pues por mĆ JesĆŗs
sufrió la cruenta cruz.
Mira, alma mĆa, al Salvador;
los mƩritos de tu SeƱor
dan paz y libertad.
Cree en su sangre eficaz,
la perdición no temas mÔs,
pues Ćl por ti murió.
493
Hebreos 6.19, 10.20, 13.13
Por su cuerpo lacerado, vamos a Ćl.
Penetrando velo adentro, vamos a Ćl.
Con su sangre rescatados,
por su gracia ya amparados,
por su cruz santificados, vamos a Ćl.
Por su amor manifestado, vamos a Ćl,
quien sufrió del real afuera, vamos a Ćl.
En su cruz hoy nos gloriamos,
nunca nos avergonzamos,
bien contentos avanzamos; vamos a Ćl.
Por la sangre del Cordero, vamos a Ćl.
Confiados, velo adentro, vamos a Ćl.
Nueva creación formamos,
plena salvación gozamos,
y postrados adoramos. Vamos a Ćl.
A JesĆŗs, el rechazado, vamos a Ćl,
todavĆa real afuera, vamos a Ćl.
Su baldón aquà llevando,
a este mundo abandonando,
hoy su amor estĆ” llamando; vamos a Ćl.
Pronto, por su voz llamados, vamos a Ćl,
reunidos velo adentro, vamos a Ćl.
Viene Ćl mismo a arrebatarnos,
nunca mƔs a separarnos,
para siempre a gozarnos, vamos a Ćl.
494
2 Corintios 5.14; Hebreos 12.28; Santiago 1.5
Por tu amor, oh Cristo,
me consagro a Ti;
me hallo constreƱido
para Ti a vivir.
Donde TĆŗ dirijas,
sea mi placer
que en tu amor te sirva
siempre en tu poder.
Cuando el mundo engaƱa
con su seducción,
que tu amor deshaga
todo su esplendor.
Cuando oscuras huestes
quieren mi alma hundir,
tu poder me eleve;
no hay poder en mĆ.
Que el EspĆritu Santo
tenga en mĆ su hogar;
no me aparte, ingrato,
de tu voluntad.
Hazme diligente,
fiel en tu virtud;
satisfecho siempre
de tu plenitud.
495
Romanos 12.2; Efesios 4.1, 5.16; 1 Timoteo 4.14
Que mi vida entera estƩ
consagrada a Ti, SeƱor;
que a mis manos pueda guiar
el impulso de tu amor.
Que mis pies tan sólo en pos
de lo santo puedan ir,
y que a Ti, SeƱor, mi voz
te complazca en bendecir.
Que mi tiempo todo estƩ
consagrado a tu loor;
que mis labios al hablar,
hablen sólo de tu amor.
Toma ”oh Dios! mi voluntad
y hazla tuya, nada mƔs;
toma, sĆ, mi corazón
y tu trono en Ʃl tendrƔs.
496
Efesios 3.17; Salmo 63.1, 107.9; IsaĆas 58.11; Filipenses 4.19
¿Quién podrÔ con su presencia
impartirme bendición?
Sólo Cristo en su clemencia
puede dar consolación.
c
Sólo Cristo satisface
mi sediento corazón.
SĆ, gozoso Cristo me hace
por su eterna redención.
Su amor no se limita;
es su gracia sin igual.
Su merced es infinita,
mƔs profunda que mi mal.
Redención sublime y santa,
imposible de explicar:
que su sangre sacrosanta
mi alma pudo rescatar.
Cristo suple en abundancia
toda mi necesidad;
ser de Ćl es mi ganancia;
inefable es su bondad.
497
Efesios 3.12; Lucas 24.32; Colosenses 2.6; Salmo 143.8, 48.14
Quiero al Salvador conmigo,
sin JesĆŗs no puedo andar;
necesito su presencia,
en su brazo confiar.
c
Confiando en el SeƱor,
consolado por su amor,
seguirƩ por mi camino
sin tristeza, sin temor.
Quiero al Salvador conmigo,
porque flaca es mi fe;
y su voz me da coraje
cuando vacilante estƩ.
Quiero al Salvador conmigo,
cada dĆa en Ćl morar;
en la tempestad o calma,
en la lucha o bienestar.
Quiero al Salvador conmigo
como GuĆa y Buen Pastor,
hasta que estƩn pasadas
muerte, pena y aflicción.
498
Job 23.11; Mateo 4.19,20; 1 Pedro 2.21
Quiero seguir las pisadas del Maestro,
quiero ir en pos de mi Rey y SeƱor;
y modelando por Ćl mi carĆ”cter
canto con gozo a mi Redentor.
c
QuƩ hermoso es seguir
las pisadas del Maestro,
siempre en la luz,
cerca de JesĆŗs.
QuƩ hermoso es seguir
las pisadas del Maestro
en su santa luz.
Ando mĆ”s cerca de Aquel que me guĆa,
cuando el maligno me quiere tentar.
Siempre confiado en Cristo, mi Amado,
debo con gozo su nombre ensalzar.
Sigo sus pasos de tierno cariƱo,
misericordia, paz y lealtad.
Gozando en Ćl por el don de su gracia,
voy al descanso, gloriosa Ciudad.
Quiero seguir las pisadas del Maestro,
siempre hacia arriba con Ćl quiero andar.
Viendo a mi Rey en gloriosa hermosura,
con Ćl en gloria podrĆ© descansar.
499
Salmo 22.12 al 21; Juan 19.25
Rostro divino, ensangrentado,
cuerpo llagado por nuestro bien.
”Señor! llevaste cuÔntos dolores
de pecadores que asĆ te ven.
Manos preciosas tan lastimadas,
por mĆ clavadas en una cruz.
En este valle mis pasos guĆa;
sĆ© mi alegrĆa, mi amparo y luz.
Bello costado; veo aquella herida,
prueba nos da de muerte y de crueldad.
Fuente amorosa de un Dios clemente,
voz elocuente de caridad.
Tus pies heridos, ”Cristo paciente!
Yo, delincuente, los taladrƩ.
Por Ti salvado, ya bendecido
y agradecido, te adorarƩ.
”Crucificado en un madero,
manso Cordero, muerto por mĆ!
”Oh! guarda mi alma, que en Ti reposa,
siempre dichosa cerca de Ti.
500
1 Crónicas 28.9; Hebreos 2.18, 12.28; 1 Juan 2.16
SeƱor, yo he prometido
servirte con amor;
concƩdeme tu gracia,
mi amigo y Salvador.
No temerƩ la lucha
si Tú a mi lado estÔs,
ni perderƩ el camino
si TĆŗ guiando vas.
El mundo estĆ” muy cerca
y abunda tentación;
muy suave es el engaƱo
y es necia la pasión.
Ven Tú, Señor, mÔs cerca
mostrando tu piedad,
y escuda el alma mĆa
de toda iniquidad.
Cuando mi mente vague,
ya incierta, ya veloz,
concƩdeme que escuche,
SeƱor, tu clara voz.
AnĆmame si paro,
inspĆrame tambiĆ©n;
reprƩndeme si temo
en todo hacer el bien.
Señor, Tú has prometido
a todo aquel que va
confiando en tu sangre,
que al cielo llegarĆ”.
Sostenme en el camino,
y al fin con dulce amor
traslƔdame a tu gloria,
mi amigo y Salvador.
501
Proverbios 11.30; 2 Timoteo 4.8; Apocalipsis 2.10; Filipenses 4.1
Sin cesar siempre pienso en la tierra mejor,
do al ponerse el sol llegarƩ;
y al hallarme en los cielos con Cristo el SeƱor,
grande gozo en Ćl yo tendrĆ©.
c
Ā”QuĆ© coronas habrĆ” en los cielos allĆ,
que el SeƱor da al buen siervo fiel!
Cuando el sol ya decline
y me encuentre yo en Ti,
mi corona yo anhelo tener.
De la fuerza de Dios esperando el poder
trabajar quiero siempre y salvar
a las almas, y al fin, cual estrellas, saber
que en mis sienes irƔn a brillar.
Ā”Oh! quĆ© gozo en los cielos serĆ” para mĆ
vivas gemas poner a sus pies,
y tener en mi frente corona que allĆ
ornen joyas de tal brillantez.
502
Romanos 12.1; Filipenses 2.17, 3.8
Tal como soy anhelo ser
tuyo, y en Ti permanecer.
A Ti queriƩndome ofrecer,
ahora Cristo, vengo a Ti.
Todo mi ser te quiero dar,
a Ti lo quiero dedicar,
y sin reserva, ni esperar,
ahora Cristo, vengo a Ti.
Siempre en tu luz anhelo andar,
por lo que es recto batallar,
ser fiel y nunca desmayar;
ahora Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy te doy mi amor,
doy de mi vida lo mejor.
Por la verdad, por Ti, SeƱor,
ahora Cristo, vengo a Ti.
503
Hechos 5.41; Filipenses 2.9; Cantares 1.3
”Tan dulce el nombre de Jesús!
Sus bellas notas cantarƩ,
que mi alma llena al proclamar
el nombre de JesĆŗs.
c
Siempre es mi SeƱor;
gracias doy al Salvador,
y en el cielo su loor
por siempre cantarƩ.
Adoro el nombre de JesĆŗs.
JamƔs me faltarƔ su amor,
y pone aparte mi dolor
el nombre de JesĆŗs.
Tan puro el nombre de JesĆŗs,
que mi pesar pudo quitar
y grata paz a mi alma dar,
el nombre de JesĆŗs.
El dulce nombre de JesĆŗs
por siempre quiero alabar,
y todos deben ensalzar
el nombre de JesĆŗs.
504
Salmo 23
Tengo un Pastor divino,
nada me faltarĆ”;
a delicados pastos
siempre me llevarĆ”.
ConfortarĆ” mi alma,
y guiado me verƩ
por senda de justicia
en que por Ćl irĆ©.
Aunque camine en valle
de sombra y de dolor,
del valle de la muerte
nunca tendrƩ temor.
Con su presencia santa
sombra y dolor se irƔn;
su vara y su cayado
aliento me darƔn.
”Oh Dios! en la presencia
del que me da aflicción,
mesa pondrĆ” surtida
de rica provisión.
