…pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijosRut 4:15
Pocos personajes en la Biblia demuestran una convicción tan sólida y profunda como lo es el caso de Rut. Las palabras de esta mujer en el capítulo 1 lo dan a conocer cuando, de espaldas a su tierra y su familia, dice: “tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (Rut 1:16). Ella no es movida por la conveniencia; lo más fácil para ella era quedarse en Moab, sino por la convicción, y esto le sostendría incluso en los tiempos difíciles.
Rut no solamente demostró convicción, pero era una mujer trabajadora. La vemos todo el día trabajando “sin descansar ni aun por un momento” (2:7). Su arduo trabajo no es por ambición, queriendo ser una mujer con dinero y poder, sino más bien para suplir la necesidad de su casa.
Era una mujer dispuesta a escuchar el consejo de los mayores, cuando Noemí le dice lo que tiene que hacer al acercarse a Booz. Su prudencia se resalta en el capítulo 3. El escuchar consejo y la prudencia son dos virtudes que escasean en nuestros días y cuán necesarias son.
Rut es la única mujer en la Biblia llamada ‘mujer virtuosa’. Su amor es sincero, amaba a Noemí y cuidaba de ella. Su valor sobrepasaba incluso al de siete hijos. Este versículo al final del libro de Rut nos lleva a considerar el gran valor que Dios otorga a una mujer piadosa y prudente, y cómo pudo ejercer una influencia positiva en el pueblo de Belén ocupando el lugar que Dios le había dado.
Precepto es del Señor
que gloria yo le dé,
cuidando el alma que me dio,
viviendo por la fe.
Miguel Mosquera
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