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Vulnerables

«¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras» (Nehemías 13.26)

Nada me hace más vulnerable a los ataques del enemigo que pensar que no soy vulnerable. La Biblia nos enseña repetidas veces que debemos estar alerta. El Señor dijo «Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil» (Mate 26:41). El andar cerca del Señor, amarle con todo nuestro corazón y obedecer su Palabra nos hace más fuertes contra los ataques del maligno, pero de ninguna manera nos hace invencibles o exentos de que Satanás intente hacernos caer, al contrario, el enemigo al vernos que nos estamos gozando en nuestra salvación va a reforzar sus ataques con el fin de que pequemos contra Dios y así poder acusarnos.

Cuando se sentía más fuerte, entonces fue más débil.

Salomón fue uno de los reyes más prominentes de Israel, ningún otro rey que se comparara con él en sabiduría, su reino tuvo paz en todas sus fronteras y amaba al Señor. Construyó el templo de Dios y gobernó al pueblo de Dios con justicia y equidad. Pero cayó. Él también era vulnerable y Nehemías nos dice que con todo lo fuerte que Salomón era espiritualmente «aun a él le hicieron pecar». ¿Recuerdas a Pedro? Le dijo al Señor «Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré» (Mateo 26:33). Cuando se sentía más fuerte, entonces fue más débil.

De la misma manera nosotros. Busquemos andar cerca del Señor, amarle de todo corazón, escudriñar y obedecer su Palabra y estemos alerta porque una vida consagrada al Señor es el centro de ataque del enemigo.

«Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga» (1 Corintios 10:12).

Miguel Mosquera
Foto en portada y texto: time is ephemeral por Stefano Mortellaro bajo la licencia CC BY-ND 2.0 (mod. 1018x460px)

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