Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara… aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte añosJueces 4:2-3
Jabín es figura del mundo con su filosofía, ciencia y conocimiento. Se burla y desafía a Dios y su Palabra, impone sus argumentos y se jacta de su poder de convencimiento. La Palabra de Dios tiene mucho que decir sobre el mundo como enemigo y su falsa sabiduría. Dice Romanos 1:21-22 – “se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios”.
Ese es el mundo en el que vivimos hoy y que ha logrado influenciar mucho la mente de los creyentes. Las cosas de Dios son locura para el mundo, no se ajustan a su lógica, ni a su concepto de sabiduría. Dios los ha derribado en su plan de salvación: “¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Corintios 1:20-21).
Sísara fue derrotado con una estaca en la sien. La estaca puede ser una figura de la fe, la cual no va sola porque Jael usó la estaca y un martillo. Evidentemente, el martillo es figura de la Palabra de Dios. ¿Dónde está nuestra fe? ¿En la sabiduría del mundo o en la Palabra de Dios?
“…y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4).
Reprende ella mi dudar
y me exhorta sin cesar.
Es cual faro de mi pie;
va guiando por la fe
a las fuentes del amor
del bendito Salvador.
Miguel Mosquera
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