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La Palabra Pura

…desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación1 Pedro 2:2

Si algo debe estar entre nuestras prioridades para este nuevo año es la Palabra de Dios. El apóstol Pedro no puede ser más gráfico en ilustrar el deseo que el creyente debe tener por la Biblia que el emplear el deseo que un niño recién nacido tiene por la leche materna. Continuamente el bebé necesita del alimento, y con desespero clama por él. Así debe ser nuestro continuo deseo por la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios es VALIOSA. Dijo el salmista: “Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado” (Salmo 19:9-10). El mundo materialista en el cual vivimos no sabe apreciar lo que verdaderamente es valioso. Tenemos a nuestro alcance palabras de verdad y de vida eterna que son preciosas.

La Palabra de Dios es VIVA: “la palabra de Dios es viva y eficaz” (Hebreos 4:12). Leer la Biblia continuamente afectará nuestras acciones, nuestras palabras, nuestra manera de pensar, nuestras decisiones, incluso sin darnos cuenta. ¿Por qué? Porque es Palabra viva y trae consigo el poder de Dios para transformar nuestras vidas de acuerdo con el Modelo divino.

La Palabra de Dios es VIGENTE. Bien dijo el profeta: “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8). El mundo incrédulo quiere tildar la Biblia de anticuada. La Biblia es un libro antiguo, pero nunca anticuado. Sus principios son tan vigentes el día de hoy como cuando se escribieron. Han perdurado los tiempos, las culturas y las generaciones.

De todos los buenos deseos que puedes tener para este año, este sería el mejor de ellos: el deseo de leer la Biblia. “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18)

Ama la Biblia que Dios nos ha dado,
pues nos enseña divina verdad.
Cristo es su tema, el Hijo entregado
para salvarnos de nuestra maldad.

Ama la Biblia, lee la Biblia,
sigue a la Biblia: de Dios es el don.

Miguel Mosquera

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