El muchacho tenía apenas 14 años y estaba a punto de saltar al agua en los campeonatos nacionales de natación de Brisbane, Australia. Su estatura y peso le hacían ver como uno de 21. Estamos hablando de Ian Thorpe, apodado Torpedo. Dos años después compitió en el Campeonato Mundial de Natación en Perth, convirtiéndose en el hombre más joven en representar a Australia.
En olimpiadas Ian Thorpe ha ganado en total 5 medallas de oro, 3 de plata y 1 de bronce. Tiene 11 medallas de oro en campeonatos mundiales. Obtuvo 18 record mundiales, algunos de los cuales todavía le pertenecen.
La vida de Torpedo fue muy exitosa, llena de premios, logros, fama y dinero. Sigue siendo el australiano que más medallas de oro ha obtenido en olimpiadas. Seguramente, mientras lees todo esto estarás pensando en la felicidad de Torpedo al obtener todo esto y en la felicidad que te produciría hacer realidad los sueños que tienes en tu propia vida. Lo increíble es ver que Ian Thorpe se retiró del mundo de la natación a los 24 años de edad, en la cúspide de su carrera, porque tenía «falta de motivación».
Es difícil llegar a entender lo que puede llenar el corazón del ser humano. Intentamos muchos medios para llenar nuestro corazón pero sin éxito. A veces creemos que lo hemos alcanzado para luego darnos cuenta que seguimos siendo infelices. Por eso Dios es claro en decirnos: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9).
Quiero que el mensaje sea positivo: las cosas pueden mejorar
En su autobiografía, Este soy yo, Ian revela lo que ocurría en su vida íntima mientras lograba todas esas medallas. Sufría de momentos de depresión, los cuales se hacían más frecuentes a medida que pasaba el tiempo. Se entregó al alcohol como una manera de apagar esos pensamientos negativos. En su biografía escribe: «Cuando mis momentos oscuros se hicieron más frecuentes, me di cuenta que mientras más bebía mejor me sentía, o mejor dicho, menos mal me sentía. Sin embargo eso sólo duraba hasta que me despertaba el siguiente día para ir al entrenamiento. Mi veneno era el vino tinto, que en ocasiones lo bebía en cantidades que ahora parecen increíbles. Mi depresión era tan severa que, en ocasiones, consideré el suicidio. Incluso pensé en lugares y maneras específicas de matarme, pero luego reaccionaba y me daba cuenta de lo absurdo que era. Quiero que el mensaje sea positivo: las cosas pueden mejorar».
Queremos decirle a Ian y a ti, que lees este artículo, que en verdad las cosas pueden mejorar. No por lo que podamos conseguir en este mundo sino porque hay una persona capaz de llenar el vacío de tu corazón. 1ª Juan 2:16-17 dice «Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre».
Vivimos con nuestro corazón hambriento y sediento de algo que no podemos explicar y negados a pensar que efectivamente Dios es quien puede satisfacerlo. Cristo dijo «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28) y también «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da». El Señor Jesucristo conoce la necesidad que tiene tu
corazón y sabe cómo satisfacerlo. Demostró su amor por ti en la cruz, entregando su vida por la nuestra, padeciendo el dolor y la aflicción que son consecuencia del pecado y que es lo que nos tiene esclavizados y vacíos. Esa paz está al alcance de todos, tanto de Torpedo como de ti. «Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Romanos 10:8-9). Mi oración es para que Ian Thorpe, y también tú, puedan encontrar la paz y el descanso del alma que Cristo da.
Miguel Mosquera