Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a DiosHechos 4:19
El mundo incrédulo pone la palabra de los hombres como más importante que lo que Dios dice. Bien sea la opinión de políticos, expertos, científicos o alguna otra persona de renombre, y entonces cuestionan la Palabra de Dios porque contradice la opinión de ellos. Tristemente muchos cristianos han adoptado esta misma práctica y dudan de la veracidad de la Biblia. La Palabra de Dios es un fundamento sólido que, sin importar los tiempos y el avance de la ciencia, permanece firme. «Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre» (Isaías 40:8).
Es nuestro deber obedecer a Dios. Nuestra confianza está en Él. El apóstol Pedro dijo «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» (Juan 6:68). Dios no miente, los hombres sí mienten. Nuestro fundamento no puede estar en las opiniones cambiantes de los hombres sino en la Palabra firme de Dios. Si prestamos mucha atención a lo que los hombres y los medios de comunicación dicen, comenzaremos a dudar, afectará nuestro testimonio y nos comenzaremos a hundir en un mar de confusión en el cual se encuentra el mundo hoy.
El enemigo busca callar la voz de los cristianos para que no se siga predicando el evangelio. Eso no es nuevo, lo experimentaron los discípulos al principio. Tengamos el mismo valor que tuvieron ellos: «no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído» (Hechos 4:20).
Sigamos el ejemplo de los tesalonicenses, que se dice de ellos: «recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes» (1 Tesalonicenses 2:13). ¿Está la Palabra de Dios actuando en tu vida y guiando tus decisiones?
Miguel Mosquera
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