En mi cabeza el óleo
santo pusiste TĆŗ,
y de tu bien mi copa
rebosa plenitud.
De tu misericordia
y de tu inmenso bien
al obtenerlos siempre
recibirƩ sostƩn.
Y en la morada augusta
de mi SeƱor y Dios
al descansar, ferviente
te alabarĆ” mi voz.
505
IsaĆas 55.3; 1 Crónicas 17.12; Hebreos 13.20
Todos los que tengan sed, beberƔn.
Vengan cuantos pobres hay; comerƔn.
No malgasten el haber,
compren verdadero pan;
si a Jesús acuden hoy, gozarÔn.
Si le prestan atención, les darÔ
parte en su pactado bien, eternal,
con el mĆstico David,
Rey, Maestro, CapitƔn
de las huestes que al EdƩn llevarƔ.
Como baja bienhechor sin volver,
riego que las nubes dan, ha de ser.
La palabra del SeƱor,
productiva, pleno bien,
vencedor al fin serĆ”, por la fe.
506
IsaĆas 45.22; Juan 3.14, 20.31
Un mensaje del Señor, ”aleluya!
anuncio yo que da la paz.
Es de Dios el santo amor, ”aleluya!
«Ve tan sólo a Cristo y vivirÔs».
c
Ve la cruz y vivirƔs.
Ve a Cristo y vivirƔs.
Es de Dios el santo amor, ”aleluya!
Ve tan sólo a Cristo y vivirÔs.
El mensaje del Señor, ”aleluya!
infundirĆ” la fe en ti,
que Jesús, mi Salvador, ”aleluya!
dio por ti su sangre carmesĆ.
Vida puedes obtener, ”aleluya!
que el SeƱor te quiere dar,
si tan sólo quieres ver, ”aleluya!
por fe a quien podrĆ” salvar.
Cómo vine te diré, ”aleluya!
a mi Redentor que me salvó.
Fui tan sólo por la fe, ”aleluya!
y el Señor mis culpas perdonó.
507
Salmo 130.4; Hechos 13.38
Ven a Cristo, ven ahora,
ven asà cual estÔs,
y de Ćl sin demora el perdón obtendrĆ”s.
Cree y fija tu confianza
en su muerte por ti.
El gozo alcanza quien lo hiciera asĆ.
Ven a Cristo, con fe viva
piensa mucho en su amor.
No dudes; recibe al mƔs vil pecador.
Ćl anhela recibirte
y hacerte merced;
las puertas abrirte al eterno placer.
508
Efesios 4.8; Lucas 11.22; Filipenses 2.8, 3.21
Venid y celebrad a Cristo, quien llevó
cautiva la cautividad;
y estas nuevas proclamad:
Jesús resucitó. Jesús resucitó.
c
La lucha ha ganado;
grata y gloriosa noticia.
SĆ, Cristo ha resucitado
y pronto en su gloria vendrĆ”.
La muerte no venció al Salvador Jesús,
quien a sà mismo se humilló
y por nosotros padeció
la muerte de la cruz, la muerte de la cruz.
AllĆ sentado estĆ” el Sacerdote fiel.
Su obra terminada ya,
Ćl intercede siempre allĆ”
por los que creen en Ćl, por los que creen en Ćl.
Ćl mismo volverĆ”, pues su palabra es fiel,
y su promesa cumplirĆ”,
pues nuestros cuerpos cambiarĆ”
a semejanza de Ćl, a semejanza de Ćl.
509
Hebreos 2.9,10.20; Cantares 2.4; 1 Tesalonicenses 4.17
”Ven! levÔntate mi alma,
pon tu mira en JesĆŗs;
ve sentado en la gloria
al que padeció la cruz.
En trascendental justicia
Cristo en suma gloria estĆ”;
y su sangre da derecho
de ir adentro y adorar.
Tus pecados y tus culpas
Cristo en la cruz llevó.
Dios en Ćl las ha cargado,
y perfecta paz te dio.
Dios te lleva a su morada.
Adereza para ti
una fiesta, y te invita
a gozar con Ćl allĆ.
Todo es paz, sĆ, para siempre,
en el cĆrculo de amor,
donde el Padre es conocido
en su gracia y gran favor.
«Para siempre», ”qué palabras!
Con y como el SeƱor;
nada puede apartarnos
del amor del Salvador.
510
Salmo 96.13; Apocalipsis 22.20; Mateo 24.27
Viene otra vez nuestro Salvador,
”oh que si fuera hoy!
para reinar con poder y amor,
”oh que si fuera hoy!
Ya por su Iglesia viene esta vez,
purificada en su grande amor,
del mundo por la redondez,
”oh que si fuera hoy!
c
”Gloria, gloria! gozo sin fin traerÔ.
”Gloria, gloria! al coronarle Rey.
”Gloria, gloria! la senda preparad;
”gloria, gloria! Cristo viene otra vez.
TerminarƔ el poder de SatƔn,
”ojalÔ fuera hoy!
No mÔs tristeza aquà verÔn,
”ojalÔ fuera hoy!
Todos los muertos en Cristo irƔn,
arrebatados por su SeƱor.
¿CuÔndo estas glorias aquà vendrÔn?
”OjalÔ fuera hoy!
Fieles y leales nos debe hallar
si Ćl viniera hoy;
todos velando con gozo y paz
si Ćl viniera hoy.
Multiplicadas seƱales hay;
en el oriente se ve el albor.
Ya mƔs cercano el tiempo estƔ,
”ojalÔ fuera hoy!
511
Mateo 20.2; 1 Corintios 15.58
Yo quiero trabajar por el SeƱor,
confiando en su palabra y en su amor.
Quiero yo cantar y orar,
y ocupado siempre estar
en la viƱa del SeƱor.
c
Trabajar y orar
en la viƱa, en la viƱa del SeƱor.
SĆ, mi anhelo es orar
y ocupado siempre estar
en la viƱa del SeƱor.
Yo quiero cada dĆa trabajar,
los esclavos del pecado libertar;
conducirlos a JesĆŗs,
nuestro GuĆa, nuestra Luz,
en la viƱa del SeƱor.
Yo quiero ser obrero de valor,
confiando en el poder del Salvador.
El que quiere trabajar
hallarƔ tambiƩn lugar
en la viƱa del SeƱor.
512
Salmo 40.3; Filipenses 3.10; 2 Corintios 5.1
Yo tengo un himno de loor,
desde que salvo estoy,
para mi Rey, mi Salvador,
desde que salvo estoy.
c
Desde que salvo estoy,
desde que salvo estoy
sólo en Ćl me gloriarĆ©.
Desde que salvo estoy
en mi Salvador me gloriarƩ.
Yo soy de Cristo, y mi ansiedad,
desde que salvo estoy,
estĆ” en cumplir su voluntad,
desde que salvo estoy.
Yo tengo un gozo que Ćl me dio,
desde que salvo estoy,
cuando en su sangre me lavó,
desde que salvo estoy.
Tengo un hogar adonde irƩ,
desde que salvo estoy,
y allà seguro viviré,
desde que salvo estoy.
513
Romanos 6.20,21; GƔlatas 5.1
Yo vagaba mucho tiempo en el error,
agobiado en el pecado y el temor.
Cuando vi al Salvador
y escuchƩ su tierna voz,
mi SeƱor me hizo libre por su amor.
c
Libre estoy, libre estoy,
por la gracia del SeƱor libre estoy.
Libre estoy, libre estoy.
”Aleluya, por la fe, libre estoy!
Yo vagaba mucho tiempo en el error,
sin pensar en el amor del Salvador.
Yo andaba con temor,
lejos de mi Redentor,
”mas ahora por su muerte libre estoy!
Yo vagaba mucho tiempo en el error,
mas ahora quiero andar con mi SeƱor.
Quiero oir su tierna voz
y seguirle siempre en pos.
”Gloria, gloria sea a nuestro buen Pastor!
514
Salmo 73.16,17, 145.16; Romanos 8.33, 15.29
Cuando combatido por la adversidad
creas ya perdida tu felicidad,
mira lo que el cielo para ti guardó.
Cuenta las riquezas que el SeƱor te dio.
c
”Bendiciones, cuÔntas tienes ya!
Bendiciones, Dios te manda mƔs.
Bendiciones, te sorprenderƔs
cuando veas lo que Dios por ti harĆ”.
ĀæAndas agobiado por algĆŗn pesar?
ĀæDuro te parece amarga cruz llevar?
Cuenta las promesas del Señor Jesús,
y de las tinieblas nacerĆ” la luz.
Cuando de otros veas la prosperidad
y tus pies claudiquen tras de su maldad,
cuenta las riquezas que tendrƔs por fe
donde el oro es polvo que hollarĆ” tu pie.
515
IsaĆas 12.3; Romanos 8.32
Puedes obtener la dulce paz de Dios
si a Jesucristo acudieres hoy.
Ven contrito a su cruz, Ćl tus culpas borrarĆ”,
y asà gran gozo te darÔ el Señor.
c
Gozo da la salvación,
gozo en el corazón.
Santo júbilo tendrÔs
cuando reine en ti la paz
que te trajo Cristo
por su muerte en cruz.
El amor de Cristo puedes conocer;
su sostƩn y gracia puedes obtener.
No mƔs solo lucharƔs; Cristo te defenderƔ,
y asà gran gozo te darÔ el Señor.
ĀæQuieres tĆŗ de Cristo fiel soldado ser,
y luchar por siempre a favor de Ćl?
Ven entonces sin tardar, mƔs que vencedor te harƔ,
y por Ćl luchando, gozo tĆŗ tendrĆ”s.
Tú podrÔs por Cristo ser aquà una luz,
si tú todo rindes al Señor Jesús.
Y al venir el Salvador en su gloria y esplendor,
Ā”con cuĆ”n grande gozo reinarĆ”s con Ćl!
516
Mateo 26 y 27; Marcos 14 y 15; Lucas 22 y 23
”Qué grande carga, oh Salvador,
llevaste TĆŗ por mĆ!
Prueba suprema de tu amor,
sufriendo afrentas mil.
c
Nunca me olvidarƩ de Ti,
de tu agonĆa en GetsemanĆ,
ni del Calvario do por mĆ
sufriste, oh Salvador.
