Contamos con su ayuda
«Yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo» (Isaías 41:13). La situación se le había salido de las manos al pueblo de Israel. Esto hace sentir temor. En los primeros versículos de este capítulo Dios les hace dar una mirada al pasado y notar las maravillas que Dios había obrado con Abraham. Les hace entender que fue Dios quien hizo todo, le llamó, le protegió, entregó delante de él naciones y le hizo enseñorear de reyes (v.1). Dios obró a favor de Abraham, lo haría también a favor del pueblo de Israel y lo hará también contigo. «Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra» (Salmo 121:1-2)
Contamos con su presencia
Dios no cierra su oído, Él escucha nuestra oración y la responderá en su debido momento«Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo» (Hechos 18:9-10). Corinto era una ciudad grande y, seguramente, intimidante por su prosperidad, sabiduría, economía. ¿Sería que Pablo, el gran evangelista y predicador, sintió temor de hablar en Corintio? Es muy posible, lo dice también en 1 Corintios 2:3. Es la única ocasión, durante los viajes misioneros de Pablo, que el Señor se le aparece y le dice: No temas… yo estoy contigo. La presencia del Señor siempre estará con nosotros. Su promesa antes de regresar a la gloria fue: «he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Lo ha dicho y lo va a cumplir.
Escucha nuestra oración
«Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está» (Génesis 21:17). Dios es grande y obra maravillas. Lo vemos hacer grandes cosas a través de grandes hombres. ¿Escuchará Dios el clamor de un muchacho angustiado en el desierto? Claro que sí. Dios no hace acepción de personas. No se interesa en los grandes para descuidar los indefensos. Dios le recuerda al pueblo de Israel que: «Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho; que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido» (Deuteronomio 10:18-19). Ninguno pasa por alto. El ángel le dijo a Daniel: «Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido» (Daniel 10:12). ¿Cuándo lo escuchó Dios? Desde el primer momento que Daniel había clamado. Dios no cierra su oído, Él escucha nuestra oración y la responderá en su debido momento.
Su carácter no cambia
Miguel Mosquera
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