La noche era fría. Había mucha neblina y poca visibilidad lo que hacía la navegación un tanto difícil. Aunque el capitán había desviado el curso del barco ligeramente para evitar los icebergs, debido a las advertencias que habían recibido, seguían navegando a alta velocidad por las aguas del Atlántico Norte. No había viento ni olas, lo que hacía la navegación muy tranquila. Los pasajeros en el Titanic estaban muy entretenidos, sin saber el peligro que les acechaba. Me hace pensar en muchas personas que viven su vida muy tranquilos sin saber del peligro que corren sin Cristo ni la salvación.
Era el viaje inaugural (y único) del famoso Titanic. Salió del puerto de Southampton, Inglaterra, para dirigirse a Nueva York, Estados Unidos, el 10 de abril de 1912. Era el barco más grande para la época con 269 metros de longitud y más de 46000 toneladas de peso. Contaba con restaurantes, piscina, gimnasio, librerías, galerías y muchos otros entretenimientos, era un verdadero lujo. Es triste pensar que todo el lujo y entretenimiento solamente se disfrutó por apenas 4 días.
Este mundo ofrece placeres y goces pasajeros. ¿Es usted, mi querido lector, uno de los miles que lo gastan todo por querer disfrutar un poco más de los placeres del mundo y del pecado? Dios dice: «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos» (1 Juan 2:15-17).
Muchas advertencias
¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto, y se dieran cuenta del fin que les espera!El 14 de abril a las 9:40 de la noche el buque SS Mesaba advierte de una «gran cantidad» de icebergs en la zona (bloques inmensos de hielo en el océano). El operador de radio Jack Phillips ignora el mensaje pensando que no es algo urgente y continúa enviando los telegramas de los pasajeros. Más tarde, a las 11p.m. el buque California envía otro mensaje al Titanic diciendo que han detenido la navegación por la noche debido a la gran cantidad de hielo. Phillips desesperado por terminar con los telegramas, se molesta y dice «¡Ya cállense, estoy ocupado!».
¡Ay de muchos que no ponen importancia a las advertencias que Dios hace en cuanto a las consecuencias del pecado para la eternidad! Dios muestra en su Palabra lo grave que es el pecado: «Porque la paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23) y que el fin de una persona en sus pecados es la condenación eterna. Pero ni aun así se dan cuenta del peligro que corren, lo consideran como algo que no es urgente, se mantienen ocupados en cosas tan triviales. «¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto, y se dieran cuenta del fin que les espera!» (Deuteronomio 32:29). No seas de los que ignora o que se molestan cuando se les habla de las buenas noticias del evangelio. Como dice el Espíritu Santo, «Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones» (Hebreos 3:15).
160 minutos
A las 11:40 se divisa el bloque de hielo, está a menos de un kilómetro. Frederick Fleet es el primero en verlo y grita con fuerza y desespero: «¡Hielo a la vista!». Pero ya era muy tarde. Los intentos de frenar y desviar el barco son inútiles. El Titanic choca contra el hielo y sufre serios daños en su proa. El agua entra a razón de 7 toneladas por segundo. El desastre es inminente. Sin embargo hay quienes pensaban que el barco sobrevivió el impacto y no se dan cuenta que al Titanic le quedan 160 minutos antes de hundirse por completo en el océano.
Los botes salvavidas son lanzados al mar, ¡pero no hay suficientes! Con más de dos mil personas a bordo, solamente hay salvavidas para poco más de mil cien y ni aún así se lograron salvar esa cantidad de personas. Los botes iban con menos cantidad de personas que lo que podían llevar. Más de 1500 personas murieron en el naufragio. ¡Qué tragedia!
Un mensaje urgente
Cristo es el único medio para salvarte de la ruina por causa del pecado y de la muerte eterna¿Estás preparado para la eternidad? Hay quienes se entretienen en el placer del mundo y del pecado y no se dan cuenta del desastre inminente que les espera por no haber confiado en Cristo para el perdón de sus pecados. Este mundo se dirige precipitadamente al naufragio. «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán», dijo Cristo (Mateo 24:35). Millones pasan a la eternidad sin Cristo y sin esperanza y se pierden para siempre. Por eso Dios dice: «prepárate para venir al encuentro de tu Dios» (Amós 4:12). Cristo es el único medio para salvarte de la ruina por causa del pecado y de la muerte eterna. «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hechos 4:12). Y tú, ¿estás preparado?
Miguel Mosquera
Fuente: Titanic Facts
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