El enemigo en su furor
procura hacerte mal;
y los soldados sin razón
muestran su crueldad.
Mofa de Ti la multitud,
y el sacerdocio allĆ
se une con ella en plenitud
de odio y maldad tan vil.
Mas cual cordero asà sufrió
por nuestra iniquidad,
la copa amarga Ćl apuró
por nos en su bondad.
Y ahora cerca de tu cruz
quisiƩramos quedar;
gracias, Señor, por salvación
que TĆŗ por ella das.
517
Lucas 19.10; Filipenses 2.6 al 11; Cantares 2.4
El Hijo del Padre, el Cristo de Dios,
morando en el cielo, de todo SeƱor.
Dejando la gloria, al mundo bajó,
y en forma de siervo Ćl se anonadó.
Al Padre obediente se ve a JesĆŗs,
aun hasta la muerte y muerte de cruz.
Amó a los perdidos, los quiso alcanzar;
por su sacrificio los pudo salvar.
Y ahora a lo sumo su Dios le ensalzó,
y un nombre le ha dado, supremo, mayor
que todo otro nombre; Ā”magnĆfico honor!
Y todos confiesan: «”Jesús es Señor!»
Y toda rodilla se doblegarĆ”;
tambiƩn toda lengua le confesarƔ
SeƱor de seƱores, altĆsimo Rey.
La gloria del Padre del cielo es la ley.
c
Su amor es mi historia,
su amor mi canción;
al cielo de gloria me lleva el SeƱor.
Me anima y consuela
de amor por doquiera,
pues Cristo me espera,
sĆ, Cristo me espera
con brazos de amor;
su amor mi canción.
518
Mateo 26.36; Juan 19.13,17; 1 Timoteo 3.16
En soledad y oscuridad
en el GetsemanĆ,
la copa amarga de mi mal
JesĆŗs bebió por mĆ.
c
En soledad Ćl padeció allĆ.
Sufrió, sangró y expiró;
mi Salvador agonizó por mĆ.
Gabata fue al Redentor
lugar de negación;
la multitud al verle allĆ,
su muerte reclamó.
En Gólgota, clavado en cruz,
su sangre derramó;
para salvar y darme luz,
JesĆŗs su vida dio.
En gloria ya el Cristo estĆ”,
no mƔs en soledad.
Los redimidos gozarƔn
todos en unidad.
c
Ā”En gloria ya! SĆ, le verĆ© allĆ;
pues Ćl me amó y me salvó,
y sĆ© que pronto volverĆ” por mĆ.
519
1 Juan 4.8; Juan 3.16; Romanos 8.35; Efesios 3.19
”Oh amor de Dios! su inmensidad
el hombre no podrĆ” contar,
ni comprender la gran verdad
que Dios al hombre supo amar.
Cuando el pecar entró al hogar
de AdƔn y Eva en EdƩn,
Dios los sacó, mas prometió
un Salvador tambiƩn.
c
”Oh amor de Dios! brotando estÔ,
es sin medida, eternal.
Por las edades durarĆ”,
inagotable raudal.
Si fuera tinta todo el mar
y todo el cielo un gran papel,
y todo hombre un escritor,
y cada hoja un pincel,
para escribir de tal amor,
las aguas no bastarĆan;
ni desde acĆ” al sol allĆ”,
palabras nunca cabrĆan.
Y cuando el mundo pasarĆ”
con cada trama y plan carnal,
y todo reino caerĆ”
con cada trono mundanal,
el gran amor del Redentor
por siempre durarĆ”.
La gran canción de salvación
su pueblo entonarĆ”.
520
IsaĆas 4.6, 32.2; Mateo 7.25
La PeƱa fuerte, el santo Dios,
nos guarda de la tempestad.
Busquemos pues su protección;
nos guarda de la tempestad.
c
En tierra calurosa JesĆŗs nos da
su sombra, sĆ, su sombra, sĆ.
Jesús es el peñasco que sombra da;
nos guarda de la tempestad.
De dĆa templa el gran calor;
nos guarda de la tempestad.
Da paz de noche en derredor;
nos guarda de la tempestad.
La Peña de mi corazón,
nos guarda de la tempestad.
En cada amarga tentación,
nos guarda de la tempestad.
521
Juan 21.1; Salmo 147.3; IsaĆas 49.15
Oye mi alma, es el SeƱor;
no desprecies su amor.
Cristo habla y es a ti:
Ā«Di si me amas tĆŗ a mĆĀ».
«Cuando atado te libré,
cuando herido te sanƩ;
cambiƩ tu oscuridad
por la luz de la verdadĀ».
Ā«No varĆa mi amor,
nunca pierde su valor;
mƔs profundo que el mar,
es eterno y sin parĀ».
«Puede la madre olvidar
al hijo de su amor.
SĆ, su amor podrĆ” variar;
Yo no voy a cambiarĀ».
Mi lamento es, SeƱor,
que tan frĆo es mi amor.
Yo deseo amarte mƔs;
esta gracia me darƔs.
522
Juan 19.18, 20.1; Hechos 10.38
Buscando perdidos, ”oh Señor!
dejaste el trono de gloria.
Al mundo viniste con amor,
”oh maravillosa historia!
c
”Oh maravillosa historia!
Jesús nació en Belén.
”Oh maravillosa historia!
Ćl murió en JerusalĆ©n.
Haciendo el bien, ”oh Señor!
a todos en el mundo,
TĆŗ les mostraste el amor
de tu corazón profundo.
Levantado en cruz, ”oh Señor!
entre dos malhechores;
asĆ despreciaron tu amor
los indignos pecadores.
Mas resucitado, ”oh Señor!
sacerdotes no pudieron
guardarte en tumba con furor,
ni soldados te vencieron.
523
Hebreos 5.9; Romanos 2.7
Escucha pobre pecador,
en Cristo hay perdón.
Oh ven a Ćl y cree en Ćl,
en Ćl hay salvación.
c
Ven a Cristo, ven a Cristo,
ven a Emanuel,
y la vida, vida eterna, hallarĆ”s en Ćl.
Por redimirte el Salvador
su sangre derramó,
y en la vergonzosa cruz
tu redención obró.
Camino cierto es JesĆŗs
que lleva a la paz.
Pues ven a Ćl, y cree en Ćl;
descanso hallarƔs.
Ven con el santo pueblo fiel,
dejando todo mal.
Asà la paz de Dios tendrÔs
y gloria inmortal.
524
Cantares 5.10; 1 Corintios 3.13; 1 Juan 3.2; Apocalipsis 22.20
Esperando la venida del SeƱor,
que esto sea nuestro anhelo por amor.
”Nuestro amado, señalado,
seƱalado entre diez mil!
Pues el mismo Jesucristo va a venir;
a su Iglesia, su SeƱor ha de recibir;
el Glorioso, y Precioso,
tan precioso no tarda ya.
En el tribunal de Cristo se verĆ”
de la obra nuestra cuƔnto nos valdrƔ.
ĀæYa quemada, o premiada,
o premiada, cuƔl serƔ?
Anhelamos pronto verte, oh SeƱor,
esperando la trompeta con fervor;
semejantes cuanto antes,
cuanto antes, al SeƱor.
525
Juan 3.18; Mateo 11.28 al 30; Romanos 6.23
Grande promesa, oh pecador,
creyendo en Cristo, buen Salvador.
El que en Ćl crea, se salvarĆ”;
el que rechaza, perecerĆ”.
c
CrƩelo ahora, oh pecador;
acepta a Cristo, el Salvador.
La vida pasa, el fin vendrĆ”.
¿Qué de tu alma? ¿Adónde irÔ?
Grande descanso, oh pecador,
viniendo a Cristo con tu dolor.
Su yugo es fƔcil, su carga honor;
todo se puede por el SeƱor.
Grande regalo, oh pecador,
la vida eterna, en el SeƱor.
Mas el pecado, pago tendrĆ”;
lago de fuego el Juez darĆ”.
526
Lucas 2.7, 22.42; Marcos 1.12; 1 Pedro 2.24, 3.18
”Qué maravilla! Allà en un establo
nace tierno niño, llÔmase Jesús.
Magos adoran; buscan Herodes;
Dios le ha mandado a traer la luz.
c
Mi precioso Salvador amante
vino a salvarme, vive por guardarme,
y hasta ver en gloria a mi Amado,
quiero consagrarle todo mi ser.
”Qué maravilla! Ya en el desierto,
entre fieras visto, estĆ” el solo Dios.
Hambre le acosa, SatanƔs le tienta,
Ć”ngeles asisten, sĆguenle en pos.
”Qué maravilla! Entra en el huerto;
con voz lamentable ruega el SeƱor:
«Si es posible, pase esta copa»,
y su sangre corre en mortal sudor.
”Qué maravilla! Cuelgan al madero
al divino Hombre, mƔximo Creador.
Por malos sufre, por impĆos muere;
y asĆ comprueba que Dios es amor.
527
Lucas 2.10; Hechos 8.8; 1 Pedro 1.8
Yo sĆ© que JesĆŗs murió por mĆ,
porque la Biblia dice asĆ,
por todo pecador.
c
”Oh qué grande gozo!
Grande, grande gozo.
”Oh qué grande gozo!
JesĆŗs murió en la cruz por mĆ.
JesĆŗs te ama, pecador,
¿por qué desprecias su amor,
dejando de creer?
Os dice Cristo: «A mà venid,
llevad la cruz, a mĆ seguid,
hay galardón allÔ».
El Salvador en gloria estĆ”,
de donde pronto volverĆ”,
su pueblo a llevar.
528
2 Corintios 4.4; 1 Corintios 13.13; IsaĆas 58.11; 1 Juan 2.16
Acudid a Cristo, porque
Ćl da felicidad.
El brillo de este mundo es
engaƱo y vanidad.
Cristo es amigo fiel;
a aquel que cree en Ćl
da mejores goces que este mundo da.
c
Da mejores goces
que este mundo da;
al creyente salva del poder del mal.
SaciarÔ tu corazón
de esperanza, fe y amor.
Da mejores goces
que este mundo da.
