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¿Se puede perder la salvación?

se puede perder la salvación

¿Se puede perder la salvación?

No, la salvación no se puede perder. La salvación no depende de la persona, no es por obras, ni esfuerzo humano. Uno no «trabaja» para obtenerla ni mucho menos para conservarla. La salvación depende de Cristo, es una obra divina.

Hay quienes dicen, en cuanto a su destino eterno: “no sé, nadie sabe hasta que llegue al final de su vida”. Una de las verdades que Dios nos dice en su Palabra es que una persona puede tener la seguridad plena, en esta vida, que irá a la eternidad con Cristo si pone su confianza en Él como Salvador. Hay muchos versículos que nos muestran esto:

  • Juan 3:16
    Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano
    “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Con este versículo quisiera englobar las muchas referencias en el Nuevo Testamento a las palabras “vida eterna”. Aparecen más de 45 veces en el Nuevo Testamento. Uno se da cuenta que esta vida eterna es una posesión presente: “tenga”. Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna…” Otros pasajes conocidos que hacen referencia a la vida eterna son: Juan 4:14, 5:24, 6:40, 17:3; Romanos 6:23; 1 Timoteo 1:15-16. Dios, entonces, está dando la promesa de la vida eterna para todos los que creen en el nombre de Cristo. Estaríamos diciendo que Dios miente si Él dice que la vida eterna no es en realidad eterna porque existe la posibilidad de perderla. Pero sabemos que es imposible que Dios mienta.
  • Juan 10:27-28 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Aquí está el mismo Señor Jesucristo dándonos las seguridad de que no podemos perder la salvación. El que cree está en las manos del Salvador. En Hebreos 1 se nos dice de las manos del Señor como las creadoras de los cielos, podemos pensar en manos poderosas. Estamos en las manos del Señor Todopoderoso y Él mismo dice “nadie las arrebatará de mi mano”. Romanos 8:35 nos enseña que “nada nos podrá separar del amor de Cristo”. Entonces, podemos estar seguros que nada ni nadie nos puede quitar la salvación.
  • Hebreos 7:25 “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. La muerte de Cristo es la garantía de que fuimos salvos y la vida de Cristo es la garantía que él nos mantiene salvos. Fuimos salvos por la gracia de Dios sin mérito alguno, gracias a la obra de Cristo en la cruz, y de igual manera, el guardarnos salvos no depende tampoco de nuestros méritos sino de la vida perfecta y eterna de Cristo en los cielos.
  • 1 Corintios 3:15
    Ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro
    “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”. Pablo nos está hablando del tribunal de Cristo, un lugar sólo para creyentes. Nos dice que el resultado de la vida de cada creyente puede ser comparado con oro, plata y piedras preciosas si hizo algo de valor para la eternidad, pero que se compara a madera, heno y hojarasca si no es de ningún valor eterno. Pablo va a poner el lado más negativo que pueda tener algún creyente y es que todo lo que hizo en esta vida no tiene ningún valor eterno y él dice que ese creyente aún así no pierde su salvación, “si bien él mismo será salvo”, aunque si pierde su recompensa delante de Dios.
  • Romanos 8:37-39 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Los vencedores no son aquellos que han llevado una vida recta delante de Dios sino que son vencedores “por medio de aquél que nos amó”, es decir, que Cristo es el supremo vencedor por su muerte en la cruz y su resurrección, y por eso todo aquel que le recibe como Salvador es llamado “vencedor”. Aquí se nos da una garantía plena de que no hay nada que pueda separar a un creyente del amor de Cristo.

Por supuesto que afirmar que la salvación no se puede perder no es licencia para el creyente llevar una vida de pecado. Como nos enseña Romanos 6:1 «¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera».

Si quieres saber algo más o tienes algún comentario sobre esta u otra pregunta puedes contactarnos a info@salvoxgracia.com

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