El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacerHechos 9:6
No tenemos que desesperarnos, ya que él tiene el control de todas las cosasLo primero es la disposición de nuestro corazón. Pablo reconoció que Cristo era el Señor y, por tanto, quien tiene la autoridad de dar las instrucciones y es nuestra responsabilidad de obedecer. También estaba dispuesto a hacer lo que se le mandara. Su pregunta fue: «¿qué quieres que YO haga?». No tenemos que buscar hacer lo mismo que otro está haciendo, ya que para cada uno Dios tiene sus propósitos.
Dios nos va a dar el próximo paso: «Levántate y entra en la ciudad». Eso fue todo lo que Pablo supo en ese momento. Y, ¿después qué va a pasar? ¿Dónde voy a vivir? ¿cómo va a ser mi vida de ahora en adelante? El Señor estaba obrando detrás del escenario y poniendo todas las cosas en su lugar. ¿No es así también con nuestra vida? Cuando confiamos en el Señor, Él mismo se encargará de poner cada cosa en su lugar.
El próximo paso lo revelará en su momento: «y se te dirá lo que debes hacer». No tenemos que desesperarnos, ya que él tiene el control de todas las cosas. Nuestro oído debe estar atento, nuestro corazón dispuesto. El plan no lo hacemos nosotros para después obligar a Dios a acompañarnos en lo que queremos hacer. Él traza el plan, nos lo revela un paso a la vez y nosotros, en dependencia a Él, le seguimos. Recuerda, Cristo es el Señor.
Miguel Mosquera
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