Música – Libertad o Límites

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In Concert VI por Steffen Thöma en Dominio Público

Quiero Alabarte… Jesús Adrián Romero… Marcela Gándara… Marcus Witt… Oscar Medina… Rojo… Alex Campos… Fernando Ortega… Hillsong… Steve Green… ¿Cuál te gusta? ¿Acaso importa? Yo tengo mis gustos y tu los tuyos, ¿cierto? Todo es cuestión de preferencia, ¿no es así? Tu preferencia personal será un factor importante cuando decides la música que vas a escuchar pero, como otras decisiones en la vida, tu libertad de escoger estará limitada por los principios de las Escrituras. “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23).

[nextpage title=»El Poder de la Música»]

Considera 1 Samuel 16 (ayudará si lees vv 14-23). El rey Saúl a veces se encontraba preocupado, emocional, mental y espiritualmente. Sus siervos le sugirieron que alguien tocara un instrumento de música para él. David fue traído y leemos que, “David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.” (v. 23). ¡Wow! ¡El estado de ánimo de Saúl cambiaba con la música! La música lo refrescaba y le hacía sentir bien. La música es poderosa.

¿Qué sentimientos crea dentro de ti la música que escuchas? ¿Ayuda a influenciar tus deseos y comportamiento hacia el Señor o no?
Posiblemente has visto alguna persona sentada, disfrutando una conversación amena y concentrada en las personas con quienes está hablando… hasta que empieza el ritmo. Tan pronto como la música comienza, algo le pasa al grupo, como si no pudieran evitarlo. Empiezan a moverse y balancear al mismo tiempo con la música, o tienen que levantarse y empezar a bailar. ¡Es como si la música los controlara! La música es poderosa. Estudios médicos que se han realizado recientemente mostraron que las tareas en la escuela, interacciones sociales, humor, comportamiento y promiscuidad (¡… fíjate bien!) de los jóvenes era impactada por escuchar música violenta y contenido sexual explícito. No sorprende que el filósofo griego, Platón, una vez dijo: “Dejadme hacer las canciones de una nación, y no me preocuparé por quién haga sus leyes”. La influencia de la música, tanto por la letra como por el ritmo y el sonido, es poderosa. Pero no es solamente la música del mundo que nos impacta de formas poderosas. Puedes conectar tu reproductor MP3 o tu iPod luego de un examen bien difícil y verás como tu estado de ánimo es elevado mientras escuchas tu música cristiana favorita. Muchos de nosotros se ha sorprendido cuando las emociones van subiendo rápidamente dentro de nosotros mientras escuchamos un artista apasionado mientras canta al Señor una canción, las lágrimas empiezan a brotar, incluso si estamos en el carro manejando. Nuestras entrañas pueden ser movidas por la canción. La transformación espiritual puede involucrar emociones pero es también importante que recordemos que es mucho más que un éxtasis emocional. Si duda alguna, la respuesta emocional repentina muestra el impacto que la música puede tener.

Ya que la música es tan poderosa, la música que escuches es muy importante. ¿Qué sentimientos crea dentro de ti la música que escuchas? ¿Ayuda a influenciar tus deseos y comportamiento hacia el Señor o no?

[nextpage title=»El Propósito de la Música»]
Recuerda que se supone que la música cristiana rinda alabanza al Señor, no a tu novio o novia
La música es un arte. Evidentemente Dios valora la expresión artística. Considera el cielo en un atardecer, o la belleza multicolor de las hojas en otoño, o la majestad de las montañas que alcanzan más allá de las nubes. Ellas son hermosas obras de arte. Piensa en los múltiples cantos de los diferentes pájaros, o el sonido relajante de las olas a la orilla del mar, o el silbido singular de las ballenas bajo el agua. Es música compuesta por el Creador. Las canciones de los hombres y mujeres deben también ser para su gloria. “Alabaré yo el nombre de Dios con cántico,  Lo exaltaré con alabanza.” (Salmo 69:30). Dios tenía en su propósito que la música fuera para alabarle, sin embargo, como en otras formas de arte, la música ha sido robada, deshonrada y corrompida.

