¿Qué pasará con aquellos que nunca han escuchado el evangelio?

La justicia de Dios es perfecta. «El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?»; «la revelación del justo juicio de Dios»; «Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos»; «Porque Dios no es injusto» (Génesis 18:25; Romanos 2:5; Apocalipsis 16:7; Hebreos 6:10). Una vez entendido esto podemos comprender que en el día del juicio Dios no va a castigar a nadie que realmente no se lo merezca.

Pero para ir más al punto que nos interesa podemos encontrar la respuesta en Romanos 1:20, que nos dice: «Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa». No hay excusa para ninguno. La misma creación es un testimonio claro y visible para todas las personas en el mundo de la existencia de Dios, sean indígenas de una tribu remota en el Amazonas o esquimales en el Polo Sur. En muchos de estos casos el resultado ha sido como lo describe más adelante el capítulo: «cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles».

Sin embargo, nos preocupa igualmente aquellos que sí han escuchado el evangelio de Cristo pero no lo han creído. Que todavía están en sus pecados. Que habiendo escuchado de la obra de Cristo para salvarle todavía le rechaza buscando su propio camino para llegar al cielo.

Si estás leyendo este artículo es porque no estás entre aquellos que nunca han escuchado el evangelio de Cristo, por eso te preguntamos: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?