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Los Atributos de Dios – 1ra Parte

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Los atributos son cualidades o características que identifican algo o alguien. En relación a Dios, sus atributos no solamente lo identifican y describen, sino que son parte de su esencia, de su persona. Es decir, el amor no es parte de la naturaleza de Dios, sino que Dios, enteramente, es amor. Así que, Dios no es la suma de sus atributos, sino que Él es cada una de estas perfecciones. Dios es eterno, inmutable, amor, paciencia, misericordia, etc.

A manera de estudio, vamos a clasificar los atributos de Dios en atributos naturales (eternidad, omnipresencia, etc.), que tienen que ver con su persona, y atributos morales, que tienen que ver con su carácter (amor, santidad, misericordia, etc.).

A pesar de que algunos de estos atributos puedan ser demostrados en alguna medida por los seres humanos (por ejemplo, el ser humano puede mostrar amor y paciencia), los atributos divinos distinguen a Dios del ser humano, son únicos de Él. Que estén presentes en nosotros no nos hace de ninguna manera iguales a Dios ni tampoco hace a Dios iguales a nosotros, sino que son una prueba de que los seres humanos hemos sido hechos a imagen de Dios. 
Estos atributos nos ayudan a conocer cómo es Dios, sin embargo, Dios es infinito, así que, suponiendo que pudiéramos enumerar y comprender todos los atributos divinos, aun así, no hemos llegado a conocer todo en cuanto a Dios. Como ya lo hemos mencionado la introducción a estos estudios, Dios es incomprensible, es decir, nunca llegaremos a saber todo sobre Él.

Dios es Espíritu

Esto lo vemos claramente por las palabras del Señor Jesucristo a la mujer samaritana: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24). Esto significa que Dios no tiene cuerpo, es inmaterial, por lo tanto, no está limitado por la materia. “El es la imagen del Dios invisible... el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver” (Colosenses 1:15; 1 Timoteo 6:16)

Ahora, nos hacemos la pregunta, ¿por qué en las Escrituras se utilizan partes del cuerpo para referirse a Dios?: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír... vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2). Esto es usado para hacernos entender que Dios puede observar, escuchar, actuar, pero no está describiendo características físicas de Dios. De manera, que cuando en la Biblia se nos habla de alguna parte del cuerpo en relación a Dios siempre es usada figurativamente.

Dios es Eterno

Varias escrituras nos señalan que Dios es eterno: “El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos”; “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra?”; “según el mandamiento del Dios eterno” (Deuteronomio 33:27; Isaías 40:28; Romanos 16:26). Otra escritura que lo expresa es Salmo 90:2, “desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios” (LBLA).

Esto significa que Dios no comenzó a existir, ni tiene un final, siempre ha existido. No tiene principio ni tampoco tiene fin, por lo que no está limitado al tiempo. Él puede ver el pasado y el futuro de la misma manera que el presente, por eso se identifica como el “Yo Soy”. Berkof lo expresó de la siguiente manera: “es la perfección de Dios en la cual Él es elevado sobre todos los límites temporales y toda sucesión de momentos, y posee la totalidad de su existencia en un presente indivisible”. Él es auto existente, así que no necesita una causa para comenzar ni habrá nada que lo haga dejar de ser.

Dios es Inmutable

La palabra “inmutable” significa: “que no puede ni se puede cambiar”. En Malaquías 3:6 Dios dice, “yo Jehová no cambio”. Dios en sí mismo no cambia, ni tampoco hay ninguna fuerza exterior que pueda hacerle cambiar. En este mismo sentido podemos entender que Dios no crece ni mengua. Santiago 1:17 nos dice más, “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las lucas en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