¿Las pistas de música de tu iPod convergen en alabanza a Dios? ¿Ves la música simplemente como un entretenimiento o es un reflejo de los deseos de tu corazón que esta forma de arte levante tu alma en alabanza a Dios?

Otro gentil recordatorio puede ser de ayuda. Recuerda que se supone que la música cristiana rinda alabanza al Señor, no a tu novio o novia. Uno de los peligros de la música cristiana contemporánea es la tendencia de retratar nuestra relación con el Señor con el mismo tipo de romance e intimidad experimentada entre una pareja en esta tierra. Si un “Señor” o “Jesús” no se mencionan de vez en cuando, uno se preguntaría a quién le está cantando el artista. Si le quieres escribir una canción de amor a tu novia, ¡adelante! Pero recuerda Quién está en el corazón de la alabanza. Si se supone que la música sea para alabar a Dios, entonces debe balancear la cercanía al Señor con el hecho de que Él es nuestro Señor. David dijo: “Alabaré a Jehová conforme a su justicia,  Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo” (Salmo 7:17).

[nextpage title=»La Poesía (Letra) de la Música»]

Lógicamente, de acuerdo al párrafo anterior, lo que sigue es que la letra de nuestras músicas es importante. Recuerda que cuando lees el libro de los Salmos o Cantar de los Cantares estás leyendo canciones reales con letra inspirada. En otras palabras, el Espíritu de Dios ha escrito la letra para la música. Es maravilloso pensar que nuestro Señor Jesucristo cantaba alabanzas a su Padre (Marcos 14:26) con palabras dadas por el Espíritu Santo – ¡la Trinidad en alabanza! El Espíritu seleccionó cuidadosamente las palabras que serían consistentes con la verdad del resto de la revelación de Dios. No hace falta decir (¡pero aquí estoy, diciéndolo!) que deberías ser capaz de distinguir las palabras de la música que escuchas – “cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento” (1 Corintios 14:15). La letra es importante. Nuestro Padre está buscando adoradores, y esa adoración debe ser “en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24).

El CD puede que esté en la sección de música cristiana, pero… ¿realmente contiene la verdad cristiana?
¿Tú quieres que las canciones que cantas y escuchas estén de acuerdo con la Biblia y  que provengan de corazones espirituales? Los artistas a veces les gusta forzar los límites bajo la fachada de la licencia poética o una imaginación santificada. Nosotros muchas veces se lo permitimos, pero ya que las palabras de una canción se graban tan fácilmente en nuestra memoria, sería una bendición para nosotros que éstas fueran bíblicas. El CD puede que esté en la sección de música cristiana, pero… ¿realmente contiene la verdad cristiana?

Es muy interesante y hermoso que en la última estrofa del Salmo 119, un salmo dedicado a las maravillas de la Palabra de Dios, hay referencias al cantar alabanzas. “Mis labios rebosarán alabanza  cuando me enseñes tus estatutos… Hablará mi lengua tus dichos,  porque todos tus mandamientos son justicia… Viva mi alma y te alabe,  y tus juicios me ayuden.” (171, 172, 175).

Tenemos que admitirlo y sabemos que no todas las líneas de nuestro Himnario Cristiano o Himnos del Evangelio son doctrinalmente perfectas, pero siguiendo en este tema, tenemos que señalar que es una tremenda bendición la calidad espiritual y profundidad de las palabras de los himnos en nuestros himnarios.

Unas de las debilidades de algunas de las músicas cristianas contemporáneas, de diversos géneros, es la ausencia de profundidad bíblica y espiritual. ¡OJO! No dije que es TODA la música contemporánea, ni tampoco estoy diciendo que solamente puedes escuchar los himnos del Himnario, pero letras poco profundas van a contribuir a adoración y alabanza poco profunda, que al final van a impactar en nuestro conocimiento y apreciación de Dios. Es posible que algunos de los lectores puedan tener la solución en sus propias mentes y corazones iluminados por el Espíritu Santo. Puede que hayan sido provistos por Dios de la capacidad de escribir poesía y música. Te animamos a esta noble labor. A medida que el lenguaje cambia, puede llegar el día en que el pueblo del Señor acuda a otras canciones para expresar su alabanza a Dios. Con sincero deseo espiritual y buena base en la verdad de Dios, y como resultado de las experiencias de la vida a través de las cuales Dios te ha enseñado, tú puedes ser un instrumento perfecto en las manos del Maestro para escribir himnos y canciones verdaderamente cristianas.