Acudid a Cristo, porque
Ćl quiere daros paz.
Su amor destierra la aflicción
y trae el gran solaz.
Contesta la oración,
consuela el corazón;
da mejores goces que este mundo da.
Acudid a Cristo, porque
Ćl da la libertad.
Lo bueno y agradable es
hacer su voluntad.
Ciega el diablo al pecador;
y no sabe que el SeƱor
da mejores goces que este mundo da.
529
Ćxodo 12.13; Salmo 51.7
Mi Redentor murió en la cruz,
por pecadores todo Ćl pagó.
Quien le reciba no temerĆ”,
ya sus maldades Jesús perdonó.
c
Cuando Dios la sangre ve
que el Hijo derramó,
en la cual el pecador
se lavó, Dios verÔ con favor.
A los peores Ćl salvarĆ”;
como promete, asĆ lo harĆ”.
En Ćl confĆa, Ā”oh pecador!
vida eterna darƔ el SeƱor.
”Qué maravilla de gran amor,
Cristo mostró por el pecador!
El que creyere salvo serĆ”;
goces eternos Ʃl disfrutarƔ.
El juicio viene, allà estarÔs;
si le rechazas, triste saldrƔs.
No te detengas, ven a JesĆŗs,
quien tus pecados llevó en la cruz.
530
Juan 19.30, 3.36
«Consumado estÔ», dijo el Salvador.
¿Qué le puedes añadir, pobre pecador?
De tus obras nada Cristo quiere ver,
sino de lo alto has de renacer.
c
”Gloria al Salvador! todo es hecho ya.
En la cruz Ćl dijo: Ā«Consumado estÔ».
”Gloria al Salvador! «Consumado estÔ».
«Consumado estÔ», dijo el Salvador.
Muchos desconfĆan, dudan de su amor;
tratan de indigna la Palabra fiel;
al infierno bajan despreciando a Ćl.
«Consumado estÔ». Suene por doquier;
salvos sois por gracia,
nada hay que hacer.
El que cree en Cristo, vida gozarĆ”;
el que le rechaza se condenarĆ”.
531
Lucas 24.27,44; Hebreos 10.5
La Biblia revela a Cristo:
la Ley nos da sombras de Ćl;
profetas su muerte decĆan,
los Salmos tambiƩn cual vergel.
c
Velado en carne Ćl vino;
la vida a Dios consagró.
Ćl fue al Calvario, varón solitario,
y todas mis culpas borró.
Abel con altar le predijo;
Abraham a su hijo ató;
Moisés ofreció el cordero;
a todos la sangre salvó.
Entonces el Verbo eterno
en carne entre hombres moró.
Al fin seƱalole el Bautista
y Dios de los cielos habló.
Llevando la cruz tan pesada,
al monte Calvario subió.
Y Dios escondiole el rostro,
cuando Ćl mis pecados cargó.
La muerte no pudo vencerle;
al cielo entonces subió,
de donde espera su pueblo
a Aquel que asà les amó.
532
Hechos 2.22; 1 Reyes 10.7; Apocalipsis 5.13
De Cristo cada dĆa
quiero yo mƔs cerca estar;
Ćl es mi Rey amable,
mi precioso Salvador.
No puedo en todo el mundo
amigo cual JesĆŗs hallar,
quien maravillas hace
y prodigios sin cesar.
c
JamƔs podrƔn contarme
de Cristo la mitad
de su amor divino,
su poder y majestad.
Ya miro cerca el dĆa
del regreso del SeƱor.
Y yo, con muchos santos,
al encuentro sin igual,
iremos a las nubes,
alabando con fervor
a Cristo el Rey glorioso
cuyo reino es eternal.
Y cuando estemos salvos
en su reino celestial,
jamƔs nos cansaremos
de servir al Salvador.
Gozosos alzaremos
nuestro cƔntico triunfal,
y de arpas mil los ecos
subirƔn en su loor.
533
Deuteronomio 16.17; Salmo 73.17, 116.12,13, 126.3
Cuando tempestades hay en derredor
y desanimados sois y con temor,
ved las bendiciones que el SeƱor os da,
y contadlas todas; son de JehovĆ”.
c
Ved lo mucho que el SeƱor os da.
Ved lo mucho que el SeƱor os da.
Bendiciones: son de nuestro Dios.
Ved las bendiciones que el SeƱor os da.
Cuando veis a otros con su rico haber,
y tenƩis tan poco en vuestro poder,
ved las bendiciones que el SeƱor os da,
y contadlas todas; son de JehovĆ”.
Cuando en la lucha con el tentador,
recordad a Cristo y su gran amor.
Ved las bendiciones que el SeƱor os da,
y contadlas todas; son de JehovĆ”.
534
Lucas 7.38, 10.39; Apocalipsis 1.17
ĀæQuiĆ©n es Ćl que con baldón
nace fuera del mesón?
c
Es Jesús, ”oh qué historia!
Es JesĆŗs, el Rey de gloria.
A sus pies es mi lugar,
alabando sin cesar.
ĀæQuiĆ©n es Ćl que ora asĆ,
postrado en GetsemanĆ?
ĀæQuiĆ©n es Ćl por hombres mil
levantado en cruz tan vil?
¿Quién, pues, al resucitar,
con poder puede salvar?
ĀæQuiĆ©n es Ćl que bajarĆ”,
y todo ojo le verĆ”?
535
1 Corintios 3.11; Deuteronomio 32.4,15,31
Es mi Ćŗnica solicitud
JesĆŗs, su muerte y su virtud.
No sigo de otros blanda voz;
acudo a su llamar veloz.
c
En Cristo estoy, mi roca es Ćl,
no hay otro fundamento fiel.
En Cristo estoy, mi roca es Ćl,
no hay otro fundamento fiel.
Si largo el viaje pareció,
jamÔs su gracia me faltó.
Si ruge fiera tempestad,
es mi ancla ya su gran bondad.
Aunque me asalten olas cien,
su cruz, su sangre es mi sostƩn.
Apoyo humano faltarĆ”,
mas salvo soy si corro allĆ”.
De la final trompeta al son
me esconderé en su corazón.
Vestido de su santidad,
irƩ al trono en claridad.
536
Apocalipsis 1.5; Romanos 3.25; Hebreos 9.22
¿Qué me puede dar perdón?
Sólo de Jesús la sangre.
¿Y un nuevo corazón?
Sólo de Jesús la sangre.
c
Precioso es el raudal
que limpia todo mal.
No hay otro manantial,
sólo de Jesús la sangre.
No hay otra salvación,
sólo de Jesús la sangre.
Quita la condenación
sólo de Jesús la sangre.
CantarƩ junto a sus pies:
«Sólo de Jesús la sangre.
”El Cordero digno es!
Sólo de Jesús la sangre».
537
Juan 4.14, 7.37; Lucas 22.20
Del agua de vida quien quiera beber,
y arrepentido en Cristo creer,
de todo pecado librado serĆ”,
pues Cristo por siempre al tal salvarĆ”.
c
El don es de balde. JesĆŗs es capaz
de satisfacer con dulcĆsima paz
al hombre que acepta su pleno perdón,
fiado en la sangre por su salvación.
Mediante la sangre que Cristo vertió
del infeliz reo el rescate pagó,
y el Padre le brinda por cƩlico amor
con sus bendiciones en Cristo el SeƱor.
538
1 Pedro 1.19, 5; IsaĆas 1.18
”Sangre! sangre tan preciosa
del Señor Jesús;
Ćl borró nuestros pecados
en la cruz.
Sangre pura que nos salva,
nos redime ya.
Paz perfecta sin mis obras
Dios me da.
”Sangre! Sangre tan preciosa;
no resistas mƔs.
Su eficacia en salvarte,
la verƔs.
Tus pecados son tan rojos
como el carmesĆ.
Esta sangre poderosa
es por ti.
Sangre de JesĆŗs, valiosa,
libre para mĆ;
que me guarda de pecado,
aun aquĆ.
Cuando en gloria estaremos,
junto con JesĆŗs,
con las huestes cantaremos
de la cruz.
539
GƔlatas 2.20; 1 Timoteo 1.15; Cantares 8.7
OĆ hablar de un Salvador,
quien por mĆ, quien por mĆ,
el mƔs indigno pecador,
aun por mĆ, aun por mĆ,
su patria celestial dejó,
forma de hombre Ćl tomó,
y en vil cruz su vida dio,
aun por mĆ, aun por mĆ.
Crucificado fue JesĆŗs,
aun por mĆ, aun por mĆ,
y abandonado de su Dios
fue por mĆ, fue por mĆ.
Tu voz me dice, Salvador:
«Llevado por intenso amor,
por ti sufrĆ tanto dolor,
sĆ, por ti, sĆ, por tiĀ».
540
Hebreos 4.15; Juan 14.27; Proverbios 17.17, 18.24
ĀæHay aquĆ quien nos ayude,
quien comprenda nuestro ser,
cuando el alma estĆ” transida de dolor?
ĀæHay quien sienta simpatĆa,
nuestra condición al ver,
y nos dƩ lo que deseamos con amor?
c
Uno hay, uno hay;
en Cristo el bendito uno hay.
Cuando viene aflicción
a nuestro corazón,
un amigo hay en Cristo, uno hay.
ĀæHay aquĆ quien nos ayude
nuestra carga a llevar,
aunque grave y difĆcil pueda ser?
ĀæHay quien quiera con ternura
al caĆdo levantar,
y en sus brazos amorosos recoger?
ĀæHay aquĆ quien nos ayude,
quien nos dƩ tranquilidad
cuando estamos bajo el peso del dolor?
ĀæQuien al pecador ofrezca
el perdón de su maldad,
y por Ʃl se sacrifique con amor?
541
1 Timoteo 1.12; 1 Juan 3.2; Filipenses 4.7
En Cristo amor abunda,
en Ćl hay redención;
en Ćl manĆ” diario,
en Ćl consolación.
En Ćl hay paz y gozo,
en Ćl tranquilidad;
en Ćl salud completa,
en Ćl serenidad.
c
Ā”En Ćl, en Ćl!
Su santo servicio es un gran honor.
Ā”En Ćl, en Ćl! Ā”Sublime Salvador!
