La palabra borrachera no es más que “intoxicación” y el hecho de que en el pasaje de Gálatas 5 está en plural no puede llevar a considerar no solamente el licor sino cualquier sustancia que es usada para intoxicar y tomar control de la persona, como es el caso de las drogas. Sin embargo, en este artículo nos limitaremos al licor y el vino.
Además de los daños en la salud que causan el exceso de la bebida, una persona que se emborracha viene a ser controlada por el vino, se convierte en alguien altanero y dice y hace lo que no debe. La borrachera no trae ningún efecto positivo en nosotros, pero además de las consecuencias que ocasiona, la borrachera es pecado, una obra de la carne, y por esto se menciona en esta lista.
También a los Corintios, Pablo explica que es pecado:
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras ... ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios1 Corintios 6:9-10
La borrachera degrada a la persona
La primera mención a una persona borracha es en Génesis 9:21, precisamente de un hombre justo, Noé, quien “bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda”. Por respeto a su padre, Sem y Jafet entraron en la tienda caminando hacia atrás y lo cubrieron. Borracho y desnudo lo que mostraron fue una vergüenza para este hombre.
Más degradante es la escena descrita por el profeta:
Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio. Porque toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpioIsaías 28:7-8
Pareciera que el profeta viviera en nuestros días y hubiese pasado por la licorería de la esquina y hecho un reportaje de lo que vio.
Esto es la descripción de un borracho controlado completamente por el licor: tonto, errado, trastornado, aturdido, visión perdida y tropezando, lleno de vómito y suciedad. ¡Tantos se han excedido con el licor y han terminado en estas mismas condiciones de degradación y vergüenza! Andan sucios, malolientes y tirados en el suelo, y han perdido su dignidad y honor. Además de esto, la arrogancia y la violencia se les eleva a niveles peligrosos. Por eso dice el sabio en Proverbios 20:1, “el vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio”.
Tristemente, este mismo desvío había hecho caer al sacerdote y al profeta. Éstos fracasaron en guiar al pueblo debido a que, además de errar en sus sentidos y sabiduría, habían pisoteado su propia integridad.
La borrachera y la glotonería
Llama la atención que, de las tres menciones en el Nuevo Testamento a la borrachera, en dos de ellas es asociada a la glotonería. Ya hemos mencionado que la borrachera es el exceso del licor, y eso lo hace asociarse a la glotonería, que es el exceso de la comida.
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguezLucas 21:34
Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracherasRomanos 13:13
Hoy día la comida es un ídolo, como lo describe Pablo “el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3:19).
Debemos tener cuidado que ninguna de estas cosas venga a manchar nuestro testimonio.
El peligro de codiciar la bebida
Muchos piensan que pueden controlar la bebida, lo cual es un peligro muy grande. El dominio propio no consiste en jugar con el pecado y dominarlo, sino en tener el valor de mantenerse alejado del pecado.
¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan?Proverbios 6:27
Una descripción de esta tentación la presenta el sabio Salomón: “No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor” (Proverbios 23:31-32).
Todo borracho comienza con la primera copa o con la primera cerveza. El nazareo, consagrado a Dios, se le daba la instrucción que no debía beber vino, pero también la instrucción de que no comiera uvas: “ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas” (Números 6:3). ¿Era muy exagerada esta instrucción? No lo era, sino una prevención para evitar ser atraído por la tentación. Lo mismo ocurre con otros tipos de tentaciones en nuestra vida. Entonces, ¿por qué darle un espacio al vino y la cerveza para que luego tome lugar en nuestras vidas? No olvidemos, ninguna persona se ha emborrachado por no tomar nada, pero millones han arruinado sus vidas comenzando con la primera cerveza.
Si no es posible compartir un tiempo social con sus amigos sin tener una cerveza, probablemente ese no es el tipo de amigos que le conviene. “Oye, hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón al camino. No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne” (Proverbios 23:19-20).
Más aún, la borrachera es causa de disciplina en la asamblea, como lo explica 1 Corintios 5:11, “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”.
No juguemos con el pecado, sino mantengámonos alejados de él.
Miguel Mosquera
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