Icono del sitio salvo X gracia

La luz de un nuevo día

Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaréSalmo 22:22

La primera parte del Salmo 22 describe de una forma bastante gráfica los sufrimientos de Cristo en la cruz. Expresiones como: ‘yo soy gusano, y no hombre’, ‘mi corazón fue como cera’ o ‘me has puesto en el polvo de la muerte’, nos hace ver la magnitud de la agonía de la cruz. Estos versículos describen al Salvador rodeado de enemigos que buscan su vida, que se complacen en verlo sufrir y son indolentes ante lo que Él está padeciendo. La noche está avanzada, la oscuridad es muy densa.

Sin embargo, el versículo 22 nos trae la luz de un nuevo día y los siguientes versículos describen una escena completamente diferente. La agonía queda atrás y la alabanza se deja oír. Las palabras de burla son silenciadas para dejarse escuchar el canto de las glorias del Salvador. Dios ha vindicado su Siervo por la resurrección de entre los muertos y Éste dirige el cántico de alabanza a Dios. La congregación declara al unísono la justicia y el poder de Dios, proclama su bondad y misericordia y se regocija en su amor.

Ahora, Cristo no es solamente el conductor de la alabanza, sino el centro de ella también. Desde los poderosos de la tierra hasta los que descienden al polvo todos rinden honor y homenaje al Cristo victorioso, que se levantó de entre los muertos, se ha sentado en el trono y regirá las naciones.

Hermanos, no importa cuán oscura sea la noche, la luz de un nuevo día amanecerá para nosotros porque: “Cristo ha resucitado”

La noche termina y el día amanece, 
del alba brillante la luz aparece; 
de Cristo la vuelta gloriosa esperamos, 
descendiendo en las nubes de luz. 

Pronto viene Jesús, 
rodeado de gloria y de luz. 
¡Aleluya, Cristo vuelve! 
¡Aleluya, amén!  ¡Aleluya, amén!
(Ver himno completo)

Miguel Mosquera

Compartir

Salir de la versión móvil