Una trampa muy sutil

MiguelDevocionalesLeave a Comment

Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienesGénesis 14:21

Una estrategia que el enemigo ha usado mucho y le ha sido muy eficaz es la distracción. Es una trampa muy sutil porque, sin darnos cuenta, afecta nuestras prioridades y quitamos del primer lugar lo que realmente es importante. Lo usa en quienes no son salvos, para entretenerlos en los placeres de este mundo y que no piensen en el destino eterno de su alma. Lo usa en quienes somos salvos, para ocuparnos en las cosas de este mundo y no nos ocupemos en lo que tiene valor eterno y las almas de muchos a nuestro alrededor que se están perdiendo en sus pecados.

El rey de Sodoma (una figura de Satanás) le hizo esta proposición a Abraham: “dame las personas, y toma para ti los bienes”. ¿No merecía Abraham después de haber ganado la batalla haber recibido el botín? Sin duda, que era legítimo para él tomar los bienes. Pero detrás de esto no hay ningún acto de nobleza de parte de este rey de darle a Abraham su pago, sino más bien de distraer a Abraham para él ocuparse de las personas, llevándolas a la ciudad de destrucción (Sodoma).

El diablo está dispuesto a ‘sacrificar’ los bienes con tal de lograr su objetivo que es destruir las almas. Fue la oferta que le hizo al Señor Jesucristo, “le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares” (Mateo 4:9), a lo cual Cristo no accedió ni por un momento. El deseo del Señor era de salvar las almas, “el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas” (Lucas 9:56).

Podemos estar ocupados en muchas actividades en este mundo y descuidando que hay muchos a nuestro alrededor que están rumbo a una eternidad de condenación, “la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Juan 9:4).

Hoy es el día que tenemos para compartir el evangelio con otros. Para hablar de Cristo a algún alma sedienta de la salvación. Para ocuparnos de las personas, y dejar los bienes.

Oh, ¿quién irá a buscarlas,
quién, por la compasión
de Dios, irá a buscarlas,
do están en perdición?
¿Quién se dará molestias,
quién sufrirá dolor
por gozo de encontrarlas,
y traerlas al Pastor?

Vayamos a buscarlas
en el nombre del Señor,
y gran gozo habrá para quien podrá
atraerlas al Pastor.

Miguel Mosquera

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