Entonces, si bien Dios no cambia en su carácter y esencia, sí puede haber diferencia en sus operaciones y administración con el fin de llevar a cabo su eterno plan. Pero es importante notar que estas diferencias nunca van en contra ni comprometen sus atributos o perfecciones, sino que evidencian el carácter divino. En ocasiones está relacionado con la actitud del ser humano hacia Él, por ejemplo, en Génesis 6:6, “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”. Este cambio vino por la perversión del hombre en actuar en contra de Dios. Muchos años más tardes leemos en los tiempos de Jonás que Dios “se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jonás 3:10). En este caso ocurrió lo contrario a los días de Noé, ya que los habitantes de Nínive habían pervertido su camino, pero luego se arrepintieron y se convirtieron a Dios luego de la predicación de Jonás. El comentarista Strong dice que esto es semejante a “cuando un hombre está manejando su bicicleta en contra del viento y da media vuelta para ir a favor del viento, pareciera que el viento ha cambiado su dirección, sin embargo, está soplando de la misma manera que lo estaba haciendo antes”.

En otras ocasiones veremos que Dios trata con el ser humano de una forma diferente para desarrollar su eterno plan con la humanidad. Esto lo vemos, por ejemplo, en la diferencia del tiempo de la ley y el tiempo de la gracia. Nuevamente, Dios no ha cambiado en su carácter, pero su administración y trato con el hombre es diferente de acuerdo a su eterno plan.

Dios es Infinito

Con esto damos a entender que Dios no tiene límites ni fronteras. Salomón expresó esta idea al dedicar el templo: “He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener” (1 Reyes 8:27). De manera que no se puede abarcar nunca el ‘todo’ de Dios. Tampoco se puede describir ni sondear la profundidad de su sabiduría. Aquí notamos lo que Pablo dice en Romanos 11:33, “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”

Dios es Omnipotente

El término “omni” quiere decir “todo”, por lo que entendemos que Omnipotente significa que todo lo puede, Omnipresente significa que está presente en todo lugar y Omnisciente significa que todo lo sabe.

Las Escrituras nos declaran del Dios Omnipotente o Dios Todopoderoso tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. El Dios Todopoderoso lo encontramos bajo el nombre ‘El-Shaddai’ el cual aparece 48 veces en el Antiguo Testamento (de las cuales 31 aparecen en el libro de Job). La primera mención la encontramos en Génesis 28:3, “Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique”. En el Nuevo Testamento lo encontramos por la palabra griega ‘pantokrator’ la cual aparece 10 veces, una en 2 Corintios 6:18, “Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”, y el resto en el libro de Apocalipsis: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8, y también se puede encontrar en Apocalipsis 4:8; 11:17; 15:3; 16:7,14; 19:6,15, 21:22).

Además vamos a ver la definición de su Omnipotencia al leer en pasajes como Génesis 18:14, “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” o Lucas 1:37, “porque nada hay imposible para Dios”.

Cuando hablamos de la Omnipotencia de Dios es importante notar que Dios puede hacer todo de forma consistente con su Persona. Si bien no hay nada imposible para Dios, esto está en el marco de todos los demás atributos divinos. Por eso Dios no puede mentir, no puede ser tentado por el mal y no puede negarse a sí mismo. Dios es Todopoderoso al mismo tiempo que es Sabio, Santo, Perfecto en todos sus caminos, Amor, etc.

Por otro lado, el poder de Dios no solamente es consistente con su Persona, sino también consistente con su Plan. Por ejemplo, Dios pudo librar a Juan el Bautista (Mateo 14:10) o a Jacobo de la muerte (Hechos 12:1). Por supuesto, en algunas ocasiones Dios podrá mostrarnos el por qué de las cosas (o al menos hasta cierta medida), pero no siempre lo hará, ya que Dios no está obligado a darnos razones de su manera de actuar o de sus caminos. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9).

El poder de Dios se hace evidente en:

  • La Creación - “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendida por medio de las cosas hechos, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20), y también, “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3).
  • La Salida de Israel de Egipto y los milagros en el viaje a Canaán - “¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?” (Deuteronomio 4:34)
  • El Nacimiento de Cristo - “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (Lucas 1:34-35)
  • El Ministerio y los Milagros de Cristo - “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38) y también “sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él” (Juan 3:2)
  • La Muerte de Cristo - “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar” (Juan 10:17-18)
  • La Resurrección de Cristo - “Fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4), y también, “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios” (2 Corintios 13:4).
  • El Evangelio - “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16)
  • La Seguridad del creyente - “que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 Pedro 1:5)
  • La Resurrección del creyente - “Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder” (1 Corintios 6:14)
Dios es Omnipresente

A pesar de que la palabra “Omnipresente” u “Omnipresencia” no aparece en la Biblia es una verdad enseñada claramente a través de las Escrituras.

