Tiatira es asociada en la Biblia con dos mujeres: Lidia (Hechos 16:14-15) y Jezabel (Apocalipsis 2:20). Lidia se menciona como una mujer de una fe genuina que hizo evidente su fe por medio de sus buenas obras al mostrar hospitalidad hacia otros creyentes. Jezabel, por el contrario, era una falsa profeta cuya influencia trajo idolatría al núcleo de la iglesia en Tiatira.
Cada creyente tiene el potencial de ser una influencia positiva o una influencia negativa para la iglesia, de lo cual cada uno dará cuenta al Señor por esto. Seamos como Lidia.
La idolatría se había permeado dentro de la iglesia y con ella la inmoralidad. Es por esto que Tiatira se nos presenta como la iglesia desviada.
Ciudad de Tiatira
Geográficamente comenzamos a descender unos 65 kilómetros al sur de Pérgamo, para llegar a la ciudad de Tiatira. Esta ciudad fue fundada por uno de los generales de Alejandro Magno, Seleuco I Nicátor, quien también fundó el Imperio Seléucida. Seleuco I le dio el nombre a Tiatira en honor al nacimiento de su hija, y la ciudad fue fundada con el propósito que sirviera de fortaleza en la frontera del territorio seléucida para proteger el imperio de los ataques de las fuerzas romanas, las cuales estaban en Pérgamo para la época. Esto le dio a Tiatira gran importancia militar durante este tiempo. Sin embargo, luego que cayó el imperio seléucida, la ciudad de Tiatira quedó en control del imperio romano y fue incorporada a la provincia de Asia, perdiendo así la importancia militar que una vez gozó. Esto nos hace ver el por qué el Señor hace la promesa al creyente sobre dar “autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro”. Cristo tiene algo mucho más grande para los creyentes en comparación a lo mejor que jamás Tiatira disfrutó.
Dos cosas más identifican la ciudad de Tiatira: su industria y su idolatría.
- Industria: aunque ya no era militarmente importante, la ciudad de Tiatira sí era comercialmente importante. Estaba ubicada en el cruce de varias rutas comerciales que dieron a Tiatira un buen progreso económico. La industria textil era particularmente próspera, la cual incluía las telas teñidas de púrpura. Lidia, mencionada en Hechos 16:14, pertenecía a este oficio.
La industria estaba muy bien organizada por gremios, de acuerdo con el oficio: herreros, textil, agricultura, etc. Para poder practicar el oficio, era obligatorio formar parte del gremio correspondiente. - Idolatría: los habitantes de Tiatira adoraban todo el panteón de dioses, incluyendo el culto al emperador romano. La industria y la idolatría estaban estrechamente vinculados a través de estos gremios de oficios los cuales tenían alguno de los dioses como patrón y protector. Muchas monedas usadas en Tiatira muestran la imagen de una mujer coronada con almenas; la mujer simbolizando debilidad y las almenas representando victoria. Esto puede ser una muestra del orgullo de la ciudad, quizás asociado a los orígenes de Tiatira y al trasfondo de su nombre. Este trasfondo nos da luz en cuanto a lo dicho por el Señor a la iglesia en Tiatira sobre aquella mujer, Jezabel, que había tenido tanta influencia idolátrica en la iglesia.
Características de Cristo
El Señor se presenta como el Hijo de Dios, haciendo referencia a dos características. Veamos esto con más detalle:
- El Hijo de Dios: esta es una evidente referencia a su DEIDAD. Los judíos lo entendieron claramente de esta manera: “Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Juan 5:18). De más está decir que para ellos esto era blasfemia, y es por eso que la principal acusación de los judíos contra Jesús era que Él se hacía a sí mismo Hijo de Dios (Marcos 14:61-62; Juan 19:7). El saber esto preocupó mucho a Pilato, por temor de con quién estaba tratando, y a partir de ese momento procuró soltarle.
