“Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él”
(1 Samuel 18:14)
Hay personas que pueden animarte en tu vida cristiana, ellos son una buena influencia, pero lamentablemente hay otras muchas otras personas que pueden ser una mala influencia, incluso creyentes. Mientras más cerca estemos de estas personas, mayor será la posibilidad de terminar actuando como ellas. Hubo un tiempo en la vida de David en el que él tenía que estar en el palacio sirviendo a Saúl. Siendo Saúl el rey y David el próximo rey, David muy bien ha podido buscar en Saúl el ejemplo a seguir en la vida para cumplir los propósitos que Dios tenía con él. Sin embargo leemos de Saúl en el capítulo 18 que: se enojó en gran manera (v.8), no iba a poder enseñarse autocontrol ni mansedumbre a David; sintió celos (v.9), no iba a poder enseñarle nada en cuanto a la humildad; tenía un espíritu malo (v.10), por lo tanto nada espiritual ni en relación con Dios podría enseñarle a David y estaba temeroso (v.12), en lugar de coraje y valentía que son necesarios en un rey.
Debemos tener cuidado en dejarnos influenciar por otros en el mundo, que no conocen a Cristo, y mucho menos en verlos como ejemplo en nuestras vidas. Es posible que veamos el éxito en sus vidas y nos sintamos tentados a querer ser como ellos a fin de lograr nuestras metas, pero otras personas en el mundo nunca van a llevarnos a una mejor relación con nuestro Señor.
Incluso entre los creyentes hay personas que siempre están desanimadas, amargadas, negativas o son carnales. Este tipo de creyente no nos ayudará a acercarnos más a Dios. Esto no quiere decir que debemos alejarnos y aislarnos por completo para evitar cualquier contacto con personas que pueden ser una mala influencia en nuestras vidas, sino más bien debemos mantenernos cerca de Dios y dejarnos influenciar por Él. David se conducía prudentemente, aunque tenía que estar cerca de Saúl, prefirió estar más cerca de Dios. Enoc es otro ejemplo que, en medio de un mundo perdido en el pecado, dice que “caminó con Dios”.
Que nuestro andar esté más cerca de Dios para que Él sea quien influencie en nuestras vidas.
Miguel Mosquera