No ha notado iniquidad en Jacob, ni ha visto perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él, y júbilo de rey en élNúmeros 23:21
Estas palabras fueron dichas por Dios a través de un hombre llamado Balaam. Balaam había sido contratado por el rey Balac, rey de Moab, para maldecir al pueblo de Israel. Sin embargo, Dios puso palabras solamente de bendición en la boca de Balaam.
Nada pareciera ser más alejado de la realidad que lo que Balaam dijo. En lo que va del trayecto por el desierto el pueblo de Israel ha murmurado, adorado imágenes, sido rebeldes y no creyeron que Dios les podía introducir a la tierra prometida. A pesar de ello, Dios ve al pueblo de una manera distinta. Es el pueblo escogido y redimido por Dios y Él no va a permitir que Balaam profiera maldición sobre quienes Él ha bendecido. Están seguros y confiados en Dios, han sido amados “con amor eterno”.
Así es como Dios ve a aquel que ha confiado en Cristo como Salvador. Si leyera Efesios capítulo 1 podrá encontrar cinco veces la expresión ‘en Cristo’. Esa es la manera que Dios nos ve, nos ve ‘en el Amado’. Por medio de Él es que tenemos aceptación, redención y perdón de pecados. Podemos fallar en nuestra vida como cristianos, sin embargo, para Dios somos santos y sin mancha, totalmente perdonados e hijos suyos según el puro afecto de su voluntad. Nuestra salvación no depende de nosotros, sino que “nuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:3).
Esto no da licencia al cristiano de usar “la libertad como pretexto para hacer lo malo” (1 Pedro 2:16), ya que “los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:2).
Podemos descansar en la seguridad que Cristo nos da, diciendo, “no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Habiendo sido perdonados por la sangre de Cristo, Dios no ve, ni nunca verá, iniquidad en nosotros. ¡Qué maravillosa y completa salvación!
Miguel Mosquera
Compartir