Sí, Jesús es Dios, y esta es una verdad fundamental en la Biblia, especialmente en todo lo que se refiere al plan de salvación de Dios con el ser humano, ya que la Biblia misma nos enseña que Dios nos «levantó un poderoso Salvador» (Lucas 1:69), refiriéndose por supuesto a Jesús, y esto debido a quien Él es y lo que Él hizo en la cruz por nosotros.

Notemos, primero, algunos versículos que declaran directamente la deidad de Cristo (las palabras resaltadas son del autor para dar énfasis):

Isaías 9:6 (hablando proféticamente sobre el Mesías, Jesús) – «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz».

Romanos 9:4-5 – «que son israelitas… de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén».

Hebreos 1:8 – «Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino».

En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad

Pero también queremos hacer referencia a algunos atributos que son únicos de Dios y que son aplicados correctamente en las Escrituras al Señor Jesucristo:

• Omnipotencia, Dios todo lo puede: «Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra» (Mateo 28:18)
• Omnipresencia, Dios está en todo lugar: «Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos»; «Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo» (Mateo 18:20; Juan 3:13)
• Omnisciencia, Dios lo conoce todo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo» (Juan 21:17)
• Eternidad: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios»; «Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy» (Juan 1:1, 8:58)
• Santidad: «Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él» (1 Juan 3:5)
• Poder para perdonar pecados: «al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados… Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados» (Mateo 9:2,6)

Además, Cristo no puede ser un ángel ya que a los ángeles no se debe adorar (Apocalipsis 22:9), sin embargo, Cristo es adorado:

• Ángeles: «Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios» (Hebreos 1:6)
• Ciego de nacimiento: «Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró» (Juan 9:38)
• Magos: «Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra» (Mateo 2:11). Nótese que dice «lo adoraron», refiriéndose al niño, no a María.

Solamente estamos mencionando algunas referencias, aunque hay muchas más.

Los mismos judíos, conociendo las Escrituras, sabían que el hecho de que Jesús declaraba ser Hijo de Dios significaba que se estaba diciendo que Él mismo era Dios, «Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios», y también cuando dice, «Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios… ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?» (Juan 5:18; 10:33,36).

Es por esto que con certeza Pablo declara en cuanto a Jesús que «en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad» (Colosenses 2:9).

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