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Pon la mira

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierraColosenses 3:2

«Poner la mira» quiere decir «dirigir la mente hacia algo» o también «buscar o esforzarse por algo». La primera mención que encontramos en el Nuevo Testamento está en Mateo 16:23, cuando el Señor había declarado a sus discípulos que le era necesario morir en la cruz y Pedro comenzó a reconvenirle. El Señor le dijo a Pedro, «¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres». Después de haber recibido la gran revelación del Padre sobre la persona de Cristo, ahora Pedro se había dejado manipular por el enemigo para dirigir su mente a las cosas terrenales. Buscaba la comodidad y el bienestar de Cristo, pero a expensas de hacer la voluntad de Dios. El Señor no buscaba su propia comodidad, Él sabía el propósito por el cual había venido a este mundo. La mente de Cristo estaba dirigida a hacer la voluntad del Padre y se ocupaba en los negocios de su Padre.

En Colosenses se nos exhorta a «hacer morir lo terrenal» en nosotros. Todo eso que va asociado a la carne y que desagrada a Dios. Es una acción continua. Esto hará que nuestra mente pueda dirigirse a las cosas de Dios. «Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe» (Hebreos 12:1-2).

Lot puso su mirada en la llanura del Jordán. Buscaba prosperidad y comodidad, pero tristemente quedó atrapado por los placeres de este mundo y vivió «abrumado por la nefanda conducta de los malvados». Salvo, pero sin ningún servicio de valor para Dios.

Vivimos en un mundo lleno de comodidad que busca constantemente la satisfacción propia. Es por eso que debemos recordar que hemos sido comprados por precio y que debemos glorificar a Dios en nuestras vidas. Tu mente, ¿hacia dónde está dirigida?

Miguel Mosquera

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