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Un camino desconocido

Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este caminoJosué 3:3-4

Un camino desconocido no es algo que normalmente nos agrada. La incertidumbre de lo que está por delante nos causa ansiedad y preocupación. El pueblo de Israel estaba pasando por esta situación, era obvio que cruzar el Jordán no era algo a lo que estaban acostumbrados. Desde el punto de vista humano, era el momento menos apropiado para cruzar el Jordán, ya que “el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega” (Josué 3:15). Desde el punto de vista de Dios era el momento más apropiado, ya que el pueblo de Israel sería testigo, una vez más, de las maravillas del poder de Dios.

Las circunstancias que el mundo ha estado viviendo en los últimos meses nos hacen reconocer que este camino no lo hemos transitado antes, sin embargo, no es algo que haya tomado a Dios por sorpresa.

Tres lecciones aprendemos del pueblo de Israel transitando por este camino desconocido. “Cuando veáis el arca”: sus ojos debías estar en el arca del pacto, una figura del Señor Jesucristo. Nuestra mirada siempre debe estar puesta en el Señor, para buscar su ayuda y seguir su ejemplo: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2). “Escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios” (v.9): sus oídos debían estar atentos a la voz de Dios. “Jehová hará maravillas” (v.5): su corazón debía confiar plenamente en Dios, porque Él iba a actuar. La confianza en Dios les daría paz y seguridad al cruzar este camino desconocido.

Bien sé yo que lo futuro en su mano está;
con desvelo permanente Él me guiará.
Aunque en mi camino encuentre penas y dolor,
siempre tras de fuertes pruebas veo su favor.

Miguel Mosquera

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