En Ćl descanso ahora,
mi boca llena estĆ”
de todos sus favores
que Ćl a mĆ me da.
JesĆŗs, yo te adoro,
porque me guardas, sĆ,
en paz y gracia firme,
sirviendo sólo a Ti.
Mas cuando vea a Cristo,
su rostro a contemplar,
entonces en su imagen,
fƔcil serƔ adorar
con himnos de alabanza
por su humanidad,
y dar a Ćl la gloria
por la eternidad.
542
Lamentaciones 3.19; Lucas 22.44; Salmo 42.7
Ve a Cristo, alma fiel,
Ćl por ti bebió la hiel.
Tu rescate Ćl compró
y del mal te libertó.
Maravilla de su amor,
se humanó el Salvador.
Medita en GetsemanĆ
sudor cual sangre cae allĆ.
Ve las olas avanzar
su alma santa a llenar.
Enteramente a Ćl cayó
la ira que a mà tocó.
AdorƩmosle con fe;
Ćl es digno yo lo sĆ©.
Toma, Señor, mi corazón
comprado por tamaƱo don.
543
Salmo 73.24, 45.2, 84.11; JeremĆas 18.6
GuĆame siempre, oh mi SeƱor;
guĆame siempre en tu amor,
hasta que todos vean en mĆ
la gracia libre que viene de Ti.
544
Hechos 10.43, 17.32, 26.28; Hebreos 12.25
Otra vez el evangelio
escuchaste, pecador;
otra vez la voz de Cristo
te ha hablado con amor.
c
Ven creyendo, ven creyendo;
ven a Cristo y vivirƔs.
Ven creyendo, ven creyendo;
ven a Cristo y vivirƔs.
Tu alma es campo de batalla
entre el diablo y JesĆŗs;
quiere SatanƔs tu muerte,
Cristo quiere tu salud.
RĆndete a Cristo y deja
tu atrevida rebelión.
Vuelve a Dios contrito ahora,
y recibe su perdón.
545
Efesios 2.3,12; Romanos 5.8; Tito 1.4
Años mi alma en vanidad vivió,
ignorando a quien por mà sufrió,
o que en el Calvario padeció
el Salvador.
c
Mi alma allà divina gracia halló;
Dios allà perdón y paz me dio.
Del pecado allà me libertó
el Salvador.
Por la Biblia miro que pequƩ,
y su ley divina quebrantƩ.
Mi alma entonces contempló con fe
al Salvador.
Toda mi alma a Cristo ya entreguƩ;
hoy le quiero y sirvo como a Rey.
Por los siglos siempre cantarƩ
al Salvador.
En la cruz su amor Dios demostró,
y de gracia al hombre revistió,
cuando por nosotros se entregó
el Salvador.
546
Salmo 8.1, 19.1; Job 36.26; 1 Timoteo 1.15; Apocalipsis 5.12
SeƱor mi Dios, al contemplar los cielos,
el firmamento y las estrellas mil,
al oir tu voz en los potentes truenos,
y ver brillar el sol en su cenit...
c
Mi corazón entona la canción:
«”CuĆ”n grande es Ćl, cuĆ”n grande es Ćl!Ā»
Mi corazón entona la canción:
«”CuĆ”n grande es Ćl, cuĆ”n grande es Ćl!Ā»
Al recorrer los montes y los valles,
y ver las bellas flores al pasar,
al escuchar el canto de las aves,
y el murmurar del claro manantial...
Cuando recuerdo del amor divino
que desde el cielo al Salvador envió,
aquel JesĆŗs, que por salvarnos vino
y en una cruz sufrió, por mà murió...
Cuando el SeƱor me llame
a su presencia,
al dulce hogar, al cielo de esplendor,
le adorarƩ, cantando la grandeza
de su poder y de su gran amor.
547
Marcos 8.36; Lucas 18.23; Salmo 107.35
Si yo gano el mundo y pierdo a Cristo,
¿qué provecho para mà serÔ?
Si en traje mundanal me visto,
¿cuÔl loor el mundo me darÔ?
Si yo tengo a Cristo por mi amigo,
si yo estoy confiando en su poder,
Ćl promete siempre andar conmigo,
y lo necesario proveer.
Si tuviera yo mundanos bienes,
y ganara fama sin igual,
tú, oh mundo vil, ¿qué premio tienes
que iguale a vida eternal?
Por gozar placeres sin medida,
y amigos, tierra y amor,
Āædebo yo perder, en mi salida
de la vida aquĆ, el Salvador?
Sin Jesús, ”cuÔn triste estÔ el alma!
Ā”CuĆ”n vacĆo el corazón sin Ćl!
Sólo Ćl torna tempestad en calma,
y desierto seco en un vergel.
Sin Jesús hay sólo noche oscura,
miserable, triste soledad.
ĀæQuĆ© serĆa morar en la negrura,
sin alivio por la eternidad?
548
GƩnesis 2.24; Hebreos 13.4; Romanos 8.35; Efesios 3.19; Juan 2.2; Efesios 5.25,33
Dios bendiga las almas unidas
por los lazos de amor sacrosanto,
y las guarde de todo quebranto
en el mundo de espinas erial.
Que el hogar que
a formarse comienza
con la unión de estos dos corazones,
goce siempre de mil bendiciones
al amparo del Dios de Israel.
Que el SeƱor, con su dulce presencia,
cariƱoso estas bodas presida,
y conduzca por sendas de vida
a los que hoy se han jurado lealtad.
Les recuerde que nada en el mundo
es eterno, que todo termina,
y por tanto con gracia divina
cifrar deben la dicha en su Dios.
Que los dos que ante Ti se aproximan
a jurarse su fe mutuamente,
busquen siempre de Dios en la fuente
el secreto de dicha inmortal.
Y si acaso de duelo y tristeza
se empaƱasen sus sendas un dĆa,
en JesĆŗs hallarĆ”n dulce guĆa
que otra senda les muestre mejor.
549
Judas 25; 1 Timoteo 6.15,16
Dulzura sin igual allĆ”
se ve en el Salvador.
El que murió, sentado estÔ
en majestad y honor,
en majestad y honor.
Ningún mortal jamÔs podrÔ
con Cristo comparar.
Ćl es el mĆ”s hermoso allĆ”,
que en gloria he de mirar,
que en gloria he de mirar.
Me vio hundido en aflicción,
me vino a rescatar.
Por mà sufrió crucifixión,
llevando mi pesar,
llevando mi pesar.
Le debo todo lo que soy;
me alegra el corazón.
La muerte no me asusta hoy:
habrÔ resurrección,
habrÔ resurrección.
Por tal bondad le soy deudor;
quisiera hoy poder
mil corazones, al SeƱor,
en gracias ofrecer,
en gracias ofrecer.
550
Mateo 13.55; Hebreos 10.5, 1.3; Marcos 15.34; Lucas 24.51
No vimos cuando Tú, Señor,
dejaste el trono celestial;
y nunca fuimos, Salvador,
a tu pesebre terrenal.
Pero sabemos que es verdad:
aquĆ naciste en humildad,
aquĆ naciste en humildad.
JamƔs entramos al hogar
del carpintero en Nazaret;
y no te vimos caminar
a orillas del Genesaret.
Pero sabemos que es verdad:
velaste tu divinidad,
velaste tu divinidad.
No te pudimos escuchar
orando en el GetsemanĆ;
y no te oĆmos exclamar:
Ā«ElĆ, lama sabactaniĀ».
Pero sabemos que es verdad:
moriste por la humanidad,
moriste por la humanidad.
La tumba no pudimos ver
después de tu resurrección;
y no te vimos ascender
después de dar tu bendición.
Pero sabemos que es verdad:
sentado estƔs en majestad,
sentado estƔs en majestad.
SĆ, te veremos, oh SeƱor,
pues prometiste regresar;
y te esperamos, Salvador,
morada fuiste a preparar.
Nos gozaremos, en verdad,
contigo por la eternidad,
contigo por la eternidad.
551
1 Corintios 11.23 al 30, 10.16
El pan, la copa, aquà en medio estÔn;
dos sĆmbolos que nos ayudarĆ”n
memoria hacer de Ti, ”oh Salvador!
al celebrar «la cena del Señor».
Aunque invisible, Tú también estÔs,
y el tema de esta reunión serÔs.
Para adorar, el Padre nos buscó;
su Santo EspĆritu nos congregó.
Tu cuerpo santo Dios lo preparó;
grande misterio: en Ti Ćl habitó.
Comiendo el pan, lo hacemos con temor
al discernir «el cuerpo del Señor».
En esta copa vemos bendición,
pues Tú bebiste ya la maldición.
Sobre la cruz vertiste, con amor,
sangre preciosa por el pecador.
El pan, la copa, quedarƔn atrƔs;
en gloria emblemas no usaremos mƔs.
Eternamente, ya no como aquĆ,
adoraremos, ”viéndote a Ti!
552
Mateo 18.20; GƩnesis 22.9; Salmo 22.1
Congregados en tu nombre,
invisible, estĆ”s aquĆ.
Eres Dios, y tambiƩn hombre;
Ā”oh, SeƱor! no hay otro asĆ.
A tu Padre le diremos
de las glorias de tu Ser,
aunque poco comprendemos
de lo que Ćl sĆ puede ver.
¿Cómo fue que te humillaste
al venir hasta BelƩn,
y en el Gólgota colgaste,
fuera de JerusalƩn?
De tu Padre, Hijo Amado,
cual Isaac sobre el altar;
por tu Dios desamparado,
sin carnero en tu lugar.
¿CuÔnto fue lo que sufriste
en la cruz por nuestro mal?
¿Cómo fue que Tú moriste
siendo Dios, el Inmortal?
En la gloria te veremos
sobre el trono, en majestad,
y, SeƱor, aprenderemos
mƔs de Ti en la eternidad.
553
Lucas 22.19; 1 Corintios 11.25
SeƱor, la misma noche
de angustia y de dolor,
cuando entregado fuiste
por mano del traidor,
tu dulce voz oĆmos:
Ā«Memoria haced de mĆĀ».
Con gratitud queremos
memoria hacer de Ti.
