¿Puede una persona nacer siendo ya cristiana?
Existe la idea de que un bebé que nace en una familia cristiana es automáticamente cristiano también y va camino al cielo. En algunos casos, la idea viene de lo que personas han escuchado o lo que la lógica les dice, en otros casos hay quienes se basan en versículos como 1 Corintios 7:14, el cual veremos en un poco más de detalle en un momento. Lo más importante no es cuál es la opinión popular, sino lo que dice Dios en su Palabra.
El pecado desde la concepción
El rey David, quien nació en una familia fiel a Dios, dijo en el Salmo 51:5, “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”. Todo ser humano viene a este mundo con la naturaleza del pecado. Es por esto que un niño pequeño no se le necesita enseñar a mentir, pelear, ser egoísta o desobedecer. Viene con el pecado. Tarde o temprano esa naturaleza se va a hacer evidente por la práctica del pecado.
Esto se debe a que, desde su entrada al mundo, el pecado ha pasado de generación en generación, como lo dice Romanos 5:12, “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. También leemos en 1 Pedro 1:18, “vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres”.
Todos nacemos pecadores, sin importar de la familia que vengamos.
La necesidad del arrepentimiento
El Señor explicó que todos necesitan arrepentirse cuando dijo, “antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:5). Igualmente le dijo a Nicodemo, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Esto quiere decir toda persona necesita arrepentirse y confiar en Cristo como Salvador (nacer de nuevo) para ser cristiana, de lo contrario no lo es. Por supuesto, un bebé al nacer no puede hacer esto.
Entonces, ¿qué de 1 Corintios 7:14? ¿No dice allí que los ‘hijos son santos’?
Citemos primero el versículo completo, “Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos”. El contexto que se menciona en este pasaje tiene que ver con una familia donde uno de los dos, marido o mujer, llega a ser cristiano por la fe en Jesucristo, mientras que el otro no.
La influencia positiva y piadosa de aquel que sí es creyente ayuda a preservar el hogar del ambiente mundano y es una puerta de entrada al mensaje del evangelio en la familia
Primero, hace referencia al otro en el matrimonio (marido o mujer) el cual es ‘incrédulo’, es decir, no es salvo(a). Sabemos, por Apocalipsis 21:8, que “los cobardes e incrédulos… tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Esto, por supuesto, se refiere a aquellos que mueren en sus pecados, sin la salvación, pero nos da a entender claramente que un incrédulo no es cristiano.
Aunque el marido o la mujer no es cristiano, se dice que es ‘santificado’ (o apartado) por medio de aquel que sí es cristiano. Al ser incrédulo no es salvo, no es cristiano, sin embargo, la influencia positiva y piadosa de aquel que sí es creyente ayuda a preservar el hogar del ambiente mundano y es una puerta de entrada al mensaje del evangelio en la familia.
Esta influencia positiva puede resultar en la salvación del marido, o mujer, incrédulo, como dice el versículo 16, “Porque ¿qué sabes tú, o mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?” La decisión es individual, mas cuando hay un creyente en la familia el resto de los miembros son expuestos al evangelio para que puedan ser salvos.
Así que, no se trata de que los hijos son santos en el sentido de ser salvos, sino que son santos al ser apartados y preservados de la influencia mundana y pecaminosa por la buena conducta del padre (o madre) que es cristiano.
Pero, no dice Hechos 16:31 “serás salvo tú y tu casa”
De ninguna manera da a entender que uno es salvo en nombre de los demás
¿Quiere decir este versículo que cuando uno es salvo ya todos en su familia son salvos? El versículo completo dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Esta fue la respuesta del apóstol Pablo al carcelero que preguntó: “¿qué debo hacer para ser salvo?”. El énfasis está en “cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”. Esta expresión era una oferta de salvación, era para él y para su casa también. De manera que aquel hombre, y también su familia, podían ser salvos creyendo en el Señor Jesucristo. La forma de ser salvo era la misma, pero la decisión era individual. De ninguna manera da a entender que uno es salvo en nombre de los demás.
Más adelante en la historia del carcelero, su familia también escuchó el evangelio de Jesucristo, “y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios”. El desenlace de la historia es que todos en su familia escucharon la Palabra y creyeron a Dios. Aunque este no necesariamente sea el caso en cada familia.
Finalmente, la respuesta a la pregunta es que una persona no nace cristiana. La salvación es individual. Sin embargo, al nacer en una familia cristiana tiene el privilegio de escuchar el mensaje de salvación desde temprano en su vida para que pueda ser salvo por la fe en Jesucristo.
Si quieres saber algo más o tienes algún comentario sobre esta u otra pregunta puedes contactarnos a info@salvoxgracia.com
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