A diferencia de lo que el mundo de hoy piensa, e incluso de lo que la religión da a entender, la iglesia no es una organización humana ni tampoco un edificio o construcción. La iglesia está formada por personas, creyentes salvados por la gracia de Dios.

La Biblia utiliza el término «iglesia» de dos maneras:

• La Iglesia, el cuerpo de Cristo: es una sola, y está formada por todas las personas que han creído en Cristo como Salvador a lo largo del tiempo y en cualquier parte del mundo, desde el día de Pentecostés (Hechos 2:41) hasta el momento de la venida del Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 4:16-17). No tiene nombre. En el Nuevo Testamento siempre es mencionada en singular. «Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha» (Efesios 5:25-27). Su fundamento es Cristo, como lo expresa 1 Corintios 3:11, «nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo». Aquí hay otros versículos: Mateo 16:18; Efesios 1:22; Colosenses 1:18.
• La iglesia, en una localidad: hay muchas, y está formada por creyentes, en un determinado lugar, que se reúnen, en el nombre del Señor Jesucristo (Mateo 18:20), consecutivamente, siguiendo la doctrina de los apóstoles. Puede ser mencionada en la Biblia tanto en singular como en plural. «Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto» (1 Corintios 1:1-2); «Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos» (1 Corintios 14:33). Aquí hay otros versículos: Mateo 18:17; 1 Timoteo 3:15; Santiago 5:14.

Entonces podemos ver que el término iglesia siempre está referido a personas, nunca a edificios, tampoco es el nombre de una religión. Es por esto que vemos expresiones en la Biblia como: «dilo a la iglesia», «he escrito a la iglesia» o «la iglesia que está en su casa», porque se está refiriendo al grupo de creyentes y no al edificio.

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