¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdasSalmo 2:1-3
Las palabras en los primeros versículos tuvieron cumplimiento en el Señor Jesucristo, y los creyentes en Jerusalén los citaron en su oración en Hechos 4:25-26. Hubo acuerdo y unidad entre los líderes y gobernantes, en rebelión y rechazo hacia Dios, y el resultado de esto fue la crucifixión del Señor de gloria. Esta misma rebelión continua al día de hoy, en la búsqueda de echar a Dios completamente de sus vidas.
Sin embargo, esta rebelión registrada en los primeros versículos es seguida por la respuesta del cielo: “El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos” (v.4). El Soberano de la creación, el Altísimo y Todopoderoso, ve esta débil rebelión como algo risible. Toda la fuerza y poder humanos vienen a ser como nada delante del Soberano de la tierra. Nada podrá desestabilizar el control de Dios sobre la situación ni tampoco quitarlo de su trono. El solo intento de hacerlo es algo absurdo y necio.
El consejo de los reyes no cambiará en nada el plan divino con su Hijo. No puede haber oposición a los planes de Dios, por lo que Dios dice: “yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte” (v.6). Dios vindicó a su Hijo levantándole de los muertos y sentándole a la diestra de la majestad en los cielos.
El mundo incrédulo levanta sus puños en desafío y rebelión hacia Dios, pero Aquel que mora en los cielos no se ve afectado por ello. Él tiene su plan y lo llevará a cabo. Él ha puesto su rey sobre Sion. Cristo va a reinar.
Al Salvador rechaza
el mundo pecador,
la sorda muchedumbre
ajena de su amor.
Mas Él vendrá glorioso,
el día cerca está;
aquel día majestuoso llega ya.
Miguel Mosquera
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