[nextpage title=»Prudencia en el Juicio»]

Hay dos extremos que deben ser evitados. Creyentes mayores tienen la particularidad de estar prestos a juzgar y etiquetar cualquier grupo o cantante por escuchar una sola canción que, ellos consideran, tienen mucha guitarra eléctrica o mucha batería o es muy escandalosa. Sin embargo, ese mismo grupo puede tener una canción muy conmovedora y directa al corazón en la siguiente pista, tal vez una versión de algún himno antiguo. Por otro lado, creyentes jóvenes deben entender que simplemente porque un grupo tenga alguna buena canción eso no quiere decir que todas sus canciones son buenas. Tienes que ejercitar el discernimiento espiritual. Incluso si tus abuelos piensan que una de las canciones es hermosa, debes saber que ese mismo grupo es capaz de producir alguna canción que es mucho más parecida al mundo que a Dios. No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio. (Juan 7:24).

[nextpage title=»La Piratería de la Música»]

“Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior” (1 Pedro 2:13). Descargas ilegales son llamadas así porque… (ahí va)… son ilegales. Piratería es cuando una persona usa o reproduce algún trabajo de otro sin su autorización. ¿Le pediste permiso a Marcela Gandara antes que copiaras su CD? Nuestro Señor enseñó “todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12). Puedes pensar que el artista tiene suficiente dinero y no le preocuparía mucho ayudar a un joven cristiano, y además el creyente al cual le vas a dar esa copia será grandemente bendecido por ella y así sucesivamente. Considera solamente prestarle tu CD.

[nextpage title=»La Pureza de la Música»]

Efesios 5:19 dice que debemos comunicarnos con otros “con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. ¿Las canciones que escuchas son espirituales? El Espíritu Santo de Dios mora en cada creyente y nuestros cuerpos son templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19). Para ser llenados y ser guiados por el Espíritu, no debemos contristar el Espíritu. ¿El Espíritu Santo disfruta escuchas la misma música contigo?

Proverbios 23:17 es un buen versículo para memorizar: “Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo”
Posiblemente ayudaría conducirnos por este punto si lo vieras de la siguiente manera. El Señor Jesucristo también fue un adolescente una vez. Así que también pudo tener momentos en que la generación mayor no lo entendía apropiadamente, sabemos que Él nunca perdió el control ni jamás tuvo un mal pensamiento. Él era perfecto. A la edad de 12 años, Él era el perfecto niño de 12 años. A la edad de 17 años, Él era el perfecto joven de 17 años. Él sabe lo que es ser un adolescente y Él también sabe lo que es siempre agradar a Dios: “yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29).

Ahora, tú quieres ser como el Señor Jesucristo y agradar a Dios. Si el Señor Jesucristo estuviera presente contigo y se sentara al lado tuyo, ¿te sentirías cómodo escuchando la música que siempre escuchas? Nuestro Señor Jesucristo dijo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Proverbios 23:17 es un buen versículo para memorizar: “Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo”.

Esta sección no está hecha para que te vuelvas paranoico, pero recuerda que el Señor quiere disfrutar de la música que escoges para incluir en tu vida. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” (1 Corintios 10:31). La frase “otra cosa” incluye la música que escuchas y las canciones que cantas.

La música es un regalo de Dios. Debemos respetar el arte y los artistas, pero recordemos que la música no fue hecha para ser adorada sino que más bien nos ayuda a vivir vidas que adoren a Dios. Que podamos apreciar este bondadoso regalo y procurar traer contentamiento a Él y bendecirle a través de la música que nos gusta y disfrutamos. “Cantad la gloria de su nombre;  Poned gloria en su alabanza.” (Salmo 66:2).

Matthew Cain
Traducido de Truth & Tidings
Usado con permiso

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