Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vuestros caminos no son rectosEzequiel 18:29
El profeta Ezequiel ministra a Israel durante el tiempo del cautiverio, una época muy oscura para el pueblo de Dios. Se habían desviado de la Palabra de Dios para seguir a las naciones que estaban a su alrededor. Su iniquidad iba en aumento, y su oído se había cerrado al mensaje de Dios. Vivían cegados por el engaño del pecado y confiando en una falsa sensación de seguridad. Habían llegado al punto en que los caminos de Dios eran torcidos y lo culpaban por su manera de actuar. Todo con el fin de justificarse a sí mismos.
Nuestros días son muy parecidos. La filosofía del mundo hace cada vez más presión para quitar a Dios y promover la mentira. Otros tratan de acomodar la Palabra de Dios al pensamiento humano de la actualidad.
Los caminos de Dios son rectos, quien ha torcido sus caminos es la sociedad en la cual vivimos. Nuestro deber es moldear nuestros principios y pensamientos a lo que Dios dice, aunque haya que ir en contra de la corriente de este mundo.
Para andar con Jesús no hay sendero mejor
que guardar sus mandatos de amor.
Obedientes a Él siempre habremos de ser,
y tendremos de Cristo el poder.
Obedecer y confiar en Jesús,
es la senda marcada
para andar en la luz.
Miguel Mosquera
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