Pensamos en las horas
de negra oscuridad,
las olas y las ondas:
”Señor, qué tempestad!
Tu inmenso amor y gracia
se demostró allĆ.
Deseamos, conmovidos,
memoria hacer de Ti.
Te vemos exaltado
por tu resurrección;
cabeza de tu Iglesia,
gloriosa posición.
Por gracia en Ti aceptos,
rodeĆ”moste aquĆ.
Sublime el privilegio
memoria hacer de Ti.
Y hasta que TĆŗ vengas
tu Iglesia a arrebatar,
a compartir tu gloria
y en tu presencia estar,
tal gozo anticipando,
queremos hoy asĆ,
tu muerte anunciando,
memoria hacer de Ti.
554
Juan 1.1,14; 1 Pedro 1.12
Eres el Verbo eternal,
Hijo Ćŗnico de Dios;
su manifestación final,
Hijo de su amor.
c
Tú eres digno, oh Señor,
de recibir ferviente loor,
de recibir ferviente loor.
La gloria de tu Padre Dios
en Ti se reveló;
en Ti la plenitud de Dios
en hombre habitó.
Imagen de invisible Dios;
de luz el resplandor;
esencia del divino ser
se ve en tu corazón.
Ni Ɣngel puede comprender
misterio tan veraz.
El Padre sólo de tu ser
es de entender capaz.
AmƔndote en quien su amor
el Padre derramó,
tus miembros gozan del favor
de quien te aceptó.
Del universo entero, su
centro y sol serƔs.
Los cƔnticos y el loor
por siempre gozarƔs.
555
1 Timoteo 1.12 al 17
Gloria a Ti, AltĆsimo SeƱor,
”mi Salvador!
Sentado en alta majestad y honor,
”te doy loor!
Tu pueblo al disfrutar tu plenitud
eleva su profunda gratitud.
Triste la noche; angustia y gran dolor,
— Ā”GetsemanĆ! —
cual sangre son las gotas de sudor
que caen allĆ.
ĀæLa voluntad del Padre es para Ti
beber la copa amarga en vez de mĆ?
De espinas coronado en la cruz,
”qué crueldad!
Oh, ¿por qué a mà mostrar, Señor Jesús,
tan gran bondad?
”CuÔnto quisiera mi alma comprender
amor tan vasto en tu divino ser!
Tu sangre tan preciosa en expiación
vertiste allĆ
para salvarme de la perdición;
”loor a Ti!
Nada podrĆ” cambiar tu gran favor,
ni separarme de tu eterno amor.
Inagotable cual inmenso mar
tu amor por mĆ.
Profundo amor, que no podrƩ sondear,
encuentro en Ti.
Cuando a tus pies en gloria estarƩ,
por el Calvario aún te alabaré.
556
Salmo 19.14; Hechos 4.12
”Oh! que tuviera lenguas mil
del Redentor cantar,
las glorias de mi Dios y Rey,
los triunfos de su amor.
Bendito mi SeƱor y Dios,
te quiero proclamar;
decir al mundo en derredor
tu nombre sin igual.
Dulce es tu nombre para mĆ,
pues quita mi temor;
en Ćl hay salud y paz
para el pobre pecador.
Rompe cadenas del pecar,
al preso librarĆ”.
Su sangre limpia al ser mƔs vil.
”Gloria a Dios! soy limpio ya.
557
Romanos 8.12; Lucas 16.5
Mi vida di por ti,
mi sangre derramƩ.
Por ti inmolado fui,
por gracia te salvƩ.
Por ti, por ti mi vida di,
¿qué has dado tú por m�
Mi celestial mansión,
mi trono de esplendor,
dejƩ por rescatar
al mundo pecador.
SĆ, todo Yo dejĆ© por ti,
¿qué dejas tú por m�
Reproches, aflicción
y angustias Yo sufrĆ.
La copa amarga fue
que Yo por ti bebĆ.
Reproches Yo por ti sufrĆ,
¿qué sufres tú por m�
De mi celeste hogar
te traigo el rico don
del Padre Dios de amor,
la plena salvación.
Mi don de amor te traigo a ti,
¿qué ofreces tú por m�
558
JeremĆas 31.3; 1 Juan 4.19
ĀæLejos viniste, oh Amado,
para buscarme a mĆ?
Desde la gloria del cielo
vine a buscarte a ti.
De alturas ya invisibles,
tras los planetas y el sol;
inmensurable distancia
vine por ti en amor.
ĀæMucho dejaste, oh Amado,
cuando viniste por mĆ?
Hogar en el seno del Padre;
esto dejƩ Yo por ti.
Tras la canción y homenaje,
triste, perdido te vi.
La libertad, luz y gloria:
todo dejƩ Yo por ti.
ĀæMucho sufriste, oh Amado,
para traerme la luz?
Burla, azotes, espinas,
muerte atroz en la cruz.
Ira de Dios, ”qué tristeza!
Su pena cayó sobre mĆ;
bajo la vara de enojo,
por culpa tuya sufrĆ.
Y, ¿cuÔnto tiempo, mi Amado,
hace que me amas asĆ?
Antes que el mundo fue hecho,
ya mi esposa escogĆ.
Antes que seres celestes
daban excelso loor,
a Dios ofrecĆ inmolarme.
”Eterno, eterno mi amor!
559
1 Corintios 15.43; Juan 13.7
Cuando al fin en paz lleguemos
a la patria celestial,
al SeƱor alabaremos
en concierto universal.
Estas pruebas y aflicciones
terrenales cesarƔn,
y su faz, sin distracciones,
nuestros ojos mirarƔn.
c
Ā”Oh quĆ© dĆa tan glorioso!
Nubes negras ya no habrĆ”
cuando allĆ”, en pleno gozo,
Dios las penas quitarĆ”.
Todos ya resucitados,
nuestros cuerpos brillarƔn;
y por Dios perfeccionados,
al cumplir su eterno plan;
aunque aquĆ, en las penumbras
de este valle de dolor,
fue difĆcil, entre sombras,
ver propósitos de amor.
Olvidar jamƔs podremos
su cuidado y compasión,
pues allĆ” recordaremos
su ternura en la aflicción.
Nos guió por el camino,
nuestras cargas Ćl llevó;
con poder y amor divino,
nunca nos abandonó.
De las pruebas de la vida
Dios darÔ su explicación:
toda duda esclarecida
y el porqué de la aflicción.
Juntos nos asombraremos
del diseƱo de su plan,
y sin lƔgrimas veremos
la razón de nuestro afÔn.
560
Romanos 12.1; Filipenses 2.17, 4.18; 2 Corintios 8.5
Cuando allƔ, al SeƱor mirarƩ:
sonriente faz, hermosa faz.
Ante Ćl yo me preguntarĆ©:
¿Por qué no le di mucho mÔs?
c
MƔs, mucho mƔs,
mÔs de mi vida, ¿no fui capaz?
Ante Ćl yo me preguntarĆ©:
¿Por qué no le di mucho mÔs?
Cuando allĆ”, y Ćl su mano me dĆ©
— manos asĆ, Ā”nadie jamĆ”s! —
ante Ćl, yo me preguntarĆ©:
¿Por qué no le di mucho mÔs?
En la luz de ese bello hogar,
con el SeƱor, viendo su faz,
ante Ćl, yo podrĆ© recordar
que un dĆa yo quise dar mĆ”s.
c
Hoy, desde hoy,
toda mi vida en ofrenda le doy;
porque asĆ, sin reservas pondrĆ©
ante Ćl lo que fui desde hoy.
561
2 Timoteo 4.6; 1 Juan 3.2
Al cumplir mi jornada
de esta vida terrenal,
del Señor Jesús allÔ recibiré
muy cordial bienvenida
a su casa celestial;
su sonrisa es lo primero que verƩ.
c
”Oh qué gozo al conocerle!
Redimido, a su lado yo estarƩ.
”Oh, qué gozo al conocerle!
Y sus manos heridas yo verƩ.
Inefable experiencia cuando
al fin le mirarƩ;
esos ojos tan hermosos brillarƔn.
Por su misericordia
y su amor le alabarƩ,
y mis pies en calles de oro andarƔn.
Tengo amados en gloria,
mi llegada anhelan ver;
bien recuerdo despedidas con dolor.
Aunque ya transformados,
yo los voy a conocer,
pero quiero ver primero a mi SeƱor.
Revestido de blanco,
por las puertas entrarƩ
cuando llegue tan glorioso amanecer;
y en el coro celeste
con millones cantarƩ,
no sin antes a mi Cristo conocer.
562
Hechos 2.42; 1 Timoteo 2.1; Hechos 3.1
En la hora de oración,
juntos en humildad,
ante el trono de gracia,
y con necesidad,
confesando nuestro mal
y gozando el perdón,
Padre, somos tus hijos:
danos hoy tu bendición.
c
”Oh, qué bendición!
”Grande consolación!
Nuestras almas descansan
en la hora de oración.
En la hora de oración,
damos gracias a Ti
que en el cielo
JesĆŗs intercede allĆ.
Ćl sufrió nuestro dolor,
compasión nos tendrÔ;
oportuno socorro,
sacerdote fiel serĆ”.
En la hora de oración,
no podemos dudar;
hoy confiamos que TĆŗ
nos podrƔs contestar.
Si es tu santa voluntad,
actuarƔs con poder;
Padre, ayĆŗdanos siempre
solamente a creer.
En la hora de oración,
quita el sueƱo de aquĆ,
la lección aprendamos
del GetsemanĆ:
Nuestra carne dƩbil es,
hay que orar sin cesar.
El SeƱor viene pronto:
Ā”sĆ, debemos hoy velar!
563
Filipenses 3.14; Ćxodo 32.29; Romanos 12.11
Quiero consagrarme hoy,
sin reservas todo doy.
Holocausto en el altar,
sólo a Dios quiero agradar,
sólo a Dios quiero agradar.
Mis oĆdos abrirĆ”s;
tuyo soy, me marcarƔs.
Cual esclavo en la antigüedad,
no me des mi libertad,
no me des mi libertad.
Manos listas para Ti,
diligencia ve en mĆ.
Sin pereza, con fervor,
servirƩ a mi SeƱor,
servirƩ a mi SeƱor.
