Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra… y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor, y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto… para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer. (Jeremías 42:1-3)
Es muy importante, para mí como creyente en Cristo, saber cuál es la voluntad de Dios en mi vida. Qué planes tiene Dios o cuál es el camino que Dios me tiene preparado para andar. Pero más importante que saber cuál es la voluntad de Dios en mi vida es tener un corazón dispuesto a hacerla. Dios tiene planes para mí y a su tiempo nos lo hará saber. Dios nos revelará su plan un paso a la vez y esto hace que muchas veces nos preocupemos o angustiemos porque no sabemos cuál es el siguiente paso a tomar. Necesitamos estar en comunión con Dios y andar cerca de Él para escuchar su voz. Es en la intimidad de una buena relación con nuestro Señor que sabremos el camino por donde Dios espera que vayamos.
Pero una disposición para hacer la voluntad de Dios es necesaria. De nada nos sirve saberla y no obedecerla porque más bien esto nos hace más responsables. El pueblo de Israel buscó la voluntad de Dios y parecía que de corazón sincero lo iban a cumplir pero cuando supieron el mensaje de Dios por parte de Jeremías su corazón se endureció. El mandato de Dios era precisamente lo único que ellos no estaban dispuestos a hacer, era pasar y rendirse ante Babilonia, porque Dios ya había determinado el juicio para Jerusalén. Le dijeron a Jeremías: “todos los varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios… No obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová” (Jeremías 43:2,4). ¡Qué triste fin! Porque perecieron de mano de los caldeos. ¿Quieres saber la voluntad de Dios en tu vida? Está atento a su voz ¡y obedécela!
Romer Miguel Mosquera