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Salmo 139 – El Dios Omnipresente

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estásSalmo 139:7-8

Hemos visto que el Salmo 139 comienza con la omnisciencia de Dios y al seguir leyendo, en los versículos 7 al 12, nos daremos cuenta de que Dios es también el Dios Omnipresente.

Nuevamente, esta palabra nos hace ver que Dios está en todo lugar, en todo momento, en todo su Ser. El espacio no es una limitante para Dios, ni Él tampoco tiene fronteras. Esto nos trae tanto responsabilidad como regocijo.

Nos trae responsabilidad porque debe haber temor de Dios en nuestro corazón al saber que en cualquier lugar donde estemos Dios está allí. Si estamos en un lugar donde no debemos estar, Él está allí. Si hacemos algo que no debemos hacer, Él está allí. Si vemos algo que no debemos ver, Él está allí. No podemos escondernos de su presencia. Esto debe llevarnos a una vida de santificación, apartados del pecado.

También nos trae regocijo el saber que Dios está con nosotros. No hay momento en que Él nos deje solos. Nos recordamos de las palabras dichas a Josué: “No temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9). En ocasiones sentimos que la soledad hace una gran sombra sobre nosotros, o podemos tener una experiencia similar a la de Pablo cuando dice que “todos me desampararon”, sin embargo, en esos momentos cuando otras personas le abandonaron continúa diciendo, “pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas” (2 Timoteo 4:16-17).

¡Qué grande es nuestro Dios! El Dios Omnipresente.

No importa dondequiera esté, 
Jesús conmigo siempre está.  
Lo ha prometido, y tengo fe 
que su promesa cumplirá. 

Miguel Mosquera

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