Además, es una referencia a su SINGULARIDAD, ya que dice: “El Hijo de Dios”. En las mitologías había muchos que eran hijos de los dioses, no así el Señor Jesucristo quien es único, es EL Hijo de Dios. Así lo expresó el apóstol Juan en su evangelio, mencionando en cuatro ocasiones a Cristo como el “Unigénito” (Juan 1:14,18; 3:16,18).
Finalmente, este título es una demostración de AUTORIDAD, porque Cristo se dirige a la iglesia en Tiatira, haciendo ver la idolatría y el desorden que había en la iglesia y ejecutando juicio sobre Jezabel y sus seguidores. - El que tiene ojos como llama de fuego: bien se puede decir esto de cada uno de los mensajes. Que tiene ojos como llama de fuego es una figura de la capacidad del Señor de discernir todas las cosas. Es una alusión a su omnisciencia. No se deja llevar solamente por lo visible, por la apariencia, sino que puede ver hasta lo más profundo de los corazones; los motivos o intenciones por las que hacemos las cosas. El apóstol Pedro le dijo al Señor: “Señor, tú lo sabes todo" (Juan 21:18). De esta manera Él observa lo que ocurre en la iglesia, y también lo que ocurre en nuestras vidas. Su evaluación es objetiva y justa. “No hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:13).
Esta iglesia quedaría expuesta ante Aquel que todo lo escudriña y sería un ejemplo para todas las iglesias, por eso dice más adelante en el mensaje: “y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón” (v.23). - Pies semejantes al bronce bruñido: en la Biblia el bronce es figura de juicio. El altar del holocausto era de bronce, la serpiente en el desierto era de bronce. Ambos símbolos nos hacen ver el juicio de Dios sobre el pecado. El Señor viene en juicio sobre los que están destruyendo la iglesia en Tiatira, comenzando con la mujer Jezabel: “He aquí, yo la arrojo en cama”, y también con sus seguidores: “y en gran tribulación a los que con ella adulteran… Y a sus hijos heriré de muerte” (vv.21-23).
Condición de la iglesia
Aunque mayormente la descripción de la iglesia es negativa, hay cinco cosas positivas que el Señor resalta:
- Amor: el amor es una virtud fundamental para el cristiano. El apóstol Pablo escribe a los Corintios que “ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13). Es el móvil del creyente. Si no tengo amor, no importa cuán dedicado pueda estar a las cosas del Señor, carezco de lo más importante. Al ser mencionado de primero nos hace ver que era prioridad para estos creyentes. La fortaleza de Tiatira era la debilidad de Éfeso (quienes habían perdido su primer amor). De acuerdo con Romanos 5:5, el amor es el resultado de la obra del Espíritu Santo en el creyente: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
- Fe: el diccionario Thayer explica que la fe está asociada con la CONVICCIÓN en cuanto a Dios y al Señor Jesucristo, y también con la CONFIANZA nuestra en Él y su Palabra. La fe y el amor están estrechamente relacionados en el Nuevo Testamento (1 Corintios 13:13; 2 Corintios 8:7; Gálatas 5:22; Efesios 3:17; Colosenses 1:4; 1 Tesalonicenses 1:3; 3:6; 5:8; 1 Timoteo 1:14)
- Servicio: de un amor y fe genuinos el resultado es el servicio al Señor. Este es el servicio que el Señor quiere, uno que está motivado por el amor al Señor, como aquel siervo de Éxodo 21.
- Paciencia: aquí sería más bien la constancia y perseverancia. El mundo es contrario; el enemigo busca desanimar al creyente. ¡Cuántas veces nos encontramos en situaciones donde queremos dejarnos llevar por la corriente! Somos como aquellos discípulos que estaban remando con gran fatiga porque el viento les era contrario. El apóstol nos exhorta: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).
- Progreso: al decir “tus obras postreras son más que las primeras” está mostrando que hay crecimiento en la iglesia en cuanto a sus obras. Esa perseverancia estaba resultando en crecimiento para la iglesia en Tiatira. ¡No desmayemos, hermanos, que a su tiempo segaremos!
