Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvaciónHechos 13:26
Cada vez son más las personas que encuentro que han asistido por muchos años a alguna congregación y nunca han escuchado sobre la salvación ni tampoco saben si son salvos. Esto es preocupante.
Tanto el apóstol Pedro como el apóstol Pablo cuando predicaban el evangelio hablaban acerca de la salvación. No dejaban de mencionarla, porque el evangelio es “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16). Pedro lo dejó muy en claro a sus oyentes cuando dijo “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). El carcelero en Filipos solamente había escuchado las oraciones y los himnos de Pablo y Silas y eso le llevó a preguntar: “Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30). Predicando en Antioquía de Pisidia Pablo dijo a su audiencia: “a vosotros es enviada la palabra de esta salvación”.
¿Por qué son más usados ahora los términos “entregarse” y “comprometerse” (que no fueron usados por los apóstoles en sus predicaciones) y se han dejado de lado palabras que abundan en el Nuevo Testamento como la “salvación” y la “justificación”? Hoy día se predica poca Biblia y mucha elocuencia humana. Para muchos el evangelio es la pieza que falta para alcanzar el éxito en este mundo. No comprenden su necesidad de ser salvos del pecado y de la condenación que viene como consecuencia del pecado.
Se oyen muchos mensajes basados en la experiencia y centrados en las emociones. El apóstol Pablo en su mensaje de Hechos capítulo 13 deja en claro que la verdadera predicación del evangelio está basada en las Escrituras y centrada en la Persona de Cristo.
¿En qué está basada tu fe? El evangelio es la palabra de esta salvación.
Si estás convencido, por el evangelio,
que Cristo en la cruz tus pecados llevó;
pues en el Calvario por ti dio su vida,
mas al tercer día Él resucitó.
¿Por qué te demoras corriendo el riesgo
de perder tu alma por la eternidad?
Sé salvo ahora, en Cristo creyendo,
¡no dejes pasar esta oportunidad!
Miguel Mosquera
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