En el día que temo, yo en ti confíoSalmo 56:3
El título del salmo 56 es «sobre la paloma silenciosa en paraje muy distante». El contexto histórico es 1 Samuel 21. Saúl está buscando a David para darle muerte, la persecución se ha intensificado y David se siente solo. Ya no encuentra donde refugiarse y, en su desespero, se va a los filisteos. Sin embargo, en lugar de sentirse refugiado se siente más vulnerable porque los filisteos rápidamente lo reconocen como el futuro rey de Israel. David se tiene que fingir estar loco para que lo dejen ir. David se siente solo. Nadie con quien compartir sus temores. Entonces escribe este salmo.
Esta experiencia ha enseñado a David una lección muy importante: ha aprendido a confiar en Dios. Quizás has tenido una experiencia similar. Todo alrededor se vuelve oscuro, te sientes solo y no parece haber ningún lugar de refugio. Hay mucha incertidumbre sobre el futuro y cada día es casi como una lucha de supervivencia. Si temor ha llegado a tu corazón, hay una lección muy importante por la cual todo esto ocurre: aprender a confiar en Dios.
En el versículo 8 dice «Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro?» David ha derramado lágrimas y Dios las ha recogido en un recipiente. Cada lágrima es de mucho valor, no han sido olvidadas. Dios conoce la medida del sufrimiento y no te ha dejado solo. En su libro están escritas las cosas que han ocurrido, los momentos de temor y angustia. Él está allí para dar paz y seguridad. Dios está por encima de las circunstancias. Tiene en control todas las cosas. ¿Qué puede hacerme el hombre?
Si la situación te ha llenado de temor, hay algo que puedes hacer: «yo en Ti confío».
Miguel Mosquera
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