Nos parece insólito que después de esa descripción tan preciosa que Cristo hace de estos creyentes encontremos una situación tan vergonzosa como la que se nos da en los versículos 20 al 23. Todo comienza con una mujer que está influenciando en la iglesia. “Esa mujer Jezabel” es una persona real. Si bien es posible que Jezabel no fuera su nombre real, el carácter de esta mujer la asocia con aquella Jezabel del Antiguo Testamento, esposa del Rey Acab, que también llevó a la nación a una entrega a la idolatría a Baal y Asera (ver 1 Reyes 21:25-26). La mujer mencionada en Tiatira decía ser profetiza, aunque realmente era una falsa profeta. La iglesia estaba “tolerando” a esta mujer. No le estaban poniendo freno a lo que esta mujer estaba haciendo y, además, se sentían complacidos de que ella estuviera enseñando en la iglesia.
Esta mujer había tomado una posición de liderazgo que no era suya, ya que es contrario a la Palabra de Dios. Es una enseñanza muy clara en el Nuevo Testamento que la mujer no debe hablar en la congregación ni ejercer liderazgo sobre el hombre. Tanto 1 Corintios 14:33-35 como 1 Timoteo 2:11-12 son muy directos y claros en este tema.
El solo hecho de que esta mujer estuviera enseñando ya era una desobediencia a la Palabra de Dios. Tristemente, cuando una iglesia comienza a desviarse en una cosa, prontamente el camino se alejará cada vez más de los principios divinos. La misma Jezabel enseñando era de por sí un error, sin embargo, la cosa no se quedó allí, y ella hizo desviar a los creyentes en pos de los ídolos y la inmoralidad.
Es muy probable que la idolatría estuviera asociada a los gremios de oficios que había en Tiatira. Notamos, entonces, un contraste entre la iglesia en Esmirna y la iglesia en Tiatira. Los de Esmirna sufrieron por no involucrarse con los dioses paganos de estos gremios, mientras que los de Tiatira no vieron ningún problema con esto y decidieron comprometer sus convicciones en el Señor al participar de los gremios para poder ejercer su oficio. Quizás argumentando que “un ídolo nada es en el mundo” (1 Corintios 8:4), permitía a los cristianos a formar parte de los gremios y la idolatría asociada a ellos.
¡Cuán vulnerables somos cuando el mundo nos presiona! Fácilmente nos podemos llevar por la corriente del mundo y comprometer los principios bíblicos con tal de llevar una vida más cómoda y sin contratiempos. Esto es un engaño, que con el tiempo se mostrará ser una mala decisión, y a la luz de la eternidad no conviene al cristiano. Como creyentes somos llamados a mantenernos firmes ante los ataques del enemigo (Efesios 6:13), a no conformarnos a este mundo (Romanos 12:2) y a no seguir en el desenfreno de disolución que llevan aquellos que no conocen a Cristo (1 Pedro 4:4). Esto producirá rechazo de parte de los incrédulos, pero recibirá aprobación del Señor.
Vivimos en un tiempo donde la presión del mundo es más fuerte que la Palabra del Señor. Esto está haciendo que muchas iglesias permitan a mujeres ejercer liderazgo en la iglesia y predicar públicamente, a pesar de que esto está claramente prohibido en las Escrituras. Han buscado cualquier versículo para poder justificar esta práctica, lo promueve e incluso critican a quienes no hacen lo mismo. Bien se aplican las palabras del apóstol Pablo sobre ellos: “Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (Filipenses 2:21). Así como en el tiempo de la Jezabel del Antiguo Testamento, un débil liderazgo en el hombre hace permisible el liderazgo antibíblico de la mujer.
Corrección del Señor
El Señor no tendrá ningún tipo de tolerancia contra esta perversa mujer. Él es paciente y le ha dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. Qué lamentable un espíritu tan rebelde a la corrección del Señor. Que el Señor nos guarde de actuar de esta manera, sordos a su Palabra, indiferentes a su corrección y despreciando su paciencia con nosotros.
