…y era magnificado el nombre del Señor JesúsHechos 19:17
Cuando Cornelio y los suyos fueron salvos se dice que “magnificaban a Dios” (Hechos 10:46). Apenas acababan de ser salvos, pero estaban haciendo grande a Dios a través de sus Palabras. En un mundo que habla tan mal del nombre de Dios, nosotros no podemos callar, sino tener siempre en nuestros labios palabras que exalten Su nombre.
En Éfeso el evangelio hizo un gran cambio en la vida de las personas, por lo que el nombre de Cristo fue hecho grande a través de la Predicación. El mensaje del evangelio en sí exalta la persona de Cristo, quien es el único Salvador para el pecador, así también el poder que este mensaje tiene para cambiar la vida es un testimonio de la grandeza de nuestro Salvador.
Al escribir a los filipenses el apóstol Pablo dice: “ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte” (Filipenses 1:20). Pablo quería magnificar a Cristo a través de su Proceder. Que todo lo que hiciera le trajera honra y gloria a Él. Que esa sea también nuestra meta.
Para que el nombre de Cristo se haga grande en nuestras vidas, nosotros tenemos que hacernos pequeños. Abandonar nuestro egoísmo para exaltarle a Él por nuestras palabras, predicación y proceder.
Hoy escudriña, oh Dios, mi corazón;
en lo secreto tu mirada pon.
Todo lo malo quita en tu bondad;
concédeme completa libertad.
Señor, te alabo que me aceptas ya;
limpia mi corazón de todo mal;
que el fuego tuyo me haga arder por Ti;
sea tu nombre engrandecido en mí.
Miguel Mosquera
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