Quiero que tu voluntad
cumplas sin dificultad.
Alfarero Tú serÔs;
barro soy, que formarƔs,
barro soy, que formarƔs.
Esta voz podrƔs usar,
tu Palabra al proclamar.
Vaso humilde quiero ser
en que muestres tu poder,
en que muestres tu poder.
Mi dinero quiero dar,
nardo puro derramar
a tus pies. Yo sƩ SeƱor,
bien mereces lo mejor,
bien mereces lo mejor.
Y mis pies Tú guiarÔs;
no me detendrƩ jamƔs.
MÔndame, ¿a dónde iré?
LlƔmame, te seguirƩ.
LlƔmame, te seguirƩ.
564
Romanos 6.11; Hebreos 13.5
Crucificado con Cristo estoy,
resucitado con Ćl vivo hoy,
mirando a Cristo confiado yo voy:
cada momento, SeƱor, tuyo soy.
c
Cada momento,
guardado en su amor;
cada momento con mi Salvador.
Mirando a Cristo confiado yo voy;
cada momento, SeƱor, tuyo soy.
Nunca en conflictos me abandonarĆ”,
nunca una lucha que Ćl no pelearĆ”,
nunca enemigos que Ćl no vencerĆ”:
cada momento su fuerza me da.
Nunca una prueba en que Ćl no estarĆ”,
nunca una carga que Ćl no llevarĆ”,
nunca una pena que Ćl no sentirĆ”:
cada momento Ćl me cuidarĆ”.
Nunca un gemido que Ćl no pueda oir,
nunca una angustia que Ćl no ha de sentir,
nunca un temor que Ćl no pueda extinguir:
cada momento conmigo ha de ir.
Nunca me deja en mi debilidad,
nunca termina su felicidad,
nunca varĆa su tierna amistad:
cada momento, ”qué inmensa bondad!
565
Efesios 2.12; Lucas 13.25
”Sin un Salvador, sin Cristo!
Oh, ¿cómo puede ser?
Cual un barco sin piloto
en un tempestuoso mar.
c
Sin refugio ni esperanza,
sin Jesús, ¿por qué vivir?
¿Qué serÔ morir sin Cristo?
”Qué terrible porvenir!
Sin un Salvador, sin Cristo,
”qué lúgubre existir!
Sin alivio ni consuelo
ahora y en lo porvenir.
Sin un Salvador, sin Cristo,
sin un Amigo fiel:
triste es vivir sin Cristo.
ĀæQuĆ© serĆa morir sin Ćl?
Sin un Salvador, sin Cristo:
sin luz navegarƔs.
”Oh, refúgiate en Cristo!
pues sin Ćl te perderĆ”s.
”Sin un Salvador, sin Cristo!
En Ćl confĆa ya;
antes de cerrar la puerta,
entra, y Ćl te salvarĆ”.
c
Con refugio y esperanza,
con JesĆŗs grato es vivir.
”Oh, qué paz morir con Cristo!
”qué glorioso porvenir!
566
Filipenses 2.8; Hebreos 2.9
Desde la gloria el Salvador
vino a morir por el pecador.
Hasta la cruz fue con gran amor:
Ćl murió por mĆ.
c
Ćl murió por mĆ,
Ćl murió por mĆ;
canto con gozo de mi SeƱor,
Ćl murió por mĆ.
Cristo pagó todo a mi favor,
obra costosa del Redentor.
Ya perdonado, no soy deudor:
Ćl murió por mĆ.
Grata noticia de salvación:
ya no veré la condenación.
Cristo llevó toda transgresión,
Ćl murió por mĆ.
567
Hechos 16.31; Juan 20.31
El mensaje antiguo es,
muy vigente a la vez;
oye hoy con interƩs,
”créelo ahora!
Se te ofrece salvación,
vida eterna, paz, perdón,
y en el cielo una mansión,
”créelo ahora!
c
”Créelo ahora! ”Créelo ahora!
¿Por qué vas a demorar?
Ven hoy mismo sin tardar.
”Créelo ahora! ”Créelo ahora!
Pues no siempre habrĆ” lugar.
”Créelo ahora!
«En la senda del error
ando yo, un pecador;
necesito al Salvador,
creo ahora.
”Qué destino tan atroz!
Ā”Ten piedad de mĆ, oh Dios!
A mi vicio dije: ‘Adiós’;
”creo ahora!»
«En la cruz Jesús murió;
Ćl por mĆ su vida dio.
Todo hecho ya quedó,
creo ahora.
”Oh, qué gran seguridad!
”Salvo por la eternidad!
Esta es mi oportunidad,
”creo ahora!»
568
JeremĆas 35.17; Lucas 13.34; Hebreos 2.3; GĆ©nesis 6.3
A ti, pecador, Dios llamƔndote estƔ.
ĀæEn vano le dejas llamar?
Llamó cuando en calma tu viaje iba bien,
llamó en la tormenta del mar.
c
”Oh vuélvete ahora,
navega hacia el puerto!
pues Cristo es el ancla allĆ”.
Millones viajando sin rumbo
han muerto:
tu alma en peligro estĆ”.
Y tĆŗ, pecador, que no quieres oĆr,
muy sordo has sido a su voz;
te cansas de tanto escucharle llamar,
¿y qué si se cansara Dios?
Si hoy, pecador, el EspĆritu ya
decida alejarse de ti,
dejƔndote solo, no contenderƔ,
por mĆ”s que quisieras que sĆ.
Tal vez, pecador, la paciencia de Dios
muy pronto se pueda agotar,
y al puerto celeste al cual te llamó
ya nunca te deje arribar.
569
Hechos 24.25 al 27, 26.28,29; Amós 4.12
Una lĆnea rebasa el que ignora al SeƱor,
y el EspĆritu no llama mĆ”s.
Con el mundo tĆŗ corres veloz, sin temor:
piensa bien, piensa bien, ¿qué harÔs?
c
Piensa bien, ¿qué harÔs?
hoy podrĆas morir;
tus placeres aquà dejarÔs.
Al infierno, sin Cristo,
tendrĆas que ir:
piensa bien, piensa bien, ¿qué harÔs?
¿Cómo despreciarÔs el regalo de Dios,
por los vicios que tú amas mÔs?
De este mundo, quizƔs, quieres hoy ir en pos:
piensa bien, piensa bien, ¿qué harÔs?
En su misericordia Dios quiere salvar,
pero tiempo no siempre tendrƔs.
Hoy la puerta estĆ” abierta y puedes entrar:
piensa bien, piensa bien, ¿qué harÔs?
570
Mateo 7.14; Juan 1.43
Viajando al cielo arriba voy,
Āæquieres ir? Āæquieres ir?
De Dios la invitación te doy,
Āæquieres ir?
Millones han llegado ya,
con Cristo estƔn en gloria allƔ,
y tú que estÔs aún acÔ:
Āæquieres ir? Āæquieres ir?
En calles de oro andarƩ,
Āæquieres ir? Āæquieres ir?
Ni penas ni dolor tendrƩ,
Āæquieres ir?
Celeste hogar ”qué bendición!
ni enfermedad, ni maldición;
jamÔs habrÔ separación.
ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir?
Camino angosto es JesĆŗs,
”puedes ir! ”puedes ir!
La puerta estrecha abrió en la cruz,
”puedes ir!
Creyendo en Ćl hay salvación,
seguridad, satisfacción,
y no verÔs condenación.
”Puedes ir! ”Puedes ir!
«El cielo oyó mi decisión:
”sà iré! ”sà iré!
Acepto ya la invitación,
”sà iré!
A mis amigos digo ‘Adiós’,
caminarƩ de Cristo en pos,
por el Calvario llego a Dios.
”Sà iré! ”Sà iré!»
571
Lucas 17.11, 18.36, 19.1
¿Hay corazón esperando,
triste, anhelando perdón?
Hoy Cristo viene pasando,
te ofrece tal bendición.
c
Cristo JesĆŗs va pasando
muy cerca de aquĆ.
Cristo JesĆŗs va pasando,
pasando cercano a ti.
¿Hay corazón hoy vagando,
lejos, sin rumbo ni paz?
Cristo te viene buscando,
pasando allà donde estÔs.
¿Hay corazón quebrantado,
que quiere ya descansar?
ĀæOyes de Cristo el llamado?
Pasando, Ćl puede salvar.
Ven, pecador, sin demora;
pronto JesĆŗs pasarĆ”,
y si no vienes ahora,
al irse, te dejarĆ”.
572
Lucas 15
La oveja se perdió;
tras ella el buen pastor,
dejando todo la buscó,
movido por su amor.
Perdido asĆ me vi,
mas Cristo me encontró,
hasta la cruz Ćl fue por mĆ
y allà me rescató.
Moneda de valor
una mujer perdió;
con diligencia, luz, fervor,
su casa ella barrió.
Perdido asĆ me vi,
mas Dios me pudo ver,
su EspĆritu obró en mĆ,
y yo volvĆ a nacer.
El pródigo salió
muy lejos del hogar;
perdidamente Ćl vivió,
y quiso regresar.
Perdido asĆ me vi,
arrepentido estoy;
amor del Padre recibĆ,
y perdonado soy.
573
IsaĆas 7.14; Lucas 2.12,34; Mateo 12.39; ZacarĆas 12.10; Hechos 4.12; Romanos 10.9
SeƱal dada por Dios mismo
a un mundo pecador:
en BelƩn humilde virgen
dio a luz al Salvador.
Y pastores con gran gozo
adorĆ”ronle a Ćl,
niƱo envuelto en paƱales
en pesebre, el Emanuel.
c
Es Jesús el señalado
quien te vino a buscar.
Es JesĆŗs y ningĆŗn otro
quien te puede hoy salvar.
Es JesĆŗs a quien tĆŗ debes
aceptar por Salvador.
Es JesĆŗs a quien tus labios
deben confesar SeƱor.
Cristo en cruz, seƱal divina
que traspasa el corazón;
contradicha es por muchos
cuyo fin es perdición.
Aquel cuerpo que en vida
era templo de su Dios,
destruido fue por hombres,
mas ya vive para nos.