Con ella serían juzgados todos los que participaban de su fornicación y aquellos que le seguían. Esto debe ser una fuerte alarma en cuanto a lo que nos involucramos. Si algo es contrario a la palabra de Dios y participamos en ello, seremos igualmente disciplinados por el Señor.
Nuevamente, la falta de intervención de la iglesia sobre aquellos que pecan hace que el Señor mismo tenga que intervenir en juicio sobre aquellos que se han desviado y están causando que otros se desvíen.
Tan grave era lo que estaba ocurriendo que es llamado las profundidades de Satanás. Había un remanente que no aprobaba ni participaba en lo que esta mujer hacía, a éstos se dirige en el v.24. En su gracia el Señor no les impondrá otra carga. Ya era una carga para ellos permanecer firmes en medio de una iglesia desviada, así que el Señor no añadirá a esto. Él conoce las circunstancias en las cuales estos creyentes tenían que vivir, y les trata con misericordia y bondad.
Compensación del creyente
Tres veces se mencionan las obras en el mensaje a la iglesia en Tiatira. La primera está en el v.19 – “Yo conozco tus obras”, y es un término general donde Cristo comunica su conocimiento amplio y profundo de todo lo que está ocurriendo en Tiatira. En el v.23 dice que “dará a cada uno según vuestras obras”, dando a entender que estas obras son malas y que recibirán retribución de parte del Señor. La tercera mención está en el v.26 – “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin” – donde se refiere a buenas obras, imitando el ejemplo del Señor Jesucristo. Juan 14:12 dice: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también”. Hay el deseo en el corazón del creyente de imitar al Cristo en su andar y en su actuar. También en el aposento alto Cristo dijo: “El que me ama, mi palabra guardará” (Juan 14:23), de manera que el que es salvo, ama a Cristo; quien ama a Cristo, guarda Su Palabra; quien guarda su Palabra, guarda también sus obras y permanece en ellas. Las buenas obras no son para conservar la salvación, sino son el resultado de una genuina fe en Cristo.
La recompensa será de AUTORIDAD y ADMINISTRACIÓN en el reino milenario de Cristo. Esta mujer, que estaba haciendo daño en la iglesia en Tiatira, quería tener protagonismo, influencia y liderazgo. Quizás lo tuvo por un período de tiempo, al igual que quienes participaron en su idolatría y sus fornicaciones. El Señor ofrece algo más grande, que es permanente. En Su venida en gloria vencerá a sus enemigos y los pondrá por debajo de sus pies (Hebreos 10:13). Esta es la referencia a las naciones que serán quebradas como vaso de alfarero. Los creyentes vendremos con Cristo en gloria, cuando Él venga a establecer su reino, y reinaremos con Él (Apocalipsis 20:6). Cristo dice de este reino que lo he recibido de mi Padre. Él no viene a usurpar el trono, ni a quitárselo a quienes lo tienen. El reino es suyo, otorgado por la máxima autoridad del universo. Son los reyes actuales que se han apoderado de las naciones, quienes han ejercido autoridad sobre ellas. Cristo viene a tomar posesión de lo que es suyo.
El mensaje a esta iglesia termina con una preciosa promesa: le daré la estrella de la mañana. La estrella de la mañana es Cristo mismo, como dice Apocalipsis 22:16 – “Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”. La estrella de la mañana es aquella estrella que aparece antes del amanecer. Es un indicativo que el sol pronto resplandecerá y que la noche terminará. La estrella de la mañana es Cristo en el arrebatamiento, mientras que el Sol de Justicia (Malaquías 4:2) es Cristo en su venida en gloria. Esa promesa de la esperanza de la venida de Cristo a las nubes y nuestra reunión con Él que mantendría a los creyentes en Tiatira firmes en medio de tanto desorden a su alrededor. Las tribulaciones del tiempo presente terminarán, Cristo nos llevará a su presencia; que permanezcamos a la expectativa de su pronto regreso.
Miguel Mosquera
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