Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres Salmo 11:4
Dios no ha perdido, ni perderá, el control. El trono es el lugar de honor, de autoridad y de poder. Él está en su santo templo, tiene en el cielo su trono. Él no se ve afectado por las circunstancias ni tragedias que ocurren en la tierra. En su trono hay estabilidad, seguridad y equidad.
Estabilidad
David presenta la disposición de los malos en hacer daño. “los malos tienden el arco, disponen sus saetas sobre la cuerda” (v. 2). Con sus flechas pueden llegar muy lejos, pueden hacer gran daño. Se ocultan y esperan, en el momento menos esperado atacan. Sin embargo, el trono de Dios está muy por encima de ellos. El trono de Dios está en el cielo, fuera del alcance de las saetas del enemigo. Sus malas intenciones y malas acciones nunca robarán la tranquilidad y estabilidad del trono de Dios.
Seguridad
A David se le dice que huya al monte (v. 1). Estas personas que no conocen a Jehová piensan que lo más seguro es huir. David ve las cosas de forma diferente, para él, el lugar más seguro es Dios. Es por eso que dice, “en Jehová he confiado”. No hay lugar seguro en este mundo, solamente en los brazos de Dios hay seguridad. En otro salmo dice, «En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? (Salmo 56:4). ¿Te has refugiado en Él?
Equidad
El salmo finaliza diciendo, “Jehová es justo, y ama la justicia” (v. 7). Es difícil ver su justicia cuando las circunstancias son adversas. Es necesario que el creyente pase por pruebas, “Jehová prueba al justo” (v. 5), para fortalecer su fe, para acercarnos más a Él, para moldearnos de acuerdo al carácter de su Hijo. Llegará el momento en que en la tierra reinará la justicia y Él dará la recompensa por nuestra fidelidad.
El mundo se agita, se conmociona y se llena de incertidumbre, pero podemos estar seguros porque “en Jehová he confiado”.
Miguel Mosquera