Sepultado por tres dĆas,
luego Ćl resucitó;
seƱal de JonƔs profeta
que al alma Dios nos dio.
Pronto el Cristo, Rey de Reyes,
desde el cielo bajarĆ”,
y el mundo despertado
su rechazo llorarĆ”.
574
Lucas 2.7; Hebreos 13.12; Lucas 13.25
Sin alcoba quieta, sin cuna, sin luz;
sólo un pesebre gozaba Jesús.
Sin cantos alegres, sin lamentación;
lugar le prestaron fuera del mesón.
c
JesĆŗs estĆ” aĆŗn afuera,
”Oh! hazle un hogar.
Que no te diga mƔs allƔ:
«Ni tú tendrÔs lugar».
Le echaron fuera de una ciudad,
cuando les hablaba
de gracia y verdad.
Le desconocieron al SeƱor de Sion;
le crucificaron fuera del mesón.
Mas no se ha ido nuestro Salvador;
Ćl quiere mostrarnos su grande amor.
Ćbrele la puerta de tu corazón:
es dĆa de gracia fuera del mesón.
575
GƩnesis 6 al 9
En los dĆas de NoĆ©
Dios avisó con tiempo que
lluvia del cielo iba a caer,
dƔndole muerte a todo ser.
c
Muchos no creyeron.
Muchos no creyeron.
Muchos no creyeron,
no seas tĆŗ asĆ.
Dios un arca diseñó
y este Noé la construyó.
Fue la manera de salvar
al que quisiera allĆ entrar.
c
Sólo Cristo salva.
Sólo Cristo salva.
Sólo Cristo salva
al pobre pecador.
Hasta el arca fueron, sĆ,
los animales, porque allĆ
el Creador los protegió.
De dos en dos Ćl los llamó.
c
Dios te estĆ” llamando,
Dios te estĆ” llamando,
Dios te estĆ” llamando,
no tardes en venir.
Mucha lluvia al fin cayó;
toda la tierra se inundó,
pero en el arca entró Noé
con su familia, y salvo fue.
c
Hoy la puerta es Cristo.
Hoy la puerta es Cristo.
Hoy la puerta es Cristo,
por fe puedes entrar.
Cuando el agua se secó
Dios a Noé le prometió:
«Otro diluvio nunca habrÔ»,
y Ćl su palabra cumplirĆ”.
c
ĀæVes un arco iris?
ĀæVes un arco iris?
ĀæVes un arco iris?
AcuƩrdate de Dios.
576
Lucas 19.3; 1 Pedro 1.7
Un hombre de la antigüedad,
hastiado ya de todo,
sintió la gran necesidad
de algo mƔs que oro.
c
Ā”Oh! sĆ, mi amigo, hay algo mĆ”s
que un montón de oro;
gozar de eterna salvación
es mucho mƔs que oro.
Zaqueo un dĆa escuchó
noticias de gran gozo:
«Llegó Jesús a Jericó
con algo mÔs que oro».
Dejando atrƔs la multitud,
la fama y el decoro,
corrió a ver quién, con virtud,
da algo mƔs que oro.
Llegando al Ɣrbol, el SeƱor
se dirigió a Zaqueo:
«Desciende pronto y te daré
lo que es tu gran deseoĀ».
Asà obediente recibió
de Cristo gran tesoro,
y luego a todos declaró:
«Es mucho mÔs que oro».
577
Salmo 19.10; Juan 14.3
Yo tengo un gran tesoro
que vale mƔs que el oro.
Juntos andaremos,
mi Biblia y yo.
Sesenta y seis libros tiene;
leerlos todos conviene.
Juntos andaremos,
mi Biblia y yo.
Me habla siempre de Cristo;
es Ćl a quien necesito.
Juntos andaremos,
mi Biblia y yo.
Yo tengo un Salvador vivo;
es Ćl a quien yo sigo.
Al cielo Ćl me lleva,
mi Salvador.
578
Juan 3.3,4
Nicodemo una noche
vino a JesĆŗs,
deseando informarse
de el que es la luz.
Cristo dijo claramente:
«Esto has de saber:
si tĆŗ quieres ir al cielo,
has de renacerĀ».
Nicodemo el maestro
quiso comprender
cómo uno, siendo viejo,
vuelve a nacer.
Ćl oyó de la serpiente
levantada allĆ”.
Mira asà también a Cristo;
Ćl te salvarĆ”.
Nicodemo esa noche
recibió a Jesús,
y pasó de las tinieblas
a la clara luz.
Luego era fiel a Cristo,
y le confesó.
Ya estĆ” con Ćl en gloria,
quien por él murió.
579
Esdras 7.10; Juan 5.39; 1 Corintios 10.6
El GƩnesis primero es,
el Ćxodo va luego;
LevĆtico y NĆŗmeros,
despuƩs Deuteronomio;
JosuƩ y Jueces, luego Rut,
y los dos libros de Samuel;
los Reyes y las Crónicas;
son dos de cada uno.
Historias fieles Ʃstas son,
con Esdras, NehemĆas;
Ester tambiƩn, y entonces Job
comienza las poesĆas.
Los Salmos, ”cuÔn preciosos son!
y los Proverbios, ”qué instrucción!
EclesiastƩs y el Cantar,
poemas tan soberbios.
Con IsaĆas luego van
siguiendo JeremĆas,
Lamentaciones y Ezequiel,
las grandes profecĆas;
Daniel, Oseas y Joel,
Amós, AbdĆas y JonĆ”s,
Miqueas, NahĆŗm, Habacuc,
y luego SofonĆas.
Ya quedan solamente tres:
Hageo y ZacarĆas,
y MalaquĆas al final
de estas profecĆas.
Todos debemos estudiar
las Escrituras del SeƱor;
en ellas se hallan gozo y paz,
y eterna salvación.
580
2 Timoteo 3.15
Los libros veintisiete son,
y son Mateo y Marcos,
entonces Lucas y San Juan,
los Hechos y Romanos.
c
Todos debemos estudiar
las Escrituras sin cesar.
En ellas se hallan gozo y paz,
victoria en las luchas.
Corintios, GƔlatas despuƩs,
Efesios, Filipenses,
y a Colosenses llegamos,
y Tesalonicenses.
Entonces Timoteo ved,
y Tito y Filemón.
Tenemos todos que leer
la carta a los Hebreos.
Santiago, Pedro y San Juan,
y Judas viene luego;
y Apocalipsis al final
del Nuevo Testamento.
581
EclesiastƩs 12.1; Marcos 10.14; Lucas 13.25
«Acuérdate de Cristo en tu juventud»,
es la voz divina para la salud.
«Dejad a los niños a mà venir»,
fue la voz de Cristo antes de morir.
Hoy, querido niño, oye tú su voz;
huye del castigo, muerte tan atroz.
AcuƩrdate que Cristo muy pronto volverƔ;
a niƱos no salvados la puerta cerrarƔ.
582
1 Tesalonicenses 4.16,17; Mateo 25.13
Pronto viene aquel momento
tan glorioso de esplendor,
cuando la final trompeta sonarĆ”,
y descenderĆ” del cielo
a las nubes el SeƱor,
y a sus redimidos arrebatarĆ”.
c
¿EstarÔn los niños listos?
¿EstarÔn las niñas listas?
ĀæEstaremos todos listos
cuando venga en las nubes el SeƱor?
Date prisa a prepararte,
poco tiempo queda ya.
Hoy acepta a Cristo como Salvador.
Es su sangre tan preciosa
que tu alma limpiarĆ”,
y al cielo subirƔs con el SeƱor.
583
Salmo 119.29,37; Proverbios 16.6; 2 Timoteo 2.22
Cuidado mis ojitos lo que veis.
Cuidado mis ojitos lo que veis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
”Cuidado! Cuidado lo que veis.
Cuidado mis oĆdos lo que oĆs.
Cuidado mis oĆdos lo que oĆs,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
Ā”Cuidado! Cuidado lo que oĆs.
Cuidado mis manitas lo que hacƩis.
Cuidado mis manitas lo que hacƩis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
”Cuidado! Cuidado lo que hacéis.
Cuidado mis piecitos donde andƔis.
Cuidado mis piecitos donde andƔis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
”Cuidado! Cuidado donde andÔis.
Cuidado mi boquita lo que hablƔis.
Cuidado mi boquita lo que hablƔis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacĆa acĆ”.
”Cuidado! Cuidado lo que hablÔis.
584
Ćxodo capĆtulo 20; 1 Pedro 3:18
En el Monte SinaĆ
Dios habló a MoisĆ©s asĆ:
«Mandamientos Yo te doy;
guƔrdalos, pues santo soy.
Hay un Dios y no hay mƔs,
dioses falsos no tendrƔs.
Ćdolos no quiero ver,
ni una imagen debe haber.
Mi gran nombre estimarƔs,
no en vano lo usarƔs.
Son seis dĆas para ti,
otro dĆa es para mĆ.
Padre y madre honrarƔs,
larga vida asà verÔs.
Prohibido estĆ” matar,
a tu prójimo hay que amar.
Y nunca adulterarƔs,
lo inmoral evitarƔs.
CuĆdate de no robar,
ni lo ajeno has de tomar.
Testimonio fiel darƔs,
nada falso hablarƔs,
y no debes codiciar,
ni lo de otros anhelarĀ».
ĀæEs posible asĆ vivir,
y esta ley siempre seguir?
Sólo Cristo sà cumplió,
por injustos Ćl murió.
585
Deuteronomio 11.12; Mateo 5.1, 23.3 7
Tierra bendita y divina
es la de Palestina, donde nació Jesús.
Eres de las naciones cumbre
bañada por la lumbre que derramó su luz.
c
Eres la historia inolvidable
porque en tu seno se derramó
la sangre, preciosa sangre,
del unigƩnito Hijo de Dios;
la sangre, preciosa sangre,
del unigƩnito Hijo de Dios.
Cuenta la historia del pasado
que, en tu seno sagrado, vivió el Salvador,
y en tus hermosos olivares
habló a los millares la palabra de amor.
Quedan de ti testigos mudos
que son los viejos muros de la JerusalƩn;
viejas paredes destruidas
que si tuvieran vida nos hablarĆan tambiĆ©n.