Icono del sitio salvo X gracia

Mi Hijo eres Tú

Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoySalmo 2:7
Declaración

Esta frase aparece cuatro veces en las Escrituras. La encontramos en el Salmo 2:7; Hechos 13:33; Hebreos 1:5 y 5:5. En cada una de estas referencias Dios está vindicando al Hijo. Lo está exaltando a la posición que merece estar. En el Salmo 2, vemos que los reyes y príncipes se oponen y rechazan a Cristo, el Ungido de Dios. En Hechos 13 vemos que los gobernantes le rechazaron y crucificaron. Sin embargo, a pesar que no es reconocido por lo líderes del mundo Dios declara que Él es el Hijo de Dios. Igualmente, en el libro de Hebreos lo vamos a ver exaltado por encima de los ángeles y de los sacerdotes. Cristo es único, no hay otro como Él.

Relación

Es una relación perfecta e inquebrantable. Esta relación es eterna, no tiene principio ni fin. Cristo siempre ha sido el Hijo de Dios. «Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar» (Mateo 11:27). Esta relación es tan cercana que Cristo dijo «Yo y el Padre uno somos» (Juan 10:30), y también «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9).

Posesión

Dios dice «MI Hijo». Juan es quien nos dice varias veces en su evangelio que Cristo es el unigénito Hijo. El Señor Jesucristo, relatando la parábola en Marcos 12, dice «Por último, teniendo aún un hijo suyo». Dios ama a su Hijo, y el valor que Él tiene para Dios es infinito.

Distinción

No ha habido, ni habrá, otro como Cristo. El escritor a los Hebreos tiene esto como tema principal en su carta: la singularidad y la superioridad de Cristo. Él es superior a los profetas, a los ángeles, a Abraham, Moisés, Josué, los sumos sacerdotes, los sacrificios, el tabernáculo. Él es el «autor y consumador de la fe».

Es por eso que en el Salmo 2, después de declarar «Mi Hijo eres Tú», Dios nos dice «Honrad al Hijo».

Miguel Mosquera

Compartir

Salir de la versión móvil