El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres… Y llamaron el nombre de aquel lugar Boquim, y ofrecieron allí sacrificios a JehováJueces 2:1,5
Sin embargo, el Ángel de Jehová no los encontró en Gilgal, el pueblo ya no estaba en esa condición de conquistar. Los cananeos habitaban entre ellos, se acostumbraron a la idolatría de los cananeos, por lo que las victorias se convirtieron en algo del pasado. El Ángel de Jehová los reprendió por haberse dejado llevar por la idolatría. Hubo lamento y llanto en el pueblo de Israel. Boquim significa “los que lloran”.
Lamentablemente el llanto no fue más que un remordimiento de conciencia, un lamento por haber sido reprendidos. No hubo un verdadero arrepentimiento ni restauración en el corazón del pueblo y su descenso espiritual se hace evidente en el resto del libro de Jueces.
¿Dónde estás en tu vida espiritual? ¿Estás en Gilgal en consagración a Dios y conquistando victorias espirituales? ¿O estás en Boquim lamentando que tu vida ya no es igual que antes? Gilgal es el lugar donde la carne fue conquistada; Boquim es el lugar donde la carne está conquistando. ¿Cuál de los dos?
Cuando mi mente vague,
ya incierta, ya veloz,
concédeme que escuche,
Señor, tu clara voz.
Anímame si paro,
inspírame también;
repréndeme si temo
en todo hacer el bien.
Miguel Mosquera
Comparte este artículo