Me asaltaron en el día de mi quebranto; mas Jehová fue mi apoyo2 Samuel 22:19
Los enemigos de David le habían cerrado el camino para que no avanzara (v.33), le habían rodeado y atemorizado (v.5), se levantaron contra David y evidenciaron que eran mucho más fuertes que él (v.18). Si no lograban destruir a David, al menos iban a inutilizarlo mediante la amenaza y el temor.
Pero David tiene su confianza enteramente en Dios. Dios despejó su camino, le dio la fuerza necesaria y le capacitó para la batalla. Dios peleó por él y le libró de sus enemigos. Todo el mérito es para Dios, por lo que David dice al final: “Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y engrandecido sea el Dios de mi salvación” (v.47).
En ocasiones el quebranto y el temor pueden asaltarnos y rodearnos, pero así como David, Dios es nuestro apoyo.
Los enemigos son muy poderosos;
Tú eres mi Amigo, oh Dios, fuerte adalid.
En la batalla me das hoy tu ayuda;
vencido no seré, confiando en Ti.
Miguel Mosquera
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