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Estudios sobre el Espíritu Santo – 01 – Su Personalidad y Deidad

https://www.youtube.com/watch?v=wq0bDZQLuuY

En los siguientes estudios estaremos aprendiendo acerca del Espíritu Santo. Cuando queremos aprender de Dios, es su Palabra que puede enseñarnos acerca de Él, su persona, sus atributos y sus obras. De esta manera, necesitamos acudir a la Palabra de Dios para aprender acerca del Espíritu Santo.

Para comenzar, haremos referencia a diferentes Escrituras que nos muestran que el Espíritu Santo es una persona y, más que esto, que es una persona divina, es decir, que el Espíritu Santo es Dios.

La Personalidad del Espíritu Santo

Cuando hablamos de la personalidad del Espíritu Santo nos referimos a que el Espíritu Santo no es una fuerza o influencia, sino que tiene características de persona. Al desarrollar el tema, entenderemos mejor lo que queremos decir.

Notemos, entonces, algunas características del Espíritu Santo:

Tiene entendimiento

1 Corintios 2:10-11 dice: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. La idea de ‘escudriñar’ tiene que ver con ‘examinar, buscar’, la palabra se utiliza con relación a estudiar las Escrituras: “Escudriñad las Escrituras” y “escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos” (Juan 5:49; 1 Pedro 1:11).

Tiene mente

Romanos 8:27 nos dice: “el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu”. La ‘intención’ es ‘la mente, pensamientos y propósitos’. Aquí podemos notar que el Espíritu conoce la voluntad de Dios y, por lo tanto, intercede por nosotros en relación a esto.

Tiene voluntad

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Corintios 12:11). Allí vemos al Espíritu Santo tomando decisiones. Tiene voluntad y lo hace con individualidad. Tiene la capacidad de decidir y de repartir los dones conforme a su voluntad. Es bueno tener en claro en relación a la voluntad del Espíritu Santo que nunca va a estar en contra de la voluntad de Dios, ni en contradicción a los deseos del Padre ni del Hijo.

Tiene sentimientos

“No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30). Contristar al Espíritu es diferente a “apagar el Espíritu” (1 Tesalonicenses 5:19) y lleva la idea de entristecer. Es una emoción que viene como resultado de una acción o palabras: los discípulos se entristecieron cuando el Señor les declaró que le era necesario padecer (Mateo 17:23) y el Señor mismo se entristeció en gran manera al contemplar los sufrimientos de la cruz desde el Getsemaní (Mateo 26:37).

Habla

En Hechos 8:29 - “Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro”.

Hebreos 3:7 - “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: si oyereis hoy su voz”.

También 1 Timoteo 4:1 - “el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe”

Enseña

Juan 14:26 - “el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”

Escoge y comisiona

Como en el llamado del apóstol Pablo al servicio misionero “dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” (Hechos 13:2) o en el caso de los ancianos de una asamblea, “mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos” (Hechos 20:28)

Se le puede mentir

Hechos 5:3 “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?”

Se le puede blasfemar

Mateo 12:31 “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada”

Estas son algunas de las características y actividades del Espíritu Santo (no son todas) que nos hacen ver la personalidad del Espíritu.

La Deidad del Espíritu Santo

En primer lugar, notaremos atributos dados al Espíritu Santo que son únicos de Dios. Esto nos lleva a entender la deidad del Espíritu Santo. Además, notaremos la distinción del Espíritu Santo con las otras dos personas de la Trinidad: Dios el Padre y Dios el Hijo.

Omnisciencia

2 Corintios 2:11 - “nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. De la misma manera, Isaías 40:13 señala “¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?”. No hace falta que se le enseñe o comunique porque Él ya conoce todo.

Omnipresencia

Salmo 139:7 - “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?”. El salmista recorre la esfera celestial diciendo “si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”. También recorre la esfera terrenal, diciendo “si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar”. No hay lugar, ni en los cielos ni en la tierra, donde el Espíritu de Dios no está.

Omnipotencia

La primera mención al Espíritu Santo es en relación a la creación, en Génesis 1:2 “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Tiene el poder de dar vida “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida” (Job 33:4). La resurrección de Cristo es atribuida también al poder del Espíritu Santo (Romanos 8:11). Los milagros de Cristo y la obra de la salvación, las cuales son obras de Dios, son atribuidas al Espíritu Santo (Mateo 12:28; 1 Corintios 6:11).

Verdad

1 Juan 5:6 - “el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad”. No simplemente dice la verdad, lo cual también es cierto, pero Él 'es' la verdad. Recordaremos palabras similares dichas por el Señor Jesucristo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida" (Juan 14:6).

Santidad

El nombre de Espíritu Santo aparece unas 100 veces en el Nuevo Testamento, aunque la santidad del Espíritu también la encontramos en el Antiguo Testamento: “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu” (Salmo 51:11).

Eternidad

El atributo de eterno, es indiscutiblemente un atributo divino únicamente, sin principio ni final: “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios...?” (Hebreos 9:14).

La distinción del Espíritu Santo de las otras dos personas de la Trinidad

Queremos dejar en claro que la deidad del Espíritu Santo no quiere decir que sea que el Espíritu es el mismo Padre o el mismo Hijo manifestado de una manera diferente. Dios es tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres personas diferentes, un mismo Dios. En perfecta armonía y unidad. 
Los tres mencionados, haciendo distinción entre ellos:

  • En el bautismo del Señor: “Y Jesús [el Hijo]... y vio al Espíritu de Dios [el Espíritu Santo] que descendía como paloma... Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado [el Padre]” (Mateo 3:16-17).
  • También en el bautismo del creyente: “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). La palabra ‘y’ en cada mención nos indica que ellos se distinguen el uno del otro.

El Espíritu Santo es diferente al Hijo, cuando el Señor les dio la promesa del Espíritu Santo a sus discípulos, dijo: “yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador”. Esto quiere decir ‘otro’, de la misma clase, pero diferente al Hijo. Hablaremos más de esto cuando consideremos la Promesa del Espíritu Santo.

Una correcta apreciación de la persona y la deidad del Espíritu Santo nos ayudará a entender mejor sobre su actividad en el presente en relación con nosotros los creyentes.

Miguel Mosquera

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