Cuando nos referimos que Dios es Omnipresente estamos indicando que Dios está en todo lugar en todo momento en todo su Ser. El salmista lo expresa de la siguiente manera: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tu estás” (Salmo 139:7-8). En los tiempos de Jeremías había falsos profetas que hablaban al pueblo lo que Dios no les había hablado pensaban que podían hacer sus obras en secreto sin que Dios las viera: “¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?” (Jeremías 23:24).

El espacio no es limitante para Dios, no hay fronteras ni barreras que lo restrinjan. Ahora, Dios está en control completo de Sí mismo, y esto no es razón para pensar que Él está limitado, pero hay situaciones en que la presencia de Dios es real y especial:

  • El cielo es su trono: “Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies” (Isaías 66:1), y el lugar de su habitación: “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver” (1 Timoteo 6:16).
  • Su presencia en el tabernáculo: “Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo” (Éxodo 40:34)
  • Su presencia en el templo: “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?” (1 Reyes 8:27). Aquí vemos la presencia de Dios de manera especial en el templo, al mismo tiempo que Salomón expresa que la presencia de Dios está en todo lugar y, por lo tanto, no se puede limitar al templo.
  • Su presencia con los creyentes: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Juan 14:23)

Su presencia es para nosotros un consuelo, así como una advertencia. En momentos de prueba sabemos que no estamos solos, Él está allí. Es una advertencia al saber que Él ve lo que vemos, oye lo que oímos, observa lo que hacemos, por lo cual debe estimularnos a mantenernos alejados del pecado y consagrados a Él.

Dios es Omnisciente

Dios es Omnisciente y por lo tanto Él conoce todas las cosas de forma completa. Ana expresa esta verdad en su cántico, al decir: “Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar las acciones” (1 Samuel 2:3).

Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén
Nada toma a Dios por sorpresa, Él no incrementa ni disminuye su conocimiento. No hay nada que pueda ocultarse de Él, ni siquiera parcialmente, ya que Él lo sabe todo. Conoce el pasado y conoce el futuro. Conoce lo invisible y conoce lo visible, y todo lo conoce de manera plena. No hay ningún evento que lo sorprenda, ni noticia que Él no supiera. Sabe lo que va a ocurrir incluso antes que acontezca.

  • Dios conoce su creación más que cualquier sabio o científico puede conocerla. Al hablar con Job, Dios le expone lo mucho que Job desconoce de la creación que Job ignora. “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordeno sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?” (Job 38:4-5). Dios continúa mencionando otros elementos de la creación las cuales Él conoce a la perfección. También el salmista expresó: “Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Salmo 147:4-5).
  • Dios conoce todas las personas y conoce todo sobre ellas - “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos… y todos mis caminos te son conocidos” (Salmo 139:2-3).
  • Conoce nuestras acciones - “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:13)
  • Conoce nuestras palabras - “Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda” (Salmo 139:4)
  • Conoce nuestras necesidades - “Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (Mateo 7:32)

No hay conocimiento que esté oculto de Dios, “Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:34-36). Hay mucho más en que el lector puede considerar en cuanto a la Omnisciencia de Dios, pero estos pensamientos nos ayudarán a abrir nuestra mente y corazón a la Omnisciencia de Dios.

En este estudio hemos apenas comenzado a introducirnos en las maravillas de las glorias de nuestro Dios. Tan solamente nos hemos mojado los pies en la orilla de la playa, pero frente a nosotros hay un océano donde podemos introducirnos y aprender más de Dios. Tomamos las palabras de David para decir: “Tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay Dios como tú, ni hay Dios fuera de ti” (2 Samuel 7:22).

En el siguiente estudio continuaremos considerando los atributos de Dios.

Miguel Mosquera

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